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MEDIA COLUMNA
Trump es nuestro aliado
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
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Crucemos los dedos. La reunión
del G-20 en Buenos Aires este fin de semana, a la que asisten los presidentes Trump
y Xi, puede ser decisiva para la
economía del Perú.
“Si Trump y Xi no llegan a un
acuerdo en la reunión del G-20, veremos una pausa en los incrementos de la tasa
de la Reserva Federal el próximo año (...) lo que, a cambio, contribuirá a un
alza en los precios del oro”. Esta es la opinión de un experto: Walter
Pehowich, de Dillon Gage Metals. Coincide con el banco de inversión Goldman
Sachs, según el cual la Cumbre del G-20 de esta semana podría elevar los
precios de las materias primas.
El oro permanece ahora en su
punto más bajo, en 1,220 dólares la onza, a causa de la política monetaria de
la Reserva Federal (FED). El presidente de EEUU se opone ya abiertamente al
alza de la tasa de interés de la FED mientras esta sigue hablando de una cuarta
alza este año y tres más el próximo. Cada una de ellas causa una alza global
del dólar, lo que enfría el crecimiento de la economía de EEUU y abarata sus
importaciones desde China.
No en balde Trump acaba de
emplazar a la FED como nunca antes lo había hecho un presidente de EEUU. Dijo
que gracias a la baja del petróleo la inflación está disminuyendo en EEUU, lo que
deja a la FED sin su argumento principal para seguir subiendo la tasa de interés.
Esta vez Trump, ya cansado, añadió: “¿Estás escuchando, FED?”.
Si Trump logra doblarle el
brazo a la FED, la tasa de interés no subirá y el dólar detendrá su carrera. En
la misma medida subirá el oro, que es el refugio del capital, y tal vez también
el cobre por nuevas expectativas para el crecimiento de China, con lo que el
Perú podrá respirar luego de largo tiempo bajo el agua.
Muchas veces los exportadores de
las economías emergentes se felicitan del alza del dólar. Es un feo vicio. No
es sostenible mejorar la posición relativa de uno con devaluaciones
competitivas cuando la solución real es mejorar la productividad, lo que en las
economías emergentes -desde Italia y Turquía hasta Brasil y Argentina- depende
de las reformas que solo sus gobiernos pueden hacer.
Mucho se juega en la Cumbre del
G-20 este fin de semana, pero no como se cree. La mayoría piensa que todo
depende de la guerra comercial de EEUU con China y espera al menos una tregua
si no una paz duradera. Si no las hubiera, sin embargo, todo dependerá de que Trump
logre cambiar el curso de la política monetaria de la FED.
Sería un salto cualitativo de EEUU desde una política monetaria centrada
solo en su inflación y su empleo de corto plazo diseñada por una institución
como la FED, que refleja intereses privados, a una verdadera política monetaria
global de mediano plazo. Así lo ha dejado entrever hace muy poco la mismísima
ex presidenta de la FED, Janet Yellen.
Si Trump, en cambio, permite
que el ajuste en las economías emergentes se logre solo por la vía de la
devaluación, alineando todas las monedas a la conveniencia del dólar, abrirá la
puerta a la guerra monetaria. El yuan, entonces, -con respaldo en oro- le disputará
el papel de reserva global de valor hasta desplazarlo quizá, tal como el dólar
hizo con la libra esterlina hace exactamente cien años.
Luchar por el comercio libre no
consiste solo en eliminar aranceles, sino también los subsidios escondidos detrás
de la falta de reformas económicas en todo el planeta, en China, en Europa y en
América Latina.
Y lo divertido del caso es que
Trump, el supuesto enemigo del comercio libre, podría terminar siendo por este
camino el mejor aliado de la reforma de las economías emergentes a escala
global.
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