domingo, 24 de febrero de 2019

ESTA NOCHE sábado 23 febrero 2019




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MEDIA COLUMNA
¿Qué dice el oráculo de Omaha?

Jorge Morelli

El gradualismo del ajuste monetario de la Fed con el alza progresiva de las tasas de interés ya es demasiado poco, demasiado tarde. No habría logrado reducir la liquidez a la velocidad necesaria aun si hubiera sido aplicable. Y no lo era. Pronto tocó techo, chocó con el poder. En las últimas semanas, la Casa Blanca le torció el brazo a la Fed, que ya no habla de alzas. Su política encarecia el crédito, lo que desanima la inversión. Y revaluaba el dólar, lo que abarataba las importaciones y las multiplicaba.

Fue el exceso de liquidez lo que incubó la burbuja global que colapsó en 2008. Aun hoy el síndrome de abstinencia del paciente hace peligrar el crecimiento. El paciente no quiso o no pudo aceptar entonces la receta contra la adicción -que es renunciar a ella-, y la única salida que quedó, aplicada en los últimos once años, ha sido seguir administrándole dosis al adicto. Decía Einstein que la locura es seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes. La ilusión ya no existe. El gradualismo no funciona y el shock es políticamente inviable. El problema se resolverá mediante un nuevo colapso global.             

Mientras tanto, los magos privados de la economía global sacan conejos de sombreros. Hay mucho que aprender de ellos. Son el termómetro. Desde hace años hay una fiebre de fusiones empresariales en masa. ¿Las fusiones son realmente inversiones? La adquisición de unas mega empresas por otras no genera riqueza nueva. Solo es un cambio de manos. La causa material -lo que las hace materialmente posibles- es la liquidez ilimitada del sistema financiero global. Los bancos prestan el dinero a tasas bajas, porque necesitan salir de él, y las empresas lo toman para comprar otras empresas.

He aquí un caso emblemático, protagonizado por Warren Buffett, el “oráculo de Omaha”, propietario del famoso fondo Berkshire Hathaway que tiene acciones en Apple, Wells Fargo, Walmart, American Express, Coca-Cola y una multitud de otras empresas globales. Buffett se alió hace seis años con un fondo brasileño para comprar Heinz, la trasnacional de alimentos, que luego se fusionó con Kraft para crear el gigante alimentario Kraft Keinz. Pues bien, Kraft Heinz ha perdido 25,400 millones de dólares en el cuarto trimestre de 2018 con la caída de sus acciones en bolsa. Buffett culpa a unas nuevas reglas contables. O sea, un asunto regulatorio. Esa no es la causa. Buffett anuncia que no seguirá haciendo grandes inversiones por ahora, porque los precios son “demasiado elevados”. ¡Pero es el océano de dinero en el mercado lo que eleva los precios!

Es posible que el modelo esté llegando a su límite. Para relanzar la economía global luego del colapso siguiente hará falta volver a fijar las monedas a un referente universal de valor, como era hasta hace menos de 50 años. Si no lo hace Estados Unidos con el dólar, lo hará China con el yuan. 

Mientras tanto, el viejo mago hace su última jugada magistral al borde mismo del abismo. Decían los griegos que el señor que vive en Delfos ni dice ni calla, solo indica. Es lo que hace el oráculo de Omaha. 


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