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domingo, 12 de abril de 2020

MEDIA COLUMNA domingo 12 abril 2020


Donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.


MEDIA COLUMNA
¿Se empina o se
aplana la curva?  


Jorge Morelli
@jorgemorelli1


Bueno sería saber cuando hace falta. Pero Hegel decía que “la lechuza vuela al atardecer” refiriéndose al ave que para los griegos era el símbolo de Palas Atenea y del conocimiento. Lo que quería decir en palabras del siglo XIX es que el conocimiento siempre llega tarde.

En términos del siglo XX, Robert McNamara, el asesor de John Kennedy y luego presidente del Banco Mundial, lo expresó así: el problema con la guerra –y esta pandemia es una guerra- es que “hay que decidir con menos de la mitad de la información que haría falta para decidir bien”. Nunca se puede esperar hasta saber para decidir. Contra el enemigo hay que actuar incluso cuando se sabe mucho menos de lo necesario.

Por ejemplo, de la evidencia en el formidable trabajo publicado en plena pandemia en Wu Han por Tomás Pueyo, se desprende que el gobierno chino cerró la ciudad de Wu Han mucho antes de saber de qué magnitud era el número de casos existentes. Lo hizo muy poco después de haber comenzado apenas a recoger evidencia estadística. No esperó a saber. Salvando las distancias y los tiempos, el Perú ha hecho algo parecido al apuntar a “aplanar la curva” del contagio –el término es de Pueyo- imponiendo y haciendo respetar esta cuarentena que ha de durar cerca de un mes.

Solo mucho después de actuar hemos venido a saber mejor, poco a poco, sobre la verdadera magnitud de la realidad. Desde que se aplica la prueba molecular, cada día conocemos el número de casos con mayor precisión, aunque estemos lejos todavía de la realidad.

Pero lo único importante ahora es si la curva de contagio se está “aplanando” con la cuarentena o si se está “empinando” aún, a pesar de ella.

Según la prueba que se venía aplicando, a la que se suma ahora la nueva prueba molecular, la curva se empina inevitablemente. Lógicamente, mientras mayor el número de pruebas, mayor el número de contagios conocidos. Pero no podía ser de otro modo.

Lo que crece exponencialmente y se empina es la curva de lo que conocemos. No necesariamente la realidad, sobre la que poco sabemos todavía.

No obstante, pese a no saber, no falta quien especula en la prensa sin información y en base a una opinión subjetiva sin pruebas, respecto de que los diferentes gobiernos -el chino, el americano, el peruano- ocultan sistemáticamente la información sobre la verdadera gravedad de la pandemia. Un periodista nunca confunde, salvo deliberadamente, una opinión personal con los hechos. Si lo hace, es porque tiene una agenda. Acá en EXPRESO no somos tontos.

Para reconstruir la verdadera curva basta tomar los casos descubiertos con las pruebas moleculares y proyectarlos hacia atrás, hacia lo que hoy sabríamos si se hubiera aplicado esas pruebas desde un inicio. Esto es estadísticamente válido y legítimo. EXPRESO está realizando en estos momentos ese ejercicio. La sospecha –hay que decirlo explícitamente- es que la curva real puede efectivamente estarse “aplanando” y no “empinando”. Lo sabremos muy pronto.       

 
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