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MEDIA
COLUMNA
La engañosa “esencia“ de la reforma
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
Las reformas
que el gobierno está planteando son solo las del sistema electoral. El Congreso
debería responderle que hace falta incluir también las del sistema de gobierno.
Pero no está haciendo eso.
Si las reformas
electorales son para mejorar la representación del pueblo por el parlamento, las
del sistema de gobierno son para darle al Perú una mejor gobernabilidad y
escapar así de la trampa de la democracia de baja gobernabilidad.
Con esas
reformas, el Congreso dejaría de ser el “primer poder del Estado”.
Consecuentemente, no está haciéndole al gobierno los reparos que debería. No le
está diciendo, como es su deber, que es hora de reformar el sistema de gobierno
y no solo el sistema electoral. El Congreso, más bien, está por perderse
definitivamente en una discusión metafísica y sin solución posible sobre cuál
es la “esencia” de las reformas electorales planteadas.
En efecto,
la presidenta de la Comisión de Constitución, Rosa Bartra, dice que el gobierno
no tiene derecho a pedirle al Congreso “asumir el compromiso de que va a respetar la
esencia” de las reformas. Insistió en
que “la Comisión de Constitución y el Congreso tomarán la mejor
decisión”. “Nosotros vamos a estudiar, vamos a encontrar el mejor camino que
nos lleve a la reforma que el Perú necesita”, señaló. Añadió que lo planteado por la Comisión Tuesta no es la "esencia", porque no es un poder
constituyente.
Lo que dice, en suma,
es que las propuestas de la Comisión Tuesta son meras “apariencias”, apenas insumos,
porque la “esencia” es lo que el Congreso diga. Esta es una cuestión puramente platónica,
si las hay. Solo el Congreso puede contemplar la “idea pura” de la reforma,
porque la Comisión Tuesta solo ha entrevisto sombras al interior de la caverna.
Una discusión bizantina que no llegará a ninguna parte, pero con seguridad hará
del debate un pantano donde todos quedarán llenos de lodo convertidos en el hazmerreir
de la opinión pública.
Si hay alguna “esencia” en
la reforma es respetar en primer lugar la realidad y responder a las
necesidades que surgen de ella, no a las que unas “ideas puras” imaginan.
La falla nace de privilegiar
el principío de representación sobre el de la gobernabilidad cuando en una
democracia ambos deben estar en equilibrio. Bartra tiene aún cosas qué revisar en
cuanto a la “esencia” de la representación. Ha dicho que como congresista no
está sujeta a mandato imperativo, sino que se debe al encargo de sus electores.
La congresista no está sujeta al mandato de sus electores ni del partido ni del
Ejecutivo tampoco. Solo al de su conciencia libre. Este es el principio detrás
de la no sujeción a mandato imperativo que se encuentra en la Constitución.
Nace de una famosa carta escrita por el filósofo inglés Edmundo Burke a fines
del siglo XVIII a sus electores -llamada Carta a los electores de Bristol- en
la que explica por qué, si bien tiene el deber de escucharlos, no tiene el
deber de hacer lo que ellos le pidan, porque no representa a Bristol sino a la
Nación.
Si siguiera solo lo que su
conciencia le dicta y no el “encargo de sus electores” o el del partido, Bartra
debería notar que tanto el Congreso como el gobierno están engañando a los
electores al escamotear las reformas que sacarían a nuestra democracia de la
trampa de la baja gobernabilidad por fijarse solo en la representación y su
“esencia” como si fuera la estrella inmóvil en el centro del universo.
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Coco interesante tu comentario lo estoy analizando con Coco Muniz!
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