ESTA NOCHE,
donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.
La opinión en MEDIA
COLUMNA representa exclusivamente a su autor. Usted puede reenviar y publicar
libre y
gratuitamente cualquier
MEDIA COLUMNA tomándola de este correo o de
jorgemorelli.blogspot.com
MEDIA COLUMNA
Al otro lado del
túnel
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
jorgemorelli.blogspot.com
La interpelación de la ministra Martens no es solo inoportuna.
Es simplemente inútil, porque su renuncia es inminente una vez concluida la
huelga.
El gobierno ha cortado la huelga como un salame, por tajadas. Primero
pactó con el Sutep oficial de Patria Roja , luego con los sindicatos del Cusco
y de otras regiones. Hasta que finalmente solo quedó el dirigente Pedro Castillo
en su torre. Como no ha escuchado razones y ha pretendido manipular a la opinión
públicas con pretextos pueriles, su intransigencia ha quedado en evidencia no
solo ante la opinión pública en general, sino ante los maestros. Y también ante
sus propios mentores filo senderistas, quienes ya le ordenan parar la huelga, porque
han quedado expuestos.
Castillo debió cerrar el acuerdo en su momento. Perdió
la oportunidad. El tiempo corre ahora en contra suya. Hartos los padres de
familia y cansados los maestros de tantos días de inútil espera, la huelga ya pesa
demasiado y -como pronosticara el dirigente sutepista Rolando Breña Pantoja- se
ha “desflecado”.
Resta, sin embargo, darle un final justo a la huelga del
magisterio. Y aquí es necesario distinguir ciudadosamente, de un lado, lo que
es justo para el maestro y, de otro, lo que es justo para el país, que necesita
reformar la educación.
En el centro del escenario está el miedo al despido. Y esto se
halla asociado al temor de la presunta manipulación de las evaluaciones de las
que los maestros desconfían –digámoslo crudamente- porque están convencidos de
que no son para evaluarlos sino para despedirlos.
Porque, en efecto, desde el punto de vista de lo que es justo
para el país, hacen falta las plazas que actualmente ocupan los menos
calificados para dárselas a nuevos maestros mejor calificados. En eso consiste
la meritocracia.
Nadie –ni siquiera Castillo- discute la necesidad de la
evaluación y la capacitación previa. Es lo justo para el país. Pero el debate ha
derivado luego hacia la cuestión de cuántas evaluaciones son las justas para el
maestro. Y se ha colocado en tres evaluaciones la línea divisoria de lo que
sería justo para el país, como si esta fuera la médula del problema.
Desde el punto de vista del maestro, sin embargo, ¿cuántas
evaluaciones serían las justas? Luego de tres o más, algo nuevo habrá aprendido
y puede aprobar la evaluación. Alternativamente, aburrido de intentarlo, puede acogerse a la jubilación temprana que el gobierno
le ofrece ahora y dedicar su tiempo a otra cosa
menos frustrante y más productiva para su familia.
Si la dirigencia no lo acepta, sin embargo, ¿el país va a hacérselo tragar a punta de gas lacrimógeno? Un país decidido a
reformar seriamente su educación pública, ¿no puede acaso crear las nuevas
plazas que hagan falta sin tener que despedir previamente al maestro menos
calificado? Este es un asunto de números. La jubilación es solo para los que
tienen 55 años. A los restantes, ¿es imposible acaso adelantarles un año de sueldo
a cambio de su renuncia? Esto no es injusto para el país, porque el maestro no
tiene la culpa de que se lo nombrara en un puesto con estabilidad absoluta sin estar
calificado, y se le permitiera permanecer indefinidamente en él dentro de un
sistema corrupto sin evaluación ni mérito.
Esto es lo que hizo el país, por mucho que hoy estorbe la reforma.
¿Invertir en evitar un despido traumático para hacer viable la reforma es
demasiado? ¿En qué universo paralelo es mejor, en vez de eso, incubar el miedo
al despido, desatar el pánico y generar una huelga devastadora como la que hemos
visto, donde los maestros y el país hemos perdido no solo millones, sino la
oportunidad de recuperar la confianza de unos en otros?
Hoy es el momento de hallar una solución no solo principista
sino práctica a este gigantesco despropósito que hemos tolerdado por décadas. Es
hora de dejar atrás la visión de túnel, pensar fuera de la caja y salir a la
luz del día.
REPORTE DE NOTICIAS en Internet
-Las siguientes notas periodísticas de
política y economía han sido seleccionadas, editadas y ordenadas
temáticamente. No se las debe citar como
tomadas directamente de sus fuentes originales, las mismas que se indican
sólo como una forma de reconocer el crédito
y agradecer la cortesía.
GOBERNABILIDAD, DEMAGOGIA, AUTORITARISMO,
DEMOCRACIA
Expreso
Sondeo de la página web de EXPRESO
Sobre 1,707 votos a las 3:25 pm del sábado 26 ago 2017
Pregunta:
¿Considera una falta
de respeto a la investidura presidencial que el congresista Héctor Becerril
haya dicho que Pedro Pablo Kuczynski es un “ausente mental”?
Respuesta:
Si 71% (1,214 votos)
No 29% (493 votos)
Expreso
Una grave falta de respeto
a la figura presidencial cometió el portavoz alterno de Fuerza Popular, Héctor
Becerril, cuando acusó a Pedro Pablo Kuczynski de estar “ausente mentalmente” y
no gobernar el país, “por lo que da igual si se encuentra de viaje o no”, en
momentos en que se debatía el permiso para que el jefe de Estado efectúe una
gira a Estados Unidos y al Vaticano.
Las declaraciones del
fujimorista, quien es conocido por sus exabruptos verbales, fueron
rechazadas por varias bancadas, que criticaron los adjetivos calificativos en
contra del mandatario. “Tenemos un Presidente a medio tiempo, tres horas está
por el Palacio, luego está en otras actividades. Tenemos un Presidente no solo
ausente, sino un presidente también ausente mentalmente”, afirmó Becerril
durante su participación en el debate.
“A todos nos consta el mal
manejo que ha realizado no solo la ministra [Marilú Martens] sino también el
Presidente, que en su momento interfirió en el diálogo con los maestros; pero
colegas, pregunto yo, ¿qué hace el Presidente acá en el país? ¿Gobierna?
Obviamente que no gobierna”, se respondió.
El vocero de la bancada de
Peruanos por el Kambio (PpK), Vicente Zevallos, declaró que “expresamos nuestro
profundo rechazo como bancada a los adjetivos calificativos que expresa de
manera reiterativa uno de los voceros. Me refiero a Héctor Becerril, que ha
tenido el atrevimiento de adjetivar la conducta del señor Presidente”, afirmó.
Carlos Bruce consideró una
afrenta al mandatario las declaraciones de Becerril. “Es un comentario que no
ayuda al país, al contrario, si los dirigentes políticos nos vamos a expresar
en esos términos, vamos a empeorar aún más la situación”, indicó. Le pidió al
fujimorismo discrepar con altura y no adjetivar a los políticos, y con mayor
razón al mandatario de la Nación, ya que ese tipo de conductas crean un clima
de mayor crispación.
Expreso
Nancy Miller entrevista a
Hernando de Soto
El presidente Pedro Pablo
Kuczynski y Alberto Fujimori requieren de una dosis de coraje para entender que
la informalidad necesita de la visión de un jefe de Estado que diga: “ahora me
toca tender a mí la paz” a un exmandatario que ganó la guerra contra la
subversión y el terrorismo, como lo cree un 50 % de los peruanos. Así lo señaló
a EXPRESO el reconocido economista Hernando de Soto.
En ese sentido, dijo que
el indulto a Alberto Fujimori no debe parecer solo como la decisión de un
carcelero débil [Kuczynski] respecto a un criminal perdonado; por el contrario,
tiene que significar el cierre definitivo de una guerra, que si bien fue ganada
hace más de 25 años, todavía está latente.
Pero, por qué es tan
importante que ambos líderes tengan un punto de encuentro, preguntamos. Ante
ello, De Soto dijo que es necesario decirle al país que el trasfondo de lo que
está ocurriendo hoy (huelga de maestros, marchas de trabajadores, paro en
algunos proyectos mineros, las inversiones que no llegan) se debe a que hay un
renacimiento de ese país que está frustrado con esta modernidad, porque ve que
solo le alcanza a unos cuantos y no tanto a otros.
“Evidentemente la huelga
de los maestros y el hecho de que se ha identificado fuerzas subversivas dentro
de ella, y que se está viendo ahora que están en todas partes, va a permitir
escoger prioridades. Si uno logra esclarecer dónde está el problema, entonces
en ese momento el país se va a dar cuenta qué caminos hay que escoger”, indicó.
En ese estado de las
cosas, el economista de fama mundial dijo que se debe aprovechar que el
presidente Kuczynski ha dicho que está considerando la citada gracia
presidencial. “Pero no que sea un indulto que parezca una decisión de un
carcelero débil, sino que evaluemos qué hemos hecho en los últimos 25 años para
saber hacia dónde vamos a ir y por qué hemos perdido el norte”.
Explicó que esa es la
razón por la cual plantea que en lugar de ver problemas en el tema de la
libertad del expresidente, este sea percibido como un símbolo. “Es decir, que
se comience a comprender que muchos de nuestros problemas nacen de una guerra
incompleta”, precisó.
De Soto comparó el
eventual entendimiento entre PPK y Alberto Fujimori con lo ocurrido en 1984 en
el cementerio de Consenvoye,
en el noreste de Francia, durante el homenaje a los caídos
en la batalla de Verdún de la Primera Guerra Mundial. Fue allí cuando el
entonces presidente de Francia, François Mitterrand, y el canciller alemán,
Helmut Kohl, se tomaron de la mano dando un mensaje para cerrar definitivamente
las cicatrices de la conflagración.
“Ni Mitterrand había
peleado en la guerra ni Kohl había estado en el lado nazi; pero en ese momento
simbolizaban las dos partes del todo y necesitaban juntarse para indicar que
había que mirar las cosas hacía el futuro, por supuesto, con la justicia; pero
que no se iban a estar otros 40 años en juicios que no tengan sentido”,
explicó.
Al preguntársele si PPK y
Fujimori deberían darse la mano como lo hicieron Mitterrand y Kohl, De Soto
respondió que no ve motivo para que ello no suceda. “Es como si en una pelea se
logra conciliar a los mayores peleadores, eso significa que agarró a los que
estaban enfrentados equivocadamente”, dijo.
Añadió que allí se tiene a
una persona que es Fujimori, que ganó la guerra y que utilizó buenas
estrategias, pero también incurrió en varios errores. Y, por otro lado, se
tiene un nuevo presidente “que no estuvo acá y probablemente estaba en Estados
Unidos, con su pasaporte americano y se quedó allá”. Esto representa una buena
parte de los peruanos que no vieron cómo fue la guerra.
Sin embargo, advirtió que
para lograr ese punto de encuentro PPK y Fujimori “van a tener que tragar
saliva”, en la medida en que al exmandatario le falta vencer la arrogancia y
reconocer que ganó la guerra con el apoyo de muchos peruanos, mientras que
Kuczynski tiene que plantarse y decir que ahora le toca a él sentar la paz
porque no es posible que la guerra entre los peruanos esté durando más que la
lid contra Sendero Luminoso.
En el caso del Perú, ganó
su guerra con una valentía que no han tenido los colombianos, porque se fueron
a negociar afuera, a Cuba, pero en nuestro caso no hemos sabido cerrarla,
agregó el autor de El Otro Sendero.
“Si en este momento se
encuentra una forma y los símbolos apropiados para cerrar la guerra, comencemos
a decir desde una altura política: ‘estos son hoy día los acuerdos de la Nación
suscritos y en los cuales cree el 95 % de la población; y nos dedicamos a ver
que hacemos todos juntos para que esto se comience a arreglar’”.
De acuerdo a ello,
precisó, ambos líderes políticos deben ver cuál es el verdadero enemigo. “El
terrorismo y la informalidad son la misma cosa porque los dos expresan la
rebeldía contra el sistema legal existente. Uno asesinando y los otros creando
su propio mundo”, agregó.
¿Y por qué el
entendimiento tiene que ser con Fujimori? Insistimos, a lo que De Soto
respondió que hay un 50 % de peruanos que cree que él terminó la guerra y curó
la economía. “Creo que tienen razón. Ese balance hay que hacerlo porque ya es
tiempo”, sentenció.
Hernando de Soto dijo que
para entender la razón de los problemas que afectan al país es necesario tener
en cuenta que en el Perú existe un 70 % de personas que no están dentro de la
ley. Ello significa que las normas que emite el Congreso y las decisiones
ejecutivas que salen de Palacio de Gobierno son solamente destinadas a ser
cumplidas por ni siquiera el 30 % de la población.
“¿Cómo se puede gobernar
un país que informalmente sigue otras leyes que son las propias? Entonces en un
país donde hay 70 % de anarquía y 30 % que cumple más o menos las leyes es muy
difícil de tratar. Yo creo que el primer problema es el saber y el comprender
dónde está esa informalidad”, indicó.
Dijo que todo el Estado,
en su conjunto, cada año bota 30,000 normas que significan más o menos 106 por
días laborables. “Entonces, la primera cosa que hay que hacer es crear una
formalidad tan buena como la que existe en otros países donde migramos y
aceptar que la ley es el meollo del problema”.
Eso implica no cometer
errores. “Por ejemplo afirmar: ‘voy a bajar el 1 % del IGV pero a sectores que
no pagan impuestos’. ¿De qué sirve abrir ventanas a un edificio al cual nadie
quiere entrar? Y dos, decir que ‘aquí el problema es laboral y dentro de lo
laboral hay inclusive informalidad’. Interesante análisis pero no le sirve de
nada para saber dónde está el problema”.
En ese sentido, dijo que
es necesario saber qué es la informalidad, es decir, de qué partes está
compuesta, cuáles son las reformas que se deben emprender. “La informalidad es
un todo. Analizar por qué muchos peruanos que no cumplen con la ley acá sí lo
hacen cuando van al extranjero. Entonces, se puede encontrar todos los nudos
para desatarlos y que la gente pueda cumplir con la ley”.
Hernando de Soto dijo que
es imprescindible comprender cómo está compuesta la neosubversión. Es decir,
identificar al enemigo para tener un mapa de acción claro para hacerle frente
en las actuales circunstancias.
El Comercio
Un final indeseable
Fernando Rospigliosi
La huelga magisterial está concluyendo de la peor manera
posible, con disturbios en las calles, posiblemente despidos de profesores en
los próximos días, muchos maestros enfurecidos por la manera como han sido
tratados, el Gobierno más debilitado aun mostrando descarnadamente su
inoperancia y falta de rumbo, y la oposición desconcertada tratando de sacar
provecho del desbarajuste pero a su vez entrampada en sus propias
contradicciones.
El
Gobierno no fue capaz de percibir las implicancias de la huelga que empezó como un movimiento
localizado en el Cusco. No percibió el potencial que tenía una situación de una
década de postergación, como la describió el presidente Pedro
Pablo Kuczynski (PPK). Ni las
consecuencias que tendría el inicio en este año de lo que los maestros llaman
las evaluaciones “punitivas”, es decir, las que pueden tener como resultado el
despido.
Como
ha anotado Aldo Mariátegui, lo que ha existido en las últimas décadas es una
suerte de pacto implícito entre el Estado y el magisterio, les pagan sueldos
miserables pero a cambio les dan estabilidad. Ahora se empezaba a romper ese
acuerdo. Es verdad que el Gobierno ha hecho un esfuerzo en aumentar las
remuneraciones, pero no se ha preocupado de explicar y justificar ese cambio de
reglas del juego. Simplemente ha tratado de imponerlas con los resultados que
están a la vista.
Los
tecnócratas decidieron que eso es lo mejor, sin ponerse ni por un minuto en los
zapatos de los maestros que eran los afectados. Si lo hubieran hecho, se
habrían dado cuenta de que se requería una labor de persuasión, de
convencimiento.
Hacen
todo en nombre de la reforma y olvidan que no pueden hacerla contra los
maestros sino con los maestros.
Incluso
PPK entendió que se necesitaba algo de flexibilidad. Lo dijo en la entrevista
con Milagros Leiva el martes 15 y lo repitió en la reunión con los gobiernos
regionales una semana después. Pero no ha tenido la convicción y el liderazgo
suficiente para conducir su propio gobierno.
Otro
gravísimo error ha sido dejarse arrastrar por las versiones policiales
sustentadas por el Ministerio del Interior en el sentido de que los dirigentes
magisteriales son terroristas y no se puede siquiera sentarse a una mesa con
ellos.
No hay
ninguna evidencia de que alguno de los dirigentes vetados sea un terrorista, es
decir, que haya cometido actos terroristas o esté preparándolos. Que algunos
tengan o hayan tenido relación con el Movadef o el Conare, o que tengan ideas
radicales, es una cosa, pero otra muy diferente es que sean delincuentes.
Como
bien ha dicho el general (r) Ketín Vidal, jefe del equipo que capturó a Abimael
Guzmán y la cúpula senderista, “no sabemos qué derivaciones puede tener más
tarde [el Movadef]. Para eso hay que hacer un trabajo exhaustivo en el campo de
la inteligencia, nada se saca con discursos. A veces, por hacer una
confrontación verbal y directa con ellos, se le puede sobredimensionar y eso
termina beneficiando a esa organización”. Y añade que “el ministro del Interior
debe demostrar si estos maestros están implicados en algún hecho subversivo”. (El Comercio, 20/8/17). Hecho
subversivo, no ideas o discursos.
El
presidente de la Confiep, Roque Benavides, ha puntualizado que en el magisterio
“existen otros grupos, pero rechazo decirles terroristas. Hay un error del
gobierno ahí, la mayoría de maestros no tiene que ver con el terrorismo.
Debemos ser cautos con esto”. (“Perú.21”, 20/8/17).
Y la
ministra de Educación, Marilú Martens, en una entrevista con Beto Ortiz: “Lo
dicho por Basombrío llegó a exacerbar a los profesores. Ustedes, los medios,
los políticos contribuyeron. He pedido disculpas”. (Tuit de Ortiz, 24/8/17).
Quizás
todavía se esté a tiempo de cambiar, de sentarse a conversar con los dirigentes
de la huelga. Por lo menos
se les quitaría un motivo o pretexto para seguir con la paralización.
La
dirigencia radical también está entrampada, no sabe cómo terminar la huelga. Al igual que el Gobierno, que
vive en un microclima irreal donde cree que lo está haciendo todo bien y que
pronto la gente se dará cuenta, los líderes magisteriales son prisioneros de
sus discursos maximalistas y están encerrados en un pequeño círculo donde toda
posibilidad de ceder y transar es vista como una traición.
Se
requiere habilidad y operadores políticos para no empeorar las cosas. La huelga finalmente puede ser
aplastada, pero a un costo tan alto que será una victoria pírrica.
LIBERTAD ECONOMICA, GLOBALIZACION,
REFORMAS, INVERSION
El Comercio
El Presupuesto 2018 superará al de este año
(S/142.471 millones) en más de 9%, debido a los gastos en que incurrirá el
Ejecutivo, informó el premier y titular del Ministerio de Economía, Fernando
Zavala.
“Sin reconstrucción estaríamos hablando de 5% y con
reconstrucción 9% y tanto, casi 10%. Eso da la señal de que haremos política
contracíclica”, aseguró.
Añadió que en los próximos 18 meses se acelerará el
gasto público, “para que sea realmente una política contracíclica”.
Hace diez días, Zavala anunció que el
presupuesto fiscal 2018 se elevaría en 7% frente al de este año.
Anunció que se enviará la Ley de Presupuesto al Congreso la próxima semana.
Anunció que se enviará la Ley de Presupuesto al Congreso la próxima semana.
El Comercio
Déjame entrar a tu negocio
Alberto Goachet
En mi
columna de hace un mes abordé la importancia que tiene para los clientes “dejar
entrar” a sus agencias de publicidad a las entrañas de su negocio, de su marca.
De
esta forma, “las agencias vamos a ser mucho más efectivas y trascendentes”, cumpliendo
así el objetivo de ir más allá de una agencia que hace buenas campañas, para
realmente ser un socio estratégico que impacta en su Ebitda.
Contaba
cómo en mi experiencia con aquellos clientes que nos involucraban en conocer
cada cierto tiempo cómo va su negocio, sus resultados en ventas, estrategias
comerciales, etc., podíamos aportar valor más allá de solo traducir “pedidos”
en buenas piezas de comunicación.
Esta
semana, ese paradigma de involucramiento en el negocio de mis clientes cambió:
¡Uno de ellos me invitó a su directorio! Fue la diferencia entre ir a un
concierto de los Rolling Stones y estar con ellos en su camerino.
En
esta ocasión, la agenda del directorio arrancaba con la presentación de la
nueva estrategia de marca y los detalles de lo que sería la primera campaña, y
para mi cliente era importante que lo acompañara a sustentar y presentar los
detalles.
Estaba
tranquilo porque llevábamos algo muy sólido, pero a diferencia de todas las
veces que he tenido que presentar una campaña, esta vez tenía como audiencia al
CEO del grupo, a su mano derecha, a dos asesores de márketing –pesos pesados–,
a dos CFO y al asesor legal. ¿Presión, nooooo? Por supuesto. ¿Por dónde vendrán
las preguntas? ¿Tendré todas las respuestas?
Les
cuento que nos fue muy bien. Hicieron algunas preguntas muy acertadas y
válidas, pero tuvimos las respuestas precisas, lo que les dio la tranquilidad
para darnos luz verde, felicitación incluida.
Pero
lo que marcó esta experiencia fue que, una vez que acabamos, me pidieron quedarme
para el resto del directorio, en donde seguían los temas íntimos del negocio,
como el estatus de utilidades vs. lo planeado, el reporte de iniciativas de
innovación, los detalles de expansión de locales, varios temas críticos por
resolver, etcétera. Obviamente, durante esa hora de discusión, luego de mi
presentación, no dije una palabra. Observaba y escuchaba atento al cruzar a esa
dimensión íntima de mi marca.
Sé que
puede sonar exagerado y hasta sobón, pero les aseguro que mi relación con esta
marca, mi conexión, mi identificación y mi compromiso tienen un antes y un
después de este directorio. Era como si mi cliente hubiera leído mi artículo de
hace un mes y me dijera: “¿Quieres entrar a mi negocio?”. Y acto seguido me
daba un empujón a las entrañas de su marca.
Inclusive,
creo que no solo yo conocí al directorio, sino que ellos conocieron de cerca a
uno de los integrantes de la agencia que tiene la responsabilidad de contribuir
a su negocio. Me atrevería a apostar que la mayoría de miembros de directorios
no solo no conocen a alguien de su agencia, sino que ni siquiera saben cuál es.
Total, lo que importa son los resultados.
Como
dicen en inglés, luego de esta experiencia estoy ‘spoiled’, me malcriaron.
Mi reclamo ahora escaló a otro nivel: ya no solo quiero que me dejen
entrar a su negocio, quiero que me inviten a sus directorios. Las agencias
podemos ser un mejor aliado de lo que pensé. Y de lo que ellos pensaron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario