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MEDIA COLUMNA
La señal
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
El
resultado de las elecciones en Bolivia en un semana, el próximo domingo 20 de
octubre, va a tener un impacto decisivo en nuestras elecciones del 26 de enero.
Para
Evo es crucial ganar en la primera vuelta, porque perdería la segunda. Evo ya
tiene 60 años y lleva 14 en el poder. El impacto electoral entre los jóvenes -el
34% de la población- de los incendios forestales que se le escaparon de las
manos al gobierno luego de la decisión política de autorizarlos por supuestas
razones económicas, puede ser decisivo del resultado. Su desesperación, en todo
caso, es por la mayoría parlamentaria que le sería esquiva a Evo, con las
consecuencias que ya conocemos.
Es indispensable,
sin embargo, ponernos igualmente en el escenario posible de la enésima
reelección de Evo Morales a la Presidencia de Bolivia hasta el 2025. La novedad
es que, en las actuales circunstancias políticas peruanas, el efecto de una posible
victoria electoral de Evo va a tener un efecto devastador en el voto del Sur
del Perú en enero.
Es el
“efecto aymara”, pero no es lo principal. El peligro del enemigo en las puertas
del Perú viene de mucho más allá. Evo es aliado del Foro de Sao Paulo, de
Caracas y de La Habana. Este es un plan geopolítico que abarca el siglo XXI.
Una
semana después de las elecciones bolivianas, el 27 de octubre, tendrán lugar las
elecciones argentinas, donde el favorito es el candidato del peronismo
kirchnerista, el partido causante de 80 años de desastre económico de la
Argentina. Desastre del que el pueblo hoy culpa al gobierno actual. Es un
sainete mil veces repetido. Pero el resultado de las elecciones argentinas
tendrá igualmente un impacto electoral en las peruanas y sumará a Buenos Aires
al eje la Habana, Caracas, Sao Paulo.
La otra
novedad es que Evo Morales viene de firmar en los últimos días con Vladimir
Putin un paquete enorme de inversiones en infraestructura para Bolivia, que
incluyen el litio, la energía atómica para su explotación, y el tren bioceánico
de Sao Paulo a Ilo.
La
construcción primero de una red local y de un gasoducto luego desde Bolivia a
Ilo, en el plan Siete Regiones para abastecer de gas natural al Sur, pondría la
llave de la energía de todo el Sur del Perú en manos de Evo.
La
licitación aun está pendiente de la decisión de Proinversión, y la estatal de
gas boliviana es uno de los dos postores del proyecto. Algún tiempo atrás
circularon versiones de que el gasoducto lo construiría la estatal rusa Gazprom,
la empresa gigante del gas que abastece a Europa.
De
ganar el postor competidor -un consorcio del que es parte una gran empresa
china- tendremos una señal, porque China y Rusia compiten por los recursos a
nivel planetario. También por los del Sur del Perú. De ganar la licitación, en
cambio, la estatal de gas boliviana, esa será la señal emblemática que definirá
el rumbo político y el significado del gobierno de Martín Vizcarra.
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