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MEDIA
COLUMNA
Derrota final del
radicalismo antisistema
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
El escenario es uno de dos
orillas. La polarización ha hecho desaparecer el centro político.
En una de ellas están los radicales
y su comparsa caviar de tontos útiles. Son los fabricantes del Terror para
capturar el poder mediante la reelección. Politizar la lucha anticorrupción es la
herramienta.
Pero tienen dificultades para
articular una única candidatura para el 2021. Su tendencia natural es a la
fragmentación. Aun así, se pondrán detrás de alguien de sus filas o del más
cercano a ellas que haya logrado pasar a la segunda vuelta.
En la otra orilla, ha volado la
santabárbara de la nave insignia de Fuerza Popular, y la gente pide un “Bolsonaro”,
que ponga orden en la política para que la economía pueda crecer de nuevo.
Hay una gran novedad, sin embargo,
y es que, por primera vez en la historia del Perú la clase media va a decidir
el resultado de las elecciones del 2021. Con la llegada de una nueva clase
media en estos años, esta ha alcanzado ya la masa crítica necesaria. La nueva
clase media surgió de la pobreza en los años del crecimiento de la economía,
que llegó a ser de 6 y 7 por ciento anual y hasta de 9 por ciento por una vez.
Pero eso ya quedó atrás. La
desaceleración es lo real hoy. Tenemos un crecimiento mediocre de 3 o 4 por
ciento, que no permite ya sacar a nadie de la pobreza y es insuficiente –he
aquí lo más grave- para asegurar que no recaiga en ella una gran parte de los
que habían salido. Nos lo advirtió Moisés Naim: hagan lo posible, dijo, para
impedir que ese 40% que ha salido de la pobreza vuelva a caer en ella, porque
los resultados políticos serán impredecibles.
En efecto, la clase media, que
con esfuerzo logró comprar un departamento con hipoteca y un automóvil a
crédito durante las vacas gordas, se ve en dificultades hoy para cancelar las cuotas
al banco. Ya es consciente de que existe el peligro de recaer en la pobreza.
Entonces, ¿cómo votará el 2021 esa
clase media amenazada si tiene que elegir entre las dos orillas?
No parece que vaya a estar en
favor de cambios radicales en su mayoría. Ya sabe que es corrupción lo que eso incuba
en favor de algunos privilegiados. Más bien estará a favor de que la economía
retome cuanto antes el crecimiento para no perder el empleo, el auto o el
departamento. Para eso, sin embargo, hace falta poner orden. Las elecciones del
2021, por lo tanto, van a convertir en favorito a un “Bolsonaro” local. Si
conoce los temas y tiene capacidad de trabajo, mejor, pero lo esencial en una
elección es el carácter.
El radicalismo antisistema ya
sabe que no tomará el poder por la fuerza en el Perú. Fracasó con la derrota
del terrorismo. Pero se propuso un plan
pérfido: infiltrar el Estado e impedir con una radical ofensiva antiminera,
falsamente ambientalista, que en el Perú se inviertan los cien o
cienticincuenta mil millones de dólares necesarios para terminar con la pobreza.
Desde su orilla, no obstante, la izquierda comienza a avizorar hoy que esta
segunda traición tampoco tendrá éxito.
Es posible pronosticar,
entonces, que las elecciones del 2021, en que el Perú cumplirá 200 años de
existencia, serán el punto de inflexión en que la mayoría en un nuevo universo
electoral derrotará para siempre al radicalismo antisistema.
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El planeta tenemos que cuidarlo todos (no cabe I o D), por tanto sólo debemos permitir la minería formal, técnica, que cuida el ambiente.
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