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MEDIA
COLUMNA
Solo
el dólar sube
hoy
en Nueva York
Jorge
Morelli
@jorgemorelli1
El dólar se ha convertido en el único refugio del
valor. Solo que es un refugio artificial o, en palabras de hoy, virtual.
Hace un año, el Indice Dólar -que mide al dólar respecto de otras
monedas globales- sumaba algo menos de 90 puntos. Ayer batía nuevamente su
propio récord llegando a más de 110 puntos. Es un alza de más de 20 por ciento
en apenas un año.
¿Cómo se hace algo así? La Fed, el banco central de EEUU, viene
subiendo fuertemente la tasa de interés para apagar el incendio de la
inflación. Y todos piensan que ahora habrá una recesión global.
Corren entonces al refugio porque ha aparecido el lobo, el miedo,
la “aversión al riesgo”. El capital es un animal asustadizo a mitad de camino
en la cadena alimenticia. Cuando se espanta, corre al refugio. Tarde o
temprano, tendrá hambre y asomará la cabeza desde su cueva para ver si es
seguro salir a buscar comida. Pero eso no será hoy. Hoy está buscando refugio.
La cuestión es cuál es el refugio. El oro es el último refugio,
aunque no pague intereses. Es el respaldo del valor. Lo ha sido siempre en la
historia. Lo sigue siendo aun hoy, aunque se diga que el respaldo del valor hoy es un intangible, como el consenso virtual. El consenso puede ser una fuente de valor,
pero no es un refugio para el valor.
Hoy el asustadizo mamífero del capital no está corriendo, sin
embargo, al refugio seguro del oro. El oro no sube hoy de precio, incluso baja.
Es que el capital en pánico ha sido distraido de pronto, entretenido en el camino,
deslumbrado por la tentación de un refugio -el dolar- que paga intereses
que, además, suben.
¿Cómo es posible? Para comprar dólares (o bonos del Estado
americano en dolates), el mercado global vende todo lo demás en su carrera al refugio
-acciones de bolsa, cobre, crudo, plata, oro, yuanes, euros y hasta bitcoins-.
Ayer, sin ir más lejos, en Nueva York todos esos activos bajaban de precio
mientras subía el dólar. Y solo el dólar subía.
Pero, ¿es el dólar un refugio sostenible? ¿O es una de las casas
frágiles de los cerditos, que el lobo derribará de un estornudo?
El dólar pagar interés y el mercado compra dólares (o bonos del Estado americano) y subie el dólar en todas partes. Y EEUU es de nuevo la aspiradora de los capitales de todo el planeta.
Con un dólar caro EEUU importa cada vez más y exporta cada vez menos, pero no le preocupa, porque compensa la brechs con la entrada de capitales. Asi ocurrió hace 40 años como entonces señalamos Althaus y yo en un ensayo escrito con Manuel Ulloa llamado "La viabilidad de América Latina".
De modo que el refugio de fantasía del dólar se retroalimenta a sí
mismo. Tiene aire acondicionado y hasta paraísos artificiales.
Pero es un refugio sin la menor duda, ya que el peso del Estado
americano está detrás. “The buck stops here”, decía Harry Truman para expresar
que hasta aquí llega el dólar que rueda, porque esa es la responsabilidad de la
palabra dada.
De modo que el respaldo del valor del dólar es la palabra del
presidente de EEUU.
Truman prometió a Keynes desde Breton Woods en 1944 que EEUU
sostendría el valor del dólar fijado al oro. Empeñó su palabra. Restableció el “patrón-oro”. En 1971, ante el hoyo del gasto de la guerra de Vietnam, Richard
Nixon rompió esa palabra y dejó al dólar flotar libremente en el mercado (con
acuerdo de Milton Friedman, se dice). La onza de oro pasó de valer 35 dólares
a 70 dólares en un día. Hoy vale 1,700 dólares. Es decir, el dólar vale hoy
casi 50 veces menos.
Lo que hemos tenido desde Nixon es un “patrón-dólar”. Los bancos centrales
comprometidos deben guardar sus reservas en dólares. Arabia Saudita tiene que
vender su petróleo en dólares.
Es la palabra empeñada
a cambio de la protección del señor del castillo.
El dólar es aun la reserva global del valor. Lo
será mientras el mercado global lo acepte en calidad de tal. Pero el oro -la
casa del cerdito mayor- sigue siendo el último refugio y la vara con que se
mide el valor de las cosas.
EEUU se las ha arreglado para blindar al dólar ante sus
adversarios convirtiéndolo en un castillo medieval virtual. Se mantedrá
incólume ante el asedio mientras la tasa de interés siga subiendo y permanezca
alta.
Pero esto costará caro a todas las economías en términos de
crecimiento. El animal en su cueva pasará hambre porque el miedo será mayor.
“Habrá dolor”, dice la jefa del FMI, ante el crecimiento frustrado y el
retroceso de la tercera globalización planetaria, la pax americana.
El dólar no será ya en el futuro la única moneda de reserva
del valor en el mercado global. Tal como el dólar desplazó a la libra inglesa
hace exactamente cien años, el yuan aspira hoy a competir en el mercado para
ser una moneda de reserva del valor en el mercado. Pero China
tiene el oro para respaldar su yuan digital o así podrá creerlo el mercado global.
Será entonces otro refugio virtual en competencia con el dólar.
La confianza en la palabra es lo que sostiene a los refugios virtuales de hoy. La palabra que
hace confianza puede respaldar el valor. Porque Raquel y Vidas eligen creer en el Cid
Campeador aceptan la falsa garantía del supuesto oro en el baúl sellado
lleno de arena.
La confianza en la palabra quebrada, en cambio, no tiene remedio. Allí sólo el oro es refugio.
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