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MEDIA
COLUMNA
Lamento minero
Jorge
Morelli
@jorgemorelli1
Los mineros piensan en plazos
de 30 años, no de cinco. Si el gobierno les pone un impuesto a la “sobreganancia”,
lo pagarán. Pero ni un centavo más de sus utilidades irá a la reinversión. Proseguirán
en su actividad hasta donde la inercia se los permita y luego echarán llave a
la mina y se irán. Tienen espaldas, pueden esperar. Los perjudicados son los
trabajadores y las comunidades del área de influencia. En cinco o diez años,
cuando ni este gobierno ni su ministra estén ya, el oro, la plata, el cobre estarán aún ahí. Reabrirán la mina si no la
han vendido a otros con más espaldas que ellos mismos.
Nada nuevo bajo el sol. Esto es exactamente lo que trató de advertir José María Arguedas describiendo esta misma historia en su mejor novela, "Todas las sangres", para abrirles los ojos a los peruanos. Por ello fue denunciado por la intelectualidad caviar en una famosa asamblea en el Instituto de Estudios Peruanos que es un baldón y una vergüenza para todos ellos.
Hoy, más de
cinco mil trabajadores de las minas Inmaculada y Pallacata,
dos de las cuatro minas ayacuchanas en el centro de la controversia, han rechazado
el cierre con que los amenazara la premier, Mirtha Vásquez. Escupió
la sopa al gobierno, que venía de lanzar la víspera un giro hacia la seguridad
jurídica para las inversiones.“La pretendida medida de cierre es ilegal y
arobitraria y se contradice con los anuncios del Presidente, de trabajar para el
pueblo”, dijeron los trabajadores de las minas, precisando ser testigos de los
estándares ambientales de las mineras. Desde luego, no es una
sorpresa que quienes pueden perder su trabajo denuncien la ignorancia, desubicación
e impertinencia de la funcionaria.
Lo sorprendente es que lo hayan hecho igualmente las comunidades las provincias de Parinacochas, Lucanas y Paucar de Sara Sara, al sur de Ayacucho. En su propio comunicado demandaron que ella se retractara -como ya ocurrió, nunca bien- de su declaración “que desconoce -dijeron- a las personas que se encuentran en un diálogo con la empresa', q0ue la ministra interrumpió y perjudicó.
Circula, de otra parte, la versión
no confirmada de que la operación de una de las minas en cuestión venía perdiendo
15 millones de soles al mes, y habría estado de acuerdo con el anuncio ministerial,
que le permite escapar de la situación. Un alto funcionario de gobiernpo que ni siquiera
advierte a quién puede estarle haciendo un favor sin saberlo muestra ante
todos no saber lo que hace. Así se abre paso la realidad de las cosas.
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