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MEDIA COLUMNA
Huamanga hace
suya
la fuerza de la
propiedad
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
En la Universidad
Nacional San Cristobal de Huamanga, en Ayacucho, donde nació Sendero Luminoso,
los intelectuales que hoy dan forma al paradigma del pensamiento en esa región
han hecho un giro definitivo. En Huamanga hoy se debate sobre la idea de la propiedad.
“De
mendigos a propietarios” es el nombre que asignó la UNSCH a la conferencia a la
que invitaron ayer a Hernando de Soto y a Miguel Vega Alvear.
Este es
el qué de la cuestión, y lo que en verdad importa. El resto de la discusión versa
sobre el cómo. Esto, es ¿quién debe ser el propietario de los recursos
naturales?
La Constitución
dice que son patrimonio de la Nación. Los recursos estratégicos para el siglo
XXI –el cobre, el litio- son entonces de todos los peruanos.
El Estado
los concesiona a las empresas que pueden extraerlos. Pero el bloqueo sistemático
de la extracción por las comunidades que tienen el control de la superficie sobre
los recursos demuestra que el sistema tiene una falla. Y el diálogo no basta
para repararla.
Ante el
impase, la posición de las comunidades ayacuchanas y de la intelectualidad
huamanguina hoy es que la propiedad de los recursos naturales del subsuelo debe
ser de las comunidades que tienen el suelo sobre los recursos.
Como
todos los peruanos, los comuneros ayacuchanos y la intelectualidad huamanguina
tienen todo el derecho de presentar una modificación constitucional para proponer
al país ese cambio. Pero es necesario advertir que es un camino incierto.
Si el
subsuelo fuera de propiedad solo de quien tiene el suelo sobre ellos, los
recursos naturales no serían ya de todos los peruanos, sino solo de algunos
peruanos. Esto no se condice con la vocación igualitaria de los peruanos, de la
intelectualidad huamanguina y de los propios comuneros ayacuchanos. Ese camino
sería incierto por inequitativo e injusto para con todos los demás peruanos
-incluidas las comunidades que no poseen recursos mineros bajo su tierra- que
tienen igual derecho a participar en la renta que producen los recursos estratégicos
y quienes probablemente no aceptarán esa propuesta.
Para
hacer justicia a las comunidades que tienen las tierras encima de los recursos naturales
no hace falta cambiar la Constitución. Su participación equitativa en los
recursos puede conseguirse de inmediato sin entrar al largo camino de una
modificación constitucional de resultado incierto.
Eso
se puede conseguir dándole a las tierras de la superficie encima de los
recursos su justo valor de mercado. No el precio que dice la empresa, no el que
dice el Estado y tampoco el que dice quien controla la tierra. Ninguno de ellos
sabe. Solo el mercado puede determinar de manera objetiva e imparcial cuál es
el valor de esa tierra. Solo el mercado puede decirlo de manera aceptable para
todos. Pero no el mercado local, donde la tierra
vale muy poco, sino el mercado global. Del mismo modo que es el mercado global el
que determina de manera imparcial y objetiva cuál es el valor de los recursos
naturales que están debajo.
Existe el
derecho de proponer la reforma constitucional que los huamanguinos quieren. Para
qué elegir ese camino largo e incierto, sin embargo, cuando existe otro equitativo
y justo para todos los peruanos y con resultados concretos y a plazo cierto para
todas las comunidades del Perú que tienen recursos naturales debajo de sus
tierras.
Es la
idea de la propiedad -la fuerza del cambio- lo que Hernando de Soto y Miguel
Vega Alvear propusieron ayer en Huamanga a un auditorio lleno en el aula magna
de la universidad que fue el símbolo de una era que al fin ha quedado en el
pasado.
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