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MEDIA COLUMNA
El autoengaño del que
el Congreso es cómplice (*)
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
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El compromiso del
Gobierno, compartido por el Congreso, es volver a un déficit fiscal de 1% del
PBI para el año 2021. Ese es el techo que se estableció inamoviblemente por ley
desde los tiempos del gobierno fujimorista.
Gracias a la acuciosa
minuciosidad del ex ministro de Economía Jorge Baca Campodónico (EXPRESO
23-9-2018), sin embargo, sabemos ahora que el déficit fiscal será de 3.0 % del
PBI este año y de 3.4 % en el 2019.
O sea, ya es tres
veces más grande de lo que debería. La brecha es de 4 mil millones de dólares y
sigue creciendo.
Es falso, entonces,
que el déficit fiscal esté bajando. Por el contrario, no cesa de crecer. Esto
se debe a que el gasto corriente -en remuneraciones- no deja de aumentar. Seis
años atrás el gasto corriente representaba el 11.9% del PBI, hoy representa el
14%. En ese pozo sin fondo se hunden cada año 4 mil millones de
dólares.
El Estado peruano está
técnicamente quebrado. Financia el gasrto corriente con deuda. Cinco años
atrás, en 2013, los recursos provenientes de operaciones de crédito para
financiar el Presupuesto representaban un 0.5% del PBI, hoy representan el 2.8%
y en 2019 serán el 3.1%.
Y para mostrar una
supuesta reducción del déficit, se esconde el gasto financiero -el pago de
intereses de la deuda- como si no fuera gasto. Se ha comenzado a disimular la
verdad, a maquillar las cifras. No se sincera la realidad.
El propio viceministro
de Economía reconoce que toda la esperanza del gobierno está puesta en el
aumento del ingreso fiscal, porque no habrá “contención del gasto”. Son sus
palabras. La prioridad del Gobierno es alcanzar un crecimiento de 4% de la
economía a como dé lugar, sin reparar en la pérdida del equilibrio fiscal. ¿Cómo
cree el Gobierno, pregunto, que se metió la Argentina en la trampa que hoy resulta
inmanejable y obliga al gobierno de Mauricio
Macri a cerrar la mitad de los ministerios para bajar el gasto de cualquier manera?
Y luego el Gobierno y
el Congreso -que calla todo esto- fingen creer que se va a poder cerrar el
forado aumentando el ingreso fiscal en lugar de reducir el gasto. Cualquier
pretexto es bueno con tal de no reducir el gasto. Y muestran su patética desesperación
por recaudar más sin tener en cuenta al contribuyente.
Ya es virtualmente
imposible que el Gobierno pueda volver a un déficit de 1% para el 2021. El
regreso al equilibrio fiscal es, pues, un autoengaño, una ficción de la que el
Congreso es cómplice.
(*) Tomada del portal El MONTONERO
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