Donde usted
se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.
MEDIA COLUMNA
Alcanzar el
gobierno
y no llegar al
poder
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
Hoy en la Argentina gana Macri, ha dicho el famoso periodista argentino Gabriel
Lanata. “Gana Macri. Esto se da vuelta. Guarden este tuit”, dice. Tiene razón a
medias. Pero no es Macri el que gana, sino el peronismo el que hoy perderá. Si se
ve forzado a ir a la segunda vuelta, incluso si gana el gobierno, pierde el
poder.
Esto se debe a los hechos de Chile y su efecto devastador en la vasta clase
media argentina.
La gigantesca manifestación pacífica de más de un millón de chilenos en las
calles de Santiago el viernes contiene
un mensaje. No hubo violencia de ningún tipo. Esto no se debió a que no hubiera
quién intentara generarla, sino a que los focos fueron sofocados de inmediato
por una mayoría de los presentes expresando directa y explícitamente que el
pueblo chileno no se va a dejar expropiar la legitimidad de sus reclamos por
una turba violentista al servicio de un proyecto político ajeno.
Hoy pasará lo mismo en la Argentina.
Nadie debe engañarse respecto de la verdadera motivación de los chilenos.
La no violencia de la marcha no miente. La ciudadanía ha salido a dar un
mensaje en dos direcciones al mismo tiempo: al radicalismo, que la violencia no
pasará. Al gobierno, que las cosas tienen que cambiar. Al día siguiente de los
hechos, grupos de jóvenes salieron espontáneamente a limpiar la ciudad. Son
lecciones de civismo del pueblo chileno.
¿En qué sentido deben cambiar? Pues, en el mismo en que cambió la
sociedad inglesa y alas sociedades europeas en general luego de la Primera
Guerra Mundial: en dirección hacia la igualdad de oportunidades.
En Bolivia, de otras parte, si Evo impone por la fuerza el fraude, habrá
perdido igualmente. Si se aferra al gobierno, pierde el poder. Su cuarta
reelección nace sin legimidad de origen y la legitimidad de eficacia, que en el
tiempo reemplaza a la primera, no le bastará. Su asociación con el Foro de Sao
Paulo, Caracas, La Habana y Moscú le pasará la cuenta.
Las elecciones de enero en el Perú son el siguiente episodio de esta
historia.
La batalla final por el continente sudamericano no ha hecho sino
comenzar. Y, como hace 200 años, se librará en el sur del Perú, el norte de
Chile y Bolivia, por el control de los recursos naturales del siglo XXI: el
cobre, el litio y el agua. Una
victoria electoral de Evo tendrá un efecto de demostración en el voto del Sur
del Perú. No solo en Puno por el “efecto aymara”, sino en Arequipa, Moquegua y
Tacna, por la masiva migración puneña. Pero son malas noticias solo si el Perú no tiene una propuesta para
resolver dentro de un nuevo paradigma el conflicto entre los que tienen los
recursos del subsuelo y los que controlan la tierra sobre ellos.
Afortunadamente, ese paradigma ya existe y será el centro del debate del
Congreso de año y medio.
Por el momento, sin embargo, el “huracán” bolivariano desde Venezuela no
llegó al sur del continente. No logró derrocar a Piñera, ni a Moreno. No logró siquiera
consolidar realmente a Evo en Bolivia y no conseguirá echar mano de la
Argentina. Aunque el peronismo ganara hoy el gobierno, no llegará al poder.
La opinión en MEDIA COLUMNA
representa exclusivamente a su autor. Usted puede reenviar y publicar libre y gratuitamente
cualquier MEDIA COLUMNA tomándola de este correo o de
jorgemorelli.blogspot.com
Todo un galimatías. Desorden y confusión de ideas, desamparo teórico, torpeza intelectual que desmerece el análisis, falta de lógica, liviandad. Anda mejor a asesorar a Kenji
ResponderEliminar