miércoles, 27 de diciembre de 2017

ESTA NOCHE miércoles 27 diciembre 2017



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MEDIA COLUMNA
Quebrar la mayoría absoluta


Jorge Morelli
@jorgemorelli1 
jorgemorelli.blogspot.com


El objetivo político fue devolverle la gobernabilidad al Perú. La libertad de Alberto Fujimori fue la estrella que guió ese camino y permitió no apartarse de él. El rechazo de la vacancia de la Presidencia fue el efecto colateral.

La votación de diez parlamentarios fujimoristas liderados por Kenji Fujimori fue un acto unilateral sin condiciones. Uno que el presidente Kuczynski retribuyó, como correspondía, con la decision presidencial del indulto igualmente sin condiciones. Esta era esperada desde mucho antes de que la vacancia apareciera en el horizonte. Nunca hubo, pues, pacto bajo la mesa, negociación oculta o transacción comercial algunos. Más bien, el intento de deslucir ahora ese legítimo acto de reciprocidad es un acto de cinismo político mezquino.

Recogí con Kenji Fujimori en todo el Perú las 800 mil firmas que fundaron Fuerza Popular. Por años fui, a pedido de los fujimoristas, a dar charlas todos los viernes en la noche a los locales de Fuerza Popular en todo Lima, desde el Callao hasta Chosica, desde Ancón a Pucusana. Por años también hice La Hora del Chino en la radio todos -los sábados muy temprano. Recuerdo que escribí buena parte del discurso de Keiko Fujimori el día de la fundación de Fuerza Popular en el coliseo Dibós. Alguna autoridad tengo para hablar de esto.

Desgraciadamente, el partido que ayudé a formar se convirtió en una organización política autoritaria y antidemocrática que puso en peligro la gobernabilidad al apoyar una vacancia que habría precipitado al Perú al abismo. Por eso, para recuperar la gobernabilidad, había que quitarle a Fuerza Popular la mayoría absoluta en el Congreso.

Hoy Fuerza Popular ya no puede por sí solo censurar ministros, ni insistir en leyes observadas por el Ejecutivo, ni modificar o aprobar leyes orgánicas. En adelante, tendrá que concertar para hacer todo eso.

La intención es recomponer esa mayoría en adelante cada vez que sea necesario, pero de manera consensuada ahora con otros grupos, comenzando por el de los propios fujimoristas que tomaron la valiente decisión de impedir la vacancia de la Presidencia.

Y por fin Fuerza Popular podrá madurar como partido.



REPORTE DE NOTICIAS en Internet

Las siguientes notas periodísticas de política y economía han sido seleccionadas, editadas y ordenadas
temáticamente. No se las debe citar como tomadas directamente de sus fuentes originales, las mismas que se indican
sólo como una forma de reconocer el crédito y agradecer la cortesía.



ELECCIONES, PARTIDOS, ENCUESTAS, MEDIOS, PSICOSOCIALES



El Comercio
Mercedes Aráoz continuará al frente de la presidencia del Consejo de Ministros.
Aráoz se queda en el cargo a pedido del mandatario Pedro Pablo Kuczynski. Uno de los acuerdos derivados de la conversación entre ambos es el cese del asesor presidencial Máximo San Román por declarar sin haber conversado antes con el mandatario, indicaron fuentes.
Máximo San Román declaró hace unas semanas que el jefe del Estado escucha más al ex primer ministro Fernando Zavala que a Mercedes Aráoz. Y el último 25 de diciembre consideró en una entrevista que esta debería renunciar al carecer del “prestigio” y “solvencia” para el cargo.



El Comercio
El presidente Pedro Pablo Kuczynski tomó juramento hoy a Vicente Romero, ex director general de la Policía Nacional del Perú (PNP), quien reemplaza a Carlos Basombrío como ministro del Interior.



El Comercio
A través de un mensaje en Twitter, Salvador del Solar anunció que ha renunciado al cargo de ministro de Cultura. No explica las razones de su renuncia, pero se cree que aleja del cargo por no estar de acuerdo con el indulto al ex mandatario Alberto Fujimori.



El Comercio
Tres congresistas han renunicado a la bancada de Peruanos por el Kambio: Alberto de Belaunde, Vicente Zeballos y Gino Costa.
Iguialmente, algunos funcionarios del Ejecutivo han decidido poner fin a su relación laboral. Roger Rodríguez Santander, ex director general de Derechos Humanos del Minjus envió su renuncia. Daniel Sánchez Velásquez, hoy ex secretario técnico de la Comisión Multisectorial de Alto Nivel, renunció igualmente. Asimismo, Víctor Quinteros Marquina, director de Registro e Investigación Forense renunció a su puesto en el Minjus. Juan Carlos Cortés anunció su renuncia al cargo de presidente ejecutivo del Consejo Directivo de la Autoridad Nacional del Servicio Civil (Servir).






GOBERNABILIDAD, DEMAGOGIA, AUTORITARISMO, DEMOCRACIA



El Comercio
Luego del indulto humanitario otorgado al ex presidente Alberto Fujimori, el futuro de Fuerza Popular es incierto, concuerdan los analistas políticos Fernando Rospigliosi, Enrique Castillo y Pedro Tenorio.
“Con Alberto Fujimori en libertad, el liderazgo de Keiko está seriamente cuestionado. […] Lo importante es qué cosa va a ocurrir el próximo año, ahí va a haber una disputa por el liderazgo muy fuerte entre Keiko y Kenji [Fujimori], apoyado por su padre”, dijo el también ex ministro del Interior Fernando Rospigliosi.
“Las discrepancias entre Keiko y Kenji han sido muy obvias, los enfrentamientos han sido públicos. […] Mientras Keiko Fujimori hace una critica muy fuerte del Gobierno, Kenji y Alberto son más bien concesivos en el respaldo. Así que es muy difícil conciliar esas dos cosas”, añadió.
El analista Enrique Castillo sostiene también que, si bien “puede ocurrir en el mediano plazo una división”, en el largo habría quizás “una purga” al interior de Fuerza Popular. “Es sabido que Alberto Fujimori no es de los que tiene una buena opinión de varios de los voceros y de varias de las personas que en este momento están alrededor de Keiko Fujimori”, remarcó.
“Entonces, la gran duda es si Alberto Fujimori va a dejar que Keiko Fujimori siga manejando Fuerza Popular o si es que va a tener, quizás no una participación, pero sí una influencia muy fuerte”, agregó.
Sin embargo, para el analista y periodista Pedro Tenorio, “la decisión fundamental la tiene Keiko Fujimori porque es quien tiene la inscripción del partido y quien ha realizado ese trabajo de consolidación de lo que hoy conocemos como Fuerza Popular”.
“Tiene que tomar una decisión entre dos alternativas: o mantiene distancia de Kenji y de su padre, como fue durante la campaña electoral y como luego se agudizó en el paso de este año y medio, o finalmente considera que dividir el fujimorismo es negativo para ella y por tanto se unifica con ambos”, opinó.
En ese contexto, luego de que 10 parlamentarios de Fuerza Popular ─liderados por Kenji Fujimori─ se abstuvieran de votar a favor de la vacancia del presidente Pedro Pablo Kuczynski, se anunció un proceso disciplinario en su contra al interior de la bancada.
Pedro Tenorio aseguró que si Keiko Fujimori va a “mantener la línea de liderazgo y de disciplina dentro de esa bancada” sí debería de haber una sanción. Empero, “Keiko podría decir que en ‘aras de la reconciliación’ deja de lado esto último y trabaja por una bancada unificada”, acotó.
Por su parte, Fernando Rospigliosi considera que si no se llega a abrir un proceso disciplinario contra los legisladores “también va a dejar algún problema, porque Kenji sin duda va a seguir haciendo lo que le parece. Entonces, si ella demuestra falta de carácter para sancionarlo, los otros van a seguir en su camino. Está en un dilema muy difícil”.
“Es verdad que habría que, pero si lo haces corres el riesgo no solo abrirle un proceso disciplinario a diez [congresistas], sino a veinte o a treinta. Y así terminar de desmoronar lo que te queda de la bancada”, puntualizó más adelante Enrique Castillo.



La República
En el entorno de Kenji, se alistan para armar una nueva bancada. Ahora no pueden porque lo impide la llamada Ley Antitránsfugas, que sanciona a los disidentes, pero pueden anularla sumando al menos 66 votos de otras bancadas y el que sería el bloque kenjista. Keiko solo contaría con sus 61.
"Yo me sumaría, seríamos 11, la tercera fuerza en el Legislativo... Si Kenji lo decide", dijo Roberto Vieira, legislador sin bancada, este sábado en RPP.
Kenji aúna este grupo disidente en año y medio de acercamientos. Aprovechó el descontento de los marginados por la cúpula 'naranja', varios provincianos. Hace un año, la periodista Rosa María Palacios reseñó el drama de las mujeres de este conjunto.
Mezcla de voz 'albertista' y fujimorista liberal, se opuso a lances conservadoras de su partido y apoyó al gobierno. Se mostró con la primera dama, Nancy Lange, en campaña por los damnificados del Niño costero y ganó adhesión de los fujimoristas marginados por la 'Mototaxi', los más keikistas, y las directivas de Ana Vega y Pier Figari, brazos de Keiko.
Las diferencias arreciaron con el proyecto de ley sobre prensa y el dictamen que afecta a minorías sexuales, intentos del keikismo que Kenji cuestionó.
Apuntaba a romper el dominio de su hermana promoviendo que los militantes elijan a los candidatos del partido en lugar de delegados influenciables por la cúpula. La bicameralidad y la Ley Antitránsfugas fue otro episodio en que Kenji hasta se mostró con mordaza de gutapercha.
Kenji fue sancionado por el partido, pese a que 23 fujimoristas firmaron una carta a su favor. Esto dio lugar a versiones de una posible bancada kenjista, pero las votaciones alineadas con el keikismo las contradecían. Hasta este jueves, que Kenji logró 10 votos rebeldes.



La República
El avance de Keiko Fujimori, desde que emergió como la congresista más votada hace once años, se interrumpe con la fractura de su bancada, evidenciada en la votación del pedido de vacancia contra el presidente Pedro Pablo Kuczynski. Nuevamente, el grupo de Keiko se queda sin llegar al poder por poco, como en las elecciones del 2011 y del 2016.
Esta vez hubiera tenido a su adepto Luis Galarreta en Palacio. Por ser presidente del Congreso, le tocaba asumir la jefatura del Estado si Kuczynski era vacado y renunciaban los vicepresidentes Martín Vizcarra y Mercedes Aráoz, como se advirtió. Desde el máximo cargo, debía convocar a elecciones, oportunidad excepcional para su lideresa.
Para Jorge Aragón, coordinador de Ciencia Política de laUniversidad Católica (PUCP), el avance de Keiko Fujimori debe mucho al arraigo del fujimorismo como marca en parte de la población. Empero, explica que la carga negativa de esa marca ha pesado para sus derrotas.
"Parecía que todo estaba perdido y una vez más se articuló una oposición a la ofensiva fujimorista. Hay una parte del país quizá no mayoritaria pero sí importante e influyente. Eso es tal vez el principal logro postfujimorista", anota.
Sin embargo, advierte que "todo es precario". No solo la reacción a las asonadas, sino también los propios respaldos en el grupo naranja. "El fujimorismo puede ser buena marca, pero la relación con esa marca tiene mucho de cálculo y pragmatismo", indica.
Paolo Sosa, investigador del Instituto de Estudios Peruanos, considera que, además del rechazo al fujimorismoKeiko pierde ahora por su falta de liderazgo frente al país luego de la derrota ante PPK.
"En el 2006, con poco lograron bastante. En la siguiente elección, perdieron con quien era el cuco chavista. En las últimas elecciones, parecía que Keiko había aprendido de los errores pero en segunda vuelta abandonaron su estrategia moderada", recuerda.
Aquí hay un mayor quiebre, perjudicial para el futuro del grupo naranja, según Sosa.
"Con errores o aciertos, lo resaltante de todo ese camino es el liderazgo de Keiko. Eso desapareció dramáticamente con la victoria de PPK. Desde entonces hasta la votación del jueves, Keiko ha brillado por su ausencia. Sin ese liderazgo, Fuerza Popular está condenada al fracaso", dice.
Para el investigador, esta situación favorece la fragmentación, como la que vemos.
El politólogo Carlos Pérez Crespo, profesor de la Universidad Ruiz de Montoya, alega que esas muestras de Keiko de privilegiar sus intereses a los del país aumentan su rechazo.
"El antifujimorismo está fortaleciéndose sobre todo en las nuevas clases medias y en Lima por el comportamiento y calidad de los congresistas de Fuerza Popular. Los nuevos electores y, más aún, los más jóvenes quieren mayor calidad. Y el argumento de Fuerza Popular de que no buscaba tomar por la fuerza el poder se debilitó", sostiene.
La politóloga Milagros Rejas, asesora en diversas universidades, advierte que Keiko es quien está perdiendo, no necesariamente el fujimorismo. Esto porque la tensión siempre ha sido entre el albertismo y los llamados keikistas.
"No creo que esta vacancia sea una pérdida total para el fujimorismo en general, sino una posible esperanza de contemplar otro líder que no sea Keiko, pero sí un FujimoriKeiko perdió nuevamente, por mantener la misma estructura partidaria que tenía. Keiko no es el fujimorismo, sino la memoria de los noventa. Es parte pero no lo es todo", comenta.
En los próximos días, veremos cómo reacciona Keiko ante lo que se avecina. Si el quiebre de su bancada se cumple o lo evita.



El Comercio
El congresista de Fuerza Popular Bienvenido Ramírez criticó a sus colegas de bancada. "Hay algunos que dijeron tantas cosas y barbaridades contra el presidente (Alberto Fujimori) y ahora están que se acomodan [...] Son unos doble cara, doble moral. Uno tiene que defender sus ideales hasta la muerte pero no dar un mensaje hace una semana y hoy dar otro", señaló.
Ramírez también cuestionó que Héctor Becerril, quien dijo días atrás que Alberto Fujimori alentaba la corrupción, sea el vocero alterno de Fuerza Popular. "Yo, particularmente, no me siento representado", comentó.
“Si me expulsan, que me expulsen por haber apostado por la gobernabilidad y el Perú", manifestó Ramírez. "El indulto se venía manejando hace mucho tiempo atrás, no ahora. No hubo ninguna negociación", indicó.



El Comercio
La congresista de Fuerza Popular Maritza García señaló que confía en que no recibirá algún tipo de sanción por parte de su partido como consecuencia de haber votado en contra del acuerdo de su bancada para la vacancia presidencial.
“Creo que están reflexionando, porque todos están de acuerdo ahora con el indulto, así que yo creo que no va a pasar nada”, declaró.



El Comercio
El inesperado aliado de PPK
Cecilia Valenzuela
Antes de la Nochebuena, cuando se anunció la decisión presidencial de otorgar el indulto humanitario a Alberto Fujimori, los dirigentes de izquierda se adueñaron del discurso y exaltaron la protesta en las calles. Las circunstancias ponen a prueba a la clase política nacional supuestamente comprometida con la gobernabilidad y el desarrollo y a la que, por cierto, no se le ha escuchado salvo para jalar agua para su molino.
Nuestro país está viviendo días difíciles. Dos políticos evidentemente pragmáticos y octogenarios, ambos en el borde de sus límites, se han aliado: uno para sobrevivir en la presidencia y el otro para sobrevivir a una condena que acabaría con su vida. ¿Qué puede resultar de este matrimonio? Si pudiéramos ajustarnos a sus últimos mensajes, podríamos esperar la gobernabilidad tan ansiada hace año y medio; pero la cosa no es tan sencilla, pasa por la voluntad de las demás fuerzas políticas y por la disposición de la mayoría de los ciudadanos para creerles o concederles, por lo menos, el beneficio de la duda.
Una de las apreciaciones más severas contra la decisión del presidente Kuczynski es que el indulto humanitario se haya concedido tres días después de que la facción fujimorista liderada por Kenji Fujimori impidiera su vacancia. Se trata de un canje y eso es inaceptable, se ha dicho. Sin embargo, eso no es exactamente cierto: el 3 de noviembre en Buenos Aires, Argentina, el presidente Kuczynski dijo: “Alberto Fujimori está en la cárcel y está enfermo, vamos a ver qué hacemos, eso será noticia en algún momento”. Todo buen entendedor comprendió que el indulto humanitario del que se había venido hablando hacía por lo menos seis meses estaba por concretarse. Quizá el trance de la vacancia impulsada por el Frente Amplio apuró la decisión, pero estaba claro que el indulto humanitario se iba a dar de todas maneras y muy posiblemente en estas fiestas.
Ahora la izquierda que apoyó la elección de PPK en la segunda vuelta del 2016, y que apenas este asumió el poder le dio la espalda, le reclama airada “la traición”, olvidando que fue ella misma quien perdió la oportunidad de darle sostenibilidad a un gobierno débil, sin mayoría en el Congreso y enemistado con la furia naranja.
Después de que los seguidores de Marco Arana se aliaran con los de Keiko Fujimori para intentar vacarlo y los seguidores de Verónika Mendoza abandonaran el pleno del Parlamento tras haberlo insultado, a Kuczynski debe haberle quedado claro que con ese sector sería imposible gobernar.
Superada la vacancia, PPK quedó en una encrucijada: o seguía en lo mismo de los últimos 18 meses y terminaba renunciando, o buscaba el respaldo de los seguidores de Kenji. Los dirigentes de los otros partidos políticos deberían ser honestos y reconocer que no le dejaron otra alternativa.
Peruanos por el Kambio ha perdido tres congresistas a causa del indulto, pero a juzgar por lo expresado primero por Kenji y luego por Alberto Fujimori, la facción de Fuerza Popular que ambos lideran le daría sus votos en el Congreso, haciendo posible que por fin haya gobierno. Que así sea.



La República
Fujimori, las primeras horas
Mirko Lauer
¿Está Alberto Fujimori en condiciones físicas para recobrar poder en el fujimorismo? A juzgar por su breve mensaje de agradecimiento a Pedro Pablo Kuczynski y de pedido de perdón al país desde la cama de una clínica, su postración todavía puede durar un tiempo. Su libertad podría ir recuperándolo de sus males, pero también agravarlos.
Todavía no está claro con qué tipo de apetitos políticos y discrepancias internas reaparece Fujimori, si esos fueran los casos. En este momento sus principales activos, además de una llave para la mayoría absoluta de Fuerza Popular en el Congreso, son el peso de una presencia física y la imagen contestataria de su hijo Kenji.
La mejor salida para Fujimori sería poder oficiar de mediador activo entre los 61 votos keikistas con los 10 votos disidentes. Todo dependerá de si el puesto de patriarca está disponible como algo más que un cargo honorífico, sin colmillos reales. Por lo pronto hasta ahora la bienvenida de FP ha sido formal, por no decir fría.
Asumiendo un Fujimori en buena forma y que además se mantenga indultado, ¿cuáles serían sus problemas dentro de FP? Uno es la competencia con la hija, que no va a desaparecer. Aunque más allá del poder mismo, es difícil comprender qué es lo que estaría en disputa, más allá de ayudar a abrirle espacio al temperamento liberal y modernizante de su hijo Kenji.
A la vez no es difícil imaginar un temprano choque con las figuras más conspicuas de la mototaxi keikista, que se han conducido como disciplinados dueños colectivos del partido. La tirria que les tienen a Alberto y a Kenji Fujimori no es un secreto, y la rivalidad con la vieja guardia albertista desplazada en el 2016 tampoco lo es.
¿Sospechaba Fujimori que su liberación incendiaría la pradera institucional y que atizaría tan intensamente las llamas del antifujimorismo? Probablemente no, y tratar de calmarlas es una tarea adicional que se le aparece en la puerta de la Dinoes. Significaría convencer de que él puede hacer hoy una diferencia positiva en el fujimorismo, y en la política en general.
Todas estas parecen demasiadas tareas para alguien recién salido de una unidad de cuidados intensivos. Pero quién sabe. Por allí dicen que el tiempo lo cura todo.



Peru21
Columna de Luis Davelouis
El fujimorismo comparte el discurso de la reconciliación de PPK. Sí, pero entre ellos, nunca con sus detractores, opositores o adversarios. Hoy intentan recomponerse alrededor del indulto y definir liderazgos. Luego verán qué hacer con PPK.
El keikismo tiene poco que mostrar. Perdió las elecciones dos veces, perdió la mayoría absoluta en el Congreso frente a un gobierno de trapo y hoy, tras el indulto a Alberto Fujimori (AFF), algunos de sus más conspicuos defensores como Becerril (“AFF alienta la corrupción”) y Reátegui (“hay que darle agüita de azahar”) saludan esa libertad y llaman a la reconciliación… con Kenji y a su “Api”. ¡Cuánto valor!
Mención aparte merecen Úrsula Letona (“AFF no tiene hoy ninguna influencia en FP”) y Cecilia Chacón (“FP no es el partido de AFF”) porque, aunque también ningunearon a Kenji y a Api y le aseguraron a todo el mundo que el apellido Fujimori no pesa en FP, hoy no están tratando de congraciarse como sea con él. Al menos, no por Twitter.
Todos llamaron traidores a Kenji y a los que se abstuvieron de votar por la vacancia para que salga Alberto, cuya percepción de liderazgo al frente del fujimorismo pasó de 35% en marzo a 46% en octubre mientras la de Keiko cayó de 57% a 49%. Recuerden: el poder reside donde uno cree que reside y Api está libre gracias a Kenji. El albertismo/kenjismo está de subida, PPK aún es presidente y es albertista.
Gracias a Keiko y a PPK, el antifujimorismo es más grande que el fujimorismo y está encendido. Entre abril y noviembre, el fujimorismo duro pasó de 13% a 6% y el anti de 41% a 32% y, aunque es esperable que ambos suban en esta coyuntura, es improbable que el primero alcance al segundo.
¿Que se vayan todos?



El Comercio
Columna de Pedro Tenorio
La semana pasada dijimos que solo un milagro salvaría a Pedro Pablo Kuczynski de la vacancia. Ese milagro ocurrió por obra de un oficioso monaguillo (Kenji Fujimori), pero se debía a un solo “santo”: Alberto Fujimori. El domingo 24 Kuczynski pagó el milagro otorgando un polémico indulto humanitario a favor del ex mandatario, quien nunca se arrepintió ni pidió perdón por los crímenes cometidos. Ahora vemos a Keiko Fujimori uniéndose a las celebraciones por la liberación de su padre, aunque al mismo tiempo sea consciente de la humillación a la que fue sometida por diez congresistas que ella llevó en su lista, pero que un día decidieron desafiar su liderazgo y seguir a su hermano. Keiko y su mototaxi nunca la vieron venir. Ahora pagarán las consecuencias.
Porque mientras buena parte de su electorado celebra la libertad de Alberto, el escenario para Keiko se complica. No solo fue humillada el último jueves en su afán por vacar a PPK, sino que el indulto a su padre refuerza la posición de este y de Kenji. Es decir, alcanzar una importante cuota de poder dentro del fujimorismo y ejercerlo. Compartir el poder, algo que la misma Keiko y sus más cercanos colaboradores quisieran evitar a toda costa.
Así, surgen las siguientes preguntas: ¿Conviene más a Keikocontinuar en tienda aparte, expulsando a Kenji del partido como luego de la votación por la vacancia se daba por sentado que sucedería? ¿Le suma más pactar una convivencia con Alberto y Kenji, pese a que exigirán tener injerencia en la toma de decisiones clave y la ubicación de sus alfiles en posiciones ejercidas hasta hoy solo por ‘keikolovers’? ¿Se recompone Fuerza Popular a la fuerza –valga la redundancia– o se quiebra definitivamente? Que el facilismo no mueva a creer a algunos que toda esta disputa entre padre e hija estaba armada. No fue así, por eso los efectos del indulto son dolorosos políticamente para Keiko. Hasta anteayer era la lideresa indiscutida de su partido, pero no del fujimorismo. ¿Y ahora?
¿Favorece a Keiko expulsar a los nueve congresistas que la desafiaron votando con Kenji y abriéndole la reja de la Diroes a su padre, como era obvio que ocurriría si salvaban a Kuczynski, y perdiendo la mayoría? Las decisiones para Keiko no serán fáciles. La “unidad familiar” implica para ella pérdida de poder y el ascenso progresivo de Alberto a la cúspide –él le torció el brazo en la vacancia y se considera mejor ajedrecista político que los asesores que la acompañaron en sus dos derrotas presidenciales (2011 y 2016)–. Keiko tiene dos caminos y sabe que separarse de Alberto y Kenji solo dividirá su electorado. Sabe –o debería saber– que el antifujimorismo ha definido a su favor toda elección desde el 2000 y este indulto no hará más que reavivarlo.



El Comercio, editorial
El indulto a Alberto Fujimori ha levantado una esperable y gran polvareda. Tomará tiempo ver todos sus ángulos y consecuencias. Hay algunas ideas, sin embargo, que se pueden tener claras desde ya. Con cargo a ir desgranando las demás, quisiéramos adelantar dos de ellas hoy.
La primera es esta. Puesto que Pedro Pablo Kuczynski afirmó varias veces antes de asumir la presidencia que no indultaría a Alberto Fujimori, a quien llamó delincuente de numerosas maneras cuando vio que solo el antifujimorismo le definiría la presidencia, tienen razón en sentirse engañados aquellos ciudadanos que le dieron su voto teniendo a este factor como el determinante de su decisión.
También tienen razón todos los que piensan que Kuczynski miente tan libremente como cualquiera de nuestros principales políticos. “No. No, no, no”, le contestó firmemente el presidente a “Semana Económica”, por solo citar un ejemplo, cuando le preguntaron si concedería el perdón a Fujimori en una entrevista realizada apenas ganó las elecciones. Aunque es verdad que no se necesita del tema del indulto para saber que lo del tecnócrata sano era un mito. Ni siquiera hay que retroceder mucho en el tiempo, en realidad. Basta remitirse al asunto que terminó desembocando en el indulto.
Kuczynski tiene sí una atenuante en las circunstancias en las que decidió violar su palabra y dar el indulto: o aceptaba darlo u hoy no sería el presidente. Pero este atenuante pierde parte de su peso cuando uno recuerda que de cualquier forma fue el mismo Kuczynski quien se puso en la posición en la que estuvo ese día: si no era por los contratos de Westfield y First Capital con Odebrecht, y por las mentiras con las que quiso tapar el tema, no hubiera acabado contra las cuerdas desde las que dio el indulto.
La salud de Fujimori no parece un atenuante para la decisión de Kuczynski, en tanto que esta no ha sido el motivo por el que se otorgó el indulto: no es arriesgado asumir que todo lo que Fujimori tiene hoy lo tenía antes de la votación del jueves. Estamos de acuerdo con la figura del indulto humanitario, pero de eso no se ha tratado esto.
La segunda idea es que Kuczynski no ha perdonado a un hombre inocente. Es cierto que la de la autoría mediata es una teoría tremendamente discutible si va a servir para condenar a una persona a prisión (y no fue Fujimori, por cierto, el presidente bajo cuyo mandato se cometió el mayor número de asesinatos y desapariciones forzadas en la lucha contra el terrorismo, como bien lo recogió la CVR). Pero el hecho es que no se necesita recurrir a la sentencia de la teoría mediata para saber que Fujimori delinquió repetida y gravemente.
Para hablar solo de las otras sentencias ya dadas, está probado que Fujimori transfirió a Montesinos los fondos estatales con los que este compraba, entre otros, congresistas, magistrados, periodistas, generales y líneas editoriales. También los fondos con los que espiaba a políticos y congresistas. Y se discute si aprobó directamente las transferencia de recursos para comprar los diarios chicha (con S/122 millones de las Fuerzas Armadas) desde los que se difamó masiva y vilmente a cualquiera que se opusiera al régimen (las primeras instancias dijeron que sí lo hizo). Asimismo, está probado que firmó una resolución para pagarle US$15 millones a Vladimiro Montesinos. El mismo Montesinos a cuya casa ordenaría entrar a un falso fiscal para llevarse decenas de ‘vladivideos’ al Grupo Aéreo N° 8.
También está probado –aunque esto ya no sea penal– que era una persona que no mostró respeto alguno por la investidura que tuvo o por la ciudadanía a la que representaba. Ese Montesinos al que le transfirió los US$15 millones era el Montesinos que él juraba lo había traicionado y engañado todos esos años, y al que fingía estar persiguiendo. El mismo asesor que cobraba del narcotráfico al que, tiempo después, e increíblemente, le guiñaría el ojo frente a cámaras, durante un juicio.
Esa investidura, por otra parte, y nunca sobra recordarlo, es aquella a la que renunció por fax luego de huir del país con la excusa de una gira, para acabar postulando al Senado japonés.
Luego está el desmantelamiento de todas las instituciones para concentrarlas en unas solas manos: las suyas, que eran las de Montesinos. Fujimori intervino el Poder Judicial, el Ministerio Público, el Tribunal Constitucional, la contraloría, las autoridades electorales: todas y cada una de las entidades que podían servir para contrapesar su poder y limitar su continuidad. Y a muchas de ellas las tomó cuando ya ni siquiera podía recurrir al argumento del terrorismo y la hiperinflación para intentar justificarse, sino solo a su ambición.
Es notable, dicho sea de paso, la poca importancia que se le da a esta toma de las instituciones al sopesar los atropellos de su régimen. Se le desconecta totalmente, por ejemplo, de las posibilidades de progreso económico en el largo plazo. Pero lo cierto es que con el tiempo esto significó que no hubiera nada ni nadie en el país que tuviera algo garantizado en contra de la que pudieran ser la voluntad y los intereses de la dupla al mando.
Nada de esto, desde luego, borra las cosas buenas, algunas de ellas muy importantes, que se hicieron durante sus gobiernos. Pero lo mismo es cierto viceversa. No existe, y no debe existir en las democracias algo así como un “pase libre para delinquir” que uno pueda adquirir si hace suficientes méritos.
Fujimori, pues, no ha salido de prisión porque no haya delinquido. Delinquió continuamente. Y la verdad histórica no es lugar del que uno pueda salir por la puerta de un indulto.



El Comercio
Luego de que el presidente Pedro Pablo Kuczynski concediera y oficializara el indulto y derecho de gracia por razones humanitarias al ex presidente Alberto Fujimori, diversas voces han mencionado la posibilidad de impugnar tal decisión e incluso se anunció que acudirán hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) para anularlo.
Sin embargo, algunos analistas y especialistas en materia penal, constitucional y derecho internacional dejan un punto en claro: la Corte IDH no se ha pronunciado nunca por un indulto humanitario.
El ex presidente del Tribunal Constitucional (TC) Víctor García Toma consideró que “formalmente” no existirían fundamentos para que la decisión de Kuczynski sea objeto de nulidad tanto en fuero “interno como externo”.
“En la jurisdicción supranacional [internacional] todos los pronunciamientos que ha habido en torno a las amnistías y conmutaciones han estado referidos a indultos comunes, pero aquí estamos ante un perdón por razones humanitarias”, aclaró.
Asimismo, recordó que el único caso en el que un indulto por razones humanitarias fue anulado en vía interna (Caso José Enrique Crousillat) fue por graves infracciones a la tramitación, “cosa que en este caso, aparentemente, no ha sucedido”.
“Se ha seguido, aparentemente, el procedimiento establecido por ley. En consecuencia, el presidente ha hecho uso de una facultad que le confiere la Constitución y quedará para la historia si hizo bien o mal”, indicó García Toma.
El ex presidente de la Corte IDH Diego García Sayán manifestó que, si en el fuero interno no se cumple con el proceso elemental para otorgar el indulto, este sí podría ser un asunto de “incumbencia internacional”.
Consideró que en el caso de Fujimori caben algunos cuestionamientos en el fuero interno sobre la presunta parcialización de la junta médica que recomendó su indulto.
Además, explicó que sí se podría objetar el hecho de que Fujimori haya recibido un derecho de gracia que impide su juzgamiento por procesos pendientes. No obstante, precisó que la Corte IDH solo prohíbe las amnistías, mas no los indultos.
“Allí sí, al margen de la discusión de que la Corte Interamericana ha prohibido solo la amnistía y no los indultos; el impedir que se lleven a cabo procesos de investigación y sanción judicial sí es una violación del derecho internacional”, dijo.
Según el artículo 118, inciso 21, de la Constitución Política, el presidente puede ejercer el derecho de gracia a favor de un reo, en los casos en que la etapa de instrucción haya excedido el doble de su plazo más su ampliatoria.
Este plazo, a consideración del abogado penalista Mario Amoretti, es de diez meses. Por tanto, con respecto a Alberto Fujimori, dijo que en el caso del proceso pendiente por el caso de las matanzas en Pativilca en 1992 el plazo fue superado.
“Si bien yo considero que el derecho de gracia es una evidente interferencia del Ejecutivo en el Poder Judicial, tampoco puede ser causal de nulidad, porque está en la Constitución y, de tal manera, el presidente ha actuado de acuerdo con la ley”, expresó.
Amoretti dijo que no se podría anular el indulto alegando la calificación de lesa humanidad para los casos Barrios Altos y La Cantuta, porque la Sala Penal de la Corte Suprema no lo condenó por delitos de ese tipo.
Finalmente, Amoretti afirmó que, debido al derecho de gracia, los posibles casos contra Alberto Fujimori que estén en investigación fiscal también deberán ser archivados.



El Comercio
La hora de la reconc iliación
Alfredo Torres
Como ocurrió en la segunda vuelta electoral, el presidente Pedro Pablo Kuczynski le ganó nuevamente la partida a Keiko Fujimori, en la hora enésima. Como entonces, PPK jugó la carta de la polarización, de ser el mal menor frente al autoritarismo que ella representaría. Como entonces, sin embargo, no fue suficiente la polarización, sino que Keiko Fujimori fue derrotada por un error estratégico de su responsabilidad.
En efecto, la estrategia desarrollada por PPK tenía un componente legítimo –explicar su conducta y pedir disculpas por ser desprolijo con sus cuentas– y otro de cálculo político consistente en reactivar el antifujimorismo. Los acusó de intentar un golpe de Estado, a pesar de que la moción de vacancia había sido presentada por el Frente Amplio y contaba con el apoyo no solo de Fuerza Popular sino también de importantes líderes del Apra y Acción Popular. Sostuvo que parte de esa estrategia era tumbarse el Tribunal Constitucional, aunque el pedido de sanción para uno de sus integrantes fue sustentado por su congresista y ministro Pedro Olaechea. Finalmente, dejó entender que si él caía, renunciaban sus vicepresidentes, lo cual sonaba a un chantaje poco responsable.
Conforme pasaban las horas el jueves 21, era claro que la estrategia antifujimorista no iba a ser suficiente. Aparentemente la vacancia sería aprobada con 89 votos –dos más de los requeridos– sumando 71 de Fuerza Popular, 10 del Frente Amplio, 3 del Apra, 2 de Acción Popular, 2 de Alianza para el Progreso y 1 no agrupado. Entrada la noche de ese aciago día, parecía evidente que PPK sería vacado y, si renunciaban los vicepresidentes, el presidente del Congreso Luis Galarreta asumiría la presidencia de la República para convocar elecciones presidenciales, aunque no necesariamente parlamentarias. El país entraba en una crisis profunda.
Fue entonces que, para sorpresa de todos, 10 congresistas de Fuerza Popular, liderados por Kenji Fujimori, salvaron a PPK de una derrota segura. Ahora se sabe que el propio Alberto Fujimori apoyó a Kenji en sus gestiones para conseguir estos votos, con la expectativa de que, en reciprocidad, PPK cumpla con su voluntad tantas veces insinuada de indultarlo.
El error estratégico de Keiko en el 2016 fue llegar a las elecciones con Joaquín Ramírez como secretario general de su partido, sabiendo que era investigado por lavado de activos. Y pretender luego desacreditar a un denunciante falseando un audio. El error estratégico esta vez fue comportarse como una perdedora rencorosa y lideresa autoritaria de su bancada. Cuando fue evidente que a ella no le interesaba la libertad de su padre, por temor posiblemente a que este pudiese disputarle el liderazgo de su partido, dejó el camino abierto para que su hermano Kenji, en el nombre de su padre, rompiese la unidad de Fuerza Popular.
En todo este “juego de tronos” estuvo claro que a la gran mayoría de congresistas no le interesaba si PPK había cometido o no un delito que justificase su “incapacidad moral permanente”. La naturaleza política del proceso fue muy evidente en la votación: el Frente Amplio votó unánimemente a favor. Peruanos por el Kambio unánimemente en contra. Y Nuevo Perú votó en bloque, con los pies, al retirarse minutos antes de la votación. Lo que es más grave, en Fuerza Popular y el Apra se anunciaron sanciones para aquellos que no hubiesen votado “disciplinadamente”, como si un juicio por incapacidad moral no requiriese por su propia naturaleza subjetiva un voto de conciencia de cada parlamentario.
Si PPK incurrió en un conflicto de intereses cuando fue ministro hace 12 años o si Keiko Fujimori, él u otros políticos recibieron contribuciones de la empresa Odebrecht para sus campañas electorales son temas que el Ministerio Público seguirá investigando. Al Congreso le corresponde legislar. Podría, por ejemplo, revisar las disposiciones sobre prisión preventiva, para que no se abuse de ella. Pero lo que no debe hacer es obstruir la lucha contra la corrupción. Es inaceptable, por ejemplo, que hayan pretendido destituir al fiscal de la Nación Pablo Sánchez. Los políticos deben saber que la opinión pública está atenta. De acuerdo con la última encuesta de Ipsos-El Comercio, 64% de la ciudadanía apoya el desempeño de la Fiscalía de la Nación en el Caso Lava Jato.
Mientras las investigaciones fiscales siguen su curso, al presidente le corresponde construir gobernabilidad. Sus principales aliados a la vista son los 10 congresistas disidentes de Fuerza Popular que lo salvaron de la vacancia. El indulto a Alberto Fujimori contaba hace un mes con 65% de aprobación. Hoy puede haberse consolidado este respaldo, ya que la actitud de Kenji y su grupo conmovió a muchos simpatizantes de PPK, que ahora se han vuelto más anti-Keiko que anti-Alberto. El principio de reciprocidad está en los fundamentos de la cosmovisión andina y la reconciliación y la compasión son la base de la cosmovisión cristiana, con especial sentido en Navidad. Pero desde el punto de vista político, la necesidad de forjar la gobernabilidad es una razón adicional para que PPK proceda con el indulto, ahora.



El Comercio
Fujimori lidera el antifujimorismo
Federico Salazar
Ha regresado. Alberto Fujimori ha vuelto a la política peruana. Por la puerta grande. Ha salvado al presidente, nada menos.
No solo libró a Kuczynski. También aprovechó para descomponer algunas fuerzas políticas. Como en el bowling, desbarató a Fuerza Popular, al Partido Aprista Peruano y le dio un puntillazo más a la izquierda.
La votación sobre la vacancia presidencial ha causado un sismo y hay una nueva geografía parlamentaria.
Fuerza Popular ha sufrido un severo revés en una causa para ellos emblemática. Además –y sobre todo–, ha hecho que el antifujimorismo vuelva a ganarle a Keiko Fujimori.
Alberto Fujimori se ha puesto a la cabeza de las fuerzas antifujimoristas. Hay que reconocer que esta es una jugada de un ajedrez que no veíamos hace mucho.
Quizá lo que hemos visto sea pieza de un esquema mayor. Quizá se relacione con las posiciones de Kenji Fujimori a favor de mayores equilibrios de poder y mayor reconocimiento de derechos personales. Eso puede apuntar al trabalenguas de un neofujimorismo antifujimorista.
No se trata solo del indulto para el ex presidente. Es muy probable que se trate de crear una nueva opción política.
El ajedrez consiste en dejar la imagen de abuso del poder y prepotencia de formas en el lado de Keiko Fujimori y Fuerza Popular. Un nuevo estilo, con un reconocimiento de los errores del pasado, podría ser el punto de partida de un reciclaje.
En la novela “El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde”, un brebaje separaba todo el mal de todo el bien que hay en una persona. El brebaje elaborado en el fundo Barbadillo pretende separar el mal y el bien en dos partidos.
Todo lo malo se lo llevan Fuerza Popular y Keiko Fujimori. Todo lo bueno, Kenji Fujimori y su papá.
Kenji siempre fue claro. Él dijo que estaba en el Congreso para liberar a su padre. No había mandato de otra cosa. Eso era todo.
Kenji casi no tiene producción legislativa. Lo único que le importa es la liberación de su padre. Parece que está por conseguirla. Ya se iniciaron, como se sabe, los trámites para el indulto.
Alan García se pudo reciclar después de haber destruido (¡destruido!) el país entre 1985-90. Alberto Fujimori puede pensar que todo es posible, y que él también podría.
La pieza más importante en el juego del neofujimorismo es, curiosamente, el antifujimorismo.
El mensaje a la nación del presidente Kuczynski, la noche previa a la sesión sobre vacancia, fue un homenaje al neofujimorismo. Estuvo dedicado, con agresividad de campaña electoral, a reavivar los miedos del antifujimorismo.
Zamarramente, Kuczynski no mencionó que invocaba a los apus del antifujimorismo para poder pactar con Kenji Fujimori la liberación de su padre.
El presidente amenazó con forzar una ruptura del mandato constitucional de los dos vicepresidentes, con tal de verse librado de la vacancia. Amenazó, en realidad, al país y al Congreso, con crear desorden político y electoral.
La alternativa, por supuesto, no era mucho más halagüeña. La opción era un fujimorismo (keikista) pegado a la letra de la Constitución pero dispuesto a vulnerar las instituciones por la vía del poder arbitrario, como en el caso de la acusación constitucional contra el fiscal de la Nación.
El Perú parecía condenado a elegir entre el “golpismo” fujimorista y el “golpismo” pepekausa. En ninguno de los dos casos se proponía una ruptura directa de la Carta (por eso las comillas).
Con Fuerza Popular asomaba la amenaza de un ejercicio arbitrario del poder formal. En el otro caso, la amenaza de forzar un proceso electoral no contemplado en la Constitución.
Fujimori nos ha librado de un espasmo constitucional en este momento. No nos ha librado, en cambio, del fujimorismo esencial. No nos ha librado, tampoco, del carácter de Kuczynski, desprolijo no solo en sus cuentas sino también en sus arreglos, alianzas y pactos.
Kuczynski tendrá que ser investigado por hechos que pueden configurar delito y sobre los que ya mintió una vez. Y tendrá que responder con una parte de sus aliados sobre el indulto y la habilitación política de Alberto Fujimori.



La República
Nubarrones
Mirko Lauer
¿Va a haber un match fujimorista en el 2018 o una negociación con arreglo entre las partes? Si hubiera un match a finish, que es lo más probable, ¿va a ser dentro o fuera de Fuerza Popular? Lo primero como una lucha por el control del partido. Lo segundo como el restablecimiento de un fujimorismo de Alberto Fujimori, enfrentado al de la hija Keiko.
La velocidad con que Keiko Fujimori se ha definido como la lideresa de una bancada de 61 congresistas, revelar que no tiene la menor esperanza de recuperar a los disidentes del jueves pasado, y que más bien teme un desbande. Como si hubiera estado esperando el momento de la ruptura de tiempo atrás. Con los potenciales seguidores de Kenji Fujimori viviendo como, digamos, pre-expulsados.
Luego está el automático pedido de renuncia de los 10 que bloquearon la vacancia, y los ataques directos a AFF porque “alienta la corrupción a cambio de su indulto”, ambos indicios del temor a que el excarcelado y su hijo intenten tomarse la bancada. Allí están los reclamos de Kenji por una reorganización del partido, expresados varios meses atrás.
Mucho dependerá de la energía con que cuente AFF cuando salga. Hace meses una congresista FP le recomendó dedicarse a jugar con sus nietos. Otra dijo que FP ya no era su partido. Sin embargo AFF acaba de ser parte de una maniobra que no define a un abuelito jubilado. Incluso hay rumores de que AFF sale con una lista de cabezas mototaxistas para cortar.
La conducta de Kenji Fujimori en estos últimos años habla de planes para sacar a su padre de la cárcel. Sin embargo lo que acaba de suceder no parece parte de un plan, sino el simple aprovechamiento de una oportunidad. La estrategia hasta aquí ha sido de disidencia y de resistencia. Quizás le tome un tiempo a padre e hijo perfeccionar una estrategia ofensiva.
En el caso de una división, ¿Keiko Fujimori peleará el derecho electoral al apellido? ¿O le parecerá suficiente aferrarse al membrete K que le ha servido en dos elecciones consecutivas? De otra parte entre esos 61 congresistas puede no haber un sentimiento keikista-mototaxista propiamente dicho, sino proyectos propios.
La conducta de Kenji Fujimori en estos últimos años habla de planes para sacar a su padre de la cárcel.



El Comercio
Mabel Huertas
En la política uno puede llamar las cosas como quiera: golpe democrático a lo que constitucionalmente está permitido, error o descuido a lo que es una infracción constitucional. Puedes llamar acto de conciencia a lo que en realidad es resultado de una negociación y traidores a quienes nunca fueron leales. Claro está, todo depende del cristal con que se mire.
Por ejemplo, podríamos decir que a Pedro Pablo Kuczynski no lo salvó la conciencia democrática ni el respeto a la institucionalidad, sino más bien la precariedad de los partidos políticos. Luego de la tempestad, son los partidos los grandes damnificados. La claridad del día siguiente ha confirmado la gran crisis interna que enfrenta el Apra desde hace un buen tiempo, reflejada en los líos por la dirigencia. La carajeada de Mauricio Mulder a Jorge del Castillo quedará para la posteridad y termina por romper esa imagen de disciplina de la que se preciaba el longevo partido.
Lo de Fuerza Popular, con posiblemente 10 congresistas menos, resulta más complejo e interesante para el análisis. Solo 24 horas antes de la votación el secretario general, José Chlimper,anunciaba que toda la bancada votaría unida, mientras que el congresista Elard Melgar concluía, luego de una reunión en su casa, que todos eran un solo puño. La emoción la transmitían en Twitter.
Pero luego de las duras sanciones a Kenji Fujimori era imposible pensar que esta reunión se llevaría a cabo bajo una atmósfera de selección peruana a punto de salir a la cancha, sino más bien de conminación, en donde más cabían advertencias que convencimientos. La pechada del congresista Miki Torres y los gestos de Héctor Becerril al menor de los Fujimori en medio del debate podría confirmar esa “cultura organizativa” del fujimorismo.
El resultado de las coordinaciones internas, ya lo vimos, fue un fracaso y aunque se sospechaba que serían uno o dos congresistas los que se inmolarían con Kenji Fujimori, sorprendió que el bloque fuera tan generoso. Si bien se sospecha que el indulto (con papeles en curso) fue parte de la negociación y se rumoreó que el mismo ex presidente Alberto Fujimori llamó desde el penal Barbadillo a cada uno de los congresistas, la pregunta que el partido más grande del país –y que ostentaba una sólida mayoría– se debe hacer hoy es: ¿En qué fallamos? ¿Por qué perdimos a 10 congresistas? O bueno, es lo que cualquier gran líder haría luego de una derrota, analizar la interna en primer lugar, su propia ingeniería, las variables que puede controlar, sus debilidades. Acusar de traición y señalar al negociador está bueno para la tribuna, pero el mea culpa de la dirigencia es necesario en sus fueros privados.
El presidente de la República hizo un buen ejercicio en su mensaje del último viernes. En realidad, era lo mínimo que correspondía. Dijo que había reconocido sus errores y aprendido mucho en estos días de crisis. Por el bien del país esperemos que haya sido así, como también debemos esperar una buena investigación sobre su caso. Pero en esa línea de renovación, ¿podrán la lideresa de Fuerza Popular y sus asesores asimilar esta derrota como un aprendizaje? Así como PPK ha visto necesario cambiar de estrategia para gobernar, ¿Keiko Fujimori hará lo mismo para mantener a su bancada como primera fuerza opositora? El presidente ha dicho que es tiempo de reconciliación. ¿Será capaz la mujer más importante de la política peruana de hilar fino para bajarle la temperatura a la polarización y al poderoso antifujimorismo con miras al 2021? Por último, PPK ha dicho que habrá cambios en su Gabinete en los próximos días como parte de estos nuevos vientos que veremos en el 2018. ¿Cambiará Keiko Fujimori a sus desgastados voceros Becerril y Salaverry, decidirá escuchar menos a su entorno más cercano?
La osada carta del indulto está hace tiempo sobre la mesa y, sin duda, podría cambiar el panorama político. ¿Podrá la legítima candidata al 2021 salvaguardar lo que, sin duda, ha construido con esfuerzo durante los últimos años?
En medio de esta polarización desgastante y en un panorama en el que todos perdieron –está por verse, si como muchos dicen, Kenji Fujimori fue realmente un ganador– será interesante ver cómo los liderazgos se renuevan y ver a Keiko Fujimori en acción, aprovechando esta nueva oportunidad, pero no desde las redes sociales, de donde parece haberse autoexiliado.






ANTICORRUPCION,  PERSECUCIÓN, JUDICIALIZAC ION POLITICA



El Comercio
La audiencia de control de plazo que se iba a llevar a cabo para determinar si procedía la investigación preliminar contra Fuerza Popular fue suspendida luego que la bancada fujimorista no acreditara al abogado que acudió a la sede de la Sala Penal Nacional por el caso cocteles del finales del 2015.
El fiscal de lavado de activos José Domingo Pérez acudió a la sesión y señaló que Fuerza Popular, al no haber actuado según exige la norma, ocasionó que la audiencia no se instalara.
El fiscal señaló que está a la espera de que terminen las diligencias que traduzcan el testimonio completo de Marcelo Odebrecht para poder incluirlo en la otra investigación que lleva a cabo por presuntos aportes a la campaña de Keiko Fujimori.





sábado, 23 de diciembre de 2017

ESTA NOCHE sábado 23 diciembre 2017


ESTA NOCHE, donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.

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MEDIA COLUMNA
El tiempo de los halcones ha terminado


Jorge Morelli
@jorgemorelli1 
jorgemorelli.blogspot.com


Los opinólogos han reparado sagazmente en que el jueves se dividió la bancada de Fuerza Popular al votar diez de sus miembros con Kenji Fujimori contra la vacancia. Y pronostican, por eso, aciagos días para el fujimorismo.

Acto seguido, reiteran mecánicamente, por enésima vez, que la crisis política no se ha resuelto y continúa asolando el territorio. Son casandras de mal humor.

Lo que pasa es que aun no han caído en cuenta de la verdadera magnitud de lo ocurrido.

La vacancia había que pararla para evitarle al Perú males económicos y políticos incalculables. Eso está hecho y la crisis quedó atrás. Es lo de menos.   

Lo que no han descubierto todavía es que no sólo se ha resuelto la crisis política puntual, sino que por fin se ha desatado el nudo que aprisionaba al Perú desde el primer día de este quinquenio.

Al quebrarse la mayoría absoluta, el partido principal de la oposición, Fuerza Popular, ya no puede por sí solo censurar ministros, ni tramitar insistencias en proyectos de ley observados por el poder Ejecutivo, ni aprobar o modificar leyes orgánicas. En adelante, para hacer eso tiene que buscar un consenso con otros grupos.

La noticia es, entonces, que el gobierno dividido –con el Legislativo en manos de unos y el Ejecutivo en manos de otros- no va más, ha cesado de existir.  

Son muy buenas noticias. Significa que el tiempo de los halcones ha acabado en ambas orillas, y que en adelante prevalecerán los moderados que con buenas maneras tendrán que negociar y persuadir.

El puente ya está construido. La política en serio recién empieza.



REPORTE DE NOTICIAS en Internet

Las siguientes notas periodísticas de política y economía han sido seleccionadas, editadas y ordenadas
temáticamente. No se las debe citar como tomadas directamente de sus fuentes originales, las mismas que se indican
sólo como una forma de reconocer el crédito y agradecer la cortesía.



GOBERNABILIDAD, DEMAGOGIA, AUTORITARISMO, DEMOCRACIA



El Comercio
La lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, felicitó a los 61 congresistas de su partido que votaron a favor de la vacancia del presidente Pedro Pablo Kuczynski.
A través de Twitter, destacó que los 61 congresistas de Fuerza Popular que respaldaron la vacancia "se mantuvieron firmes en la lucha contra la corrupción".
"Somos Fuerza Popular y Fuerza Popular no se vende ni negocia, ¡porque para nosotros primero es el Perú!", dice su mensaje.
Diez integrantes de la bancada de Fuerza Popular, incluido Kenji Fujimori, se abstuvieron de votar por la vacancia de la Presidencia.
Según el vocero Héctor Becerril, "los nueve congresistas liderados por Kenji Fujimori no solo han traicionado a la bancada de Fuerza Popular, han traicionado al país". Sostuvo que su decisión se debió una negociación política con el Gobierno a cambio del indulto del ex presidente Alberto Fujimori.



Canal N
Antes de la votación, Kenji Fujimori, quien se encuentra suspendido de su bancada por 120 días, afirmó a través de un video publicado en sus redes sociales que no apoyaría la vacancia de la Presidencia de la República.
“Debemos asumir la responsabilidad de encaminar el fortalecimiento de la gobernabilidad. Me pregunto si la declaración de la vacancia contribuirá a este propósito (…) Optaremos por no apoyar la vacancia votando en abstención”, dijo.
Añadió que la vacancia “proyectaría un período de turbulencia política con efectos negativos para el desarrollo económico, en perjuicio de la población”.



El Comercio
Quiénes son los 10 legisladores de Fuerza Popular que votaron en ámbar tras el debate de la vacancia del presidente Pedro Pablo Kuczynski?
Kenji Fujimori (Lima)
El congresista más votado por segunda elección consecutiva llegó al debate de la vacancia con restricciones por parte de su bancada. Pidió ser incluido en la lista de oradores pero se lo negaron debido a que está vigente la sanción de 120 días en su contra (la segunda en lo que va de este año). Ante la negativa de su bancada, Kenji difundió un video con el mensaje: “Optamos por no apoyar la vacancia votando en abstención”. Nadie en ese momento imaginó que el plural incluía a nueve de sus colegas de bancada. Diez votos que evitaron la vacancia presidencial.
Guillermo Bocángel (Huánuco)
Después de Kenji, es el congresista que más visita al ex presidente Alberto Fujimori en el penal de Barbadillo. Según reveló este Diario, entre julio del 2016 y junio del 2017, Bocángel estuvo en la Diroes hasta en 34 oportunidades, una visita más que las que hizo Keiko Fujimori en ese mismo tiempo.
Estelita Bustos (Callao)
Es una de los tres representantes que tiene Fuerza Popular en el primer puerto. Estuvo inscrita en el movimiento regional Por Ti Callao, por el cual postuló –sin éxito– como regidora provincial en 2014.
Sonia Echevarría (Junín)
Inicialmente fue excluida de las elecciones por el Jurado Electoral Especial de Huancayo por entrega de dádivas, pero una resolución del Jurado Nacional de Elecciones ordenó su reincorporación. Firmó la carta de respaldo a Kenji cuando enfrentó su primera sanción.
Clayton Galván (Pasco)
También visita al ex presidente Alberto Fujimori en la Diroes. En el cónclave fujimorista de julio, Galván estuvo en el grupo que se tomó fotos con Kenji Fujimori, quien por entonces ya comenzaba a tener enfrentamientos públicos con la cúpula allegada a su hermana Keiko. También firmó la carta en respaldo durante el primer proceso disciplinario.
Maritza García (Piura)
Su presencia en el debate de la vacancia estuvo en duda debido a que se encontraba en una clínica. Sin embargo, la especulación se acabó cuando llegó al Congreso a las 7 p.m. No firmó la carta de respaldo a Kenji en julio pasado, cuando lo sancionaron.
Marita Herrera (Amazonas)
Figura entre las firmantes de la carta de respaldo a Kenji en julio. Pese a su licencia, según fuentes de la bancada, la obligaron a asistir a la sesión de la vacancia.
Marvin Palma (Lambayeque)
Es el legislador más joven del Parlamento y también uno de los más allegados a Kenji Fujimoris. Su rúbrica aparece junto a otras 22 en la carta de respaldo al menor de los Fujimori en julio.
Bienvenido Ramírez (Tumbes)
En abril del 2016, dijo que Alberto Fujimori era un preso político y minimizó el rol de Keiko. “En los asentamientos humanos, en el interior del país, la gente pobre votó por la figura de su padre, por [Alberto] Fujimori”, afirmó.
Lizbeth Robles (Lima Provincias)
Desde la campaña electoral del 2016 está enfrentada con su colega de bancada y de región Elard Melgar, allegado a Keiko Fujimori y miembro del CEN de Fuerza Popular.



El Comercio
Este jueves, Maritza García formó parte del grupo de 10 legisladores ─liderados por Kenji Fujimori─ que decidieron abstenerse de votar para la vacancia por incapacidad moral del jefe del Estado, lo que contribuyó a que la iniciativa no consiguiera los 87 votos necesarios.
“Se ha quebrantado el acuerdo político de bancada por un voto de conciencia”, afirmó MaritzaGarcía en Canal N.
Según contó García habló con el recluido ex mandatario Alberto Fujimori. “Yo recibí una llamada del ex presidente de la República y nos pedía únicamente que emitamos un voto de conciencia. Solamente un voto de conciencia, él no ha inducido a ningún parlamentario para que vote por tal o cual, solamente dijo ‘los llamo a la reflexión, emitan un voto de conciencia’”, acotó.



El Comercio
El congresista de Fuerza Popular, Clayton Galván, quien fue uno de los 10 legisladores que votaron en abstención ante el pedido de vacancia del presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK), indicó que en su momento explicará al interior de su bancada la razón de su voto y descartó que vaya a presentar su renuncia.
“Cada uno toma su propia decisión… Yo también me quedé un poco sorprendido porque parecía que solamente había dos o tres personas que estaban en esa decisión [de no apoyar la vacancia]”, narró Galván.



El Comercio
El presidente del Congreso, Luis Galarreta, consideró que sería “penoso” que la votación de anoche con la que se rechazó la vacancia del presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) se haya dado como parte de un negociado para la libertad del encarcelado ex mandatario Alberto Fujimori.
“Creo que el presidente Fujimori no merecía ser canjeado por blindajes. Pero tal vez ellos tendrían que responder si ha sido así”, señaló el legislador fujimorista en conferencia de prensa desde el Parlamento esta tarde.



El Comercio
El enemigo secreto
Carlos Meléndez
Fuerza Popular (FP) se abrió demasiados frentes a la vez. Agudizó su oposición al Ejecutivo, lleva una larga pugna con la fiscalía y ha recomendado la destitución de un magistrado del Tribunal Constitucional. Para sus críticos, esta colección de enfrentamientos evidencia la gesta de un “golpe institucional” contra el régimen democrático. En cambio, para el partido naranja se trata de una lucha principista en la que se enfrentan a sus más poderosos rivales. Mientras los primeros (el antifujimorismo) logran proyectar con éxito su interpretación de las intenciones fujimoristas –su “ADN autoritario”–, el partido que lidera Keiko Fujimori es incapaz de visibilizar con precisión quiénes personifican su encono (¿los caviares? ¿los tecnócratas? ¿el establishment?) y mucho menos transmitirlo a la opinión pública (sus “principios” son casi enigmáticos). Sin un enemigo público, cualquier épica política se degrada a antojadiza. Así se percibe a FP, ensimismado en una lucha multinivel con sus fantasmas, llevándose en el trámite a la frágil institucionalidad. El derroche de energía es tal que se obvia al enemigo más cruel, al secreto, a aquel que duerme en el mismo lecho. Ha quedado demostrado, si había dudas, que Alberto Fujimori es quien más daño puede hacer al liderazgo de su hija.
El antifujimorismo no es un partido político, pero no importa. El futuro será un conglomerado de “antis” que difícilmente coalicionarán más allá de coyunturas puntuales (como en Italia). El antifujimorismo es un poder fáctico compuesto por “líderes de opinión”, académicos, activistas, políticos con y sin partido que movilizan sus recursos para enfrentarse a FP. Emplean la protesta, sobre todo, como artificio simbólico y tienen masa crítica, especialmente en sectores medios y altos educados. En los últimos años, el pararrayos de su ojeriza ha migrado de Alberto a Keiko, debido al importante caudal electoral acumulado por esta última. Por más esfuerzos que haga, Keiko Fujimori parece no poder desembarazarse del desprestigio autoritario que la persigue y que –equivocadamente– reproduce.
FP nunca antes había tenido tanta responsabilidad en sus manos y ha fallado en el encargo hasta ahora. Insisto: son un equipo profesional de campaña, pero aprendices como garantes de gobernabilidad. Su cruzada contra “la corrupción” no convence, siquiera al punto de otorgarle el beneficio de la duda. Sus dinámicas política y social lo convierten en un partido cerrado, asfixiado, acrítico. Hasta ahora, poco ha rentado en términos políticos, considerando la guerra de clases sociales que sostiene con sus antis. La búsqueda de la legitimidad popular no es suficiente si se quiere apelar a un país entero. La poca destreza demostrada en momentos críticos (por ejemplo, el destape de Lava Jato) lo ha conducido a perder su mayor capital, que hasta antes de la votación de la vacancia presidencial era la cohesión de su bancada. Hoy, la más tenue de sus preocupaciones –una facción díscola al liderazgo de Keiko Fujimori– amenaza a su estabilidad. El venidero almanaque electoral le tira un salvavidas. Es una buena oportunidad para la reconciliación interna o la depuración, y sobre todo para tentar una nueva estrategia hacia las clases medias y urbes modernas.



La República
Hacia una nueva inestabilidad
Mirko Lauer
El fracaso de la vacancia no puede ser visto como un retorno a la normalidad. Más bien inaugura una segunda etapa de inestabilidad, al potenciar los problemas internos en todos los grupos. Por el camino de esta crisis Pedro Pablo Kuczynski finalmente descubrió la inoperancia política de su equipo de gobierno, y esa urgente recomposición le va a costar.
Keiko Fujimori y su cúpula perdieron el control del Congreso. No por el fracaso de la vacancia, sino por el golpe de mano del congresista Kenji Fujimori, quien así cumple su objetivo de liberar pronto a Alberto Fujimori. Con lo cual casi seguramente empezará una fase más intensa en la lucha por el control de Fuerza Popular.
El peligro de ser vacado, y la movilización por impedirlo, han resultado el escenario óptimo para el polémico indulto. Nunca sabremos si PPK lo ha venido postergando por temor al sentimiento antifujimorista, o como un arma de reserva para un momento como este. En cualquier caso, para muchos el indulto ha pasado de ser innecesario y hasta traidor, a ser explicable, y en esa medida quizás hasta justificable.
La mayor lección política de la coyuntura para PPK es que la presidencia sí necesita aliados fuera del Ejecutivo. Por lo pronto les debe la permanencia en el cargo a 52 votos, de variadas posiciones, que no lo quisieron vacar. El cambio de la correlación de fuerzas en el Congreso es real, no un vuelco copernicano, pero igual exigirá una nueva política del Ejecutivo.
Otra novedad de estas jornadas de diciembre es que han catapultado a una inesperada prominencia a figuras independientes como Rosa María Palacios (en LRTV y las redes), Alberto Borea (en el Derecho) y Pedro Cateriano (en los medios y la calle). No son los únicos, sino algunos de los más visibles en un nuevo panorama de activismo democrático.
Luego hemos visto la fragilidad del tinglado económico nacional, que empezó a perder oxígeno en el momento en que apareció la posibilidad de una crisis democrática de fondo. Una lección práctica acerca de las relaciones entre economía y política en estos tiempos. Digamos que el PBI también se salvó, por poco, en la votación del pasado jueves.



El Comercio., editorial
Decía La Rochefoucauld que la hipocresía es el homenaje que el vicio le rinde a la virtud.
Pues bien, el día de ayer la mayoría de parlamentarios de las bancadas que buscaron, sin éxito, vacar al presidente de la República no nos ha rendido a los ciudadanos que seguíamos el debate ni el homenaje de su hipocresía.
Y no nos estamos refiriendo al nivel de los argumentos que usaron. La paupérrima preparación de la mayoría de nuestros representantes hace tiempo que dejó de ser noticia para pasar a ser parte asumida de nuestra geografía política. Nos referimos a que la mayoría de estos argumentos ni siquiera iba dirigido a probar el caso que tenían al frente. A saber, si las contrataciones que Odebrecht hizo con una empresa del presidente Pedro Pablo Kuczynski cuando era ministro de Toledo, y con él mismo –por vía indirecta– luego de que fuese ministro, junto con la forma como él intentó ocultar el tema hasta hace muy poco, constituían motivo suficiente para declararlo incapaz moralmente para ejercer la presidencia del Perú y vacarlo del cargo. Una pregunta cuya respuesta, a su vez, requería probar en algún grado razonable que hay una relación entre las contrataciones que Odebrecht hizo con su empresa o con él, y las decisiones que tomó como ministro.
En lugar de esto, la mayoría de nuestros parlamentarios optó simplemente por lanzarse por la libre y exorcizar por el micrófono lo que fuese que se les antojase en el momento, sin preocuparse por demostrar nada respecto del tema que tenían en manos (ni más ni menos que el más grave que puede decidir un Congreso).
Con esta poca seriedad, naturalmente, nuestros congresistas pusieron en evidencia que este intento de vacancia no estuvo motivado por lo que ellos dicen –la capacidad moral del señor Kuczynski para ser presidente del Perú– sino que era simplemente una consigna nacida de sus intereses políticos de facción.
Desde luego, nadie puso más en evidencia esto que Fuerza Popular, partido que por fuerza de los números tuvo la mayor parte del tiempo del debate y que ha sido el propulsor fundamental de esta decisión. Una conducta que está en perfecta consonancia con el juego de acoso y derribo que la bancada fujimorista emprendió con varios ministros de este gobierno en su primer año, sin preocuparse siquiera de disimular en más de un caso que lo que hacía respondía a una justificación diferente que su interés por desplegar poder, cobrarse cuentas viejas y mantener permanentemente jaqueado al gobierno. ¿O alguien puede creer que el ex ministro de Educación Jaime Saavedra de verdad fue censurado por una compra de computadoras?

Como este Diario ha venido sosteniendo, la conducta pasada del presidente Kuczynski, que Odebrecht puso de relevancia en su comunicación a la Comisión Lava Jato, no es cosa que pueda ser pasada por agua tibia, como tampoco lo son las mentiras en que incurrió para tapar esta conducta. Pero las bancadas en cuestión no solo no han probado que sus actos sean de una envergadura tal que justifique la vacancia: salvo contadas excepciones, ni siquiera se han preocupado de dar la impresión de que intentaban probarlo. Una actitud con la que, además de mostrar el alcance de su desprecio por lo que pueda pensar la ciudadanía, han revelado también que la vacancia nunca se trató de lo que ellos quisieron hacernos creer.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

ESTA NOCHE miércoles 20 diciembre 2017

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EL COMERCIO
Una visión para 30 años


Kenji Fujimori Higuchi


¿Cómo imagino al Perú en 30 años? Veo un país con una pujante población de cerca de 50 millones de habitantes en el cual la brecha social no será un problema mayor. La pobreza estará erradicada y el bienestar general llegará a todas las capas poblacionales.

En el caso de la política, esta se moverá en función de las necesidades económicas, con estrategias de mediano y largo plazo. Una de ellas será la promoción de la inversión masiva en el transporte por ferrocarril, que hará cambiar el paisaje de todo el país. No solo el transporte de pasajeros, sino también el de carga, que mueva la futura producción minera y de un bien aún no explotado en toda su dimensión: la producción maderera en la sierra y selva.

La red ferroviaria que imagino se conectará hacia nuevos puertos, con el empleo que ello genera. Las reglas del libre mercado trazarán las rutas, que serán construidas por empresas privadas, con túneles debajo de los ríos en la costa en lugar de puentes vulnerables a los desastres naturales. El Estado se limitará a facilitar las inversiones y la oferta responderá a lo que el mercado demande. La economía se moverá con la máxima eficiencia.

La inversión ferroviaria sentará las bases de una nueva infraestructura para el desarrollo de una nueva economíaforestal sostenible con un uso racional del agua y del bosque, perfectamente compatible y complementaria de la minería peruana. Además, será un aspecto importante para el desarrollo integrado del país y proporcionará la salida de la producción hacia mercados globales.

Las distancias largas se cubrirán con vías férreas y los camiones se limitarán a la distribución para menores distancias. Necesitaremos “puertos secos” para el transbordo del ferrocarril al camión o directamente a los buques de carga. La velocidad de nuestra economía dependerá de cuán rápido pueda moverse la producción de un punto a otro al menor costo posible.

Los empresarios peruanos, a través de conglomerados eficientes, tendrán una mayor presencia en la economía nacional y regional. La productividad alejará a la economía de la corrupción y el mercantilismo. El Estado no podrá hacer el papel de gerente general, donde el político aspire a ser un pequeño señor feudal de un espacio económico o un proceso productivo protegido. Esa política desaparecerá. En el Perú, la política no interferirá ni subordinará a la economía.

El político y el empresario tendrán que ser visionarios para sobrevivir en el mundo competitivo. Más allá de pequeños pactos políticos de corto plazo, necesitaremos avanzar también en la industrialización del país. Esto se logrará en base a la innovación y tecnología, algo en lo que los peruanos mostrarán su gran capacidad. La inversión abierta a todos los competidores para una nueva logística centrada en los ferrocarriles hará del Perú un país competitivo en el mundo.

Necesitamos compartir esa visión para el futuro. Necesitamos economías libres y políticas que permitan la gobernabilidad democrática. Necesitamos volver a creer en el sueño de un Perú como uno de los principales hubs desde el Pacífico hasta el Atlántico, como el que construyó la iniciativa privada en Estados Unidos desde el siglo XIX.

En este sentido, necesitamos volver a pensar en unos estados unidos sudamericanos. No hablamos de una innecesaria unión política, sino de una economía integrada, una gran red ferroviaria que articule libremente los diferentes procesos productivos para extraer los recursos, transformarlos en la región y sacarlos al mundo en condiciones competitivas.

Esta visión futurista requerirá una incuestionable seguridad jurídica que genere un clima de confianza en todos los ciudadanos, en particular en los pequeños y grandes emprendedores. La continuidad de las reglas de juego, una institucionalidad estable y una política económica de largo plazo sin el azar de los conflictos legales son claves para ello.



REPORTE DE NOTICIAS en Internet

Las siguientes notas periodísticas de política y economía han sido seleccionadas, editadas y ordenadas
temáticamente. No se las debe citar como tomadas directamente de sus fuentes originales, las mismas que se indican
sólo como una forma de reconocer el crédito y agradecer la cortesía.



GOBERNABILIDAD, DEMAGOGIA, AUTORITARISMO, DEMOCRACIA



Expreso
No es una sino que son 14 las acciones de amparo presentadas en contra de la vacancia del presidente Pedro Pablo Kuczynski en diferentes juzgados constitucionales de Lima. Hasta ayer se conocía de la existencia de la demanda de amparo de los abogados Francisco Dios Chiroque y Juan Sánchez Chiang, pero documentos a los que EXPRESO tuvo acceso demuestran que fueron presentadas otras 13 en distintos juzgados constitucionales.
En estas últimas acciones de amparo aparece el nombre del jefe de Estado como demandante. Las 14 demandas contra el Congreso fueron tramitadas el último lunes 18 de diciembre, ante distintos juzgados constitucionales de Lima. Entre ellos aparecen estas demandas en el 1°, 2°, 3°, 4°, 5°, 6°, 7°, 9°, 10° y 11° juzgados constitucionales.
Cabe precisar que en algunos aparecen dos expedientes. Es el caso del 3°, 7°, 10° y 11° juzgados constitucionales.
Como se recuerda, el lunes se presentó la primera demanda de esa naturaleza ante el Poder Judicial con el fin de paralizar el proceso de vacancia del Presidente, pero se dijo que este recurso legal en contra del Congreso y el procurador del Parlamento no fue coordinado con los asesores del jefe de Estado.
EXPRESO se contactó con dos destacados juristas, Rolando Sousa y Enrique Ghersi, quienes tuvieron visiones distintas sobre estas demandas.
Sousa lamentó profundamente que el presidente Kuczynski haya aprobado estas acciones legales que en idioma de los abogados se llama el “ruleteo de las acciones de amparo”.
“Como ustedes recordarán en el caso Genaro Delgado Parker –hace unos diez o quince años– a través de ese ruleteo lo que se busca es que lleguen los amparos a un juez corrupto para que pueda entrar en cabildeo con los abogados que presentan estas demandas para favorecerlos”, indicó.
El abogado explicó que esta acción es una corruptela que existe y que hace tiempo el presidente de la Corte Suprema Duberlí Rodríguez dijo que no se iba a aceptar. “Incluso hubo una modificación a las normas procesales para evitar que las acciones de amparo puedan presentarse en distintos distritos judiciales conforme lo han venido haciendo hasta el día de hoy”, recordó.
“Por eso lamento profundamente que la defensa del Presidente haya actuado de manera vedada al tratar de salvarlo de alguna manera de la inminente posibilidad de vacancia al Presidente. Esta es una corruptela inaceptable y lo único que hace es degradar aún más a quienes lo presentan. Yo creo que todos los abogados sabemos que esto se trata de un acto de corrupción” dijo.
Y es que “allí donde presentas 14 demandas de amparo existe la voluntad de comprar un juez contra el Congreso o, en el mejor de los casos, alargar el proceso. Es decir, un juez no puede paralizar el proceso pero puede ordenarle al Congreso que subsane algún defecto de forma, con lo cual el proceso se va alargar. Creo yo inútilmente e ilegalmente por cierto”, finalizó.
El jurista Ghersi refirió que aunque desconoce quién presentó estas demandas, entiende que los amparos son presentados por distintas personas. “En realidad si los han presentado otras personas, no hay ningún problema. Cualquier simpatizante o ciudadano puede recurrir al Poder Judicial buscando que un juez constitucional se pronuncie sobre las violaciones al debido proceso que se están produciendo con el tema de la vacancia”.
El experto explicó que hay claramente varias violaciones al debido proceso en este tema. “No me extrañaría que le den una medida cautelar porque es evidente que han adelantado opinión. ¿Para qué citan a una persona para que haga sus descargos si ya por adelantado han dicho que, igual, lo van a vacar? Esa es una evidente violación al derecho de defensa. Ni siquiera lo han escuchado y ya lo han condenado”, alertó.
Ghersi aseguró que incluso estas demandas se  podrían definir antes del día jueves. “Una medida cautelar se puede conceder en minutos. Si el juez constitucional considera que se está violando los derechos fundamentales del Presidente, suspende la votación del Congreso. Todo el mundo está obligado a cumplir los mandatos judiciales. Al final esto caerá en manos de la justicia constitucional y serán los jueces quienes digan si es el procedimiento debido”, dijo.
Por otra parte afirmó que estas demandas podrían llegar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos en San José de Costa Rica. “Esto no es un juicio político sino un linchamiento. Eso es inconstitucional y viola la convención interamericana. Yo creo que deberían retirar la moción de vacancia porque está viciada. Esta será anulada tarde o temprano o por un juez en el Perú, o por un juez en el Tribunal Constitucional o por la CIDH”, finalizó



El Comercio
Desde la presentación la moción de vacancia por incapacidad moral permanente contra Pedro Pablo Kuczynski (PPK), firmada por miembros de bancadas como el Frente Amplio, Apra y Fuerza Popular, la oposición ha demostrado que, pese a las explicaciones que ha dado hasta el momento el mandatario, los cuestionamientos son lo suficientemente graves como para motivar su voto a favor de esta iniciativa.
Sin embargo, en las últimas horas, la bancada mayoritaria del Parlamento, Fuerza Popular, no solo ha reafirmado que PPK debería ser removido de su cargo, sino que ha acusado al Gobierno de estar buscando "torcer la voluntad" de congresistas a través de diferentes medios. El problema es que estas denuncias han sido realizadas sin pruebas a la mano.
"En las últimas horas, se ha evidenciado un clima de confusión en ambas partes. Pese a que las intervenciones del presidente PPKno han sido buenas para esclarecer sus fundamentos de defensa, en parte de la oposición veo casi un ánimo de desesperación", dijo a El Comercio el analista político Luis Nunes.
Daniel Salaverry, vocero fujimorista, ha acusado al ex primer ministro Fernando Zavala de ser una suerte de "presidente en la sombra" que estaría "intentando torcer la voluntad de algunos congresistas" basándose en el testimonio de Yeni Vilcatoma, quien tuiteó horas antes: "Congresistas que son recogidos del sótano de Los Delfines y son llevados en autos que ingresan a la casa de PPK, donde Fernando Zavala es el que negocia los votos".
Cuando, en una entrevista en vivo, se le pidió a Salaverry sustentar esta acusación, no tuvo elementos que mostrar y se defendió diciendo que estaba hablando en condicional.
"Cuando hablan en condicional los políticos es porque están especulando, alardeando o inventando una noticia. En estos momentos tan complicados para el país, me parece una verdadera falta de responsabilidad hablar en condicional", añadió Nunes.
Otra acusación que empezó, esta vez con el vocero alterno de Fuerza Popular, Héctor Becerril, habla de una "bolsa de dinero" para comprar votos de la oposición.
"Es penoso, inmaduro, e incluso suena gracioso que el fujimorismo hable de compra de congresistas y psicosociales basándose en rumores", señaló el politólogo Eduardo Dargent.
El analista, sin embargo, hizo extensiva esta crítica a toda la clase política sin distinción de bancadas, ya que este tipo de denuncias y acusaciones se suelen escuchar por parte de congresistas en momentos críticos como el actual.
"Es una clase política que se deja guiar por chismes. Se escucha a congresistas decir cosas sin ningún tipo de fuente fidedigna y eso no se puede esperar de gente que está en el poder", añadió.
Esta supuesta compra de votos, sin embargo, se ampliaría a ofertas más allá del dinero. Luz Salgado dijo haber escuchado rumores de que "lo sacaban ya al presidente Fujimori (de cárcel) para partir la bancada de Fuerza Popular".
"No hay ninguna prueba de que esto se esté comentando y, además, sería muy torpe por parte del oficialismo usar este as bajo la manga", comentó Nunes al respecto.
"Lo mínimo que se puede decir (sobre la reacción de la oposición) es que es preocupante. [...] Insinúan una compra de votos a partir de un medio de comunicación, pero hay que destacar que es lógico que el oficialismo busque convertir votos. Lo indebido es si se paga o si se corrompe como lo hizo Montesinos en el gobierno de Fujimori", manifestó, a su turno, el analista Santiago Pedraglio.
En ese sentido, destacó que los votos que definirán si PPK deja o no el cargo serán meramente políticos. "Deberían ser votos debidamente fundamentados, por lo que debería tipificarse de una manera más exacta qué se entiende por incapacidad moral permanente", añadió.
Eduardo Dargent destacó aquí el peso que tendrá la posición de la bancada Frente Amplio, encabezada por Marco Arana. "Hoy el fujimorismo está esperando un gesto de él y por eso Fuerza Popular está nerviosa, porque los focos ahora están apuntando a Arana [...] Luego de la penosa entrevista de PPK parecía definida su vacancia, pero estos días he visto un poco más de mesura, reflexión y evaluación, y a eso le teme el fujimorismo", comentó el analista.



El Comercio
El presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski (PPK), deberá presentarse mañana ante el pleno del Congreso para presentar sus descargos frente al pedido de vacancia por "permanente incapacidad moral" que fue admitido en su contra el viernes pasado.
Luego de ello, se iniciará un debate entre todos los congresistas, quienes finalmente votarán si se aprueba o no el pedido de vacancia contra el actual mandatario.
En ese marco, ¿cómo se desarrollará toda la sesión del pleno de mañana? Los congresistas Richard Acuña (Alianza para el Progreso) y Mario Mantilla (Fuerza Popular), segundo y primer vicepresidente de la Mesa Directiva, respectivamente, explicaron cómo será la sesión.
De acuerdo al Reglamento del Congreso, el presidente "puede ejercer personalmente su derecho de defensa o ser asistido por letrado hasta por sesenta minutos". Sin embargo, los legisladores indicaron que se acordó extender dicho tiempo a un plazo mínimo de dos horas.
"La idea es escucharlo [al presidente] con toda la apertura necesaria desde el Parlamento. [...] Como Parlamento vamos a darle todas las facilidades que correspondan", expresó Acuña.
Tras la presentación de PPK, quien será asistido por el abogado y político Alberto Borea, empezará el debate entre los congresistas. Para ello, se acordó que cada parlamentario pueda hacer uso de la palabra por dos minutos.
Ello devendría en un debate de alrededor de 4 horas y media, sin embargo, Acuña y Mantilla advirtieron que debido a las interrupciones solicitadas y polémicas surgidas, lo más seguro es que el debate se extienda unas 3 o 4 horas más.
"Tenemos la conciencia todos los portavoces que ese es un debate histórico para el país", remarcó Acuña a Canal N.
Respecto a las medidas de protocolo, está previsto que, a su ingreso al Palacio Legislativo programado para las 9:30 a.m., PPK reciba los honores correspondientes a su alta investidura. Tras ello, pasará a la Sala de Embajadores y, después, al hemiciclo.
Ahí deberá saludar a los integrantes de la Mesa Directiva y luego será invitado a la parte baja, posición que normalmente ocupan los ministros cuando son invitados o interpelados por el Congreso, para exponer los argumentos contra su vacancia.
Según el congresista oficialista Juan Sheput, PPK llegará al Congreso con algunos invitados. La ubicación aún está siendo evaluada, pero descartó que puedan ingresar al hemiciclo, que en estas circunstancias es exclusivo para altos funcionarios del Estado.