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donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.
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Humala acusa a Alan García de buscar “la
desestabilización de nuestra democracia”. García aclara
que no
recibió invitación alguna a
reunión de ex presidentes en Palacio de Gobierno
ü
Octavio Salazar: Solo en Lima existen once viviendas
desde donde se intercepta comunicaciones telefónicas de políticos, también sometidos
a seguimiento por el Gobierno
ü Evo Morales: "Bolivia no va
a ser basurero de corruptos"
ü Iván Slocovich: “Esta
situación redibuja el panorama político de acá hasta julio de 2016, pues
tenemos al Gobierno arrinconado en un Congreso por donde tienen que verse de
todas maneras temas que el humalismo quisiera que sean pasados por agua tibia,
como el ilegal resguardo a Óscar López Meneses, los negocios en los que ha
estado metido el amigo Martín Belaunde Lossio y, ahora último, el ilegal
reglaje y “chuponeo” a opositores…”
ü Carlos Meléndez: “Ayer, el joven Pulpín movilizado
fue más que un Ph.D. en Economía. Así de hermosa puede ser la democracia”
La opinión en MEDIA COLUMNA representa
exclusivamente a su autor. Usted puede reenviar y publicar libre y gratuitamente
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MEDIA COLUMNA
Los patos
rengos
no hacen
reformas
Jorge
Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
Las plañideras que hoy lamentan la muerte
súbita de la reforma laboral intentada por el gobierno humalista harían bien en
examinar su propia insensatez al aplaudir la torpe idea de haber tratado de
reformar la legislación laboral en un gobierno de salida que es, al mismo
tiempo, un pato rengo desacreditado y enfermo.
Solo a unos neófitos como Segura y Ghezzi –que
no conocen la calle- se les puede ocurrir semejante despropósito. Que el gobierno
humalista –léase Nadine- se haya comprado eso, no sorprende. Se compra
cualquier cosa que venga empaquetada en un áurea seudo intelectual. Más grave aún
es que sectores en los gremios y en la prensa hayan alentado al gobierno a
hacerles caso.
La reforma laboral tiene otra cara, que es la
reforma tributaria. Son las dos o ninguna, entiéndase de una vez. Ambas son
urgentes en el Perú, pero tiene que abordarlas un gobierno con legitimidad de
entrada, con un mandato fresco de las urnas.
Desde luego, más de uno dirá que tampoco eso no
es viable, que nadie se atreve a decir la verdad. Que en el Perú los beneficios
laborales son desmesurados por comparación con nuestros pares.
De un lado, nuestra legislación laboral es un
sistema inorgánico y desintegrado de 39 regímenes diferentes sin relación
lógica entre sí. (Algo como aquella clasificación de los animales que cita Foucault,
y que son: a) los que pertenecen al rey, b) los que tienen dos patas, c) los
que vuelan, etc.). Tiene que haber un solo régimen laboral universal, con el
mínimo de salvedades o excepciones indispensables.
De otro lado, el régimen laboral actual cuesta
a la empresa dos tercios de sol adicionales por cada sol que paga. En efecto,
pagar un sol le cuesta 60 centavos más, que se descomponen así: aportaciones de
salud y CTS (27%), gratificaciones (17%), vacaciones (8%), costo de despido (7%).
Total: 59%. En México es 36%, en Chile 31%, según cifras del BID citadas por César
Peñaranda en estudio para la Cámara de Comercio de Lima.
Es impagable. Con razón las empresas responden
contratando informalmente cuando lo hacen (si es que lo hacen). Y se lo piensan
veinte veces antes de crear un solo nuevo empleo formal en planilla cuando las
vacas gordas, porque saben que cuando vengan las flacas no podrán prescindir de
ese trabajador a menos que sea informal. Esto es lo que hay que reformar. De
nada servía hacerle un hueco más al régimen general bajándoles los beneficios
solo a los jóvenes.
Vuelvo al punto. La solución es proponer a
los trabajadores y empresarios un canje: bajar drásticamente los impuestos a trabajadores
y empresas –a las Ventas y a la Renta-, para que el ingreso de los trabajadores
y las empresas se eleve en la medida en que una nueva ley general de trabajo nivele
los beneficios laborales con los de las economías con que competimos, de manera
que la economía peruana quede libre de esa camisa de fuerza que multiplica la informalidad
y le permite al país crecer solo hasta cierto punto.
Es el Estado el que tiene que sacrificar su participación
en el contrato entre empleadores y trabajadores, el que tiene que reducir la
parte de la economía que intermedia. Esta es la cuota que le toca.
Proponer al país este canje, sin embargo, es
algo que solo un gobierno nuevo puede hacer. Los patros rengos no hacen reformas.
Están fuera de sus cabales los que han pretendido vender una reforma laboral
sin el correlato de una reforma tributaria y sin que el Estado haga sacrificio
alguno.
Y es tonto venir a llorar y a señalar con el
dedo a los que la han rechazado diciéndoles que ahora verán porque esto era
para su bien.
REPORTE DE NOTICIAS en Internet
Las siguientes notas periodísticas de
política y economía han sido seleccionadas, editadas y ordenadas
temáticamente. No se las debe citar como
tomadas directamente de sus fuentes originales, las mismas que se indican sólo
como una forma de reconocer el crédito y agradecer la cortesía.
GOBERNABILIDAD,
DEMAGOGIA, AUTORITARISMO, DEMOCRACIA
Expreso
Solo
en Lima existen once viviendas desde donde se intercepta comunicaciones
telefónicas de políticos, quienes también son sometidos a seguimiento o
“reglaje” por el Gobierno, denunció el congresista Octavio Salazar.
Reveló
que esa información se la proporcionaron agentes de Inteligencia que no están
de acuerdo con esas prácticas ilícitas.
De acuerdo a la versión, los inmuebles se ubican en La Molina, Surco y Miraflores, donde vive gran parte de los políticos de oposición, congresistas, ministros de Estado, líderes de opinión y periodistas que constituyen “objetivos” del Gobierno.
“Desde ahí se establecen las zonas de ‘trabajo’, es el primer anillo con que cuenta el Poder Ejecutivo no solo para reglar sino también para interceptar llamadas telefónicas. Esa información es evaluada y administrada por estos puntos de ‘trabajo’”, comentó.
Detalló que una vez que esta información es clasificada, pasa “por un segundo filtro que se ubica en la propia Dini, en Chorrillos, que analiza y emite un informe de lo acontecido, el mismo que es enviado a un inmueble de La Molina”.
“En esta casa de La Molina la información es acopiada para ser recogida por gente muy cercana a la pareja presidencial. Eso es lo concreto y lo que se sabe desde la propia fuente de Inteligencia”, indicó.
De acuerdo a la versión, los inmuebles se ubican en La Molina, Surco y Miraflores, donde vive gran parte de los políticos de oposición, congresistas, ministros de Estado, líderes de opinión y periodistas que constituyen “objetivos” del Gobierno.
“Desde ahí se establecen las zonas de ‘trabajo’, es el primer anillo con que cuenta el Poder Ejecutivo no solo para reglar sino también para interceptar llamadas telefónicas. Esa información es evaluada y administrada por estos puntos de ‘trabajo’”, comentó.
Detalló que una vez que esta información es clasificada, pasa “por un segundo filtro que se ubica en la propia Dini, en Chorrillos, que analiza y emite un informe de lo acontecido, el mismo que es enviado a un inmueble de La Molina”.
“En esta casa de La Molina la información es acopiada para ser recogida por gente muy cercana a la pareja presidencial. Eso es lo concreto y lo que se sabe desde la propia fuente de Inteligencia”, indicó.
Correo
El
presidente Ollanta Humala arremetió ayer nuevamente contra el ex
presidente Alan García Pérez,
quien solicitó cambios en el gabinete ministerial luego de denunciar que había
sido blanco de reglaje por el Gobierno.
“Afirmaciones
que salen de expresidentes de manera irresponsable buscando la
desestabilización de nuestra democracia”, expresó Humala en rechazo. “Eso no lo vamos a
aceptar. Eso no lo vamos a permitir”, añadió.
También
se pronunció contra García el ministro
del Interior, Daniel Urresti. “Pensaría
que le importa la democracia, que le importan los peruanos. Habla de que
podemos recuperar el tiempo perdido... ¿Qué hubiese pasado si no hubiésemos
tenido ese gobierno del 85 al 90? Estaríamos al día”, dijo. Agregó que
durante su primer gobierno se iba “de tumbo en tumbo, cabalgando a lo loco
hasta irnos al precipicio”.
Humala negó la autenticidad de los
documentos que probarían los reglajes denunciados por García. “Seudopapeles sin
ninguna categoría de documentos”, dijo. Urresti calificó de “apócrifos” los
documentos.
Sobre
la denuncia de la congresista fujimorista Luz Salgado, quien aseguró que Keiko Fujimori es víctima
de seguimiento, Humala dijo “estamos llegando a una situación en que
prácticamente todo el mundo está siendo seguido”.
Humala
destacó que ni él ni la Primera Ministra han dado alguna orden o directiva sobre
las actividades de la Dini. Reiteró que hay “empresas privadas que se dedican a
este tipo de actividades”.
Correo
El expresidente Alan
García aseguró
en la noche que no recibió invitación alguna para una reunión en Palacio de
Gobierno con Ollanta Humala.
"Aclaro:
recibí una esquela para una ceremonia castrense a las que normalmente no
asisto. Pero no sobre una supuesta 'Reunión de expresidentes'", publicó en
su cuenta Twitter.
Según
indicó Ollanta Humala, la convocatoria era para conmemorar un año del fallo de
la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
La Paz, ene. 27. El presidente de Bolivia, Evo Morales, afirmó que su país no va a
proteger a corruptos, en referencia al pedido de refugio de Martín Belaunde
Lossio.
En declaraciones a Telesur,
indicó que recibió información de que dicho ciudadano peruano "se escapó de la justicia y es
procesado por temas de corrupción". "Bolivia no va a ser basurero de
corruptos", manifestó.
Dijo que es preciso cumplir con
los procesos de normas internacionales para que Belaunde Lossio "sea
entregado a su pueblo, a su país".
"Siento que alguna gente se
aprovecha también de usar con fines electorales a Belaunde Lossio, pero al
margen de que sea el tema político electoral en el Perú, Bolivia no va a permitir a esta clase de
sujetos", explicó.
LIBERTAD ECONOMICA,
GLOBALIZACION, REFORMAS, INVERSION
El Comercio, EFE
El
presidente Ollanta
Humala lamentó que el
Congreso haya
derogado la ‘Ley Pulpín’ y no haya ofrecido
una “alternativa”.
"Cualquier alternativa que pueda salir del
Congreso ya no se hará efectiva este año", señaló.
Miles de jóvenes celebraron la eliminación de la norma.
Peru21
¿Qué se siente,
tecnócrata?
Carlos Meléndez
Hay
momentos determinados en que el más poderoso diseñador de políticas públicas no
puede lograr que su más sofisticada elaboración se convierta en norma. Aunque
cuente con la venia del poder político y del poder económico, y el respaldo de
la econometría aplicada, hay veces en que la ausencia de sentido político
socava la soberbia del policy-maker. Responsabilizar las deficiencias aduciendo
“problemas de comunicación” es negar la realidad y la incompetencia para un
puesto de envergadura. Ayer, el joven Pulpín movilizado fue más que un Ph.D. en
Economía. Así de hermosa puede ser la democracia.
No hay
garantías, sin embargo, de que la derogatoria de la ‘ley Pulpín’ sea asimilada
como aprendizaje político para los techno-boys. Las desviaciones profesionales
–potenciadas por el fajín– tienden a desbordar la capacidad de autocrítica y de
enmienda. Sobre todo, cuando el aislamiento político del Ejecutivo y su
ausencia de canales de comunicación con la sociedad dificultan la evaluación
sensata del inventario de daños. La descontextualización de la joven promesa de
la tecnocracia nacional repatriada de emergencia se agudiza con un presidente
sin partido ni bases sociales.
En su
creciente desgaste político, el gobierno de Humala ha devaluado el cargo
ministerial. La evidencia salta a la vista con tanto viceministro ascendido por
default (y no necesariamente por mérito propio). Los costos políticos –cada vez
mayores– desprestigian las virtudes de la tecnocracia, la deslegitiman ante la
opinión pública y le generan anticuerpos, a veces sobredimensionados. Todo
gracias a jugar de ‘salvavidas’ de un proyecto personalista –como el que
encabeza la pareja presidencial– que se ha creído el cuento de que los técnicos
se alquilan.
Correo
Columna de Iván Slocovich
Desde que asumió la Presidencia en julio de
2011, el mandatario Ollanta Humala pudo hacer lo que quiso en el Congreso. Si
no lograba obtener los votos con su agrupación política, siempre contaba con
los diligentes de Perú Posible para lograr la mayoría necesaria. Así aprobó
leyes, bloqueó investigaciones, salvó a ministros de la censura, logró a duras
penas votos de confianza para gabinetes como los de René Cornejo y Ana Jara, e
impuso a la titular del Poder Legislativo, Ana María Solórzano.
Sin embargo, desde que asumió el Gobierno en
2011 hasta hoy, mucha agua ha pasado bajo los puentes, y ayer vimos una
muestra. El humalismo fue perdiendo poco a poco su mayoría y hasta el favor de
los aliados de la chakana. En el último pleno, incluso gente de su propia bancada
le dio las espaldas -incluyendo a la vicepresidenta Marisol Espinoza- y mandó
al tacho la llamada “Ley Pulpín”, que el propio presidente Humala se esforzó en
promocionar y defender públicamente hasta el último momento.
Cómo estará de complicada hoy la cosa, que el
propio jefe de Estado, al ver que el Congreso ya sin mayoría a su favor le
negaría el permiso para viajar a Costa Rica, optó por recurrir a la televisión
del Estado a fin de anunciar, como quien no quiere la cosa, que ya no iría a la
cumbre presidencial en el país centroamericano. Prefirió recular antes de hacer
un ridículo internacional por obra de un Legislativo que ya no tiene en sus
manos como en el pasado.
Esta situación redibuja el panorama político
de acá hasta julio de 2016, pues tenemos al Gobierno arrinconado en un Congreso
por donde tienen que verse de todas maneras temas que el humalismo quisiera que
sean pasados por agua tibia, como el ilegal resguardo a Óscar López Meneses,
los negocios en los que ha estado metido el amigo Martín Belaunde Lossio y,
ahora último, el ilegal reglaje y “chuponeo” a opositores denunciados
inicialmente por la revista Correo Semanal y este diario.
El presidente Humala ha quedado debilitado en
su intento por sacar adelante la “Ley Pulpín”. En el tiempo que le queda en
Palacio de Gobierno, el jefe de Estado tendrá que acostumbrarse a llevar las
riendas del país con un Congreso hostil. Un poco de vocación concertadora y
menor carga de soberbia no le caería mal a un gobernante que se caracterizó por
creer que siempre iba a poder hacer lo que quería, y que hasta hoy cree que su
poder no se acabará en julio de 2016.