MEDIA COLUMNA
Este gobierno ya no lo hará,
el próximo no podrá eludirlo
Se viene una cadena de acontecimientos que
está acumulando una presión gigantesca y desembocará vertiginosamente.
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
Jorgemorelli.blogspot.com
La izquierda radical desde las regiones –Cajamarca,
Tumbes, Junín (Ancash es otro caso, pero con el mismo resultado)- y la izquierda
caviar desde el Ministerio del Ambiente traban las inversiones.
La investigación del gobierno regional de Ancash dará
paso a la del gobierno regional de Tumbes, a las que seguirá la de Cajamarca y,
luego, la del gobierno regional de Junín. Hasta el momento, el instrumento para
obligar los gobiernos regionales díscolos es cortarles las cuentas, pero la regionalización
necesita ser reequilibrada. Es tarea para el próximo gobierno. Este ya no lo
hará.
La cadena de acontecimientos está acumulando una
presión tectónica, y desembocará en una sucesión vertiginosa. Es una reacción
nuclear en cadena. En lo inmediato, la investigación de Ancash puede comprometer
al Primer Primo de la Nación, a la cabeza ahora del Ministerio Público. Eso puede
arrastrar al Tribunal Constitucional, que debe pronunciarse sobre la posible nulidad
de su elección. Lo que está encadenado, a su vez, con la elección por el
Congreso de los magistrados faltantes del Tribunal. El resultado depende, a su
vez, de la elección de la próxima Mesa Directiva del Parlamento. Y el oficialismo
puede perder la mayoría parlamentaria.
La gobernabilidad se halla bajo asedio desde dos
frentes. De un lado, la regionalización fallida. De otro, hay una guerra dentro
del propio gabinete.
La oposición puede interpelar al ministro de
Energía por conflicto de intereses en el caso Interoil. Tal vez debería
interpelar en la misma fecha al ministro del Ambiente. Fuera de la
responsabilidad que pueda caberle al de Energía -que será investigada-, se ha sugerido que hay una conspiración en su
contra (a la que se prestan algunas bancadas del Congreso). Desde el principio del
gobierno humalista hay una guerra sorda entre Ambiente y Energía. Recrudeció cuando,
recién llegado, el de Energía anunció desaprensivamente una drástica reducción los
estudios de impacto ambiental. En Ambiente se
ha perpetuado hasta hoy la caviarada que entró con el gabinete Lerner que
traba las inversiones poco
importa si por designio político o por un malentendido papel regulador. Ambos sectores
ventilan a estas alturas sus diferencias sin pudor en todos los foros posibles.
Tal vez el modo de acabar con esto sea que la
oposición interpele no solo al titular de
Energía por el caso Interoil, sino el mismo día al ministro del Ambiente para que
ante la representación nacional resuelvan el conflicto. Luego de dos años y
medio, Ambiente y Energía y Minas han tenido tiempo de sobra para decidir quién
entre ellos es Napoleón y quién es Josefina.
Todos estos son síntomas de que los problemas no se resuelven, se
esquivan. Si la maraña legal entrampa las inversiones, la salida legal
ahora es contratar organismos internacionales para eludir la fiscalización. En audio,
un funcionario de esos organismos consuela a un postor perdedor diciéndole que
no se preocupe, que hay sitio para todos. Humala dijo que acabaría con esa
corrupción. Dos años y medio después, dice que es la única manera de hacer
obras. Si es difícil cambiar a la Policía para
luchar contra la inseguridad, la salida es crear una red paralela de
gobernadores (que luego se convierte en la organización del partido de
gobierno).
Esto tiene que parar. Suprimir a los gobernadores, repensar la
institucionalidad en seguridad, revisar los mecanismos de fiscalización de la
inversión, reequilibrar la regionalización, es la agenda. La falta de respuesta
a estos desafíos está a punto de dejar al gobierno sin mayoría parlamentaria.
Este gobierno ha sido incapaz de hacerlo, el próximo no podrá
esquivarlo.
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