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MEDIA COLUMNA
Para romper el
cerco de la amnesia
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
En buena hora el gobierno anuncia que el Estado invertirá
25 mil millones de dólares, el 12% del PBI del Perú, en el rescate de empresas para
impedir que se rompa la cadena de pagos. Pero el fondo de los pensionistas
peruanos tiene 50 mil millones de
dólares, dos veces más. La solución entonces está en el sector privado y al
alcance de la mano. Pero hay que pensar en grande.
Un cerco impide crecer
al fondo de pensiones. No se expande en número de aportantes. Lo que frena su
crecimiento es, en primer lugar, la desconfianza de las AFP. Romper
el cerco que impide crecer al fondo de pensiones significa incluir a cada vez a
más peruanos. Si el tamaño del sistema está limitado por el cerco, no puede
pagar pensiones dignas. Cobra lo más y paga lo menos. Vencer
la desconfianza requiere que las AFP redefinan el papel del fondo de pensiones presentando a los peruanos una visión verosímil
del futuro del Perú. Una que permita creer en la posibilidad cierta de la inclusión
de todos los peruanos en el sistema de pensiones, desde los informales urbanos hasta los
comuneros andinos.
¿Cómo incluir a todos,
entonces? Para generar confianza es inútil repetir que, si no se aporta, en la
vejez no se tendrá una pensión. Para su vejez los peruanos invierten en educación
para sus hijos. Sospechan del sistema de pensiones.
Para que alguien se mude de casa, no basta mostrarle que el techo se le caerá
encima. Hay que fundarle el amor de vivir en otra parte. Y eso supone una visión.
¿Cuál sería, entonces,
esa visión? Piense un instante cómo sería el Perú si invirtiera masivamente en bosques y en
agua en los Andes. Dos millones de hectáreas de bosques retendrían en la altura
el agua de la estación de lluvias en lugar de perderla en el mar, almacenarían
en cinco años una reserva de diez mil millones de metros cúbicos de agua dentro
de la Cordillera, que regularía los huaicos y los ríos que bajan al mar. Invertir
en esto una parte del fondo permitiría inscribir a millones
de comuneros como aportantes, que verían crecer ante sus ojos los árboles que
pagarán por su vejez. Así se rompe el cerco que impide crecer. Eso es asegurar
el futuro de los peruanos en el largo plazo. ¿Y cuál es si no, al fin y al
cabo, la razón de ser de un fondo de pensiones?
¿Qué parte del fondo invertir?
Cuando mucho unos 6 mil millones de dólares. Esto, en lugar de invertir la
mitad del fondo de los peruanos en el mercado de valores global, donde los
papeles pueden no tener bienes detrás, atrapado como se halla hace décadas en el
ciclo de la burbuja y el colapso. Invertir parte del fondo de
pensiones en dotar de papeles a nuestros bienes –la tierra, los bosques sobre
ella y los recursos debajo de ella- y llevar esos papeles a las bolsas globales
es no solo económicamente rentable, sino un acto de sensatez.
Pero las AFP no tienen
esa clase de visión arrinconadas como se hallan a la defensiva, atrincheradas con
economistas "influencers" que suministran explicaciones técnicas
en sesudos comunicados que nadie lee. Necesitan difundir una visión con una ofensiva
mediática masiva, pero no logran percibirlo. Esa visión es innovar
la tecnología andina tradicional del agua, llenar de bosques los Andes desde
Puno hasta Cajamarca, invirtiendo en ella parte del fondo de pensiones del Perú. Es invertir los ahorros privados de los peruanos en la economía real de los peruanos del
siglo XXI para fundar la clase de expectativa que crea valor en el presente.
Como sospechará el
lector, esa visión nació de la mente y el corazón Alberto Fujimori. Incluso la idea de invertir en ella con el fondo de pensiones. Pero hoy, una vez más, el enemigo es el Congreso.
Retirar el 25% del fondo de los pensionistas del Perú para venderlo en la emergencia es arrojarlo al fuego, porque esos papeles están hoy por los suelos en el mercado global. Es perder valor también en el 75% restante. Esta grosera mentira populista proviene de varias bancadas de las que todo puede esperarse, pero –da vergüenza decirlo- también de Fuerza Popular que en su amnesia interminable no recuerda ya siquiera quién creó el sistema privado de pensiones en el Perú ni que lo hizo para asegurar una vejez digna a todos los peruanos invirtiendo sus ahorros en el futuro de sus hijos.
Retirar el 25% del fondo de los pensionistas del Perú para venderlo en la emergencia es arrojarlo al fuego, porque esos papeles están hoy por los suelos en el mercado global. Es perder valor también en el 75% restante. Esta grosera mentira populista proviene de varias bancadas de las que todo puede esperarse, pero –da vergüenza decirlo- también de Fuerza Popular que en su amnesia interminable no recuerda ya siquiera quién creó el sistema privado de pensiones en el Perú ni que lo hizo para asegurar una vejez digna a todos los peruanos invirtiendo sus ahorros en el futuro de sus hijos.
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