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MEDIA
COLUMNA
El
conflicto no es entre dos
sino
entre los tres poderes
Jorge
Morelli
@jorgemorelli1
La confusión reinante en el escenario político proviene en gran
parte de que los protagonistas del sainete del conflicto de poderes actual no
son dos, sino tres. Hay que tener muy claro cuáles son las tres partes en este
duelo mexicano.
De un lado, al poder Ejecutivo en manos del gobierno de Pedro
Castillo y del partido de Vladimir Cerrón (vamos a suponerlo provisionalmente
una unidad, aunque son cada vez más evidentes los síntomas del cisma. El poder
nunca tiene dos cabezas. Menos aun tres, como en los viejos triunviratos de la
historia).
De un segundo lado, se halla la izquierda caviar. Du inquina contra la izquierda radical en el gobierno ya no puede ser peor. Los dos embajadores caviares en el gabinete –los ministros de Economía y de Justicia-, intercambian con el partido desautorizaciones y desmentidos mutuos y cotidianos. En manos de la izquierda caviar, sin embargo, se hallan, salvo honrosas excepciones, las instituciones del sistema de justicia: especialmente la Junta Nacional de Justicia, que nombra a todos los jueces y fiscales, incluidos los supremos. (Hemos inventado en el Perú a un orden de cosas en que los magistrados se nombran a sí mismos. Esto choca con la evidencia global de que ejecutivos y legislativos participan en todas partes de una u otra manera en el nombramiento de los magistrados. La idea de un organismo independiente que nombra a los jueces para preservar la autonomía de la justicia ha engendrado la judicialización de la plítica y el gobierno de izquierda comienza a experimentarlo en carne propia),
Este ha pasado a ser, por ahora, el conflicto principal en el escenario.
De un tercer lado, la oposición en el Congreso con
mayoría parlamentaria se expresa hasta ahora en una ofensiva verbal de veladas
alusiones a la vacancia de la Presidencia y en iniciativas de interpelación y eventual
censura de ministros (sin negarle la confianza al gabinete). Sus acciones son viento
de palabras que el gobierno contesta blandiendo mecánica y periódicamente la amenaza
de una disolución inconstitucional o una constituyente.
Durante meses ha prevalecido en la oposición la idea de que las
dos facciones en el gobierno –Castillo y Cerrón- son una unidad indisoluble
que, por razones de estrategia, presenta la falsa actuación de una pugna
inexistente. Este ha sido un diagnóstico equivocado. La pugna es la misma que
separa a la izquierda caviar de la izquierda radical. El presidente se verá obligado
a elegir.
La falta de claridad respecto del escenario tripartito ha hecho que
la oposición se pierda en un bosque de señales contradictorias y diagnósticos
encontrados. No me cansaré de repetir que las guerras se pierden por luchar
contra el enemigo equivocado.
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