jueves, 13 de junio de 2019

MEDIA COLUMNA miércoles 12 junio 2019



ESTA NOCHE, donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.


MEDIA COLUMNA 
La engañosa “esencia“ de la reforma


Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com


Las reformas que el gobierno está planteando son solo las del sistema electoral. El Congreso debería responderle que hace falta incluir también las del sistema de gobierno. Pero no está haciendo eso.

Si las reformas electorales son para mejorar la representación del pueblo por el parlamento, las del sistema de gobierno son para darle al Perú una mejor gobernabilidad y escapar así de la trampa de la democracia de baja gobernabilidad.

Con esas reformas, el Congreso dejaría de ser el “primer poder del Estado”. Consecuentemente, no está haciéndole al gobierno los reparos que debería. No le está diciendo, como es su deber, que es hora de reformar el sistema de gobierno y no solo el sistema electoral. El Congreso, más bien, está por perderse definitivamente en una discusión metafísica y sin solución posible sobre cuál es la “esencia” de las reformas electorales planteadas. 

En efecto, la presidenta de la Comisión de Constitución, Rosa Bartra, dice que el gobierno no tiene derecho a pedirle al Congreso “asumir el compromiso de que va a respetar la esencia” de las reformas. Insistió en que “la Comisión de Constitución y el Congreso tomarán la mejor decisión”. “Nosotros vamos a estudiar, vamos a encontrar el mejor camino que nos lleve a la reforma que el Perú necesita”, señaló. Añadió que lo planteado por la Comisión Tuesta no es la "esencia", porque no es un poder constituyente.

Lo que dice, en suma, es que las propuestas de la Comisión Tuesta son meras “apariencias”, apenas insumos, porque la “esencia” es lo que el Congreso diga. Esta es una cuestión puramente platónica, si las hay. Solo el Congreso puede contemplar la “idea pura” de la reforma, porque la Comisión Tuesta solo ha entrevisto sombras al interior de la caverna. Una discusión bizantina que no llegará a ninguna parte, pero con seguridad hará del debate un pantano donde todos quedarán llenos de lodo convertidos en el hazmerreir de la opinión pública.   

Si hay alguna “esencia” en la reforma es respetar en primer lugar la realidad y responder a las necesidades que surgen de ella, no a las que unas “ideas puras” imaginan.

La falla nace de privilegiar el principío de representación sobre el de la gobernabilidad cuando en una democracia ambos deben estar en equilibrio. Bartra tiene aún cosas qué revisar en cuanto a la “esencia” de la representación. Ha dicho que como congresista no está sujeta a mandato imperativo, sino que se debe al encargo de sus electores. La congresista no está sujeta al mandato de sus electores ni del partido ni del Ejecutivo tampoco. Solo al de su conciencia libre. Este es el principio detrás de la no sujeción a mandato imperativo que se encuentra en la Constitución. Nace de una famosa carta escrita por el filósofo inglés Edmundo Burke a fines del siglo XVIII a sus electores -llamada Carta a los electores de Bristol- en la que explica por qué, si bien tiene el deber de escucharlos, no tiene el deber de hacer lo que ellos le pidan, porque no representa a Bristol sino a la Nación.

Si siguiera solo lo que su conciencia le dicta y no el “encargo de sus electores” o el del partido, Bartra debería notar que tanto el Congreso como el gobierno están engañando a los electores al escamotear las reformas que sacarían a nuestra democracia de la trampa de la baja gobernabilidad por fijarse solo en la representación y su “esencia” como si fuera la estrella inmóvil en el centro del universo.



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martes, 11 de junio de 2019

MEDIA COLUMNA lunes 10 junio 2019



ESTA NOCHE, donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.


MEDIA COLUMNA 
Fábula del Estado desnudo  


Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com


Por una situación que el Estado peruano ha generado existen las guerras de la electricidad. Mil grandes empresas peruanas han visto su costo de energía reducirse a la mitad. Parece un escenario ideal, pero no es real, porque no es sostenible. Están comprando energía por debajo del costo.

No es su culpa. La culpa es del Estado, que ha interferido el libre mercado. El primer perjudicado es el propio Estado, que posee cinco empresas de generación que representan el 25% de la potencia instalada nacional. Todas ellas son hidroeléctricas.

Sobre todo, pierden los pensionistas del Perú, ya que las utilidades de Electroperú, una de las anteriores, pagan sus pensiones al sistema previsional público. Los pensionistas subsidian el precio de la energía.

Regresar a declarar los costos reales de las empresas que generan electricidad no es solo correcto, es inevitable. Y todos lo saben. Incluso las empresas beneficiadas. Solo piden que no sea de inmediato, porque  han firmado contratos que deben cumplir.

Cómo se generó esta mega interferencia del Estado en el mercado es algo que necesita una narrativa. Una hipótesis posible es que ocurrió cuando, como en una fábula, el Estado peruano decidió cambiar la base energética del país del petróleo al gas.

El gas sería más barato que otra fuente de energía solo una vez masificado su consumo y exportado el saldo, a las minas del norte de Chile por ejemplo. Provisionalmente,  mientras eso no estuviera en su sitio, debe haber parecido una buena idea crearle un mercado al gas. Un mercado provisional, digamos, mientras se construía la infraestructura de gasoductos y de distribución masiva.

Esta es la vieja trampa de la profecía que se realiza a sí misma, que sumió al Perú en el subdesarrollo por décadas. 

El mercado provisional habría sido el de la generación de electricidad con gas. Para mantener bajos los precios de la electricidad, sin embargo, el Estado necesitaba mantener bajos también los costos. Eso explicaría por qué se permitió a las generadoras  de electricidad con gas declarar costos que no eran reales, por debajo de los declarados por sus competidoras -las hidroeléctricas- que generan electricidad no con gas sino con la fuerza del agua.

Como siempre en el Perú, sin embargo, lo provisional se volvió permanente. La construcción de la infraestructura del gas se paró en seco enredada en el nudo gordiano de la gigantesca red de la corrupción. El mercado masivo de consumo que se iba a generar no llegó a alcanzar la magnitud necesaria. Los chilenos encontraron alternativas en la energía solar para sus minas. Y el autoengaño de los costos se volvió una trampa de la que el Estado ya no supo y no sabe hasta hoy cómo escapar.

Hasta la fecha el Estado está atrapado en esto, ataviado de una energía a precios irreales, y así seguirá hasta que alguien se anime a desnudar la verdad y decir en voz alta que esta es solo la enésima reedición de la vieja fábula del rey calato.       



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lunes, 10 de junio de 2019

ANALISIS. EXPRESO presenta una propuesta para alcanzar el equilibrio de poderes




LA REFORMA POLÍTICA NO ESTÁ COMPLETA
EXPRESO presenta una propuesta
para alcanzar el equilibrio de poderes


Faltan las reformas del sistema de gobierno, que deben añadirse a las del sistema electoral. 

EXPRESO hace suya la necesidad de una propuesta para propiciar el debate en los medios y en el Congreso.

Necesitamos salir de la trampa de la democracia de baja gobernabilidad.



Después de la tormenta, viene la calma. Ahora que la tensión entre Ejecutivo y Legislativo disminuye tras la aprobación de cuestión de confianza, ambos poderes deben enfocarse en los proyectos de la reforma política. No solo las relativas al sistema electoral, sin embargo, que son las que están sobre la mesa, sino las del sistema de gobierno, vitales para mejorar  nuestra democracia de baja gobernabilidad y poder luchar eficazmente contra la corrupción.


LAS REFORMAS DEL SISTEMA DE GOBIERNO

Además del paquete de reformas del sistema electoral –que es público y será objeto de debate parlamentario- es indispensable que el Congreso retome las reformas relativas al sistema de gobierno, que han quedado abandonadas.

EXPRESO ha creído necesario hacer suya una propuesta para iniciar un debate en los medios y en el Congreso  sobre estas reformas que han quedado en la sombra.  

Se trata de las propuestas de reforma constitucional del sistema de gobierno para escapar de la trampa de la democracia de baja gobernabilidad.

Destacan entre ellas la relativa a restablecer el equilibrio de poderes mediante el retorno a la bicameralidad, la referida a la indispensable derogación del artículo constitucional sobre la causal de “incapacidad moral permanente” para declarar la vacancia de la Presidencia de la República, y la necesidad de elevar a dos tercios o cuando menos a tres quintos los votos del Congreso necesarios tanto para insistir en las leyes observadas por el poder Ejecutivo como para la censura de los ministros de Estado. El equilibrio de poderes necesita ser recuperado.

La causal de “incapacidad moral permanente” para declarar la vacancia de la Presidencia de la República no está definida en ninguna parte de la legislación peruana. Consiste, por lo tanto, en lo que el Congreso resuelva subjetivamente. La Constitución establece que el Congreso “declara” la muerte del presidente o su incapacidad física. Es una cuestión de hecho. Lo mismo en cuanto a la “incapacidad moral permanente”. El Congreso la declara. Es una condición que se constata y no una que se debate. Esta confusión es lo que da lugar a que prevalezca el juicio subjetivo en esta materia que es política por esencia. Esta reforma fue considerada e incluida por la Comisión especial, que la propuso..

Recuperar el equilibrio de poderes requiere también el retorno a la bicameralidad. Este tema fue considerado en la propuesta del gobierno en el referéndum. Posteriormente, el propio Ejecutivo pidió al pueblo votar en contra de la iniciativa a causa de que el Congreso había reintroducido disimuladamente la reelección al Senado de los congresistas actuales. Habiendo ya desaparecido esta premisa, no hay razón por la cual el gobierno no pueda hacer suya nuevamente la iniciativa del parlamento bicameral. O, en su defecto, que el Congreso la proponga nuevamente y el gobierno explique sus motivaciones anteriores y las razones de su cambio de posición. Es algo que no resulta difícil de enetender.  

El beneficio de la bicameralidad estriba en encapsular el debate político en el Congreso, que es sonde pertenece y sacarlo en gran medida de la relación entre el Congreso y el Ejecutivo, donde genera a cada rato un conflicto de poderes y donde el arbitraje del Tribunal Constitucional es estos casos es demásiado lento.

En el aspecto operativo, la existencia de dos cámaras permite poner un freno racional a la actual sobreproducción legislativa del Congreso al obligar a una segunda revisión de las leyes por el Senado. No porque este sea necesariamente más ilustrado –como más de uno supone erradamente- sino porque en los hechos la segunda votación reglamentaria de las leyes ha sido dejada de lado desde hace años por el Congreso unicameral que exonera sistemáticamente de segunda votación a casi todos los proyectos de ley. Es demasiado fácil aprobar una ley en esas condiciones, y no debe serlo. La situación actual es un atentado contra la seguridad jurídica. 

Conexo a esto, dos tercios de los votos del Congreso para insistir en un proyecto de ley observado por el Ejecutivo es lo que exigen todas las democracias americanas, sin excepción, sesde Estados Unidos y México hasta la Argentina y Chile. Dos tercios de cada cámara además, allí donde hay bicameralidad, que es la enorme mayoría de los casos. En nuestro caso, puede ser una mayoría de tres quintos del número legal de miembros. Pero en ningún caso solo la mitad más uno (actualmente 65 en un Congreso de 130) que le permite al Congreso insistir fácilmente y prevalecer siempre sobre el poder Ejecutivo. Lo mismo sucede respecto de la censura de ministros de Estado. De allí la desafortunada expresión, de uso común en el parlamento, en el sentido de que “el Congreso es el primer poder del Estado”.  No debe serlo. Lo que debe haber es equilibrio de poderes, que los norteamericanos llaman checks and balances, y que entre nosotros está aún por fundarse.
    
En la otra mano, de manera equitativa, es indispensable regular con toda precisión el uso de la llamada cuestión de confianza por el poder Ejecutivo, de manera que no pueda abusarse de ella al punto de someter al Congreso a la decisión política del Ejecutivo.

Es indispensable el equilibrio de poderes que aun debemos alcanzar. La separación de poderes es una condición necesaria pero no suficiente para la democracia.

Son estas las reformas pendientes del sistema de gobierno que permitirán mejorar la gobernabilidad de nuestra democracia, el más grave de los problemas de nuestro sistema político. Son las reformas que faltan y que EXPRESO desea hacer suyas.  



(SEGUNDA NOTA)

LAS REFORMAS DEL SISTEMA ELECTORAL

Entre las reformas al sistema electoral que debatirá ahora el Congreso está la que modifica la Ley de Organizaciones Políticas para regular la democracia interna de los partidos, y promueve la participación ciudadana para que los candidatos a la Presidencia, al Parlamento y otros sean elegidos en los partidos por todos los ciudadanos en elecciones abiertas. Esto no ofrece verdadero peligro si la fecha de las elecciones internas es simultáneo en todos los partidos inscritos y el proceso es supervisado por la ONPE.

La reforma al sistema electoral que viene de la mano de la anterior es la que cambia la Ley Orgánica de Elecciones para erradicar el voto preferencial para elegir a los parlamentarios, que ya no tienen sentido si existen elecciones internas en los partidos.

Una reforma conexa a las dos anteriores se enfoca en la Ley de Organizaciones Políticas, la Ley de Elecciones Regionales y la Ley Orgánica de Elecciones para precisar el tema de la inscripción de los partidos en relación al número de sus militantes en lugar del recojo de un número muy elevado de firmas.

Otro proyecto importante de la reforma del sistema electoral es el relativo a la lucha anticorrupción que busca modificar o incorporar artículos al Título VI de la Ley 28094, de Organización Políticas, y la Ley 30424, que regula la responsabilidad administrativa de las personas jurídicas e incluir artículos en el Código Penal respecto del financiamiento de los partidos políticos para impedir el ingreso de fondos ilegales a las campañas. Dicha iniciativa del Ejecutivo tipifica los delitos de financiamiento indebido de organizaciones políticas y de falseamiento de información sobre aportaciones, ingresos y gastos de las organizaciones políticas, y las obliga a presentar reportes de gasto durante la campaña electoral. Son iniciativas saludables.

Otro proyecto importante dentro del paquete que fue objeto de la cuestión de confianza, es el que busca que el levantamiento de la inmunidad parlamentaria no lo realice el Congreso, sino otro organismo “autónomo”. La Comisión de Constitución del Congreso archivó la iniciativa sin debatirla con el Ejecutivo, lo que reavivó el conflicto que condujo a la cuestión de confianza. El Ejecutivo ha vuelto a presentar un proyecto para que el levantamiento de la inmunidad parlamentaria esté en manos de la Corte Suprema, detallando que habría un plazo improrrogable de 30 días hábiles para pronunciarse después de recibido el pedido de desafuero. El asunto aún requiere debatirse ampliamente entre los dos poderes.

Finalmente, un último proyecto de ley de reforma electoral impide que las personas con condenas en primera instancia por delitos dolosos puedan ser candidatos al Congreso o a cualquier otro cargo público. No existe objeción alguna a esta iniciativa.

En lo que respecta a reforma electoral, por último, queda pendiente aún para otro momento retomar el rediseño del sistema electoral de representación proporcional establecido en el Constitución. De debatirse a profundidad aún, quizás para una reforma posterior, el establecimiento del llamado distrito uninominal para la elección de los parlamentarios. Esto requiere establecer nuevos distritos electorales en todo el territorio nacional en número similar al de los parlamentarios, donde se elige solamente a un representante por distrito entre los candidatos de los diferentes partidos. 
De esta forma, los electores de cada distrito electoral pueden conocer mejor y establecer una relación más cercana con quién los representa en el parlamento. 


(TERCERA NOTA)

INICIANDO EL DEBATE

Para el analista Fernando Rospigliosi, los proyectos indispensables para el país son, en la reforma del sistema electoral, el financiamiento de los partidos políticos, la democratización interna de las organizaciones y, en los relativo al sistema de gobierno, poner sobre la mesa la bicameralidad, “aunque sea impolítico hablar de ello”.

“Merece ser visto el tema de la bicameralidad –dijo-. Estoy de acuerdo con la bicameralidad, pero como eso no es popular y el gobierno solo se lleva por las encuestas, han dejado de lado la propuesta. Solo han presentado cosas populares, como quitar la inmunidad a los congresistas.  Al presidente no le importa la reforma –concluyó-, sino enfrentar al Legislativo”.

Respecto de la inscripción de partidos políticos consideró que es razonable eliminar el requisito del número de firmas y priorizar la cantidad de militantes, pero dijo que “finalmente las organizaciones no van a ser fuertes porque haya mejores normas”. De otro lado, opinó que en la reforma electoral “hay cosas perjudiciales, como que todos los ciudadanos puedan votar en las elecciones internas de los partidos para elegir candidatos. Es absurdo –sostuvo-, solo deben hacerlo los militantes”. Sostuvo también que otro ejemplo es “establecer la paridad alternada de un candidato hombre y una mujer”. Consideró, de otra parte, que cuando una persona tiene una condena debe eliminarse la presunción de inocencia.

Respecto de la confrontación reciente, dijo que “el conflicto de poderes ha sido provocado por el Gobierno, que trató de meterse en materias del Legislativo. Los poderes del Estado tienen que seguir la lógica y el sentido común”, dijo.

Por su parte, el constitucionalista Fernando Calle expuso que el tema de la inmunidad parlamentaria está desviando la atención de otros proyectos que sí podrían traer un cambio en el país. “En estos momentos es necesario una reforma electoral y en los partidos políticos. La inmunidad parlamentaria se puede resolver de manera rápida: que los congresistas no podrán ser procesados, ni enjuiciados, ni encarcelados sin la autorización del Parlamento y de la Comisión Permanente a menos que se trate de delitos como violación, lavado de activos,  crimen flagrante, entre otros”, sostuvo.

Detalló que disolver el Parlamento o declarar la vacancia d ela Presidencia por “incapacidad moral permanente”  son medidas constitucionales y que intentar retirar alguno sería negativo. Se opuso al retiro de la figura de vacancia por “incapacidad moral”, que fuera archivado por la Comisión de Constitución, porque “este punto está en todas las constituciones, es parte de la historia”, añadió.

Para el ex presidente del Tribunal Constitucional, Carlos Mesía, las propuestas son insuficientes para una reforma política. “Las cosas no se arreglan estableciendo una alternancia de hombres y mujeres en las instituciones públicas o eliminando la inmunidad parlamentaria”, dijo. Sobre el sistema de gobierno y la bicameralidad sostuvo que es necesario “elevar el número de congresistas a 180 y poner una cámara de senadores de 60 si quieren una verdadera solución y reforma mucho más amplia de la que han presentado”, finalizó.


COMENTARIOS

(RECUADRO)
JULIO  SCHIAPPA
LA IZQUIERDA QUIERE UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE
En diálogo con EXPRESO, el analista Julio Schiapa manifestó que los partidos de izquierda no tienen horizonte al incentivar que el Ejecutivo disuelva el Congreso. “El gran problema con la izquierda es que debe decidir si sigue en un Estado democrático dentro de una economía de mercado. Si cree que en el Perú puede haber una revolución al estilo chavista como en Venezuela, sería una incoherencia. La izquierda sería la principal perdedora de haber una elección. No sé de dónde saca entusiasmo para pedir una Asamblea Constituyente. Esto les va a costar”, respondió.

(RECUADRO)
ANTERO FLORES ARÁOZ
ESTAN POLARIZANDO LA SITUACION  
De otro lado, el ex ministro y ex presidente del Congreso  Antero Flores Aráoz  dijo que se está polarizando la situación. Que se gobierne en lugar de estar presionando indebidamente al Legislativo, que tiene errores y algunos parlamentarios realmente impresentables, pero otros bastante buenos”, enfatizó.
Recomendó a los ministros enfocarse en sus carteras en vez de opinar sobre temas que no le competen, como lo hizo la titular de Salud, Zulema Tomás, al decir que la cuestión de confianza se presentó por un “sentimiento popular” cuando una encuesta local afirmaba que el 70 % de la población no tenía conocimiento de esos proyectos. “Creo que esa encuesta tiene  razón y que hay que sumar ahí a la propia ministra de Salud, que no conoce el tema”, sostuvo.

(RECUADRO)
VÍCTOR ANDRES PONCE
ES UNA GUERRA POLÍTICA
El analista Víctor Andrés Ponce dijo que una reforma constitucional en medio de una guerra política puede dañar la Carta Magna. “El presidente aún no explica sus motivos. Me niego analizar los proyectos. Todo esto traerá consecuencias para el crecimiento económico que serán devastadoras. Se estaría disolviendo un Congreso en base a estrategias políticas de posicionamiento. Es probable que se complique mucho más allá antes de una verdadera reforma”, subrayó.
Enfatizó que este episodio está provocando que agrupaciones radicales salgan beneficiadas. “Todo esto está produciendo un entrampamiento general en el sistema político donde alguien va a salir beneficiado, y será un candidato radical que diga: que se vayan todos”, manifestó.
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domingo, 9 de junio de 2019

MEDIA COLUMNA domingo 9 junio 2019



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MEDIA COLUMNA 
Parte de la guerra
del águila y el dragón

Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com


Hay tres frentes en el megaconflicto entre China y EEUU. En cada uno China ha realizado ofensivas impresionantes y las contraofensivas estadounidenses han comenzado. La garra del águila tiene tres dedos, la del dragón también.
 
El frente más reciente es el de las telecomunicaciones globales. La batalla de Huawei arrecia. EEUU ha vetado a la mega empresa china para el comercio entre ambas economías. Le ha cerrado el acceso a componentes importantes de su producción. Ha hecho detener a la CEO de la empresa e hija del dueño, acusada de no respetar el derecho de propiedad. La respuesta china ha sido dar a conocer que abastece la mayor parte del mercado mundial de tierras raras y que podría cortarle a EEUU el abastecimiento de 17 elementos químicos que son insumos de la fabricación de tecnología para el siglo XXI, desde celulares 5G hasta misiles. Por ahora, EEUU ha postergado la aplicación del veto a Huawei. El frente está en silencio.

En el segundo frente, el proyecto estrella de China es el Cinturón y el Camino inspirado en la antigua Ruta de la Seda entre Asia y Europa, que aspira a construir la infraestructura global del siglo XXI para más de 100 economías emergentes alrededor del planeta, contratando inversiones en decenas de puertos de Asia, Africa, Medio Oriente, Europa y América Latina, conectando al Perú en el punto central de la costa de Sudamérica en el Pacifico: el futuro megapuerto de Chancay. La contraofensiva americana hasta el momento es una media luna alrededor de China, formada por Japón, Corea del Sur, Filipinas, Indonesia Taiwán e India. La contraofensiva más feroz ha sido la aplicación masiva de aranceles a las exportaciones chinas a EEUU. La lista es larga. El daño a China ha sido enorme. Esta ha logrado posicionarse como defensora del mercado libre ante la decisión estadounidense de atrincherarse en un proteccionismo que aleja a EEUU de sus propios aliados, afectados por la decisión política. El frente, no obstante, podría amainar con un cese el fuego provisional. 

El tercer frente recién asoma. Es la guerra monetaria. China tomo hace años la decisión de no depender del dólar como moneda de cambio y como reserva de valor. Firma hoy megacontratos de energía en yuanes y ha acumulado paciente y diligentemente oro físico en las bóvedas del banco central. Se habla de 20 mil toneladas en poder del gobierno y otras 18 mil en manos privadas. Se dice que estas podrían respaldar el 70 por ciento de todos los yuanes circulantes. La moneda china aspira a disputarle al dólar en el siglo XXI la exclusividad como moneda de cambio global y como reserva de valor, como hizo el dólar con la libra esterlina hace exactamente cien años. Para esto, se dice, anunciaría en algún momento el respaldo del yuan en oro, que el dólar abandonó en 1971. De ser así, los bancos centrales del mundo tendrían que elegir entre tener sus reservas en dolares o en yuanes. El arma atómica en este frente es la masiva tenencia en manos chinas de bonos la deuda norteamericana, cuya eventual venta en el mercado desplomaria el valor del dólar. La contraofensiva norteamericana parece asomar en la posibilidad de una nueva criptomoneda global respaldada por los bancos centrales de EEUU, de Europa y de Japón. En este frente todo es táctica. Las acciones no han comenzado.

Es posible que la contraofensiva americana detenga el avance de China en cada uno de los tres frentes. Y que en lo sucesivo se instale una especie de paz armada en cada uno de ellos. El hecho es que China está aquí para quedarse. Un mundo bipolar es lo que aparece. Llamarle Guerra Fría sería demasiado porque la cooperación en la competencia prevalecerá con el tiempo. Mientras tanto, las economías emergentes como la nuestra, testigos mudos de estos acontecimientos, tendrpna que encontrar cada una su propio equilibrio y su propia cuidadosa amalgama de ingredientes de amba mitades. No será fácil, pero, como dicen los chinos, toda crisis es una oportunidad.


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jueves, 6 de junio de 2019

MEDIA COLUMNA miércoles 5 junio 2019




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MEDIA COLUMNA 
Perdiendo la guerra

Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com


Hemos abandonado las fronteras. Le hemos abierto las puertas al enemigo.

Que un miembro del Gabinete se tome la libertad de opinar contra la Constitución que el Estado peruano debería retornar a la actividad empresarial en “sectores estratégicos” –ese era el lenguaje de la falsa revolución del velasquismo de entonces y el de los reservistas del “etnonacionalismo” de hoy- se debe a que la noción falaz del estatismo -del Estado como protagonista de la redención nacional- sigue profundamente enraizada en el subconciente colectivo.

No se había atrevido a dar rienda suelta hasta hoy a ese lenguaje rancio. Hoy le da rienda suelta en el río revuelto engendrado en el país por el radicalismo antisistema que ve acercarse la hora de capturar el poder.  

Que el Presidente, la cabeza de la democracia, salga a enmendarle la plana a ese ministro ante los medios en lugar de cesarlo en el acto o exigirle públicamente su renuncia, es una señal, un acto de debilidad que le costará caro al mandatario. Que el Primer Ministro, su jefe inmediato, permanezca en silencio sin desmentir enfáticamente semajante cosa es otra señal: la prueba de que ese intocable está respaldado por la caviarada parlamentaria de tontos útiles del radicalismo que, al ver acercarse la captura del poder, lanza globos de ensayo para medir la capacidad de reacción del gobierno solo para comprobar que no tiene ninguna.

El paralelismo es chocante con la Segunda República española, la República Italiana y la Cuarta República francesa, hijas todas de democracias de baja gobernabilidad -muy parecidas a la nuestra- que incubaron su propia antítesis: el autoritarismo que luego capturaría el poder. Lo mismo que el débil gobierno de Kerensky ante el embate de los revolucionarios bolcheviques en la Rusia de 1917, o la nefasta república de Weimar de la Alemania de la entreguerra, asediada por el partido nazi que preparaba la captura del poder. Son hermanas gemelas las dos patologías del Estado del siglo XX: el comunismo y el fascismo. Son la reacción a las democracias de baja gobernabilidad.

Hay quienes de buena fe atribuyen al gobierno actual los males de nuestra democracia. Esto es de una ingenuidad conmovedora. Lo mismo sería culpar a Kerensky de la acción política de Trostsky, o a Hindemburg de la caída de Alemania en manos de Hitler. Ellos perdieron la guerra por luchar contra el enemigo equivocado.

Ganar una guerra comienza por identificar correctamente al enemigo. Si este consigue disimularse y operar escondido tras un colorido abanico de tontos útiles, ese es el síntoma inconfundible de que la guerra está perdida de antemano. Basta recorder los largos años que nuestra propia lucha contra el terrorismo senderista se prolongó innecesariamente por las falsas etiquetas que sus tontos útiles le entregaron gratuitamente. Y que siguen entregándole hoy al radicalismo antisistema engañosamente disfrazadas detrás de la minipulación de los derechos humanos o la falsa defensa de la democracia.    

Es hora de poner fin al autoengaño. Estamos perdiendo la guerra en primer lugar porque las fronteras han sido abandonadas y el enemigo ya no encuentra resistencia.  



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miércoles, 5 de junio de 2019

MEDIA COLUMNA lunes 3 junio 2019




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Tempestad en
medio vaso de agua


Jorge Morelli
@jorgemorelli1
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Hace falta replantear la reforma política. 

Las reformas sobre las que el gobierno hace cuestión de confianza son solo las relativas al sistema electoral para mejorar la  representatividad -elecciones internas en los partidos, eliminación del voto preferencial, paridad de género-. Estan muy bien. Pero las reformas fundamentales para mejorar la gobernabilidad son las relativas al sistema de gobierno han quedado sepultadas tanto por obra del Congreso como del Ejecutivo.

Estas son otras tres: derogar la causal de “incapacidad moral permanente” para la vacancia presidencial; exigir dos tercios (o por lo menos tres quintos) de los votos del Congreso para censurar ministros e insistir en una ley observada por el Ejecutivo; y, sobre todo, retornar a la bicameralidad.

El Ejecutivo y el Congreso creen que con más representatividad podrán mejorar la democracia y derrotar a la corrupción. No ven que la masificación de la corrupción se debe a que nuestra democracia de baja gobernabilidad es incapaz de defendernos de ella. La falla principal está, entonces, en el sistema de gobierno, no en el sistema electoral. Pero ambos se niegan a aceptarlo. Son cómplices en el autoengaño.  


Representatividad y gobernabilidad son dos principios esenciales de la democracia. Ninguno puede existir en estado puro. La representatividad pura haría la gobernabilidad imposible y viceversa. Existen muchos puntos de equilibrio posibles entre ambos donde se conectan el eje vertical de la gobernabilidad y el eje horizontal de la representatividad.

Pero en nuestra democracia de baja gobernabilidad ese punto de equilibrio está mal logrado, es precario e inestable. Nace cargado hacia la representatividad a causa del sistema electoral de representación proporcional extrañamente mutado luego por la cifra repartidora. El sistema de gobierno debería compensar esa carencia con un equilibrio de poderes bien diseñado entre el Ejecutivo y elLlegislativo.

Lejos de eso, sin embargo, nuestro sistema de gobierno agrava el desequilibrio de poderes al darle más poder aún al Congreso frente al Ejecutivo. Ese poder excesivo es el de declarar la vacancia de la Presidencia de la República por “incapacidad moral permanente”, una caja negra que significa lo que el Congreso diga.

La Constitución dice que el Congreso “declara” la incapacidad, como declara la muerte del presidente o su incapacidad física permanente. Son situaciones de hecho, en las que no hay nada que debatir. La “incapacidad moral” es lo mismo, una situación de hecho que el Congreso comprueba, no discute. En el lenguaje de la época en que nació ese malhadado artículo constitucional significaba incapacidad para decidir, un estado patológico mental, una situación de hecho, repito, que el Congreso declara, no debate. Menos aún con el objetivo político de una descalificación ética subjetiva por definición. Esta es una barbarie que debe terminar.

Por si fuera poco, sin embargo, el requisito de solo la mitad más uno de los votos del Congreso para censurar ministros y para insistir en las leyes observadas por el Ejecutivo, y en ambos casos por una única cámara que se exonera a sí misma de segunda votación, coloca un candado de hierro al desequilibrio de poderes del que nace nuestra democracia de baja gobernabilidad.      

Para retomar las reformas del sistema de gobierno hay ahora dos escenarios posibles. Uno desemboca en el otro.   


Si el Congreso otorga la confianza al Gabinete, habrá nuevo debate de la reforma entre el Ejecutivo y el Congreso. Pero ni uno ni otro tienen en la agenda reincorporar las reformas del sistema de gobierno para escapar de la democracia de baja gobernabilidad. Solo miran a la representatividad y creen que refromando solo el sistema electoral va a mejorar la democracia y eliminar la corrupción, cuando la causa de la masificación de la corrupción es nuestra democracia de baja gobernabilidad incapaz de defendernos de ella, que nace de la falla en el sistema de gobierno.

En el segundo escenario, si la confianza es rechazada o si, como es posible, el debate vuelve a entramparse una y otra vez, el gobierno terminará disolviendo el Congreso. En tal caso, en cuatro meses habrá elecciones y un Congreso que durará año y medio. La disolución podria darle a Martín Vizcarra una mayoria parlamentaria de año y medio para aprobar las reformas que quiere. Pero de nada servirá si esas no son las reformas que la gobernabilidad del Perú necesita para resolver los problemas del pueblo.

Lo importante es que cualquier escenario permita replantear la reforma politica para corregir la falla del sistema que origina nuesta democracia de baja gobernabilidad. Lo demás es una tempestad en medio vaso de agua.



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