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MEDIA
COLUMNA
La
prueba ácida
Jorge
Morelli
@jorgemorelli1
Como es costumbre en tales ocasiones, las emociones expresadas por
Pedro Castillo en su balconazo de la proclamación son solo viento de palabras y
ruidos correctos a menos que haya actos que prueben lo contrario.
No obstante, uno tiene que preguntarse qué habrá pensado Vladimir Cerrón de que, una vez más, Castillo no mencionara la asamblea constituyente en su discurso. No pocos asumen de hecho que la discrepancia pública entre Castillo y Cerrón no es sino la pantalla de la gran mecida. Pero el hecho es que la asamblea misma se ha convertido en la prueba ácida de la deriva comunista del gobierno de Pedro Castillo.
Un referéndum que aprobara esa asamblea solo tiene dos
caminos constitucionales, ambos previstos
en la Carta. No hay un tercero, como
el que lanza Cerrón a través de un congresista: recoger firmas para pedirlo. Mucho
menos un cuarto camino: convocar a referéndum por decreto supremo. Ambos son inconstitucionales.
El asunto pareció zanjarlo el
propio Castillo días atrás cuando anunció que iría al Congreso el 28 de julio a
pedir que el Legislativo agende la constituyente. Esto significaría –o es la
impresión que quiso dar- que el camino pasa por el Congreso y que los caminos
inconstitucionales ajenos al Congreso –el recojo de firmas o el decreto
supremo- no estarían en sus planes.
Aquel anuncio críptico no fue comprendido por
nadie, pero causó un cisma en el partido. Acabó con la tregua provisional que
se había instalado entre las dos facciones y desató la ofensiva de Cerrón de
los últimos días por llevar a un congreso del partido la definición de los
temas “irrenunciables”. Obviamente, para Cerrón la asamblea es “irrenunciable”
aunque sea inconstitucional.
Castillo no parece compartir esa posición. Reiteró
esta semana en tres tuits en las redes que en su opinión los peruanos “merecen
una nueva constitución”, pero una vez más no mencionó la asamblea.
Acto seguido, para sorpresa general, Ollanata
Humala fue recibido en Perú Libre ofreciendo los servicios de su ex ministro
Alonso Segura para el gabinete, desplazando a la caviara de Pedro Francke a
llos programas sociales del Midis. Esto acabó con la paciencia no solo de
Cerrón, atrincherado en el próximo plenario del partido, sino de Antauro Humala
que habría amenazado con romperlo todo si su hermano entra al partido. El
sainete no ha terminado. Todo indica por el momento que el pupilo de Ollanta ya
no corre, pero los caviares están de regreso en el gabinete, para desmayo de
Cerrón.
Hace ya algún tiempo Castillo declaró no ser
comunista ni chavista. Ya veremos si es cierto. La prueba ácida es si menciona
o no directamente la asamblea constituyente en su mensaje a la nación el
próximo 28 de julio.
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