ESTA NOCHE,
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MEDIA COLUMNA
Lady Susan
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
Una
chica peruana, norteña, que atiende un puesto en el mercado de Chiclayo y
escribe letras de canciones y las canta, junta sus ánimos y sus ahorros y se
viene a Lima a tentar suerte en los concursos de canto de la tele.
Pero
la rechazan. No tiene presencia, le dicen, es muy bajita, le dicen. Le desean
suerte y la envían a tocar puertas a lugares de segunda.
La
chica vuelve a su puesto del mercado de Chiclayo. Pero el destino interviene.
Un
extranjero que pasea por el mercado la encuentra distraída en el puesto escribiendo
absorta sus letras en un cuaderno. Le pregunta si no piensa atender a la
clientela. Ella se disculpa. Le pregunta qué escribe. Sorprendido, el
comprador le pide leer lo escrito y luego le ruega que cante. Ella accede. Y
canta.
Las
estrellas se alinean. Es un productor del Festival de Viña del Mar en Chile, y
ha quedado fascinado y emocionado con su canto. Meses después, pero en un solo
instante del tiempo del sueño, ella está cantando ante el Monstruo de la Quinta
Vergara.
Quizá
le tiembla la voz, pero nadie ni nada va a interponerse en su destino. Canta
libremente, con el corazón en la mano. Y gana. Gana en grande. Como nunca nadie
de estas tierras lo ha hecho. Dos premios, no uno, dos Gaviotas. Un mar de
gaviotas. Una tormenta de aplausos. Una lluvia de sueños. Nace una estrella.
Es la
historia que nunca envejece. La chica humilde que cree en los demás y en sí
misma, que nunca se da por vencida, que prevalece al fin sobre la indiferencia de
corazones encallecidos en la brega o la pequeñez y la envidia farandulescas de
un medio mediocre, que produce muñecas en serie. Un universo que no reconoce a
una verdadera Lady Gaga.
“Ya no
más” se llama la canción, con toda propiedad, hecha para ella por grandes
compositores peruanos con Eva Ayllón, que creyó en ella. Es un trabajo de
equipo. Qué no lo es. Los chilenos la descubren y la aplauden en Viña y nos dan
una lección. Pero la niña que en Lima nadie miró siquiera, hasta el momento no
recibe el aplauso que merece. Como tampoco los
pequeños hermanos campeones de ajedrez o el chico campeón de matemáticas
o las corredoras que ganan medallas a cada rato y que son un modelo para todos
los peruanos.
Es que
no merecen el interés de la prensa, ocupada como se halla en castigar severa y
ejemplarmente con primeras planas al autor de gruesos mensajes recibidos por
una periodista en el Congreso. Porque esto sí es importante. Y Lady Susan solo
es una vendedora del puesto del mercado que tuvo suerte.
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