ESTA NOCHE,
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Límites de la oposición “constructiva”
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
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¿Cuáles son exactamente
los límites de la colaboración que es posible esperar en lo sucesivo entre el
gobierno de Martín Vizcarra y la oposición de Fuerza Popular?
FP declinó
de antemano la posibilidad de asumir el gobierno aun si se lo hubieran
ofrecido. Desaprovecha por segunda vez la oportunidad de aprender a gobernar,
hacer una buena gestión y pedir con autoridad luego al pueblo peruano el 2021
la responsabilidad de la Presidencia.
Debió hacerlo
con Kuczynski. Debería ocurrir ahora. Pero no va a ocurrir. FP no va a asumir
el riesgo. De vuelta ante el mismo dilema, ofrecerá esta vez un apoyo limitado,
condicionado, selectivo dentro de los incómodos límites de lo que entiende por
“oposición constructiva”. Ese es un concepto vacío. No es compromise, sino anticompromiso,
choque y fuga, un encuentro frenético y una despedida culposa: el símbolo de la
era. Operativamente, significa que las iniciativas del gobierno serán pasadas
caso por caso, una por una, por un tamiz receloso que establecerá con
suspicacia si satisfacen suficientemente o no el requisito “opositor” dentro
del marco general “constructivo” de la relación con el gobierno. Y, por
supuesto, nunca lo satisfarán plenamente.
Esa clase de
arreglo es inestable por naturaleza. Va cambiando de criterio de manera
imperceptible y con el tiempo deviene en un trámite mecánico vacío de toda
inspiración que produce una creciente fatiga. Luego da paso a la confrontación.
Lo hemos visto antes. Lo veremos de nuevo.
En la
estrecha mentalidad política que domina el paradigma de la política nacional
hoy no hay espacio para una oposición constructiva. Paradójicamente, décadas
atrás había en la práctica política peruana mucha mayor apertura y tolerancia y
un margen de maniobra más amplio para la colaboración política. Pero tal vez
estaba basado en la confianza, algo que ya no existe.
Agréguese a
la desconfianza generalizada, entonces, el ingrediente volátil e inestable de
la competencia durante el proceso electoral regional y local que se avecina
luego y estaremos de lleno en el escenario de la realidad.
Todo sería
diferente si FP tuviera el valor de entrar de lleno al premierato y poner su
firma entera a una gestión de gobierno. Si
tomó la decision de derribar al gobierno, ¿por qué rehuye la consecuencia
natural de su decisión? Así el pueblo peruano sabría al cabo cuánto vale en la
cancha. El escenario verdaderamente interesante sería aquel en que FP diera el
paso adelante y dijera asumo la responsabilidad en un momento en que el Perú lo
necesita. Pero no tendrá lugar, porque el cálculo pesó más.
Esos son,
entonces, los límites de la colaboración que el gobierno puede esperar de la
oposición.
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