miércoles, 18 de marzo de 2020

MEDIA COLUMNA miércoles 18 marzo 2020


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MEDIA COLUMNA
El peligro es la
condición preexistente


Jorge Morelli
@jorgemorelli1


El coronavirus es una especie de metáfora de la enfermedad de la economía global. Un síntoma.

El virus puede ser letal para las personas que tienen una condición preexistente y las defensas bajas. El mercado global también padece una condición preexistente. Por eso el coronavirus ha logrado hacerlo colapsar.

¿Cómo nos deslizamos sin saberlo en esta condición preexistente? Los bancos centrales ya habían inundado de dinero la economía global mucho antes del colapso de la burbuja de 2008. Y despues de él no hubo otro remedio que volver a inundarla de dinero, lo que generó una nueva burbuja en peligro de colapsar ahora. Es un círculo vicioso. Esa la condición preexistente.

Ahora no hay otro camino que inundar de dinero de nuevo bajando las tasas de interés y relanzando los estímulos. Esto puede servir para evitar males mayores, como quiebras en masa y la destrucción del aparato productivo. Pero es solo control de daños. Ya no es suficiente.

El asunto es que los bancos centrales no están encontrando el camino para escapar del círculo vicioso de la burbuja y el colapso.

Hoy una mayoría desconfía de todo y especialmente del futuro. Vive virtualmente esperando una inminente catástrofe ecológica global. Y sin expectativas, decía Keynes, ninguna cantidad de dinero moverá la economía.  

Siempre hay oportunidad en una crisis, sin embargo, a condición de ir al fondo del problema. Hernando de Soto comprendió tempranamente la naturaleza de la condición preexistente, y ofreció el diagnóstico: “el problema del siglo XXI son los papeles sin bienes en los mercados financieros desarrollados y los bienes sin papeles en el resto del mundo”.

El remedio cae por su peso: dotar de papeles a los bienes de las economías emergentes y llevar esos papeles a los mercados financieros globales.

Las economías reales sanarán a los mercados virtuales. Solo hay que abrir al aire limpio del Main Street global la atmósfera contaminada del Wall Street. Reconectar ambas mitades.

De Soto señala incluso qué bienes son esos a los que hay que dotar de papeles. Son los 150 billones (trillions en inglés) de dólares de recursos –un billón de ellos en el Perú, cuatro veces su PBI- hoy bloqueados en el subsuelo del planeta porque las tierras sobre ellos no tienen papeles que puedan transarse en las bolsas globales y los que las ocupan no dejarán sacar lo que hay debajo. Hay que darles a esas tierras el precio de mercado global que les corresponde. Así los que las controlan recibirán una parte equitativa de los recursos.

En los próximos 50 años, el Perú será proveedor de cobre y litio para el mercado de global de autos eléctricos.

Y será el puente entre China y Brasil si hacemos nuestra la visión de Miguel Vega Alvear, patriarca de los empresarios peruanos, y sacamos adelante el tren que unirá el Atlántico con el Pacífico desde Sao Paulo en Brasil hasta Paita y Chancay en el Perú, el megapuerto de la costa de Sudamérica y la entrada a este continente. Los papeles de ese tren y de toda la nueva infraestrutura global ayudarán a devolver su realidad a las bolsas desbocadas de Nueva York, Londres y Shanghai. 

Seguir con bienes sin papeles en una mitad del mundo y papeles sin bienes en la otra, en cambio, solo producirá más colapsos globales y más burbujas engañosas tratando inútilmente de escapar de la condición preexistente que se reproduce a sí misma.

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