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MEDIA
COLUMNA
La
era de la mujer
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
Tres noticias dan la
medida de lo que viene logrando la que, a estas alturas, es ya la mejor
administración que ha tenido en décadas la seguridad social del Perú.
Ha hecho falta que una
chica valiente como Fiorella Molinelli tuviera el coraje de asumir la tarea de
domesticar a ese monstruo que ha devorado a todos los que antes pretendieron
domarlo. Ella lo está logrando con capacidad y perseverancia.
Lo prueba el hecho de que
EsSalud ha logrado crear la historia clínica electrónica. Es un salto al siglo
XXI. Permite a los médicos de todo el país acceder al historial médico del
paciente en segundos desde cualquier parte, lo que antes llevaba días y
semanas. Evita la pérdida, la confusión
y salvaguarda la historia del paciente en el tiempo. Y ya está salvando vidas.
Lo demuestra el hecho de
que esta misma semana, sin ir más lejos, el Seguro ha conseguido realizar
cuatro trasplantes en un mismo día, de órganos donados de diferentes puntos del
pais transportados en helicóptero en el momento oportuno. Esta es una proeza de
organización, que ha involucrado coordinar acciones con la Fuerza Aérea y
habilitar espacios adecuados en los hospitales. Ha salvado ya varias vidas y,
más aún, ha permitido al Perú conocer una lección de generosidad de los
familiares de los donantes que son un ejemplo para la ciudadanía.
Lo ilustra igualmente la
labor generosa y gratuita de su Voluntariado en el Seguro, una vasta
organización que hoy cuenta con miles de jóvenes, universitarios en su mayoría,
que donan su tiempo y su esfuerzo para ayudar a los pacientes que llegan a los
hospitales, orientarlos y acompañarlos personalmente hasta donde deben llegar.
En medio de limitaciones muy grandes que todos conocemos -el mundo de los
hospitales está lleno de dolor y de esperanza al mismo tiempo-, la mano
solidaria de un voluntario hace toda la diferencia. La risa de un niño ante un
clown junto a su cama hace la diferencia. La gratitud de una madre a las
enfermeras y los médicos hace la diferencia.
El Seguro Social suele ser
el chivo expiatorio de todas las penas. Las esperas son largas, pero no es poco
lo que se ha logrado al duplicar las horas de atención en los consultorios para
que las colas se reduzcan junto con el tiempo de espera para las atenciones
médicas y las intervenciones quirúrgicas. Hoy se remodela las emergencias y las
salas de hematología y oncología infantil, para que los niños tengan un lugar
lleno de color.
Esta es la obra de un
equipo que tiene no solo los conocimientos, sino un corazón atento. Estas son
las cosas que dirige la chica valiente que estuvo la semana anterior en el
Vraem y tuvo la audacia de apostar contra todas las probabilidades para sacar
adelante lo que parecía imposible. Los asegurados del Perú quizá no lo saben bien
aún, pero tienen con ella una deuda de gratitud.
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