jueves, 28 de septiembre de 2017

ESTA NOCHE jueves 28 setiembre 2017


ESTA NOCHE, donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.

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MEDIA COLUMNA
Como la carabina de Ambrosio


Jorge Morelli
@jorgemorelli1 
jorgemorelli.blogspot.com


Al aprobar Fuerza Popular con su mayoría absoluta la segunda ley llamada mordaza, dispuso que los grupos parlamentarios deben presentar su reglamento interno al Congreso. Al Consejo Directivo, para más señas.

Luego de aprobada la ley, sin embargo, Fuerza Popular no cumplió con esa obligación establecida por el propio partido en la nueva ley. Un descuido negligente, un despropósito involuntario.

No obstante, se apresuró a abrirle al congresista Kenji Fujimori un segundo proceso disciplinario sin haber subsanado la situación anterior, que ha dejado a Fuerza Popular formalmente sin reglamento y sin autoridades vigentes.

El empeño reiterado en someter a proceso disciplinario al congresista es un acto desproporcionado. En la oportunidad anterior, una carta firmada por 23 congresistas de la bancada rogaba a la presidenta del partido en los términos más corteses que el tema no se ventilara públicamente y pudiera resolverse en el contexto familiar. Parece claro que, en esta segunda oportunidad, la opinión pública habría hecho suyo ese llamado si se le hubiera preguntado. Pero se prefirió nuevamente ir por la vía de la dura sanción antes que por la del diálogo.  

La precipitación ha producido esta vez un búmeran que pone en evidencia la imprevisión y la poca diligencia de los asesores del partido en la gestión de la normatividad interna. El tiro ha salido por la culata, como el de la carabina del virrey Ambrosio O´Higgins, que perdió el ojo por esa causa.

Hoy, como bien han señalado los miembros del tribunal que encabeza el proceso, este puede seguir adelante, pero solo cuando exista un reglamento y unas autoridades vigentes.

Lo que a Fuerza Popular le convendría ahora es abrir un debate interno para la elaboración de este nuevo reglamento para su Grupo Parlamentario. Y el primer tema en ese debate debería ser, esta vez, una nueva definición moderna, constitucional y equitativa del concepto de disciplina partidaria frente al derecho constitucional de los congresistas a no ser sujetos a mandato imperativo alguno.


REPORTE DE NOTICIAS en Internet

Las siguientes notas periodísticas de política y economía han sido seleccionadas, editadas y ordenadas
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ELECCIONES, PARTIDOS, ENCUESTAS, MEDIOS, PSICOSOCIALES



ESTA NOCHE
Respuesta del congresista Kenji Fujimori a la notificación de la apertura de su segundo proceso disciplinario.
“Señores del Comité de Procesos Disciplinarios del Grupo Parlamentario Fuerza Popular
KENJI GERARDO FUJIMORI HIGUCHI, Congresista de la República y miembro del Partido Fuerza Popular, con oficina en la Av. Abancay cuadra 2 s/n  Lima, edificio Juan Santos Atahualpa N 305,  atentamente digo:
“Que se me ha notificado el 22 de setiembre de los corrientes el expediente signado con el N 03-2017-GPFP, por el cual se me comunica el acuerdo tomado por los asistentes a la sesión de bancada de 18 de setiembre último, de abrirme proceso disciplinario en los términos que más extensamente constan en dicha notificación.
“Al respecto debo manifestar que me veo obligado a devolver dicha notificación ya que, desde la vigencia de la Resolución Legislativa del Congreso N 003-2017-2018-CR que modificó los numerales 4 y 5 del artículo 37 e incorporó el numeral 6 al mismo artículo, los reglamentos de los grupos parlamentarios deben ser previamente presentados al Consejo Directivo del Congreso para poder obligar a los miembros de un grupo parlamentario a someterse a ellos.
“Tal como ha ocurrido y, en consecuencia, el Grupo Parlamentario de Fuerza Popular se halla a la fecha sin reglas que lo rijan y no puede tomar decisión alguna mientras éstas no existan.
Más precisamente, las autoridades que firman la notificación deben volver a ser nombradas para poder realizar válidamente acto jurídico alguno. Esto, si es que en el reglamento que se alcance al Consejo Directivo del Congreso dichas autoridades todavía subsisten.
“En resumen, la notificación que motiva este recurso es nula por carecer de agente capaz de emitirla.
“La mencionada Resolución Legislativa N 003-2017-2018-CR incorpora dos exigencias más, que en verdad son imprescindibles porque regulan la actividad de los congresistas de la República. Una exigencia es el quorum-el reglamento debe ser aprobado por mayoría del número legal de miembros- y la otra, sustantiva también, el respeto a las garantías del debido procedimiento.
“El reglamento anterior del grupo parlamentario –ya no vigente - carecía de estos requisitos, según pude enterarme con posterioridad a mi anterior proceso, por lo que es indispensable a la brevedad un nuevo reglamento donde se debata y se precise además los alcances de la disciplina partidaria frente a las prerrogativas de representación de la Nación y de la no sujeción a mandato imperativo alguno ni a interpelación, y a su irresponsabilidad ante autoridad alguna por las opiniones que emiten en el ejercicio de sus funciones. En mi opinión, estas prerrogativas invalidan mi proceso anterior.
“Por tanto:
“Devuelvo la notificación y lo que ella contiene por nula, ya que no ha sido emitida por agente capaz.
“Lima, 28 de Setiembre de 2017”.



El Comercio
El congresista de Fuerza Popular Miguel Torres afirmó que el comité de disciplina de su partido decidió continuar el proceso contra su colega Kenji Fujimori. “Hemos tomado la decisión de continuar con el proceso disciplinario”, manifestó.
Torres, Úrsula Letona y Karina Beteta -integrantes del comité de disciplina- evitaron responder preguntas a la prensa.



El Comercio
La congresista de Fuerza Popular, Úrsula Letona, declaró hoy que “hay que mirar el tema de fondo, no formalidades”.
La congresista enfatizó en que el argumento principal del menor de los Fujimori "es básicamente un tema formal".
Añadió que ”si existe un problema de formalidades, se corregirá. El proceso continúa", agregó.



El Comercio
La congresista de Fuerza Popular Karina Beteta, miembro del comité disciplinario a cargo del proceso contra su colega Kenji Fujimori, aseguró que este aún existe “no solamente para nosotros, sino de acuerdo al reglamento con el que estamos actuando son válidos todos los procesos disciplinarios que puedan abrirse a cualquier colega", señaló. 



El Comercio
En la última modificación al artículo 37 del Reglamento del Congreso, el artículo 4 indica que cada grupo parlamentario aprueba su reglamento interno. Este deberá ser aprobado por la mayoría del número legal de sus miembros y obligatoriamente tiene que ser presentado ante el Consejo Directivo.







GOBERNABILIDAD, DEMAGOGIA, AUTORITARISMO, DEMOCRACIA



El Comercio
Una iniciativa del menor de los Fujimori al interior de su bancada, Fuerza Popular, ha reabierto el debate sobre la posibilidad de que el Congreso de la República vuelva a tener dos cámaras. "Es una deuda del fujimorismo", ha escrito en su Twitter.
La primera ministra, Mercedes Aráoz, consideró que la propuesta de retorno a la bicameralidad en el Parlamento, iniciativa del congresista Kenji Fujimori, es una reforma que podría "convenir" al Perú.
"Creo que el debate público sobre esa materia tiene todo el sentido porque es una reforma que podría convenir al país. Ya las formas dependerá de lo que resulte y se debata en el Poder Legislativo", dijo la titular de la PCM tras el Consejo de Ministros.
"Es un buen punto que se comience a discutir. Es un elemento que ayuda en materia de una reflexión mayor sobre los procesos legales. Eso estuvo en nuestra propuesta inicial", afirmó.



El Comercio
Cuidado con las cámaras
Fernando Tuesta
El proyecto del congresista Kenji Fujimori sobre la bicameralidad merece algunos, aun cuando apretados, comentarios. Acierta en proponer que la Cámara de Diputados se encargue del control político y apruebe los proyectos de ley y el Senado los revise, encargándose también del nombramiento de los altos funcionarios del Estado.
El proyecto señala que el presidente de la República puede disolver la Cámara de Diputados, mas no la de Senadores, si se censura o se niega el voto de confianza a tres consejos de ministros, salvo el último año, en el que no puede ser disuelta, aun cuando sí puede censurar al Gabinete Ministerial. El resultado es una cancha inclinada desfavorable al Ejecutivo, si no tiene mayoría en dicha cámara. Se debe mantener las dos censuras o negativa de confianza, a la que se debe agregar que en el último año tampoco se pueda censurar al Consejo de Ministros. El equilibrio de poderes estaría así protegido.
Pero el proyecto plantea que el Congreso esté compuesto por cien diputados y treinta senadores. Hasta 1992, el Perú tenía un Congreso de 240 parlamentarios, con 180 diputados y 60 senadores. Hoy el Congreso tiene 130 representantes. Pero, si a inicios de los 90 un diputado representaba a 55.629 electores, en la actualidad un congresista representa a 176.923 electores. Tenemos un Congreso subrepresentado que no tiene proporción con un electorado de 23 millones. Por lo que si se plantea un diputado por cada 100 mil electores, la Cámara Baja debería estar compuesta por 230 diputados. El Senado, a su vez, podría tener 78 senadores, tres por cada circunscripción. Este número de representantes podría alcanzarse en un par de períodos de mandato, para evitar un alto crecimiento inicial.
Sobre el origen del mandato, la propuesta no dice mucho. Se debe aprovechar para implementar un sistema en el que la mitad de la Cámara de Diputados se elija por circunscripciones uninominales y, la otra mitad, en proporción al número de electores de cada circunscripción, con lista cerrada. Esto permitiría una combinación de voto al candidato y voto a la lista del partido, como sucede en varios países, especialmente Alemania.
En el caso del Senado, debería tener una representación territorial, con 26 circunscripciones, departamentos, más Lima Metropolitana, Lima Provincias y Callao, cada una con tres representantes. Es decir, paritario como ocurre en Estados Unidos, Argentina, Brasil, Chile o Bolivia, permitiendo el desarrollo de vínculos con los niveles de gobiernos subnacionales, que por ahora están desarticulados. Es decir, una cámara que incluya los intereses y demandas de estas circunscripciones que han adquirido poder y autonomía como nunca antes.
Finalmente, el período de mandato. Una propuesta podría ser recortar el de la presidencia a cuatro años, como la mayor parte de las democracias, con una Cámara de Diputados del mismo período de mandato, elegida posteriormente a la segunda vuelta presidencial y renovable por mitades cada dos años. Y un Senado de seis años de mandato, renovable por tercios cada dos años.
Propuestas evidentemente debatibles, pero que merecen ser acompañadas de otras y, sobre todo, de un debate serio y responsable. Quizá lo más difícil de conseguir.



El Comercio, editorial
El congresista de Fuerza Popular Kenji Fujimori ha presentado a su bancada, días atrás, un proyecto de ley para modificar 19 artículos de la Constitución y restituir el sistema bicameral en el país. En este Diario hemos opinado en repetidas oportunidades a favor de esa idea y, aun cuando se puedan plantear algunas objeciones al texto presentado por el congresista, estimamos en general positivo que la iniciativa alcance una formulación orgánica.
El retorno del Senado, efectivamente, extendería el recorrido de una ley antes de su aprobación, permitiendo que tanto legisladores como ciudadanos den espacio a la ecuanimidad y a las reconsideraciones que esta pudiera merecer, una vez amainada la tormenta política que acompañó su diseño inicial. Una circunstancia que, según enseña la experiencia, redunda en beneficio de la calidad de tales normas.
Por otro lado, desplazaría a una instancia menos crispada por esas mismas tormentas responsabilidades tan importantes como la elección de los magistrados del Tribunal Constitucional, el defensor del Pueblo y el contralor general de la República, por mencionar algunas. Y ya hemos visto el precio que debemos pagar cuando estas definiciones se dan en medio de los pulseos pre o poselectorales.
Ocurre, sin embargo, que a veces presentar una iniciativa tan trascendente en un contexto en el que todo hace pensar que no prosperará es condenarla al fracaso o a una espera aun más prolongada que aquella a la que normalmente estaría sometida. Y ese parece ser el caso de la propuesta del congresista Fujimori.
El congresista de Fuerza Popular Kenji Fujimori ha presentado a su bancada, días atrás, un proyecto de ley para modificar 19 artículos de la Constitución y restituir el sistema bicameral en el país. En este Diario hemos opinado en repetidas oportunidades a favor de esa idea y, aun cuando se puedan plantear algunas objeciones al texto presentado por el congresista, estimamos en general positivo que la iniciativa alcance una formulación orgánica.
El retorno del Senado, efectivamente, extendería el recorrido de una ley antes de su aprobación, permitiendo que tanto legisladores como ciudadanos den espacio a la ecuanimidad y a las reconsideraciones que esta pudiera merecer, una vez amainada la tormenta política que acompañó su diseño inicial. Una circunstancia que, según enseña la experiencia, redunda en beneficio de la calidad de tales normas.
Por otro lado, desplazaría a una instancia menos crispada por esas mismas tormentas responsabilidades tan importantes como la elección de los magistrados del Tribunal Constitucional, el defensor del Pueblo y el contralor general de la República, por mencionar algunas. Y ya hemos visto el precio que debemos pagar cuando estas definiciones se dan en medio de los pulseos pre o poselectorales.
(…)






miércoles, 27 de septiembre de 2017

ESTA NOCHE miércoles 27 setiembre 2017



ESTA NOCHE, donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.

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EL COMERCIO 17 ene 2017
Luz para la
bicameralidad


Kenji Fujimori Higuchi


Se ha reabierto el debate público sobre el retorno a la bicameralidad. Por mi parte, quiero expresar que ha llegado el momento de revisar esta posición de largo tiempo del fujimorismo. El argumento que me parece medular es que hay necesidad de atender las circunstancias cambiantes de nuestra historia.

Cuando el Perú adoptó la unicameralidad en la Constitución de 1993, había poderosas razones para ello. Esas razones ya no existen.

La esencia del fujimorismo no es dogmática, consiste en adaptar una política pública a la naturaleza propia del problema en sus circunstancias específicas, para poder conducir eficazmente la realidad hacia el cambio que se necesita.

A comienzos de los 90, el país se encontraba en una situación terminal y necesitaba ser puesto en una unidad de cuidados intensivos. Hacía falta reformas profundas en el ordenamiento constitucional y legal para luchar contra el terrorismo y reconstruir una economía en ruinas, y era indispensable llevarlas a cabo rápida y eficazmente. Así lo hizo el gobierno, lo que la ciudadanía reconoce, y el unicameralismo fue el instrumento.

Pero las respuestas de ayer no son necesariamente funcionales en todos sus extremos para enfrentar los problemas de hoy. Lo que hoy hace falta es más debate, más pausa reflexiva, menos vehemencia, menos confrontación. Con los años la práctica parlamentaria ha generado una sobreproducción legislativa creciente. Y de una calidad que la ciudadanía encuentra muy insatisfactoria. Hay casos en los que lamentablemente se ha legislado de manera precipitada luego de un debate insuficiente. Algunos ejemplos son de público conocimiento: los temas involucrados en la llamada ‘ley pulpín’ merecían un tratamiento distinto, lo mismo que los relativos a la seguridad previsional y el destino de las AFP.

La bicameralidad permitiría ayudar a moderar el proceso legislativo a unas proporciones más acordes con la ponderación que necesitan las leyes de la República. Una cámara revisora ofrece no solo la posibilidad de controlar la proliferación legal nociva, sino también la garantía de un mejor debate de las leyes.

En los 90 había necesidad de decisiones políticas difíciles para restablecer la seguridad nacional. Hoy hace falta seguridad jurídica. Es lo que requiere la inversión, sobre todo la de largo plazo, que es la que el Perú demanda clamorosamente en agua y en bosques, agroindustria e infraestructura.

Eso requiere reglas estables que no se pueden cambiar precipitadamente, porque ese ruido político conspira contra la inversión y la condena al cortoplacismo. Es la sistemática creación de incertidumbre la que ha hecho colapsar en los últimos años la inversión que tanto esfuerzo costó levantar. Hoy mismo, el ruido político –los rumores banales de cierre del Congreso y de censura ministerial, la confrontación– no es bueno para la economía, no es el clima que necesita la inversión. Porque la economía no es una máquina, es un árbol que necesita tiempo y un entorno estable para crecer sano y fuerte.

La bicameralidad podría ayudar a la seguridad jurídica que el país necesita. Podría ayudar también a reducir la incertidumbre y evitar la confrontación política innecesaria. El pueblo peruano no estaría en desacuerdo a condición de que no suponga un incremento del número total de representantes parlamentarios. Eso obliga a plantear el retorno a la bicameralidad bajo la condición de mantener estrictamente el número actual de representantes.

Lo previsible es que el debate político sobre la bicameralidad necesite tiempo. Evitando toda precipitación, la eventual elección de un Parlamento bicameral debería contemplarse con miras a los comicios del 2021, con el bicentenario de la República, para regir a partir del siguiente quinquenio.

Por encima de toda coyuntura política se halla nuestra convicción de que solo un mejor debate público podrá contribuir a la institucionalización del Perú. Y alcanzar una sana reforma de las instituciones del país para hacerlas más democráticas. 




REPORTE DE NOTICIAS en Internet

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GOBERNABILIDAD, DEMAGOGIA, AUTORITARISMO, DEMOCRACIA



El Comercio, Correo
El congresista Kenji Fujimori presentó el lunes último un proyecto de ley que restituye las dos cámaras en el Parlamento: una de diputados y otra de senadores.
Fujimori Higuchi afirmó que “la inversión masiva necesita seguridad jurídica”. Agregó que “la bicameralidad es la herramienta”. También dijo esperar que su bancada entienda la necesidad de aprobar esta iniciativa.
De acuerdo al proyecto de ley de Kenji Fujimori, la cámara de diputados tendrá 100 integrantes y la de senadores, 30, el mismo total de congresistas actual.
El Senado que propone crear el congresista tiene entre sus principales atribuciones revisar los proyectos de ley de la cámara de diputados; elegir o remover a los magistrados del Tribunal Constitucional, al defensor del Pueblo y al contralor de la República, con el voto favorable de no menor a los 2/3 de sus integrantes; y ratificar la designación del presidente del Banco Central de Reserva (BCR). La segunda cámara, de acuerdo al proyecto, tiene también la potestad de autorizar los viajes del presidente de la República, y el derecho a la amnistía.
La cámara de Senadores estará a cargo de revisar los proyectos de ley de la Cámara de Diputados y censurar o negar la confianza a los ministros o al mismo gabinete.
El proyecto de ley de Fujimori Higuchi establece que el presidente solo está facultado a disolver la cámara de diputados si esta ha censurado o negado la confianza a tres Gabinetes Ministeriales, cuando en la actualidad es a dos. El Senado, según la iniciativa, no puede ser disuelto.
El planteamiento no elimina la Comisión Permanente ni sus funciones, pero sí estructura una división de funciones entre las dos cámaras: la de diputados tendría iniciativa legislativa; mientras que la de senadores estaría facultada a ejercer el poder político de nombrar representantes de órganos estatales, así como de emprender investigaciones y realizar acusaciones constitucionales.
La iniciativa establece como requisito para postular a la cámara de diputados, además de ser peruano de nacimiento, tener 25 años, mientras que para la de senadores, 35 años.
La iniciativa tiene la firma de Kenji Fujimori y ha sido presentada en la interna de la bancada de Fuerza Popular para la firma del portavoz, Daniel Salaverry. Para presentar un proyecto a la mesa de partes del Parlamento, este debe contar con las firmas de seis legisladores.



Peru21
El proyecto de ley del congresista de Fuerza Popular (FP) Kenji Fujimori para que retorne la bicameralidad ha levantado polémica en el ambiente político.
Legisladores de cinco bancadas se han mostrado a favor de la misma. Uno de ellos, el oficialista Gilbert Violeta, manifestó que “complace que, en el fujimorismo, Kenji Fujimori ayude a crear consenso para restablecer el Senado”.
La congresista de Nuevo Perú (NP) Marisa Glave también se mostró a favor al argumentar que “para la calidad de la legislación, sería bueno que tuviéramos dos cámaras, como las que teníamos antes”. Comentó que este tema viene generando consenso en distintas bancadas.
Javier Velásquez Quesquén, del Apra, resaltó que el proyecto del congresista Fujimori “va en la línea de una reivindicación histórica del fujimorismo con la constitucionalidad peruana”. Velásquez consideró acertado que la propuesta plantee que el presidente de la República solo pueda disolver la Cámara de Diputados y no la de Senadores.
La iniciativa legislativa también fue respaldada por el vocero de Alianza para el Progreso (APP), César Villanueva. “Está demostrado que el sistema unicameral ha sido una fábrica de leyes sin calidad. Es importante tener nuevamente una Cámara de Senadores que ayude a reflexionar”, dijo.
Por otro lado, el congresista de Acción Popular (AP) Yonhy Lescano sostuvo que, aunque 100 diputados y 30 senadores no representarán a los 30 millones de peruanos, el partido de la lampa siempre apoyó la bicameralidad.
No solo los legisladores se mostraron a favor de retornar al Senado. Un miembro del Ejecutivo, como la ministra de la Mujer, Ana María Choquehuanca, coincidió en que aquello “mejoraría la confianza en la población”. Choquehuanca, quien también es parlamentaria, consideró que dos cámaras permitirán que haya “un mayor filtro” que haga posible la creación de mejores leyes en favor de la ciudadanía.
En enero pasado, la ex presidenta del Congreso Luz Salgado declaró a la prensa que veía con “simpatía un pequeño Senado”. “Es importante empezar esta discusión de un pequeño Senado para una próxima reforma electoral, que es una de las tareas pendientes que tenemos”, agregó.
La propuesta de ley de Kenji Fujimori deberá ser presentada al vocero titular del fujimorismo, Daniel Salaverry, que tendrá que decidir si pone su firma para presentarlo.
La propuesta de ley del menor de los Fujimori –que contiene 24 páginas– plantea el regreso de un sistema bicameral, que había sido anulado por su padre, Alberto Fujimori, luego del autogolpe de 1992.
Aunque el proyecto de Fujimori aún no ha sido evaluado en el interior de su bancada, ya tiene el voto en contra de su vocero alterno, Héctor Becerril.
Este cuestiona que “independientemente de que cause gasto o no, el tema es qué podría hacer una Cámara de Senadores que no puede hacer el actual modelo unicameral. No lo considero necesario ni importante”, dijo. “Obviamente se evaluará, pero yo tengo una posición”, agregó.
Aunque el proyecto de Fujimori aún no ha sido evaluado en el interior de su bancada, ya tiene el voto en contra de su vocero alterno, Héctor Becerril.
Este cuestiona que “independientemente de que cause gasto o no, el tema es qué podría hacer una Cámara de Senadores que no puede hacer el actual modelo unicameral. No lo considero necesario ni importante”, dijo. “Obviamente se evaluará, pero yo tengo una posición”, agregó.



Correo
Según fuentes del despacho del hermano de Keiko Fujimori, el proyecto fue entregado a la oficina del vocero Daniel Salaverryel último miércoles 20 de setiembre. Sin embargo, aseguran, hasta el momento no ha obtenido el visto que le permitirá a Kenji Fujimori recoger las firmas de sus correligionarios a fin de tramitarlo oficialmente en el Congreso para su posterior debate.



Expreso
El constitucionalista Víctor García Toma calificó como una “magnífica idea” la propuesta del representante de Fuerza Popular Kenji Fujimori. “La historia acredita que cuando teníamos un sistema con doble cámara [Senadores y Diputados] el nivel y la calidad de nuestros congresistas ha sido mejor que con el unicameralismo”, afirmó.
García Toma explicó que las ventajas que presenta el bicameralismo serían, entre otras, la presencia de una cámara de Senadores con personas más experimentadas en lo político, con una visión más amplia del país.
“Se supone que Diputados o Cámara Baja es una de combate, de discusión, de confrontación. Es la que interpela y la que censura. El gran flujo de iniciativas legislativas debe ser votado y aprobado por ellos. Pero hay temas que deberían tener una segunda mirada, en la Cámara de Senadores”, explicó el constitucionalista.



Correo
El retorno de la bicameralidad es un tema que ha saltado nuevamente a los primeras planas luego de que el congresista Kenji Fujimori lo planteara hace unos días. En su bancada no están convencidos de apoyar su iniciativa de manera corporativa, y tiene incluso detractores allí. El menor de los Fujimori encuentra más bien eco y respaldo en otros grupos políticos.
El titular del Congreso, Luis Galarreta, puso paños fríos a la propuesta y precisó que “nunca se ha tratado este tema dentro de su bancada” y que “no ha sido un tema en nuestra agenda, más allá que sé de algunas opiniones a favor o en contra”.
El Poder Ejecutivo también ha presentado un proyecto de cara a la bicameralidad. Entonces, el ministro de Defensa, Jorge Nieto, explicó que la conformación se daría con 100 diputados y 30 senadores.



Peru21
Fujimorismo bicameral
Juan José Garrido
Si bien es cierto que el benjamín de los Fujimori les ha hecho las cosas difíciles a su hermana y su partido, sería bueno que la bancada de Fuerza Popular le dé una leída al proyecto presentado por el congresista Kenji Fujimori para restituir la bicameralidad (léase, la presencia de dos cámaras legislativas, una de diputados y una de senadores). Cierto, no es la única propuesta de este tipo dando vueltas en el Congreso, por lo cual nos referiremos a la idea en general y no a un proyecto en particular.
Para empezar, sería una magnífica manera de acercar a los electores con sus representantes. Si bien es cierto que los congresistas son hoy elegidos por distrito electoral múltiple (plurinominal), no están directamente ligados a sus representados. Se podría pensar en distritos uninominales o de otro tipo, pero ese fin sería el indicado: que los electores estén representados en realidad, y no en el papel, como es ahora.
Otra razón es para minimizar la producción de leyes innecesarias o perjudiciales. Cuando el Perú requería reformas urgentes y múltiples, posiblemente una cámara como la actual funcionaba y servía a nuestras necesidades. Hoy vivimos otra realidad: lo que necesitamos es filtros, y que las propuestas sean discutidas a profundidad.
Una de las quejas es la multiplicación de los escaños y del costo operativo del Congreso bicameral. Pero eso no es necesariamente cierto: basta con limitar en 130 el número total (95 diputados, 35 senadores, por ejemplo) o incrementarlo ligeramente (140 o parecido en total). En todo caso, el incremento sería tan leve que no sería una razón suficiente para poner de lado las ventajas del sistema bicameral.
Existe un área sobre la cual espero la opinión de expertos, y se trata de la necesaria reducción de leyes, regulaciones y ordenanzas absurdas que existen y que, en la mayoría de casos, se superponen. ¿Podría existir un mecanismo de revisión más expedito? ¿Habría que formar una comisión especial? ¿Y en el caso de reformas, cuál sería el flujo en dicha realidad?






ELECCIONES, PARTIDOS, ENCUESTAS, MEDIOS, PSICOSOCIALES



La República
Fuentes de Peruanos Por el Kambio informaron que cualquier decisión que se tome respecto del posible indulto humanitario a favor de Alberto Fujimori será solo después de que el gabinete de Mercedes Aráoz haya obtenido el voto de confianza del Congreso.
Aráoz y su gabinete asistirán el jueves 12 de octubre al Parlamento. Luego, recién se tomará una decisión.



Expreso
El extitular del Congreso Ántero Flores-Aráoz dijo no tener la impresión de que el presidente Pedro Pablo Kuczynski haya puesto “en la congeladora” un posible indulto al exmandatario Alberto Fujimori, porque seguramente –opinó– su decisión final está en espera del momento adecuado.
“No creo que el indulto a Fujimori esté congelado. No creo tampoco que este momento sea el adecuado para hacerlo. Yo lo que creo es que hay mejores momentos y que seguramente el Presidente de la República los está esperando”, comentó a EXPRESO.
Flores-Aráoz agregó que tampoco considera que las recientes declaraciones vertidas por el Premio Nobel Mario Vargas Llosa hayan hecho retroceder a Kuczynski en su intención de otorgar la gracia presidencial al líder histórico del fujimorismo. “Que pueda haber influido el señor Mario Vargas Llosa [en esta decisión del Presidente]… Mario Vargas Llosa no influye ni en la señora Isabel Preysler [su actual novia]”, aseguró.
“La lucha contra el terrorismo, la direccionalidad económica del país, y lo dice alguien que lo sufrió porque fui uno a los que expectoraron del Congreso el 5 de abril de 1992. Creo que el indulto a Fujimori tiene un fin pacificador tal como lo dijo Enrique Ghersi”, finalizó.
Para el analista político Carlos Tapia, como ya se resolvió la confrontación del Ejecutivo con el Congreso con el Gabinete encabezado por Mercedes Aráoz, el indulto a Fujimori está a la puerta.



Expreso
El presidente Pedro Pablo Kuczynski mantiene en septiembre una aprobación de 20 % y una desaprobación de 69 %, cuando en agosto tuvo 2 % de respaldo y un 64.3 % de reprobación. La presidenta del Consejo de Ministros, Mercedes Aráoz, inicia su gestión con 44 % de aprobación y 39 % de rechazo, según el mismo estudio.
Respecto de la imagen política de las principales figuras del fujimorismo, los peruanos le otorgan un 37 % de aprobación y 50 % de desaprobación a Keiko Fujimori, lideresa de Fuerza Popular. Su hermano Kenji Fujimori, por su parte, tiene igualmente un 37 % de aprobación y un 47 % de desaprobación.
Respecto al nuevo proceso disciplinario abierto a Kenji Fujimori por Fuerza Popular,  los peruanos expresaron su respaldo al legislador. Según el estudio de CIT Perú, un 59 % de encuestados dijo desaprobar que el menor de los Fujimori vaya a ser expulsado de eta agrupación, mientras un 22 % estuvo a favor de la medida disciplinaria y un 19 % no respondió.
Financiamiento: Diario Expreso y CIT.
Grupo Objetivo: Hombres y mujeres de todos los niveles socioeconómicos del Perú entre los 18 y 70 años.
Tamaño de la población: 21’118,021 habitantes
Tamaño de la muestra: 1,220 casos efectivos.
Margen de error: +/- 2,8 %.
Nivel de confianza: 95 %.
Nivel de representatividad: 88.6 %.
Fecha de campo: 21 y 22 de septiembre 2017



El Comercio
Kenji Fujimori ha sido citado para este jueves a las 12:30 p.m. al local partidario de Fuerza Popular, en el Centro de Lima, a fin de que dé sus descargos en el marco del segundo proceso disciplinario iniciado en su contra al interior de su bancada.
Al legislador se le imputan seis presuntas infracciones, entre las cuales publicar un artículo de opinión en un semanario, emitir mensajes en Twitter y haberse cubierto la boca con una cinta en el pleno del Congreso del 14 de setiembre, cuando se debatía una nueva ley contra el transfuguismo planteada por su propia bancada.
Tomando ese escenario en cuenta, ¿cuán sólidos podrían ser los cuestionamientos contra el parlamentario? Fujimori aún prepara su estrategia y, según pudo conocer El Comercio, apuntaría a defender su libertad de expresión. Así, una eventual expulsión de la bancada podría verse como un acto muy forzado.
Para el abogado constitucionalista Aníbal Quiroga, criterios técnicos de proporcionalidad entre los hechos imputados y las sanciones contempladas en el reglamento interno no implicarían -a su juicio- una expulsión. “Sin duda alguna, ha hecho uso de su libertad de expresión. Lo que pasa es que esa libertad de expresión colisiona con los principios de su partido, pero no colisionan tanto como para que lo suspendan por pensar diferente”, consideró Quiroga acotando que no ve mayor solidez en los cuestionamientos.



El Comercio
Los voceros de Fuerza Popular y la primera ministra Mercedes Aráoz se mostraron sonrientes durante y al término de la primera reunión que sostuvieron en el Congreso de la República.
El encuentro –a casi dos semanas de la sesión del voto de investidura– entre la nueva jefa del Gabinete y los congresistas Daniel Salaverry, Héctor Becerril y Milagros Salazar, portavoces del fujimorismo, duró una hora y se desarrolló en una de las oficinas de Fuerza Popular.
Ninguno aceptó preguntas de la prensa al término de la reunión.
Esta cita marcó el inicio de una ronda de conversaciones de la presidenta del Consejo de Ministros con las bancadas. El objetivo es lograr el apoyo de los grupos parlamentarios para el voto de confianza, previsto para el 12 de octubre.
Salaverry aseguró que han “renovado su compromiso” con el Ejecutivo de apoyar proyectos de ley que envíen al Congreso sobre esos temas. “Estamos seguros de que este nuevo diálogo que se ha abierto entre la bancada y el Ejecutivo dará frutos”, concluyó.
Héctor Becerril precisó que la cita “no implica una obligación o un compromiso” de dar el voto de confianza al nuevo Gabinete. “No se puede garantizar que no habrá más censuras. Si algo amerita una interpelación, la vamos a hacer”, remarcó.
Becerril dijo que el indulto al ex presidente Alberto Fujimori “no se tocó” durante la reunión.



La República
El viraje
Mirko Lauer
La actuación de Mercedes Aráoz viene siendo definida, según el cristal con que se mire, como el logro de una tregua que era urgente, como un proceso de claudicación del Ejecutivo, como una expresión de la influencia del Apra, e incluso como una hábil maniobra para mantener a raya a Fuerza Popular.
El descontento de las voces antifujimoristas ya es evidente. Pero todavía es temprano para una definición exacta, pero el giro dado por el gobierno es evidente, y en cierta medida misterioso. ¿Por qué el relativo éxito de la cuestión de confianza ha venido seguido de una política de acercamiento a posiciones de la mayoría FP del Congreso?
Una respuesta fácil es que el Ejecutivo necesita el voto de confianza para el gabinete Aráoz. Pero si ese es el objetivo, entonces se está entregando realmente mucho. El problema aquí no son los gestos conciliadores, quizás comprensibles, sino el riesgo que parecen estar corriendo las políticas del gobierno en algunos sectores.
A pesar de sus problemas con Kenji, la mayoría FP no ha cambiado en lo esencial. Algunos voceros particularmente polémicos y destemplados han sido puestos en suspenso. Pero la acometividad sigue presente, y con ella el peligro de nuevos bloqueos a la marcha del Ejecutivo. Hay nuevos ministros bienvenidos, pero otros siguen en la mira.
Los sectores antifujimoristas de la política suspendieron el juicio frente al nuevo gabinete por unos días, pero ahora ya hay reclamos. La tajante advertencia de Mario Vargas Llosa es clara señal de que hay quienes están esperando que Pedro Pablo Kuczynski cruce una línea de no retorno en su presidencia.
Faltaría recorrer un trecho para llegar a esa línea. Pero este primer espectáculo de un PPK empezando a inclinarse hacia otro tipo de derecha ha sobrecogido a muchos. En especial a aquellos que lo apoyaron en el 2016 a pesar de no compartir sus puntos de vista. Definitivamente esperaban más.
Estaríamos, pues, ante un resultado paradójico de la medida de fuerza que el antifujimorismo le reclamaba a PPK. Esas personas entendían mejor a PPK como el liberal acosado por FP, al que se le reclamaba hacer más política. La política del PPK actual no les gusta, pero quizás ella era predecible.



Expreso
Entrevista a Enrique Ghersi
-¿Cuál es la reflexión que le amerita el gabinete de Mercedes Aráoz?
Esta es una nueva oportunidad para que las fuerzas políticas se pongan de acuerdo y desarrollen consensos mínimos en beneficio del país. A mí la doctora Mercedes Aráoz me parece una líder estupenda, es una mujer de gran capacidad e inteligencia y, sobre todo, de una gran fuerza de voluntad. Una persona muy trabajadora, con gran experiencia en el sector público. Yo creo que ella lo va a hacer muy bien. Y creo que en el caso de Fernando Zavala, era también un hombre con mucha capacidad, muy bien intencionado y con experiencia, pero no tuvo la fortuna de ponerse de acuerdo con el fujimorismo que prefirió contradecirlo que ponerse de acuerdo. Vivimos un momento de gestar los grandes consensos nacionales y creo que Mercedes Aráoz, al recibir un voto de confianza casi unánime como el que va a recibir, tendrá una responsabilidad estupenda para hacer un relanzamiento de la política económica y social del país.
-¿Usted tiene alguna observación con respecto a los seis cambios ministeriales o puntualmente con algunos de los ministros?
A mí me parece que todos son gente muy capaz. Todos tienen experiencia en sus temas. Algunos de ellos son gente muy experimentada como el señor Idel Vexler o el señor Fernando D’Alessio. Como siempre, las personas que tienen una gran experiencia son objeto de críticas, pero creo que son injustificadas. Hay que darles la oportunidad de trabajar y estoy seguro que lo harán muy bien. Además en el gabinete hay gente de primer nivel como lo es Bruno Giuffra y Pedro Olaechea. Ellos tienen también una oportunidad -ahora que se ha refrescado el ambiente político- de sacar adelante todas las iniciativas que tienen en mente. Yo soy muy optimista y estoy seguro que las cosas mejorarán en el país.
-En estos días se ha estado comentando sobre el inminente indulto al expresidente Alberto Fujimori. ¿Qué piensa sobre esa posibilidad?
El indulto es una facultad presidencial irrestricta. El Presidente tiene el derecho de indultar a quien le dé la gana. Yo no creo que exista ninguna forma de aceptar una restricción a la facultad presidencial. Hay normas que se han aprobado que son de menor jerarquía que el mandato constitucional. De tal manera que yo creo que no existe ninguna limitación, ni ninguna restricción que sea aceptable constitucionalmente a la facultad presidencial de indultarlo. Cuando el presidente Kuczynski decida, si decide indultar al presidente Fujimori, está en su derecho y es su facultad. Es más, creo que el indulto tiene hoy en día un propósito pacificador del país. Creo que en este momento hay que buscar la reconciliación y la concordia. Fujimori ha estado preso casi 17 años, lo que significa que ya recibió claramente una sanción. Además lo están indultando, nadie lo está perdonando. El indulto va a ser por razones humanitarias. Por lo que él hizo fue sentenciado, bien o mal -es cierto- pero recibió una sanción en los tribunales peruanos. Esa sanción se ha cumplido. El presidente Kuczynski tiene la facultad de indultarlo por el saldo del cumplimiento de la pena que le queda. Hay otros presidentes que deberían estar en la cárcel y no han estado ni un minuto. En cambio Fujimori ya estuvo 17 años preso. Eso debe ser evaluado.
-Se entiende esa postura pero existen personas representadas por la izquierda y por otros sectores políticos que se muestran reacios a esa posibilidad.
Pero también hay gente de izquierda en el Gabinete. Ahí está el señor Jorge Nieto que cuando éramos estudiantes en la Católica era del Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Él es un hombre de izquierda y no me parece que esté en desacuerdo. Más bien creo que él es uno de los grandes alentadores del indulto. Lo mismo el ministro Carlos Basombrío y el congresista Gino Costa que, cuando estudiábamos en la universidad, este último sucedió al señor Nieto como presidente de la Federación de Estudiantes de la Católica. Todos ellos son de izquierda progresista y creo que ellos entienden que por razones políticas –claramente–llega un momento en que indultar es un gesto político de reconciliación y que estarán de acuerdo. Por supuesto, habrá gente que no esté de acuerdo y es muy natural, pero en un momento en el cual están saliendo los terroristas por el cumplimiento de su pena, pienso que la consideración del indulto como una decisión política es una acto de reconciliación meritorio que el Presidente debe evaluar.
-¿Cómo analiza la situación que vive el congresista Kenji Fujimori en el Congreso?
A mí me parece muy bien porque es un gran líder. Como dice Alan García, las cometas suben contra el viento. Es una frase que siempre repite. Es decir, en política se crece no a favor del viento sino en contra de él, igual que las cometas. Yo creo que Kenji Fujimori está haciendo una carrera política espectacular. Ya dependerá de él, de su talento y habilidad que se convierta en un líder nacional, pero no cabe duda de que Kenji está desarrollando una carrera política sumamente importante y que la defensa a ultranza de la libertad de su padre le va a redituar electoralmente grandes beneficios. Los peruanos van a valorar inmensamente los esfuerzos que está haciendo Kenji por la libertad de su padre. Yo creo que, más allá del cálculo electoral, Kenji actúa honestamente cuando busca la libertad de su padre.
-¿Que Kenji Fujimori sea el abanderado de la libertad de su padre no la deja a Keiko en un segundo plano muy comprometedor?
No creo que la deje en un segundo plano porque Keiko tiene un poder propio desde el control de su partido y su bancada. De hecho es la primera fuerza política del Perú, pero claro –si ellos no se llegan a poner de acuerdo– una pelea dinástica al interior del fujimorismo puede hacerle daño a los dos. Esto porque la división del fujimorismo podría condenarlos a perder eternamente las elecciones.
“Estoy seguro que Keiko quiere la libertad de su padre”. “No creo que Keiko Fujimori no quiera que su padre salga de prisión. Pensar así me parece una mezquindad. Yo no creo que una hija, mucho menos una mujer inteligente como Keiko, que ha sido dos veces candidata a la presidencia de la República y que la última vez perdió por muy poco, sea capaz de un pensamiento así. Yo estoy seguro que Keiko también añora enormemente la libertad de su padre. Tiene diferencias políticas con la forma de su liberación y discrepancias por el liderazgo que le está disputando su hermano Kenji. Eso es otra cosa”, afirma Enrique Ghersi.



El Comercio
Entrevista a Alvaro Vargas Llosa
(…)
-¿Cree que la relación entre Fuerza Popular y el Gobierno puede mejorar, tras la designación de Mercedes Aráoz en la PCM? ¿Por qué?
Mejorará si el gobierno transmite firmeza, es decir si el fujimorismo se da cuenta de que Pedro Pablo está dispuesto, si es necesario, a forzar, dentro de la más absoluta legalidad, la convocatoria de elecciones para elegir un nuevo Congreso…



El Comercio
PPK-Keiko: una tregua entre dos
Pedro Tenorio
Vale la pena preguntarse si hay razones para prolongar la tregua que desde hace nueve días –desde que se instaló Mercedes Aráoz en la Presidencia del Consejo de Ministros– existe entre el Gobierno y el fujimorismo. Hoy se da por descontado el voto de investidura que Aráoz buscará ante el Congreso. Pero de ahí en adelante, ¿qué puede suceder? ¿Volveremos a las disputas interdiarias que sazonaban las relaciones entre Fuerza Popular (FP) y Fernando Zavala o se prolongará la ‘pax política’ alcanzada por Pedro Pablo Kuczynski tras renovar su Gabinete? Creo que existen incentivos para mantener esta tregua, cuando menos, a mediano plazo.
El primero tiene que ver con que se confirmó que tanto el Gobierno como el Parlamento están lejos de merecer una nota positiva por parte de la ciudadanía. Y en lo que respecta al Congreso, se trata de un resultado cosechado a pulso por el fujimorismo dado su control absoluto del mismo. En 14 meses falló PPK, pero también Keiko Fujimori como lideresa de una mayoría parlamentaria que debió marcar la diferencia ante un gobierno débil, y no lo hizo. Disparar sobre los errores y escándalos –presuntos o reales– del Ejecutivo no es suficiente. Según GFK, 77% de encuestados a nivel nacional desaprueba al Legislativo y solo 19% lo respalda.
Por tanto, es hora de que ambos poderes dejen de pisarse los pasadores. Si no, como hemos advertido aquí, servirán el terreno para fuerzas políticas ajenas al desgaste que ya se percibe y que conviene menos que a nadie al partido naranja.
Un segundo incentivo es que tanto ppkausas como fujimoristas padecen serios problemas internos. El Ejecutivo necesita afinar su maquinaria ministerial llevándola a un terreno en el que las percepciones demandan funcionarios recorriendo el país y ensuciándose los zapatos. “Perú 21” publicó ayer un informe basado en cifras del MEF que indica que a este mes seis ministerios han gastado por debajo del 50% de su presupuesto. Sectores claves como Transportes y Comunicaciones, Producción, Agricultura y Comercio Exterior están en deuda. Y si bien ahora hay planes, urge acelerarlos.
Del lado naranja, la pugna entre la guardia dorada de Keiko y Kenji está llegando a un punto perjudicial para la imagen de esta. ¿No tendrían que superarlo antes de decirle a los demás cómo manejar sus asuntos? Un probable indulto humanitario para Alberto Fujimori (al que ya nadie en el Ejecutivo se opone públicamente) tendría un efecto devastador para FP en las actuales circunstancias. Keiko necesita consolidarse internamente de cara a un tercer intento presidencial. Razones hay para dejar que el Ejecutivo respire y reorganice la casa. Son semanas claves para entender si habrá –o no– tregua para rato.



La República
Soñando con otros sabores
Mirko Lauer
Algunos voceros de Fuerza Popular dicen que su partido no le teme a una nueva elección parlamentaria. Un típico caso de desmesura. Pero a la luz de las cifras a continuación, quizás deberían pensarlo dos veces.
En la encuesta GfK 65% de la población aprueba un cierre del Congreso de darse una segunda censura (71% en Lima). Se entiende que eso viene con una nueva elección, en la cual 73% dice que votaría por un partido diferente de los que hoy ocupan curules. Por último 22% dice que votaría por uno de los grupos actuales.
Son opiniones fuertes, que conciernen a todos los que ejercen el poder central hoy en el Perú, e incluyen por igual a los disueltos y a los disolvedores. La encuesta no define a esos partidos diferentes y alternativos. Pero el naipe no es tan largo, y debemos pensar que están allí los que se quedaron afuera en el 2016.
Las dos preguntas de GfK son más interesantes que las de un sondeo de circulación restringida hecho por Ipsos en agosto, donde simplemente se pedía elegir entre los grupos del Congreso. En esa gana FP, por amplio margen, algo que también sucede en esta encuesta de GfK. Pero Ipsos no tomó en cuenta una nueva situación.
Incluso si juntamos los dos tipos de pregunta, GfK muestra que hay una resistencia a votar por lo conocido. En grupos actuales al lado de grupos nuevos, estos últimos suman 27% (un punto más que FP), a lo cual se puede añadir el 26% de blanco, viciado, NS/NP. Incluso en una pregunta tipo Ipsos, otros, blanco, viciado, NS/NP suman 42%.
Algunas ideas sueltas e hipotéticas se desprenden de todo esto. No habría premio electoral para el partido PpK si cierra el Congreso. Hay posibilidades reales de que FP pierda su mayoría absoluta. Se daría un momento de oportunidades para los grupos que el JNE dejó fuera de la competencia presidencial en el 2016.
Pero una idea nada hipotética es que tanto el Ejecutivo como el Congreso van a tener que pasarse casi cuatro años remando por igual frente a un amplio descontento de la población. Para entender esto bastan las cifras de aprobación del presidente (22%) y el Congreso (19%). La nueva elección sería contra ambos sectores.



Peru21
Treguita para PPK
Luis Davelouis
Según GfK, la lista de quienes desaprueban la gestión del presidente es como sigue: el 72% de los que usan Internet; el 80% de los que no usan Internet; el 79% de los que se informan principalmente a través de televisión de señal abierta (deja de mentir, fujitroll); el 76% de los que se informan por radio, prensa y cable; el 72% de los que se informan por Internet, y el 64% de los que votaron por él. Síntesis, 3 de cada 4 peruanos desaprueban a PPK.
Lo mismo al Poder Judicial y al Congreso: tienen 76% y 77% de desaprobación, respectivamente, tan bien repartida como el Ejecutivo. Solo 19% aprueba la gestión del Congreso con notoria mayoría fujimorista. Al presidente del Congreso, Luis Galarreta, lo aprueba el 18%. El cuestionamiento de la legitimidad del Poder Judicial es lamentablemente consuetudinario; y respecto al Congreso, no importa mientras la mayoría absoluta siga en poder de la BanKada.
El fujimorismo no responde a ninguna realidad que lo desfavorezca: si casi no le hace caso ni a la Constitución ni a los fallos del Tribunal Constitucional y casi casi desconoce el resultado de las elecciones, poco es una encuesta.
Pero aquí hay algo interesante: más de 6 de cada 10 peruanos estarían de acuerdo con la disolución del Congreso si este censura otro gabinete. Entre ellos, el 54% de los que votaron por Keiko Fujimori en 2da. vuelta lo aprobaría. Solo 5% no tiene opinión. Si así fuera, FP conseguiría el 30% de los votos (más o menos lo mismo que ahora), pero sin repetir congresistas. Qué miedo esos suplentes si estos son los titulares.

Los congresistas deberían tener más cuidado cuando se refieran a las encuestas para legitimar sus iniciativas interpeladoras o de censura. Podrían estar disparándose a las piernas.