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viernes, 26 de diciembre de 2014

ESTA NOCHE viernes 26 diciembre 2014


ESTA NOCHE, donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.


MENU DEL DIA


ü  Ollanta Humala releva al jefe del Comando Conjunto, general Leonel Cabrera. Hace diez días, el gobierno desactivó el Arma de Inteligencia del Ejército

ü  Keiko Fujimori: a Ollanta Humala "lo jalaría y le pondría 08" por graves descuidos en temas económicos y de seguridad ciudadana


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MEDIA COLUMNA
Heridas abiertas


Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com


El pasado martes 16 de diciembre, el gobierno desactivó el Arma de Inteligencia del Ejército mediante decreto supremo –DS 016-2014/DE-, firmado por el presidente, Ollanta Humala, y el ministro de Defensa, Pedro Cateriano, y publicado en El Peruano.

Según el diario Peru21, ese mismo día, hubo una reacción: fuentes de Inteligencia del Comando Conjunto consideraron “peligrosa” y “grave” la decisión, porque –indicaron- se trata de los “ojos y oídos” de las operaciones militares.

Diez días después, el jefe del Comando Conjunto, general del Ejército Leonel Cabrera, ha sido relevado ayer del puesto. Según una fuente del Ejecutivo citada por El Comercio, el presidente, Ollanta Humala, le habría perdido la confianza. Al general Cabrera todavía le quedaba techo de sobra para cumplir dos años en el cargo. Estaba a cargo del VRAEM y la destrucción  de pistas para las narcoavionetas.  

¿Están estos dos hechos conectados entre sí?

La desactivación del Arma de Inteligencia habría sido recomendada por el comandante general del Ejército, Ricardo Moncada, a fin de “estandarizar las operaciones y actividades de inteligencia en las Fuerzas Armadas”. No sabemos qué significa esto. Por toda explicación, se ha dicho que la Inteligencia no es un Arma, porque ser una “segunda especialidad” profesional dentro de las Fuerzas Armadas y no una primera.

Los hechos hablan más y mejor. El Arma de Inteligencia se creó en noviembre de 1991 contra en narcoterrorismo. En diciembre del 2000 se la dejó sin efecto porque “había disminuido el accionar” (?) del narcoterrorismo. En julio de 2008, el gobierno de Alan García restableció el Arma de Inteligencia hasta ahora. El gobierno de Ollanta Humala la ha vuelto a cancelar.

¿Qué significan estas vergonzosas marchas y contramarchas? Evidentemente, que Inteligencia sigue siendo una herida abierta y que, especialmente aquí y ahora, la información es el poder.  


     
REPORTE DE NOTICIAS en Internet
Las siguientes notas periodísticas de política y economía han sido seleccionadas, editadas y ordenadas
temáticamente. No se las debe citar como tomadas directamente de sus fuentes originales, las mismas que se indican sólo como una forma de reconocer el crédito y agradecer la cortesía.



GOBERNABILIDAD, DEMAGOGIA, AUTORITARISMO, DEMOCRACIA



El Comercio
El general EP Leonel Cabrera Pino, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, dejaría el cargo. Según una fuente del Ejecutivo, el presidente Ollanta Humala le habría perdido la confianza a Cabrera, quien en 1992 fue su superior en la base contrasubversiva de Madre Mía cuando el mandatario era capitán del Ejército.
Otra fuente indicó que Cabrera saldría porque “no ha sido muy operativo en su cargo”. El general EP asumió la jefatura de las FF.AA. el 27 de diciembre del 2013. Sustituyó al almirante José Cueto.
El reemplazo del general Cabrera sería el vicealmirante Wladimiro Giovannini, actual jefe del Estado Mayor General de la Marina.
Asimismo, se supo que el almirante Carlos Tejada dejaría la comandancia general de la Marina.



La República
Ángel Páez
El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general EP Leonel Cabrera Pino, y los comandantes generales de la Marina, almirante Carlos Tejada Mera, y de la Fuerza Aérea, general del aire Jaime Figueroa Olivos, dejarán de cumplir funciones por decisión del Ejecutivo.
Hasta ayer solo se oficializó en el diario El Peruano el relevo del general del aire Jaime Figueroa, quien estaba por cumplir dos años en el puesto.
En cambio, el comandante general de la Marina, almirante Carlos Tejada, el 18 de diciembre completó dos años y siete meses como máxima autoridad naval. Debido a su desempeño, en los últimos meses fuentes castrenses señalaron que el mandatario Ollanta Humala tenía pensado designarlo como jefe del Comando Conjunto, pero el almirante Tejada solicitó pasar al retiro.
Tejada es uno de los comandantes generales que más tiempo ha permanecido en su puesto. Cumplió el rigor de los dos años en el cargo como señala la ley, el 18 de mayo de este año, pero el presidente Humala aplicó la prerrogativa de ampliar sus funciones. 
También se producirá el relevo del jefe del Comando Conjunto, general Leonel Cabrera, quien recién asumió funciones el 26 de diciembre de 2013 y tenía un techo de dos años.
De acuerdo a la ley, el presidente de la República escoge al jefe del Comando Conjunto entre los oficiales más antiguos de los institutos armados. Descartado el teniente general (FAP) Dante Arévalo, designado comandante general, debe escoger entre el Ejército y la Marina. 
En el caso del general Leonel Cabrera, su gestión se caracterizó por una fuerte presencia de las unidades militares en el Vraem. Correspondió al general Cabrera responder al notorio incremento de los vuelos de avionetas del narcotráfico y la ubicación y destrucción de pistas clandestinas para narcoavionetas. Aunque todavía le quedaba un año, el jefe del Estado decidió relevar a Leonel Cabrera del CCFFAA.
Al iniciar su gobierno, Humala nombró al general EP Luis Howell Ballena, a quien debió relevar como consecuencia del fracaso de la Operación Libertad para liberar a trabajadores de Camisea secuestrados por Sendero Luminoso, en la selva del Cusco, adyacente al Vraem, en 2012. 
En lugar de Howell, el jefe de Estado nombró al vicealmirante José Cueto Aservi, el 18 de mayo de 2012. Un año y siete meses después, el 26 de diciembre de 2013, Humala relevó a Cueto y designó al general Leonel Cabrera. El cambio de Cueto se produjo pocas semanas después del estallido del caso del resguardo ilegal a Óscar López Meneses.



Peru21, El Comercio, martes 16 diciembre 2014
El Ejecutivo desactivó el Arma de Inteligencia en el Ejército mediante un decreto supremo publicado hoy en las normas legales del diario oficial El Peruano . La medida regirá desde el 1 de enero de 2015.
Hay que precisar que la medida no significa la desaparición de la Inteligencia en el Ejército, sino que ya no estará a cargo de un Arma (como Artillería, Infantería), sino que será una segunda especialidad.
Fuentes de Inteligencia del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas consideraron “peligrosa” y “grave” la decisión porque –indicaron- se trata de los “ojos y oídos” de las operaciones militares.
El comandante general del Ejército del Perú, Ricardo Moncada Novoa, había recomendado la desactivación del Arma de inteligencia a fin de “estandarizar las operaciones y actividades de inteligencia en las Fuerzas Armadas”.
Esta decisión se basa en un estudio elaborado por Estado Mayor del Ejército del Perú, el cual señala que las operaciones y actividades de inteligencia en la mayoría de ejércitos de América Latina son llevadas a cabo por oficiales con segunda especialidad. Ello sucede actualmente con la Marina de Guerra y la Fuerza Aérea del Perú.
El Decreto Supremo 016-2014/DE –firmado por el presidente Ollanta Humala y por el ministro de Defensa, Pedro Cateriano– recuerda que el Arma de Inteligencia se creó en noviembre de 1991 para erradicar el terrorismo, el tráfico de drogas y otros delitos que atentan contra la seguridad nacional. Sin embargo, el 29 de diciembre de 2000 se dejó sin efecto esa norma porque “había disminuido el accionar” tanto del narcotráfico como del terrorismo. Ocho años después, el 19 de julio de 2008, se volvió a activar el Arma de Inteligencia hasta ahora.
El vocero de la bancada del Partido Popular Cristiano–Alianza para el Progreso (PPC–APP), Luis Iberico, demandó la presencia de Pedro Cateriano ante el Parlamento para que explique los motivos que llevaron al gobierno a tomar esa decisión.






LIBERTAD ECONOMICA, GLOBALIZACION, REFORMAS, INVERSION



El Comercio
La lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, calificó el desempeño del gobierno de Ollanta Humala durante el año 2014 señalando que "lo jalaría y le pondría 08", indicó Fujimori, por los graves descuidos en temas económicos y de seguridad ciudadana.
"En términos económicos, no se tomaron medidas adecuadas y no se generaron las señales. Y ese es el ambiente de confianza que debe tener nuestro país para promover las inversiones", detalló.
Asimismo, comentó que "la delincuencia ha seguido avanzando" durante todo este año y que, pese a aparecer siempre ante las cámaras, "el intento del [ministro del Interior] Urresti no se ve reflejado en cifras concretas".
"El gobierno tiene que hacer un esfuerzo por mejorar la economía y mejorar su estrategia integral contra la lucha contra la delincuencia".
Keiko Fujimori también se refirió otra vez a la ley laboral juvenil y manifestó que, aunque ha habido buena intención, "el Ejecutivo ha cometido errores por no explicar los alcances de esta norma" y que, al contrario de lo manifestado por el presidente Humala, no son pocas las voces en contra de la norma.
"Llama la atención la terquedad y lo obcecado que está el presidente Humala. No somos cuatro o cinco políticos. Hay partidos políticos que estamos en desacuerdo. Hay miles de jóvenes que se han pronunciado en contra [de la ley laboral juvenil]".



El Comercio
Dos ex magistrados del Tribunal Constitucional (TC) conversaron con El Comercio y consideraron que la ley pulpín debe resolverse en el Congreso.
Para el ex presidente del TC Ernesto Álvarez, “políticamente la norma ya se cayó” y “lo más rentable es modificarla o derogarla de forma tal que, cuando el TC tenga que resolver en seis meses, lo haga como una sustracción de la materia”.
Por su parte, para el ex magistrado Fernando Calle, “la norma ha tomado una magnitud política de enorme proyección que tiene que solucionarse en la fuente de la política: el Parlamento”.



Peru21
¿La ola antipulpín?
Carlos Meléndez
Se ha convocado una nueva movilización contra la ‘ley Pulpín’ para mañana sábado, con el propósito de aprovechar la inercia movimientista de fin de año. Las dos marchas juveniles previas han sorprendido por su convocatoria (10 mil manifestantes en época navideña) y nuevos repertorios de protesta. Las movilizaciones son nocturnas, se expanden por la ciudad (desde el Centro hasta Miraflores) y por distintos focos de poder (desde el Congreso hasta la Confiep). El efecto simbólico –para la clase política y la opinión pública– ha sido potente, pero ¿será posible que este ‘despertar’ juvenil llegue a sostenerse más allá de ánimos coyunturales? ¿Estamos ante el inicio de una ola ‘antipulpín’?
Considero que existen al menos tres obstáculos a saltar para que este humor colectivo contencioso se convierta en algo más que en un simple reflejo social. Primero, el alcance de los grupos organizados (federaciones estudiantiles y partidos, principalmente) sobre los sectores movilizados es limitado. No hay cómo llegar al afectado directo de la norma propuesta (los jóvenes informales) para involucrarlos más activamente en la oposición social. Nuestra sociedad civil, recordemos, no es orgánica, menos aún entre la informalidad.
Segundo, no existen liderazgos articuladores. Por el contrario, sigue la riña entre izquierdistas y apristas, que divide y no suma. Sin guía cunde el desorden. De hecho, la última marcha fue fragmentaria y sin capacidad de coordinación; de otro modo, el impacto hubiera sido mayor. Así, sin organización ni liderazgo llegamos al tercer obstáculo: la falta de estrategia. Sin superar estas limitaciones, es probable que la protesta ‘antipulpín’ quede solo en el ámbito simbólico y en el anarquismo más chato.



El Comercio
La utopía
Jaime de Althaus
Sería extraordinario que la juventud se movilizara por conquistar derechos para las grandes mayorías informales, por simplificar y reducir el costo de la formalidad para que todos puedan ingresar a ella, por romper las barreras que mantienen al 74% de los peruanos sin derecho alguno. Sin embargo, las marchas que hemos visto no tienen esa finalidad sino, más bien, la de defender el sistema que hace posible esa gran exclusión.
Por supuesto, no es eso lo que perciben quienes se movilizan, sino un intento malvado de la gran empresa por recortar los derechos de los trabajadores. Pero no se repara en que quienes sí gozan de esos derechos absolutos trabajan casi exclusivamente en la gran empresa, porque ni la micro, pequeña ni la mayor parte de la mediana pueden solventarlos. Y por eso los derechos absolutos de unos no son sino la falta absoluta de derechos de la mayoría.
Dice Carlos Meléndez que lo que mueve a los jóvenes es una utopía, un sueño: el de los derechos laborales absolutos. Pero esa “utopía” es el statu quo de la ley general de trabajo, que es, a su vez, la realidad de un porcentaje reducido de trabajadores: los que trabajan en las empresas del gran capital principalmente. Entonces no se sabe en qué momento se está defendiendo una utopía o, más bien, un interés concreto –el de los relativamente pocos que gozan la “utopía”– y una ideología.
Pero qué clase de utopía es esa que incrementa los salarios mucho menos que los de quienes trabajan en el régimen flexible, menos utópico, de la agroexportación: entre el 2005 y el 2014 los ingresos de los trabajadores en planilla de la agricultura (no solo agroexportación) se han incrementado en 60%, mientras que los del sector electricidad en 27% y los de intermediación financiera en -14%: ¡han caído! (Mintra). A más flexibilidad y menos utopía, más rápido suben los salarios.
Podemos argumentar que la ley de empleo juvenil que, pese a todo, ofrece todos los derechos básicos (8 horas, salud, salario mínimo, etc.) es una utopía para la mayor parte de jóvenes, que no tienen nada, más aun cuando los “derechos” recortados (CTS, gratificaciones) no existen en casi ninguna parte del mundo. Pero una utopía algo recortada no puede competir con la utopía absoluta.
Diríase que la vieja ideología marxista le ha vuelto a ganar al liberalismo la batalla de las ilusiones. Pero es engañoso porque quienes se movilizan son los organizados, es decir, los que tienen un interés –recubierto de ideología– que defender (Marx dixit). En efecto, la Coordinadora Juvenil por un Trabajo Digno está integrada por la CGTP, la Federación Textil, la CUT, la CTP (aprista), el Foro Juvenil de Izquierda, el Frente Amplio y centros federados.
Mientras tanto, la gran mayoría de jóvenes sin empleo o sin derechos permanece desorganizada porque no tiene nada que defender y carece de “conciencia de clase”. Sorprende que no haya aparecido el político o el líder capaz de aglutinar el interés difuso de esa mayoría hacia la demanda de un orden legal más justo e inclusivo.



La República
Llamada perdida
Fui a su casa esta Navidad
Gabriela Wiener
Tarde o temprano, siempre llega un momento en el que mueren los abuelos, los perros envejecen mal, los niños dejan de ser niños, nos compramos cada vez regalos más pequeños y más feos y la Navidad se convierte en sinónimo de compromiso familiar, de buena voluntad, de circo. A los ocho años esperas a las 12 para abrir los regalos; a los quince esperas febrilmente que acabe la puta cena para irte a fumar marihuana con tu novio; a los veinte te esperan a ti e inútilmente, porque ya ni te apareces. A los treinta, estás otra vez decorando el árbol con tu hijita de ocho esperando (no) repetir la historia.
Un día, ocurre un fallo en matrix y rompes el círculo vicioso. Y la Navidad comienza a ser como cualquier sábado, otra fiesta más para celebrar la evasión y el olvido.
Este año me ha tocado volver a pasar Noche Buena con gente extraña, personas  que te lo enseñan todo —sus grandezas, sus miserias— y que están dispuestas a, como se estila en estas fechas, compartir contigo su pasado, su comida, su amor. Me he sentido muy bien este día, escuchando cosas bonitas y horribles de familias que, por suerte, no son la mía, pelando gambones en lugar de trocear pavos de San Fernando, y siendo beneficiaria de ese ánimo festivo, dadivoso, abierto, que inunda los corazones de las gentes de bien.
Una de las cosas que más agradezco de vivir fuera es no tener que celebrar la Navidad en casa de mis padres. Amo a mi familia pero me gusta estar con ellos haciendo otro tipo de cosas, menos señaladas. Las navidades juntos me recuerdan demasiado todo lo que he perdido. Me hacen pensar en el desmembramiento y el abandono del hogar, el desgaste, la erosión de la felicidad ingenua. Las navidades en casa de cualquiera, sin embargo, me hablan de todo lo que he ganado. Y que volveré a perder






ANTICORRUPCION, PERSECUCION, JUDICIALIZACION POLITICA



Peru21
Columna de Aldo Mariátegui
Una última denuncia de Perú21 sepulta la gestión del procurador Joel Segura al frente del caso Martín Belaunde. Resulta que Huber Huayllani, el coordinador de la Procuraduría, es compañero de promoción del abogado de Belaunde en una maestría y muy presumiblemente su amigo. Si esto fuera un hecho aislado, pase. Pero ya tenemos acumuladas las salidas del caso de Salas y Vilcatoma, las denuncias de esta última y serias dudas sobre la imparcialidad de Segura, porque nos enteramos de que este fue la mano derecha del vocal César San Martín en el Poder Judicial, donde participó en la tan polémica sentencia de este que exculpó a Ollanta Humala del caso Madre Mía, además de ser su asistente universitario. Y San Martín salió de la nada a defender a Figallo, para después enterarnos de que juez y ministro trabajaron en el mismo estudio (Ugaz). Saltan demasiados vínculos como para pensar que esta investigación va a ser imparcial con Joel Segura al mando.
(…)