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MEDIA COLUMNA
Autonomía acotada
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
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La
renuncia de Pedro Chávarry no pone fin a este drama. Ni siquiera es el fin de
un capítulo. La trama política va a continuar. Aun está ahí, por ejemplo, el
pedido de que todos los fiscales supremos -incluido Chavarry- dejen sus cargos.
Bajo las reglas actuales, esto sería una interferencia constitucional en la
autonomía del Ministerio Público.
La
clave, sin embargo, no está en la palabra interferencia sino en el concepto de
autonomía. Porque éste define los límites de lo que sea una interferencia.
Autonomía
es un término reverenciado en la arquitectura institucional de nuestra
democracia. Pero es la adoración de un ídolo falso. Me refiero a la supuesta autonomía
de los poderes del Estado y de los organismos constitucionales llamados autónomos
entre sí, precisamente como el Ministerio Público.
La
autonomía es un enorme malentendido. Una sentencia del Tribunal Constitucional,
a propósito de los gobiernos locales, estableció claramente años atrás que la
autonomía no es autarquía, que la autonomía tiene lugar siempre y solamente dentro
del ordenamiento general del Estado.
Lo que pasas es que nuestra idea de la autonomía nació mal. Tuvo un mal parto porque apuntaba a un fin subalterno, mal pensado. Surgió como un mecanismo para impedir la interferencia de unos poderes u organismos sobre otros, supuestamente para evitar la corrupción y la politización de la justicia. Tamaño despropósito, como si la politización y la corrupción no vinieran igualmente de dentro de las instituciones.
Lo que pasas es que nuestra idea de la autonomía nació mal. Tuvo un mal parto porque apuntaba a un fin subalterno, mal pensado. Surgió como un mecanismo para impedir la interferencia de unos poderes u organismos sobre otros, supuestamente para evitar la corrupción y la politización de la justicia. Tamaño despropósito, como si la politización y la corrupción no vinieran igualmente de dentro de las instituciones.
La
autonomía así mal entendida es absurda por definición. Peor aún, al impedirse la
acción de unos poderes sobre otros lo que se consigue es blindar a la
corrupción dentro de la institución atacada.
Pero entre
nosotros se estableció una seudo autonomía que vino a apoyarse sobre el
principio de una igualmente malentendida separación de poderes. Lo que importa
tanto o más que la separación de poderes es el equilibrio de poderes (que los
estadounidenses llaman checks and balances) que va un paso más allá de la mera
separación de poderes. Paso que no estamos ni siquiera avizorando. Por eso es
que no podemos sacar las lecciones correctas de lo ocurrido con el Ministerio
Público y el Consejo Nacional de la Magistratura.
Los
poderes del Estado no están solo separados, necesitan ser equilibrados entre
sí, lo que supone por definición injerencia de unos sobre otros, pero de una
manera acotada y dentro de una arquitectura cuidadosamente diseñada.
A eso se
refería, por ejemplo, Emile Durkheim cuando hablaba de la transición de las
sociedades de lo mecánico a lo orgánico. Aquí, las instituciones tienen una
relación complementaria porque son parte de un mismo organismo funcional, no un
mero agregado de instituciones con relaciones no normadas o mal normadas por
ridículos celos respecto su autonomía recíproca.
El
equilibrio de poderes es un salto cualitativo respecto de la separación de
poderes. Lo sabían hasta los filósofos del Estado Moderno. Pero ese salto
indispensable no ocurre de manera mecánica. Pasa por la mente y la decisión humana.
Este es el problema que no estamos resolviendo.
El sainete
que hemos vivido por semanas en el Ministerio Público, que ha agotado la paciencia
de los peruanos, no se detendrá hasta que las instituciones de la justicia se
encuentren dentro de un único sistema de justicia y bajo la rectoría única de
la Corte Suprema a la cabeza. La democracia peruana se seguirá engañando si no
saca las lecciones de lo ocurrido, reforma la justicia y rediseña sus relaciones
con los otros dos poderes del Estado. No habrá progreso para la justicia
mientras no se redefina el concepto de una autonomía acotada.
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