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MEDIA COLUMNA
Lecciones de las burbujas
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
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Hace ya largo tiempo que Ricardo
Lago viene advirtiendo acerca de lo que le espera a la economía global. “Vengo alertando en esta columna de lo que se avecina desde hace tiempo.
Cada día que pasa, se unen más voces al coro y pronto será consenso. Lo
terrible es que ahora a los Estados les queda poca munición fiscal y monetaria
para combatirla. Por eso, creo que vamos camino hacia la peor y más larga
crisis económica de nuestras vidas. Ojalá me equivoque”, dice.
Se trata, una vez más, del colapso de una burbuja global.
Solo que esta vez es la más grande que ha habido jamás.
Son dos las mega olas del tsunami y, en última instancia, tienen la
misma causa: la emisión masiva de dinero por los bancos centrales en la última
década, que ha originado el también masivo endeudamiento global y la ”sobrevaluación
de activos (bolsas, bienes raíces, bonos, commodities, obras de arte, etc.)”, como
dice Lago.
Como en las tragedias griegas, todos saben cómo va aterminar esto, y
nadie sabe qué hacer para evitarlo: cómo retirar a tiempo la marea de dinero
que hubo que poner en circulación diez años atrás para evitar daños
estructurales a la economía global, pero que luego siguió creciendo hasta
alcanzar proporciones nunca vistas por temor a cuasar una recesión que, sin
embargo, llegará de todos modos y de improviso.
Lo que importa ahora es aprender las lecciones que las burbujas dejan.
Si le preguntáramos a China, probablemente dirá que ya está trabajando en ello.
Planea convertir al yuan en una moneda global, que compita con el dólar con la
ventaja de tener un respaldo en oro físico en manos de China. Es decir, en
buena cuenta, lo que propone es un retorno al patrón oro vinculado al yuan, tal
como desde 1946 existió un patrón oro vinculado al dólar abandonado por Estados
Unidos en 1971.
Atadas la monedas a un referente global del valor, una estrella firme en
el horizonte, las naves de la economía global pueden orientarse. Los perdedores
son los Estados nacionales y sus bancos centrales, que pierden margen de
maniobra para su política monetaria. Pero los ganadores serían los pueblos si logarmos
dejar atrás para siempre esta pesadilla de burbujas que colapsan una después de
otra desde hace ya cincuenta años.
“Hemos vivido en la negación”, dice Lago. Es hora de volver a la
realidad.