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MEDIA COLUMNA
Falsa e hipócrita
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
El Perú produce unas 150
toneladas de oro al año.
Si esa cifra no incluye la produccion informal
de oro, que es de unas 50 toneladas al año -el evento minero reciente la
calcula entre 40 y 60 toneladas-, significa que el oro informal es una cuarta
parte de la producción. Si la incluye, más gravemente, significa que el informal
es un tercio entero de todo el oro que produce el Perú. Y es el sexto productor
del mundo.
El oro llegó hace poco en el mercado global al
precio de dos mil dólares la onza. O sea, el oro que el Perú produce vale unos diez
mil mil millones de dólares anuales a precio demercado. Es un tercio de la
deuda del Perú, cada año.
Y el destino de la tercera o la cuarta parte de esa
gigantesca fortuna es oscuro. Sale de contrabando a Bolivia o es la moneda en
que se paga la exportación de cocaína que, obviamente, no puede emplear cheques
ni dólares en efectivo que tendrían que pasar por los bancos o moverse en
camiones. El oro, en cambio, no ocupa
tanto espacio y no pasa por el banco. Esa
fortuna, en suma, paga por el tóxico inframundo del crimen que corrompe la economía
del Perú.
Hay intereses creados detrás de
este estado de cosas y pretextos absurdos para justificar los controles
inútiles de la libre compra y venta de oro en el país. La fracasada formalización
de los mineros es parte de ese control inservible. Esta solo refuerza su fuga por
las fronteras porque el oro informal no puede ser comprado y vendido libre y legalmente
en el Perú.
Este inicuo orden de cosas roba a los peruanos
el acceso a lo que hoy es el único refugio del valor en todo el mundo. Si el
oro ha llegado al precio que tiene en el mercado global es porque bancos
centrales, empresas y personas en todo el planeta lo compran masivamente para proteger
su patrimonio de la pérdida permanente de valor de las monedas, los bonos y las
acciones en el mercado global.
Salvo en el Perú, desde luego, donde -pese a ser
el sexto productor del mundo- los peruanos se ven impedidos de acceder libremente
al oro y tienen por único refugio un dólar que, con respecto al oro, vale 50
veces menos que hace 50 años cuando en 1971 Nixon rompió el vínculo del dólar al
oro establecido por Keynes en Bretton Woods en 1944.
La libre comercialización del oro en todo el
territorio peruano -la mera posibilidad de ir a un banco y comprar o vender oro
sin complicaciones innecesarias- liberaría esa riqueza y devolvería a los
peruanos el refugio para el valor y la acumulación de capital a que tienen
derecho por ser el Perú uno de los pocos grandes productores de oro en el mundo.
Lo fue siempre, pero no lo sabe. Una formalidad
falsa e hipócrita lo mantiene en silencio.
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