ESTA NOCHE,
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MEDIA COLUMNA
Cuatro votos
por el “no”
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
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El CNM no debió reformarse, debió cerrarse. Lo que se ha hecho es
cambiar a los que eligen a sus miembros. Ahora la sociedad civil ya no tiene
mayoría entre los que eligen. La mayoría es del Estado. Pero casi solo del
Poder Judicial. El Legislatvo y el Ejecutivo siguen sin tener entrada alguna en
el nombramiento de los jueces supremos. Sin embargo, eso es lo que hacen todas
las democracias porque esa es una pieza imprescindible del equilibrio de
poderes. Aca no hay equilibrio de poderes y la “reforma” que se propone no lo restablece.
El problema subsiste. Pronto la corrupción se hará presente otra vez. A esta
pregunta del referéndum, por lo tanto, mi respuesta es “no”.
La pregunta sobre el financiamiento privado de los partidos es la
novedad de la fiesta. Se prohíbe la contratación directa de medios de
comunicación por los partidos. En adelante, la contratación de medios la hace
el Estado, que distribuye entre los partidos una franja electoral. En parte de
manera igualitaria y en parte en proporción a los votos. En adelante.
Además, los aportantes son personas, ya no
empresas. A la luz de la experiencia reciente, sin embargo, ¿quién volverá
a donar a una campaña electoral para terminar en la fiscalía? Dada la nueva
situación de hecho, votar “sí” favorece a los candidatos con recursos propios,
que tendrán una ventaja indebida. Si lo que se quiere es equidad, había que prohibir
de plano las donaciones privadas. Lo que se propone no es equitativo. La
respuesta a esta pregunta, por lo tanto, también
es “no”.
La no reelección de congresistas es un error y todos lo saben. Los congresistas reelegidos son mejores. Creer que los nuevos son, por definición, ajenos a la corrupción no es más que un refrito de la idea infantil del “buen salvaje” de Rousseau. El pueblo votará igual por la no reelección, sin embargo, a pesar de saber que es un error, porque lo que quiere es castigar a los congresistas actuales cualquiera sea el costo. Quizá su santa ira sea comprensaible, pero no es justificable. A esta pregunta, por lo tanto, la respuesta es igualmente “no”.
La no reelección de congresistas es un error y todos lo saben. Los congresistas reelegidos son mejores. Creer que los nuevos son, por definición, ajenos a la corrupción no es más que un refrito de la idea infantil del “buen salvaje” de Rousseau. El pueblo votará igual por la no reelección, sin embargo, a pesar de saber que es un error, porque lo que quiere es castigar a los congresistas actuales cualquiera sea el costo. Quizá su santa ira sea comprensaible, pero no es justificable. A esta pregunta, por lo tanto, la respuesta es igualmente “no”.
Por último, es verdad, como dice Vizcarra, que el Congreso ha
desnaturalizado la pregunta sobre la bicameralidad. Ha reintroducido vergonzosamente
la reelección por la puerta falsa, a escondidas, de espaldas al pueblo, al
disponer que los congresistas pueden postular al Senado. Se comprende que el
gobierno, al ver que el Congreso tuerce burdamente el sentido de la pregunta,
se retracte de su posición original y obligue a los congresistas a renunciar a la
reelección trucha. Bien podría el Congreso jugar limpio, si quisiera, eliminando
ese contrabando torpe y dando limpiamente la pelea por la reelección de manera
transparente. Tendría a la razón de su lado. Si hiciera eso, a esta pregunta
respondería “si”. Si el Congreso no lo hace, sin embargo, a pesar de que apoyo la
bicameralidad, mi respuesta será “no”. Por no avalar este sucio truco y porque
la bicameralidad, al cabo, no es un fin en sí mismo, sino un medio para alcanzar
el verdadero fin, que es el equilibrio de poderes, hay otros modos de conseguirlo.
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