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La otra elección
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
Un destacado columnista
hace una observación interesante: las candidaturas de Lima no despegan. Agrega que
solía ser común que la agenda electoral le diera, además, un respiro al gobierno
para poner los reflectores sobre los candidatos, y que eso no está ocurriendo
pese a que la elección es en cinco semanas.
A pesar de la magnitud y el peso de Lima, esta no es la elección políticamente importante este 5 de octubre. La que importa es la elección regional.
La de Cajamarca en particular, porque es la madre de todas las batallas por relanzar el crecimiento, frenado por la caída de la inversión minera. En efecto, es en esta otra elección, la regional, donde hace falta derrotar políticamente a los radicales antimineros que hace dos años pararon la inversión y, como se ve hoy, detuvieron el crecimiento.
El hecho es que la única fuerza política que se alza contra los antimineros en Cajamarca es el fujimorismo. Si la candidatura de Gregorio Santos, quien se halla preso, no gana en primera vuelta -y es muy improbable que lo haga ya que no alcanzará el 30 por ciento-, en la segunda vuelta el fujimorismo barrera con la elección. No hay ningún otro partido en la pelea.
De ganar el fujimorismo en Cajamarca, el mensaje al país trasciende largamente el ámbito regional. Es un mensaje directamente relacionado con la elección presidencial de 2016: detener a los antimineros, destrabar la inversión, retomar el crecimiento es lo que el fujimorismo hará desde el gobierno.
Esta pugna no está representada, sin embargo, por la elección de Lima, que es vecinal y es políticamente casi neutra. Está presente, aunque veladamente todavía, detrás de la interpelación parlamentaria al ministro de Energía y Minas que se viene, y el conflicto entre la agenda de ese sector y la de su archienemigo, el Ministerio del Ambiente, que ha sido un tonto útil de los radicales antimineros que pararon el crecimiento.
A pesar de la magnitud y el peso de Lima, esta no es la elección políticamente importante este 5 de octubre. La que importa es la elección regional.
La de Cajamarca en particular, porque es la madre de todas las batallas por relanzar el crecimiento, frenado por la caída de la inversión minera. En efecto, es en esta otra elección, la regional, donde hace falta derrotar políticamente a los radicales antimineros que hace dos años pararon la inversión y, como se ve hoy, detuvieron el crecimiento.
El hecho es que la única fuerza política que se alza contra los antimineros en Cajamarca es el fujimorismo. Si la candidatura de Gregorio Santos, quien se halla preso, no gana en primera vuelta -y es muy improbable que lo haga ya que no alcanzará el 30 por ciento-, en la segunda vuelta el fujimorismo barrera con la elección. No hay ningún otro partido en la pelea.
De ganar el fujimorismo en Cajamarca, el mensaje al país trasciende largamente el ámbito regional. Es un mensaje directamente relacionado con la elección presidencial de 2016: detener a los antimineros, destrabar la inversión, retomar el crecimiento es lo que el fujimorismo hará desde el gobierno.
Esta pugna no está representada, sin embargo, por la elección de Lima, que es vecinal y es políticamente casi neutra. Está presente, aunque veladamente todavía, detrás de la interpelación parlamentaria al ministro de Energía y Minas que se viene, y el conflicto entre la agenda de ese sector y la de su archienemigo, el Ministerio del Ambiente, que ha sido un tonto útil de los radicales antimineros que pararon el crecimiento.
Esta es la lucha
política principal, y la prensa no la está cubriendo.
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