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El león está de regreso
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
Hace exactamente un siglo que, durante la Primera Guerra Mundial, desapareció
la hegemonía británica sobre los asuntos mundiales, reemplazada por la naciente
estrella de EEUU.
Un siglo exacto, desde la victoria inglesa sobre Bonaparte en
Waterloo, había durado el Imperio Británico, el siglo de oro del capitalismo,
bajo el signo de la libra esterlina y la política monetaria del Banco de
Inglaterra, que la mantuvo fijada al valor del oro.
Durante todo el siglo del Imperio Británico, el patrón-oro fue la
garantía de que las economías alrededor del globo no se embarcarían en
aventuras de emisión de moneda e inestabilidad fiscal irresponsable. El sol de oro del Perú, establecido en 1895
por Nicolás de Piérola, por ejemplo, nació de allí. La libra peruana tuvo el
mismo valor que la inglesa y duró 35 años hasta el crack de la Bolsa de 1929.
Suspendido el patrón-oro durante la Gran Guerra –precisamente para
financiarla con emisión de moneda-, la libra esterlina comenzó a ceder su
posición de moneda de reserva global ante el dólar, la moneda de la nueva
potencia mundial. Y el patrón-oro ya no volvió. Luego de la Segunda Guerra, incluso,
fue reemplazado por el patrón-dólar, que en 1971 desapareció también dejando al
dólar flotar en el mercado. Desde entonces, EEUU financia guerras con gasto
fiscal y endeudamiento (cuya factura traslada luego al resto del mundo. Es el privilegio
y el costo de ser el policía global).
Han pasado cien años
desde que la libra esterlina fue desplazada por el dólar como moneda global de
reserva. La novedad es que, cien años
después, Gran Bretaña parece estar de regreso.
Esta semana estuvo en
Londres en visita de Estado, invitado por la Reina, el primer ministro de
China, Xi Jinping, para firmar contratos con el Reino Unido por 40 mil millones
de libras esterlinas. El Reino Unido es el nuevo socio estratégico de China. El
año pasado, ambos firmaron en Londres un convenio de gobierno a gobierno por el
cual los bancos londinenses se encargarían en adelante de los negocios chinos
en yuanes en Occidente. El brindis con cerveza del primer ministro
británico, David Cameron, y el premier chino en un pub de Londres no es el
cierre de un mega negocio, sino de una alianza geopolítica estratégica para el
siglo XXI, centrada en el rol global del yuan y de la libra esterlina.
Aparentemente, el
león británico está de regreso esta vez del brazo del dragón chino, para disputarle
al dólar el lugar que perdió hace cien años.