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jueves, 1 de abril de 2021

MEDIA COLUMNA miércoles 31 marzo 2021 "En el centro está la idea revolucionaria"

 


Donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.

 

 

MEDIA COLUMNA

En el centro está la

idea revolucionaria

 

 

Jorge Morelli

jorgemorelli.blogspot.com

@jorgemorelli1

 

 

Mientras la polarización de la campaña electoral cede poco a poco, el centro se recupera con el paulatino ingreso a la cancha en estos últimos días del 40% que aún permanecía afuera esperando.

Este electorado es de centro por definición, y llega a tiempo de inclinar la balanza para decidir la elección desplazando a los extremos que han polarizado la campaña hasta hace poco.

¿Por qué la polarización? Desde un extremo, Lescano -el Fernández de Argentina, el López Obrador de México- arremete contra la corrupción creyendo que esta es la consecuencia inevitable de la economía social de mercado. No sospecha que es la consecuencia del mercantilismo. Igual que sus mentores de Caracas y de La Habana, destruiría la economía del Perú en su quijotada contra molinos de viento.

 

Desde el otro extremo, López Aliaga es Bolsonaro. Haría lo mismo que él en Brasil con la misma vehemencia y fracasaría igual que él. Lula ya está libre y volverá, y las reformas liberales se entramparon en Brasil en la telaraña legal del enemigo. Y lo mismo pasó con Donald Trump. En ambos casos, la carga a ciegas contra el Estado caviar fue un ataque frontal para hundirse en el pantano legal donde ambos fueron presa fácil del enemigo.

Desde el extremo de la izquierda caviar hay pánico de perder el poder monopólico que han construido en el Estado durante 20 años oprimiendo al pueblo con una moralidad hipócrita que atribuye al sector privado la corrupción. Desde el otro, hay indignación contra esa clase política que ha medrado por décadas del Estado y hartazgo igualmente con la corrupción del sector público. Un extremo quiere conservar su poder adquirido furtivamente. Lo que quiere el otro es venganza: acabar con la clase burocrática.

 

Sin advertirlo, ambos son profundamente reaccionarios.   

Los peruanos que hoy entran a votar al centro necesitan saber que aciertan porque es allí precisamente donde se halla la opción verdaderamente revolucionaria.

 

La vía para derrotar al corrupto oligopolio público-privado no es atacarlo frontalmente, sino desmontarlo inteligentemente atacando su punto débil, su flanco desprotegido, apuntando a su talón de Aquiles. Lo revolucionario en el Perú hoy es titular la propiedad de la tierra agrícola y minera, ponerla en valor con agua y permitir que sean los peruanos –y no los privilegiados por el Estado- quienes accedan libremente al capital.

 

Y entonces ese oligopolio corrupto que se apropió del Estado se derrumbará solo.

 

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