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MEDIA COLUMNA
Asilo con efecto
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
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Conceder un asilo no supone formalmente
un pronunciamiento sobre el fondo de la cuestión., pero el de hoy aquí pone en debate internacional la imparcialidad de la justicia en el Perú.
La decisión de Alan
García ha convertido al gobierno uruguayo en árbitro involuntario de la situación
política peruana. Y ese juicio puede tener efecto retroactivo para el gobierno
de Martín Vizcarra.
Ante esto, el poder Ejecutivo y
el Judicial necesitan tomar medidas urgentes. Dos, a saber.
La primera es que, concedido el
asilo, el gobierno debe extenderle a García el salvoconducto que le permite trasladarse al aeropuerto y salir del país. De lo contrario, el ex presidente permanecería
indefinidamente en la residencia de la Embajada de Uruguay en Lima -como
ocurrió con Víctor Raúl Haya de la Torre en la Embajada de Colombia por años
durante la dictadura de Manuel Odría-. Eso comprobaría la acusación de
persecución política. Por eso mismo el gobierno habría tomado ya la
decisión de no obstaculizar su partida. Pero, es más, debería abstenerse en lo
sucesivo de hacer comentarios sobre las declaraciones públicas en la materia,
vengan de donde vengan. No le corresponde al Ejecutivo hacer aclaraciones que
no le competen sobre una presunta persecución política de la justicia. Eso le
corresponde a la justicia.
Más allá de eso, en segundo
lugar, toca al poder Judicial corregir de inmediato sus excesos de las últimas
semanas y subsanar sus omisiones. Tiene que haber estricta equidad en el
procesamiento judicial de todos los casos que involucran a partidos y dirigentes
políticos con la corrupción. Y ese trato equitativo tiene que ser evidente para
todos. Cualquier otra cosa solo abonará la sospecha de parcialidad y sesgo político
y en última instancia probará que la lucha contra la corrupción en el Perú no ha respetado el
debido proceso de la justicia.
En cuanto a Alan García como animal
político, por último, cada cual puede escoger lo que prefiera respecto de si evadió
su deber de someterse a la justicia o si estaba en su derecho de pedir asilo, y
si esto acaba con su carrera o se la devuelve. Esos no pasan de ser comentarios
políticos.
Decía Hegel que la lechuza vuela al atardecer. Daba a entender que el verdadero significado de los
hechos suele conocerse solo después, y que el conocimiento siempre llega con
retraso. En otras palabras, que el sentido de los hechos de ayer depende de los actos de hoy.
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