sábado, 5 de diciembre de 2015

ESTA NOCHE sábado 5 diciembre 2015



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MEDIA COLUMNA
Por qué fracasa la
reforma de la justicia


Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com

  A Moisés Naim, que ve desde lejos

Naim ve el bosque y conoce este árbol mejor que muchos de los que viven dentro. Ha advertido que en el curso del ajuste económico que vendrá con la desaceleración de la economía, el Perú debe cuidarse sobre todo de que la clase media formada en estos años vuelva a caer por debajo de la línea de la pobreza. Cualquier esfuerzo desde el Estado se justifica para impedir que esto suceda.  

El 40 por ciento de la población peruana pasó estos años a la clase media. No puede volver a caer. Esa nueva clase media –dice Naim- sabe o cree saber que sus logros se deben solo a sus méritos y no cree en nada sino en sí misma y lo que es capaz de conseguir por su propia acción, incluso por la fuerza. En términos políticos, significa que la recaída de la clase media en la pobreza podría hacer peligrar hasta la estabilidad misma de nuestra democracia.

Es importante saber al respecto que, durante años el crecimiento económico ha dejado pasar inadvertida una falla en la arquitectura de nuestra democracia. La nuestra es una democracia de baja gobernabilidad, sin equilibrio de poderes (lo que en EEUU llaman checks and balances). He argumentado por años que la baja gobernabilidad de nuestra democracia se debe precisamente a la falta de equilibrio de poderes.

Solo hay que mirar fuera de la caja. El caso fallido más cercano al nuestro es el de Francia. En 1958 luego de doce años de fracasos, aceptaron reformar el equilibrio de poderes. Así nació la Quinta República, finalmente una democracia con gobernabilidad.

Dice Naim que la reforma institucional más urgente en el Perú es la de la justicia. No puede tener más razón. En el Perú se han intentado varias y han fracasado por haber tomado el rábano por las hojas. Precisamente porque una consecuencia de la falta de equilibrio de poderes de nuestra democracia es la imposibilidad de reformar a uno de ellos: la justicia.

El sistema de justicia en el Perú ha sido institucionalmente desguazado en varios organismo constitucionales autónomos –el Ministerio Público, el Consejo Nacional de la Magistratura, el Tribunal Constitucional- que fueron despojando a la Corte Suprema de sus funciones hasta crear una hidra de varias cabezas que hoy se devoran entre sí.

Esos organismos fueron creados con el fin de acabar con la politización y la corrupción de la justicia. El síntoma del remedio fallido es que en ellas se han entronizado la politización y la corrupción. A pesar de los meritorios esfuerzos actuales en el solitario caso del TC, la falla en la arquitectura de una institución no puede ser compensada con la virtud de los individuos que la integran, porque estos pasan y la falla queda.  

No es solo un problema de las personas, sino de la institución. Es necesario rediseñar el sistema de justicia y volver a poner a la Corte Suprema a la cabeza del mismo. Debe haber una sola cabeza. Hay que devolverle a la Corte Suprema el poder.

Hay que devolverle a la Corte Suprema la facultad de nombrar a los jueces y fiscales. Y devolver, luego, al poder Ejecutivo –con aprobación del Legislativo- la facultad de nombrar a los jueces de la Corte Suprema. Eso es, con variantes, lo que hacen todas las democracias del continente americano sin excepción. Solo nosotros nos hemos aventurado a un experimento institucional fallido.  

Restablecido el equilibrio de poderes, podrá reformarse la justicia y la nuestra podrá ser por fin una democracia con plena gobernabilidad. Lo hicieron muchas democracias en su momento. Este es el nuestro.

Gracias a Naim, por ver de lejos.


REPORTE DE NOTICIAS en Internet
 Las siguientes notas periodísticas de política y economía han sido seleccionadas, editadas y ordenadas
temáticamente. No se las debe citar como tomadas directamente de sus fuentes originales, las mismas que se indican sólo como una forma de reconocer el crédito y agradecer la cortesía.



ELECCIONES, PARTIDOS, ENCUESTAS, MEDIOS, PSICOSOCIALES



Expreso
En la presentación de los candidatos en el último día de la CADE 2015 en Paracas, Ica, Keiko Fujiimori, de Fuerza Popular, le sacó ventaja en aplausos a sus contrincantes matinales: Alejandro Toledo, de Perú Posible, que prometió volver a duplicar los sueldos de los maestros; y a César Acuña, de Alianza Para el Desarrollo, quien se comprometió a trabajar para elevar la competitividad de la economía y la educación del país.  Y en la jornada de la tarde Alan García cortó orejas y rabo con su planteamiento de declarar en emergencia la inversión pública y el empleo, aunque Pedro Pablo Kuczynski también logró sintonizar  con el auditorio.
El expresidente Alejandro Toledo (2001-2006) defendió la necesidad de diversificar la economía para retomar las altas tasas de crecimiento que dejó al final de su Gobierno.
Toledo propuso además reducir la inseguridad ciudadana, garantizar la estabilidad jurídica e invertir en educación de calidad para impulsar la economía.
“No soy antiminero, porque nos quedaremos sin recursos fiscales para hacer frente a los enormes retos que tiene Perú si ahora dejamos de hacer minería, pero soy un fuerte partidario de la diversificación del crecimiento”, señaló el líder de Perú Posible.
El exmandatario, que marcha quinto entre las preferencias electorales con un 6 %, aseguró que si vuelve a ser presidente duplicará los sueldos a maestros y las pensiones para los jubilados.
A su turno, Keiko Fujimori, la favorita en los sondeos con 32 % de intención de voto, se ganó al empresariado congregado en el citado cónclave no solo porque les dio en la yema de gusto con una inyección shock de inversiones públicas, sino que hizo lo mismo con los sectores de la pequeña y mediana empresa y la masa popular que, según ella, este gobierno ha olvidado.
“Necesitamos un boom de inversión pública en infraestructura constructiva: con obras para hacer carreteras y conectar al interior del territorio peruano (…) También impulsaremos la inversión en infraestructura social con obras para los más necesitados”, dijo.
Cuando el panel del debate presidencial le solicitó desarrollar la idea, Fujimori anunció que usaría unos US$ 10,000 millones del Fondo de Estabilización Social que tiene en sus arcas el Banco Central de Reserva (BCR) o que supuestamente están como depósitos en bancos suizos, cuya cifra precisa, según nota del BCR de fines de octubre de este año, llegaba a US$ 9,169 millones.
La exlegisladora afirmó que será “muy firme en la lucha contra la corrupción” porque atacó a todos los gobiernos anteriores, incluso al de su padre Alberto Fujimori (1990-2000).
“Nuestro proyecto político sabe mirar a la historia. Tenemos claro los capítulos que se tienen que dejar de lado y no repetir. No encontrarán mezquindad política por nuestra parte. Somos conscientes de que hay un largo recorrido por delante y heridas por cerrar. Apostaremos por la reconciliación del país”, añadió.
Fujimori agregó que, si sale elegida, dos tercios de los policías se dedicarán a prevenir delitos y modernizará la Policía para que todas las comisarías estén interconectadas.
Por su parte, el exgobernador de La Libertad César Acuña dijo que el fin de un eventual gobierno suyo es el desarrollo humano, porque “el crecimiento económico es necesario, mas no suficiente” y que todos “estamos cansados de falsas promesas”.
El candidato de Alianza por el Progreso planteó la suspensión del pago del impuesto a la renta a las micro y pequeñas empresas informales que busquen formalizarse.
Acuña prometió implementar un “vigoroso” programa de elevación de la productividad, que llegue a todas las zonas del país, a fin de crecer de forma sostenible en materia económica.
“Será difícil crecer a 6 y 7 por ciento. Quiero desterrar promesas de garantizar un crecimiento de 6 por ciento o la generación de un millón y medio de empleos, los peruanos están hartos de promesas”, dijo.
También se comprometió a desburocratizar el Estado y modernizarlo, institucionalizar la carrera pública y llevar adelante una gran reforma encabezada por el Ceplan, cuyo titular tendría rango de ministro.
Además, expresó que “resucitará” al Consejo Nacional de Descentralización e instituirá la muerte civil para funcionarios sentenciados por corrupción.
En su turno de la tarde, el líder aprista Alan García hizo gala de un tremendo dominio de escena y de cancha política sin leer discursos, como lo hicieron los candidatos que lo precedieron. Pero lo sustantivo de su planteamiento fue “declarar en emergencia a la inversión pública y el empleo” porque el Perú “puede ser víctima de un círculo vicioso regresivo si no tomamos medidas drásticas”.
El expresidente enfatizó que el Perú puede crecer algo más de 6 % anual si pone todo su ímpetu, su capacidad empresarial y esfuerzo social.
“Tenemos que declarar en emergencia la inversión privada y el empleo, vamos a recomenzar un ciclo de crecimiento mundial y si no estamos preparados, habremos perdido la oportunidad”, afirmó.
El exmandatario advirtió que tres de cada diez familias están en situación de sobreendeudamiento, se han cumplido siete semestres con inversión privada decayendo, y que solo uno de cada 10 empleos ha sido creado formalmente en el país.
Además, planteó la unión de todas las fuerzas policiales y militares para “poner de rodillas a la delincuencia”, de manera que se ofrezca “confianza a la gente para invertir y desarrollar”.
Al finalizar, el dos veces expresidente de la República anunció que él no tendría inmunidad: “Yo no tendría inmunidad, lo firmo ahora pero que también lo firmen los congresistas”, exclamó ante reiterados aplausos de una asistencia que ya se la había ganado, al tiempo de recordar que habría asistido 37 veces al Poder Judicial en los últimos cuatro años.
Finalmente, el exministro Pedro Pablo Kuczynski recordó que la minería representa el 50 % de la exportación del Perú, y, por lo tanto “tenemos que apoyar a la minería, que tiene que ser ambientalmente responsable”, pero sin una reglamentación excesiva.
El candidato afirmó que actualmente hay “una hecatombe en metales como el zinc”, que está afectando a muchas empresas y trabajos en el Perú y criticó que no se hayan tomado las medidas a tiempo para contrarrestar esa bajada, pues “la inversión pública ha llegado al 5 % y va a bajar a 3.8 %”.
El empresario señaló que el turismo y la agroindustria, que generan ingresos por 10,000 millones de dólares, son actividades que pueden contribuir a hacer la economía peruana más dinámica. Sobre la inseguridad ciudadana, Kuczynski declaró que no hay confianza en la Policía porque no hay suficientes comisarías, y que la lucha contra la delincuencia tiene que concentrarse en 138 distritos que explican el 80 % de delitos cometidos en el país.
Al concluir su presentación, Alan García  dijo que mañana domingo el pueblo venezolano le dará un nocaut a la dictadura chavista de Nicolás Maduro. Exhortó de paso a los soldados de Venezuela a no apoyar al actual régimen y auguró que quien gobierne el Perú nunca más sea “cómplice de dictaduras, ni tenga nada en las agendas”, en obvia alusión a la primera dama Nadine Heredia.



El Comercio
CADE de risa
Carlos Meléndez
El show de presidenciables de la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE) empezó con el stand-up comedy de Alejandro Toledo. Fiel a su estilo, apeló a la metáfora fácil: “matar la inseguridad”, “romper los candados de la burocracia”, “la fiesta no ha terminado”. Los aplausos que no pudo ganar en su exposición los trucó por risas en la ronda de preguntas y respuestas. Toledo conoce más el mundo que el Perú de los últimos años. Empleó generalidades para ocultar su desconocimiento: mejorar sueldos para atraer empleados públicos de calidad, disminuir la inseguridad para atraer la inversión privada. Propuestas que no requieren zoom, funcionan en el Perú, la India o California.
Keiko Fujimori escogió la táctica del karaoke: sus mejores momentos se basaron en no salirse del guion; cuando le tocó improvisar, sufrió más de la cuenta. Cuando es fiel al libreto, luce solvente, una política profesional que recorre de cabo a rabo el país constatando los obstáculos que enfrenta: informalidad, conflictividad social e inseguridad. Cuando se le inquiere en políticas económicas, se agota rápidamente. No tuvo reparos en caer en la tentación populista –shock de inversiones sin conocer con precisión las cuentas públicas–, ante un público que parece eternamente agradecido a su padre.
En César Acuña prevaleció el ridículo como cancha. Se presentó como un empresario y a la vez trabajador que ganó todo en la vida, “solo le falta ser presidente”. Para él, la garantía de un buen gobierno no se basa en programas o equipos, sino en el mérito propio. Conocer la pobreza no te hace mejor persona, mucho menos presidente. Su carta de presentación –el emporio de universidades que creó– es también su talón de Aquiles: una universidad que no es competitiva, no puede ser el emblema de una --promesa política de educación de calidad.
Alan García hizo gala de prestidigitación. Criticó a los ‘vendedores de ilusiones’, pero hizo lo propio con una audiencia empresarial que cree en sus dotes de magia: “más del 6% de crecimiento anual”, “reducción de la pobreza por debajo del 10%”. Volvió a ganarse a ‘los dueños del Perú’ tocando las teclas que quieren escuchar: responsabilidad, antichavismo y Carranza en el MEF. García domina el arte de la política para conquistar a este tipo de auditorio: empresarios que conocen mejor los aeropuertos de Kuwait (en palabras de ellos mismos) que las calles de San Juan de Lurigancho.
Pedro Pablo Kuczynski entró en modo tecnócrata. Empleó una discusión más técnica que sus rivales. Su presentación evidenció la mano de su equipo: el énfasis en seguridad y en la lucha contra el narcotráfico son producto de sus recientes jales.
Fue quien más arriesgó respondiendo a las preguntas que sus propios asesores le pedían no pronunciarse: las pensiones de jubilación y las políticas de formalización laboral. Su honestidad brutal fue apreciada por el auditorio, que parecía más agradecido por el servicio a los intereses empresariales que entusiasmado por su candidatura.
Así, CADE dio la largada a la carrera presidencial con más de lo mismo. Las propuestas de Transparencia sobre reforma política no tuvieron eco en los candidatos, que ni se molestaron en referirse a la institucionalidad política. Para los empresarios, la inversión es todo, tu sed es nada.



ESTA NOCHE (tomado de El Comercio)
En su discurso de clausura de CADE, el mandatario Ollanta Humala opinó que los candidatos a la Presidencia no discutieron ni abordaron sobre el rumbo que el Perú debe tomar. "No se ha discutido los grandes rumbos del país ni se ha abordado a profundidad qué tipo de Estado queremos", sostuvo.



ESTA NOCHE (tomado de Correo)
La primera dama Nadine Heredia volvió a usar las redes sociales para criticar a la candidata presidencial de Fuerza Popular, Keiko Fujimori.
La lidweresa del fujimorismo planteó un “shock de inversión pública en infraestructura” para “conectar” al país. “¿Cómo financiará el boom de inversiones?”, se preguntó Heredia y le reprochó la propuesta de “replantear la naturaleza restrictiva” del Ministerio de Economía y Finanzas mediante la creación de un consejo para la planificación de la inversión y la gestión pública. “¿Qué está planteando Keiko? ¿Desaparecer las competencias del MEF para que las reglas las pongan los empresarios?”, escribió Heredia.


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