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sábado, 17 de julio de 2021

MEDIA COLUMNA miércoles 14 julio 2021 "La trampa de la visión de túnel"

 


 

Donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.

 

 

MEDIA COLUMNA

La trampa de la

visión de túnel

 

 

Jorge Morelli

jorgemorelli.blogspot.com

@jorgemorelli1

 

 


El problema es la recaída en la pobreza de la mitad de la clase media, y lo que en primer lugar importa es qué hacer ante esta realidad, en la que millones se ahogan en mitad del río.

 

Pero desde ninguna de las dos orillas llega ayuda.

 

El salvavidas que ofrece la orilla izquierda es una constituyente. Más le valdría arrojar un yunque. Es una operación de salvataje inútil: Es peor, una que sacrifica más vidas de peruanos en el altar de la ideología y en nombre del espejismo de una tábula rasa, de un nuevo punto de partida, de una página en blanco, como si la historia recomenzara. El cortoplacismo miope de la izquierda es incapaz de mirar más alla de ese evento imaginario que deber parir un mundo nuevo. La suya es una forma de revivalismo, indolente de las necesidades humanas de este día. Y es un delirio políticamente reaccionario.   

 

La otra orilla, no obstante, todo lo que ofrece es resistir, ganar tiempo para preparar un nuevo escenario de conflicto de poderes y una cascada de vacancias que desemboque en otro gobierno provisional que convoque a nuevas elecciones. Más acá de eso ninguna otra cosa vale la pena. Más allá de eso no hay nada. Es, otra vez, una reducción de la historia al corto plazo, otro delirio político reaccionario.

 

Una y otra orilla han construido su propio fin del mundo y lo han colocado en el corto plazo. Esto es lo que ofrecen a un pueblo que se ahoga y que, aunque no tenga palabras para expresarlo, lo que pide es una salida del túnel en que estamos en la oscuridad.

 

El Perú no acaba el 28 de julio de su bicentenario como república. Si esta ha durado doscientos años, nuestra relación con el mundo ya tiene quinientos, y no es sino la décima parte de nuestra historia, que ha durado cinco mil. Somos la cuna de la civilización en esta parte del globo, y un pueblo con un largo pasado a cuestas, de cientos de etnías y decenas de lenguas. Por lo mismo, somos un rompecabezas a medio armar, difícil de ensamblar. Pero nuestros recursos naturales son la promesa para el futuro del planeta. Eso es lo que realmente está en juego hoy aquí sobre la mesa en estas malhadadas elecciones.

 

Sin embargo, el destino del Perú no depende en realidad de lo que alguien diga o deje de decir en un discurso, aunque sea el presidente de la República. Hay procesos históricos de largo plazo en marcha que no obedecen a quienes están transitoriamente en el gobierno. Ese proceso es el de la libertad en democracia y la propiedad en la libre competencia. Eso se halla ya en el ADN de los peruanos. Nadie podrá quitárselos. Ni la libertad ser suprimida por la dictadura, ni la propiedad escamoteada por el mercantilismo. Esa era ha terminado.

 

Tenemos que volver a mirar lejos, sin embargo. Más allá de ambas trampas  reaccionarias, ese proceso histórico es lo verdaderamente revolucionario. La visión de túnel es, en sí misma, el engaño que debemos disipar. 

 

 

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