Mostrando entradas con la etiqueta "¡Voluntariamente!". Los comuneros abandonarán Chalcobamba solo voluntariamente. Es impensable usar la fuerza pública para echarlos. Ningún gobierno tomará esa decisión. Mostrar todas las entradas
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jueves, 3 de noviembre de 2022

MEDIA COLUMNA miércoles 2 noviembre 2022. "¡Voluntariamente!"

 Donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.

 

 

MEDIA COLUMNA  

¡Voluntariamente!

 

 

Jorge Morelli 

jorgemorelli.blogspot.com  

@jorgemorelli1  

 

 

Precisamente porque la invasión del tajo de Chalcobamba por la comunidad de Huancuire es hoy el más extremo de los conflictos mineros, es al mismo tiempo el caso emblemático a resolver en primer lugar.

 

Los comuneros de Huancuire han montado allí una operación minera informal de pequeña escala en busca de cobre. Eso no es una solución para el Perú, aunque lo sea para ellos. Lo que el Perú necesita ahí es una explotación de gran escala, que permita abastecer la enorme demanda mundial de cobre que vendrá en el siglo XXI, y que solo una gran empresa moderna -como la minera china de Las Bambas- puede realizar.

 

Pero está claro que el caso tendrá que ser negociado pacíficamente para que los comuneros abandonen Chalcobamba voluntariamente. Es imposible hoy pensar en el uso de la fuerza pública para echarlos. Ese camino supone  el peligro de pérdida de vidas humanas. Ningún gobierno tomará una decisión como esa, que generaría una interminable cadena de procesos penales. Este gobierno menos que ninguno. 


Los comuneros lo saben. Lo que argumentan es que las 1,900 hectáreas del tajo de Chalcobamba fueron efectivamente vendidas por la comunidad de Huancuire a la empresa minera en 2013 y 2017 en 220 millones de soles. Es decir, se pagó 12 soles por metro cuadrado.

 

¿Fue un acuerdo equitativo? ¿Lo han sido acaso las transacciones en que las empresas mineras han tenido que comprar hasta cinco veces la misma tierra -como me confesó una fuente- engañadas por quienes tienen la superficie, cuando estos tomaron conciencia del valor exponencialmente mayor de lo que había debajo de ellas? ¿Es esta una manera transparente de negociar? ¿Hasta cuándo va a continuar este mutuo engaño en el que unos compran por menos y otros no venden sino a medias? ¿Así se formaliza la propiedad de la tierra? Este es un problema político de primer orden y necesita una solución política de primer orden. No es un asunto policial ni un pleito judicial como lo fue en otro siglo.

 

Precisamente por ser un tema político, el Perú tiene la oportunidad de plasmar un nuevo modelo y sentar un precedente para resolver los conflictos mineros no solo peruanos sino globales. Un modelo que permita destrabar los recursos naturales hoy bloqueados en todo el planeta por quienes controlan la superficie sobre ellos, pero no permitirán sacarlos hasta que exista una solución que las partes encuentren equitativa.

 

Esa solución comienza por establecer objetivamente el valor de la tierra sobre los recursos. Eso no lo puede decidir quien tiene el control de la superficie, ni la empresa que tiene la concesión del recurso natural debajo, y menos el Estado. Eso solo puede determinarlo el mercado global, no el mercado local. Solo así ese valor podrá ser equitativo y aceptado por las partes. Cuando el precio de la superficie pueda variar día a día junto con el precio de bolsa del recurso natural debajo, allí no habrá ya ningún espacio para el conflicto.

 

Dotar a esas tierras de papeles que representen fehacientemente su valor para las bolsas mundiales es lo que hace falta y, por difícil que esto pueda parecer, ya no lo es hoy con la tecnología digital disponible.

 

Es lo que De Soto propone y lo que los comuneros de Huancuire le piden hoy explicar en la propia China al propietario de la mina de Las Bambas, el Estado chino. Suponer, en cambio, que De Soto se presta a legitimar los intereses de unos invasores ilegales de tierras de la empresa o, peor aun, que lo hace para su propio beneficio engañando a los comuneros, o que, a la inversa, es víctima de una trampa astuta de los invasores  que deberían ser desalojados por la fuerza pública, muestra una estrecha visión de túnel como toda respuesta a la principal de las trabas que mantienen al Perú atado a la miseria.    

  

 

 

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