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MEDIA
COLUMNA
Corazón
peruano
Jorge
Morelli
El estallido de entusiasmo y energía en el discurso de Keiko Fujimori
al cierre de esta campaña llena de palabras duras ha sido un alivio para los
peruanos.
Hoy podemos decir que tenemos una nueva líder, una mujer peruana de la
que podemos sentirnos orgullosos, una persona en quien es posible confiar.
Esta campaña difícil ha sacado de ella lo mejor, la ha hecho crecer
ante nuestros ojos. Y anoche se mostró por primera vez ante sus compatriotas como
la presidenta que será si así lo decide el pueblo este domingo.
El contraste con el cierre de campaña de su adversario fue elocuente.
Pedro Pablo Kuczynski es un hombre honorable, pero el camino espinoso de estos
meses lo ha hecho encerrarse en sí mismo, lo ha llevado a presentarse como una
persona distinta y aun opuesta a quien en realidad es, un hombre educado,
amable y bonachón. PPK, el ministro diligente que explicaba con habilidad las
cosas difíciles, ha estado casi irreconocible en este período y, en su cierre
de Arequipa anoche, vencido ya por el agotamiento, apenas pudo emitir un
mensaje de quince minutos ya sin fuerza.
No es poco lo que el Perú debe a sus esfuerzos, pero ayer los os
candidatos fueron el día y la noche. Mientras Keiko transmitía optimismo y
esperanza, y dialogaba con su gente enumerando propuestas, describiendo sus
planes, entreviendo sus sueños, en el escenario arequipeño un apagado y cansino
profesor sembraba advertencias mezcladas con promesas ya muchas veces repetidas,
tratando de aplacar el miedo que, en mal momento, él mismo sembró en los
peruanos.
Haber acicateado el falso temor a que el Estado peruano -el Perú, en
buena cuenta- fuera a caer en manos del narcotráfico, inerme, amenazado de ser un “narcoestado”,
como él mismo le llamó, ha apelado a miedos irracionales para hacer política, y
pisotea la mejor imagen que los peruanos tienen derecho a tener de sí mismos
como el pueblo excepcional que son. El mismo que venció al terror, a la miseria
económica, el que se levantó de la guerra para firmar la paz. Ese pueblo líder
en esta parte del mundo, ¿va a caer en manos del narcotráfico? Todo lo
contrario, el Perú es el mismo que puso ayer en práctica estrategias propias y
puede enseñar a sus vecinos cómo doblegar al flagelo del narcotráfico, tal como
lo hizo en su momento con la crisis económica y con el terror.
Esa es la clase de optimismo que emanaba anoche del luminoso espacio
que ocupaba Keiko Fujimori. Ella se ha ganado anoche los corazones de los peruanos.
Y será su pueblo, al que en muchas ocasiones de su larga historia le cupo el
papel de liderar a esta parte del mundo, quien la lleve a ella de la mano también
hacia el futuro por haber tenido el valor de pedirle ser su símbolo, el de la
reconciliación que deje atrás el miedo.
REPORTE DE NOTICIAS en Internet
Las
siguientes notas periodísticas de política y economía han sido seleccionadas,
editadas y ordenadas
temáticamente. No se las debe citar como tomadas
directamente de sus fuentes originales, las mismas que se indican sólo como una
forma de reconocer el crédito y agradecer la cortesía.
ELECCIONES, PARTIDOS, ENCUESTAS, MEDIOS,
PSICOSOCIALES
RPP
Keiko
Fujimori habló con el programa Enfoque Electoral de RPP Noticias para dar su
mensaje final antes de las elecciones. En diálogo con Raúl Vargas, detalló cómo
sería un gobierno suyo y respondió en las críticas de PPK.
Seguridad ciudadana. "Mis propuestas no son
populistas como dice maliciosamente el candidato Pedro Pablo Kuzynski… El gobierno ha perdido
liderazgo en la lucha contra la delincuencia y a mí no me va a temblar la mano
para enfrentarla".
No somos antidemocráticos. "Quiero
rechazar las declaraciones de mi rival, ya que no solo ofenden a mi equipo
político, sino a la gente que nos respalda. Todo esto es parte de la guerra
sucia. La democracia no está en riesgo”. Fuerza Popular, dijo, “es la primera
fuerza del nuevo Congreso, que maneja tres regiones y que representa a la
juventud. El señor Kuczynski tuvo 12 congresistas en el anterior Congreso, se
fue al extranjero y hoy le quedan cero".
Gobierno de concertación. “En nuestro gobierno vamos a
trabajar sin ver los colores. En este proceso he trabajado con Vladimir Huaroc,
un político de centro izquierda que fue injustamente sacado de la carrera. Fuerza
Popular es un centro amplio. En la segunda vuelta hemos trabajado con personas
como Elmer Cuba y Hernando de Soto, quien tendrá un cargo cercano a la
Presidencia. Ayer hablé con Luis Castañeda sobre medidas para mejorar el
transporte. Queremos hacer un gobierno de concertación, incluso en puesto como la
Defensoría del Pueblo”.
Buscará la reconciliación.
"Me han dicho autoritaria y eso es falso, nunca he dado signos de
autoritarismo. Cuando fui congresista tendí puentes, dialogué y cuando tuve que
oponerme a algo fue siempre en democracia. Tener 73 congresistas en el Parlamento
significa que vamos a poder hacer reformas, por supuesto, somos
conscientes de la responsabilidad que el pueblo nos ha dado, pero también
vamos a tender puentes".
Política internacional. "Vamos
a fortalecer nuestra presencia en el APEC y en la Alianza del Pacífico. Cuando
hablamos de Latinoamérica y de buscar la unión del continente, me gustaría
hablar de Venezuela. Quiero darle mi apoyo a la instauración de la Carta Democrática en Venezuela.
Es lamentable lo que sucede allí, con la escasez que vive el pueblo venezolano.
Siempre he respaldado a la oposición y espero que el gobierno se manifieste a
favor de la propuesta de Luis Almagro”.
El final de la campaña. “De
esta campaña me queda la gratitud del pueblo que nos ha apoyado, mucha alegría.
Estuve bailando hace poco y no lo hago bien, pero al menos lo intento. Termino
un poco cansada, sí, pero tener 41 años y ser mujer me permite hacer todo esto
con mucha energía y con mucha fuerza. Para quienes no me apoyan, quiero que
sepan que también gobernaré para ellos, tenderemos puentes y llegaremos a
acuerdos”.
El Comercio
Con
un masivo mitin en Villa El Salvador, la candidata de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, cerró anoche su campaña electoral.
Ante sus seguidores aseguró: “Mientras mi contrincante promueve el odio,
nuestro compromiso es trabajar por la unidad y la reconciliación de todos”. “Ese
es el gran cambio que nosotros vamos a lograr para el Perú”, dijo.
Keiko Fujimori reiteró gran parte de los
ofrecimientos hechos durante la campaña y remarcó sus propuestas contra la
inseguridad ciudadana. “Lo que ha faltado es liderazgo y esa responsabilidad la
tiene el presidente, responsabilidad que yo pienso asumir”, manifestó.
Fujimori
no dejó de lanzar pullas a su rival. “Él representa a este gobierno, es la
continuidad del humalismo y nosotros representamos el cambio”, aseguró.
“El
futuro está en marcha”, enfatizó.
El Comercio
Pedro
Pablo Kuczynski (PPK) dio anoche su último mitin
antes de la definición del domingo. Desde Arequipa, la única región donde ganó
en primera vuelta, sostuvo que el Perú debe decidir entre "la marcha atrás
de la oscuridad y la corrupción" y el "ir hacia adelante".
Afirmó
que no permitirá que el Perú "se transforme en un campo de batalla por las
drogas".
Agregó
que en la vereda del frente, el equipo técnico está conformado “por una tira de
improvisados”, y en sus filas tiene a gente con experiencia en la gestión
pública.
Dijo
que una política firme en seguridad ciudadana puede ir de la mano con la
democracia y advirtió que lo contrario constituirá "una bomba de
tiempo".
"La
mejor seguridad en un país es si hay democracia, pero si todo es metralleta,
tortura, el SIN y el avión presidencial con droga, ese es el camino al
infierno. Eso lo vamos a rechazar el domingo", enfatizó.
El Comercio
El
candidato presidencial de Peruanos por el Kambio, Pedro Pablo Kuczynski (PPK),
dijo que le complace que la izquierda le haya dado su respaldo para la segunda
vuelta de este domingo 5 de junio.
“Yo
no soy antiizquierda ni proderecha, es un mito que crearon. A mí me complace
mucho el apoyo de la izquierda, ya no es el chavismo”, dijo.
Al
ser consultado acerca de si hubiera apoyado a Verónika Mendoza –principal
representante de la izquierda en estos comicios– si ella hubiera competido en
la segunda vuelta contra Keiko Fujimori, respondió: “Bueno, primero habría
hablado con ella sobre su programa, a ver en qué consistía”.
“Ella
tiene bastante entusiasmo, sin duda. Pero si le digo, señora Fujimori
articúleme su programa económico sin escuchar la grabación que le hacen y sin
leer la tarjeta, no te lo va a decir”, expresó.
El Comercio
¿Quién lo haría mejor?
Jaime de Althaus
Los grupos sindicales y políticos, los colectivos
anti-Keiko y las numerosas personas que se sumaron a la marcha contra Keiko Fujimori están planteando la votación de este
domingo como una elección entre democracia y dictadura/corrupción.
¿Significaría eso que, si ganara Keiko
Fujimori, la mayoría que la eligiere habría votado por que se
instale una dictadura corrupta en el Perú? Evidentemente, no. Una proporción
significativa de los que votan por ella lo hace por el recuerdo de la manera en
que el gobierno de Alberto Fujimori los benefició (pacificación, crecimiento,
obras, gestión directa de los programas de desarrollo en el campo).
Sin duda la eficacia en la gestión de la obra pública y
del clientelismo tecnocrático que le permitió a Fujimori ser percibido como
quien lideraba incluso el desarrollo local, fue facilitado por el grado de
concentración de poder que acumuló. En la actualidad, con la descentralización
masiva de funciones e inversión pública a los gobiernos subnacionales, el
presidente tiene un rol mucho menos protagónico. Pero nos hemos ido al otro
extremo, al punto que se ha perdido la noción de gobierno unitario, y la
ineficiencia y la corrupción se han multiplicado en los niveles regionales y
locales que ahora manejan todos los servicios y casi el 70% de la inversión
pública.
En el voto por Keiko puede
haber algo de nostalgia por una conducción presidencial más cercana y por
servicios más eficientes y, paradójicamente, menos corruptos. La demanda, en el
fondo, es por un Estado que resuelva problemas, que ayude, que acabe con las
mafias y los delincuentes, que no venda la justicia ni la atención de la salud
o de lo que fuere. De hecho, eso es lo que ella ha prometido: estar presente en
las ciudades y pueblos del interior resolviendo problemas.
Si, en cambio, PPK ganara las elecciones, ese no
sería su estilo. Tendría que impulsar muy fuertemente una profunda reforma del
Estado que recupere la capacidad rectora y supervisora del Gobierno Central
(con el apoyo de una digitalización masiva), profesionalice las
administraciones regionales y locales, y depure, reorganice e introduzca
meritocracia en la policía y el sistema judicial. Es una reforma difícil porque
supone transformar estructuras patrimonialistas en organizaciones basadas en
méritos y resultados, y eso genera resistencias. Solo se puede hacer con un
liderazgo político muy claro que movilice apoyo popular por medio de múltiples
formas de participación de los ciudadanos y de competencia entre entidades.
En realidad, lo mismo tendría que hacer Keiko Fujimori, porque si no damos
un salto de calidad institucional y administrativa, involucionaremos. Podría
hacerlo incluso mejor si lo hace desde abajo, como ella proclama, siempre y
cuando el activismo de la conducción personal en la base social no le haga
perder el objetivo mayor, sino que le sirva más bien para viabilizar
políticamente un plan muy bien hecho. ¿Quién lo haría mejor?
La República
Con PPK la calle también estaría dura
Alvarez Rodrich
Si Pedro Pablo Kuczynski ganara la
elección, pronto se daría cuenta de que su principal obstáculo para gobernar el
Perú estaría en el congreso, aunque, al igual que le ocurriría a Keiko
Fujimori, la calle y las regiones también estarían duras y serían una gran
piedra en el zapato.
Si PPK ganara la votación del domingo, se
tendría el mismo cuadro general de las últimas dos décadas en el Perú, en el
cual el Ejecutivo no tendría una mayoría en el Congreso.
Este escenario generó problemas en el
país que terminaron con la interrupción del orden democrático: en el gobierno
de Fernando Belaunde entre 1963 y 1968, y en el de Alberto Fujimori entre 1990
y 1992, aunque por razones muy diferentes.
(…)
Aunque desde el año 2001, todos los
gobiernos democráticos que se sucedieron –Valentín Paniagua, Alejandro Toledo,
Alan García y Ollanta Humala– no tuvieron mayoría en el congreso, lograron –con
algunas turbulencias– llevar la fiesta en paz.
Sin embargo, la gran diferencia con PPK
sería que, por primera vez desde entonces, habría una sólida mayoría opositora
en el Congreso.
Ello abre dos escenarios básicos. Uno es
el optimista, basado en que PPK logre articular un entendimiento mínimo que
permita sacar adelante el quinquenio, lo cual demandaría un gabinete de ancha
base.
El otro escenario sería el pesimista,
basado en que se produjera un corto circuito entre el Congreso y el Ejecutivo,
expresado en el bloqueo de iniciativas y la censura de ministros, lo cual
podría abrir las puertas para, siguiendo estrictamente el orden constitucional
–y no a lo bestia, fuera de la ley, como con Alberto Fujimori–, disolver el
Parlamento y convocar a nuevas elecciones.
Y al igual que con un eventual gobierno
de Keiko Fujimori, el de PPK también enfrentaría las protestas y movilizaciones
en calles y regiones.
(…)
LIBERTAD ECONOMICA,
GLOBALIZACION, REFORMAS, INVERSION
Expreso
Las
empresas Gramercy Funds Management LLC y Gramercy Peru Holdings LLC (Gramercy)
enviaron al Perú una notificación de arbitraje al amparo del Acuerdo de
Promoción Comercial Perú-Estados Unidos (APC) en torno a su demanda de pago de
sus bonos agrarios.
Gramercy,
un fondo de riesgo, que busca inversiones en dificultades en los mercados
emergentes, ha pedido al Perú llegar a un acuerdo de pago por un paquete de
bonos agrarios que ellos han adquirido.
“La
notificación se refiere a supuestas posesiones de bonos de la reforma agraria.
Este es el intento más reciente de desprestigiar al Perú tras intentos
similares en el pasado y más que nada parece estar diseñado por Gramercy para
llamar atención a sus intereses particulares durante el momento actual del
país”, dijo el Ministerio de Economía en un comunicado.
El MEF
recordó que ha establecido un procedimiento administrativo de pago para los
tenedores de los bonos de la reforma agraria, el cual aplica una metodología de
valoración establecida por el Tribunal Constitucional.
“Durante
los últimos dos años, cientos de tenedores de bonos han participado y más de
diez mil bonos han sido autenticados. El Ministerio continúa desarrollando e
implementando la siguiente fase en el procedimiento administrativo para
facilitar la actualización y el pago de los bonos”, refiere el MEF.
Gramercy
afirma tener diez mil bonos de la reforma agraria adquiridos entre 2006 y 2008
y no participa en el procedimiento administrativo establecido por el Perú. El
fondo busca una valoración más alta de los bonos que ellos poseen. Una
herramienta que utiliza es el acuerdo de libre comercio firmado entre Perú y
Estados Unidos, un derecho que solo tienen las personas o entidades de Estados
Unidos.
“Perú tiene una trayectoria excepcional en
arbitrajes internacionales y ha vencido demandas valoradas en miles de millones
de dólares y ha obtenido decisiones de más de cien millones de dólares a su
favor. El Estado se defenderá vigorosamente”, indica el MEF.
“El Gobierno consistentemente ha rehusado
entrar en conversaciones serias sobre el asunto, lo que lleva a Gramercy a
pedir el arbitraje”, señaló la empresa en una nota de prensa.
El MEF
dijo que sí han conversado, pero que no pueden ir más allá de lo que la ley
establece. Además, indica que Gramercy no ha demostrado que es un inversionista
legítimo que hizo inversiones legales en el Perú, o que tiene derecho a la
jurisdicción en virtud del Tratado y tampoco ha demostrado que el Perú ha
violado el derecho internacional.
El Comercio
Carta abierta de un asustado a las sirenas de
AFIN
Juan de Dios Olaechea
En días pasados, este Diario publicó una
columna de opinión del señor Gonzalo Prialé, en la que se refiere a aquellos
que preconizan la responsabilidad en el gasto público en infraestructura como
“pesimistas” o “asustados”. Esto luego de mis declaraciones en el programa “La
hora N” que conduce Jaime de Althaus.
Su discurso no es nuevo en la historia
nacional. Todo lo contrario: es viejo. Lo que más me sorprende es que aún hoy
se siga utilizando. La premisa de su razonamiento es que toda deuda que
contraiga el Estado por cuenta de la nación para construir infraestructura
producirá una utilidad mayor que la deuda y sus intereses. Es decir, al construir
cualquier infraestructura se hace un supernegocio.
La historia del Perú nos prueba que no solo
esta falacia ya se utilizó, sino que además los resultados fueron funestos.
Balta con los empréstitos de Dreyfus y los ferrocarriles de Meiggs. Leguía con
la obra pública y la bancarrota de los bonos en Nueva York y finalmente Velasco
con las empresas estatales y la deuda con los bancos extranjeros.
En los tres casos, las infraestructuras
probaron no ser rentables como prometieron sus autores al momento de contraer
la deuda pública. Y en los tres casos, el Perú cayó en bancarrota, y en uno fue
la causa determinante de la derrota en la guerra con Chile, los patriotas
muertos y la pérdida de Arica y Tarapacá. Todo esto porque nos sobró el
“optimismo” que hoy embarga al representante de la Asociación para el Fomento
de la Infraestructura Nacional (AFIN).
No crea que nuestros ancestros fueron
incapaces. Basta leer los testimonios de aquella época que también hacían un
llamado a la razón y que usted, como los contemporáneos de entonces, los
llamaron “pesimistas” o “asustados”.
En los últimos años hemos visto que las
megainversiones hechas por el Estado no solo no fueron la panacea que el
gobernante de turno nos había prometido, sino todo lo contrario. La
pomposamente llamada Interoceánica Sur costó el doble de lo presupuestado y
tiene una rentabilidad financiera negativa. Pero, además, una rentabilidad
social peor que negativa: desastrosa. Sirvió para destruir la región de Madre
de Dios.
Lo mismo podemos decir de las tres últimas
megaobras efectuadas durante este gobierno: la refinería de Talara, la línea 2
del metro de Lima y el gasoducto sur peruano. Todas pobremente estudiadas y con
postor único. Nunca atrajeron “postores de todo el mundo” como nos prometieron.
La nación tendrá que pagar el precio de la debilidad de sus instituciones y los
únicos beneficiados serán, como siempre, los constructores.
Lo único cierto que tenemos es que la deuda
pública de la nación peruana hoy alcanza al 23% del PBI. Que el Estado ha asumido
obligaciones gracias a las asociaciones público-privadas(APP) de más de
US$20.000 millones que tendrá que honrar en los próximos años. El déficit del
presupuesto este año estará en 3% del PBI como mínimo y dudo que cualquiera sea
el candidato que gane pueda bajarlo en los próximos cinco años.
Dentro de cinco años la deuda pública
alcanzará el 30% del PBI y ello a pesar del crecimiento que el Perú pueda
lograr durante dicho período. Esto en un contexto internacional sumamente
complejo, negativo e impredecible, que nos obliga a redoblar la prudencia en el
gasto público. Después de todo, no es función del Estado apostar el crédito de
la nación sino más bien velar por su estabilidad.
Recordemos que todas las bancarrotas del Perú
han sido gatilladas desde el exterior.
AFIN ha logrado con sus cantos de sirena encandilarnos y confundirnos. Sea esta la famosa y billonaria “brecha de infraestructura” o la rentabilidad asegurada de cualquier infraestructura. Ahora bien, entiendo la postura del presidente de AFIN, ya que defiende sus ingresos y los de sus asociados. Después de todo, cumple con su cargo.
AFIN ha logrado con sus cantos de sirena encandilarnos y confundirnos. Sea esta la famosa y billonaria “brecha de infraestructura” o la rentabilidad asegurada de cualquier infraestructura. Ahora bien, entiendo la postura del presidente de AFIN, ya que defiende sus ingresos y los de sus asociados. Después de todo, cumple con su cargo.
El Estado y la nación debemos mostrar
madurez. El Perú no debe ser un país emotivo y caótico. Debemos ser una nación
racional y disciplinada. Nos corresponde a nosotros actuar con responsabilidad
y desoír estos cantos de sirena que hoy son una invitación al desorden y a la
inestabilidad financiera.
El Perú deberá concentrar sus recursos en
agua y saneamiento, educación, seguridad y salud, sabiendo además que deberemos
cumplir con las obligaciones contraídas por las APP ya firmadas.
Toda otra obra pública deberá ser postergada
hasta que vuelvan los excedentes presupuestales. En las condiciones en que
están las cuentas nacionales, tampoco se puede estudiar o hacer el túnel
trasandino. Es decir, hay que predicar con el ejemplo. Un manejo responsable de
las cuentas nacionales garantizará la estabilidad del país y, por ende, el
sistema democrático que es inseparable del desarrollo nacional.
El Comercio
¿Y la ciencia y la tecnología? Bien gracias
Fabiola León-Velarde
Estamos viviendo un momento distinto y nuevo
en el aporte público a la investigación, la ciencia y la tecnología. Esto no
debe cambiar con el nuevo gobierno, sino fortalecerse. Sin embargo, llama la
atención la poca importancia que se le ha dado al tema en estas elecciones. En
los debates no se mencionó, ni tangencialmente, la trascendencia que tiene el
desarrollo de la ciencia, la investigación, la tecnología y la innovación para
un país.
En sus planes de gobierno, Fuerza Popular no
menciona a la “ciencia y tecnología” ¡ni una sola vez!, y menos alude a la
importancia del desarrollo científico para el progreso del Perú. Mientras que
Peruanos por el Kambio le dedica un capítulo de siete páginas bastante bien elaboradas.
No obstante, el tema ha podido estar más presente a lo largo de su discurso.
Si bien en los últimos años hemos crecido y
producido algo más de bienestar para nuestra sociedad, el desafío actual es
ampliar las oportunidades futuras del país. Para ello es indispensable contar
con más recursos y capacidades para generar, utilizar y tener acceso al
conocimiento y a la tecnología avanzada.
Tomemos el ejemplo de los transgénicos. Es
claro que la decisión de la moratoria en el Perú no ha tenido una base científica
y, más bien, las creencias y opiniones han ganado la batalla. Una mutación en
una semilla se expresa como una nueva característica de la planta a la que da
lugar. Esta puede hacerla más resistente a alguna enfermedad común, hacerla más
nutritiva, darle propiedades curativas o afectar la salud. Hoy es conocido que
los efectos del consumo de productos vegetales o animales dependen también de
las características genéticas del consumidor.
Hoy la medicina genética y la epigenética
abordan estos aspectos, y la epidemiología es capaz de mostrar las desviaciones
de la condición de salud normal y lograr así atribuirla a ciertos productos,
alimentos, medicinas, condiciones ambientales, etc. En los cinco continentes se
han sembrado ya más de 200 millones de hectáreas de cultivos transgénicos. A mi
modesto entender, las dimensiones de estos cultivos ya hubieran causado efectos
fácilmente detectables a gran escala, y no lo han hecho.
La finalidad de la moratoria es prepararnos
“para una adecuada evaluación de las actividades de liberación al ambiente
(análisis de riesgo)”. Muy bien. Este debería ser nuestro punto cero, a partir
del cual se deberían adecuar, para el ambiente y diversidad biológica, los
procedimientos de análisis de riesgo que recomienda el Protocolo de Cartagena y
la legislación nacional. Es momento de construir un nuevo sistema en busca de
más seguridad y confianza, y no aceptar nuevamente que la creencia gane a la
evidencia. Para esto necesitamos más investigación científica.
Debe existir un grupo ocupacional que se
llame “investigador”, que por fin sea apreciado en su verdadera dimensión.
Asimismo, se debe trabajar de manera más articulada entre todos los sectores
que conforman el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología (SINACYT), que hoy, a
pesar de los grandes esfuerzos de la doctora Gisella Orjeda, presidenta del
CONCYTEC, se encuentra aún desarticulado. Temas tan importantes como el agua,
la energía o la minería se estudian e investigan indistintamente en diversos
institutos, universidades y empresas privadas. Cuánto más avanzaríamos en tener
respuestas apropiadas si todos trabajaran conjuntamente, sin redundancias, y
comunicados entre sí.
Necesitamos una mayor integración de los
miembros del SINACYT para poder reorientar sus esfuerzos hacia los problemas
más importantes del país y en áreas críticas para nuestro desarrollo (como el
impacto del cambio climático, el mejor uso de nuestra biodiversidad, la
seguridad alimentaria, el cuidado de la salud o la planificación urbana). La
información científica debe cruzar todas las dimensiones del desarrollo
nacional.
Es indispensable que el nuevo gobierno
entienda el valor que debe ocupar la ciencia, tecnología e innovación (CTI) en
el desarrollo socioeconómico del país. Debemos mirar a aquellos países que en
este siglo XXI son los nuevos centros de desarrollo, bienestar y progreso para
la humanidad, a aquellos que han apostado de manera consistente por la CTI.
Estos países lo han logrado con voluntad
política para fortalecer la CTI, optimizando sus recursos y capacidades, con
alianzas público-privadas, con una mirada de largo plazo y con coherencia y
efectividad respecto a las metas establecidas. Ojalá vayamos en esa dirección
en este nuevo quinquenio.
El Comercio
Desacertadas propuestas fiscales
Iván Alonso
En una extensa entrevista periodística, Elmer
Cuba, vocero económico de Fuerza Popular, ha planteado tres propuestas que
esperamos sean rápidamente desechadas, en caso su partido llegue a ser
gobierno.
La primera es la que denomina “IGV justo” y
que consiste en que la Sunat no les exija a las empresas el pago inmediato del
IGV, o sea, al mes siguiente de emitidas las facturas que lo generan, sino al
momento de cobrarlas. Sucede muchas veces que una empresa emite una factura,
pero su cliente no le paga hasta 60 o inclusive 90 días después. De manera que
la empresa tiene que pagar el IGV antes de cobrar, por lo que se vería forzada
a ir al banco “a financiarse con tasas de interés altísimas”.
Pero el “IGV justo” parecería ser una
solución a un problema que no existe. No hay necesidad de financiarse con un
banco porque la propia Sunat da el financiamiento. Basta que la empresa declare
oportunamente el IGV que le corresponde pagar, y puede diferir el pago. La
Sunat le cobra un interés equivalente a 1,5% mensual, que para la gran mayoría
de empresas en el Perú no puede considerarse una tasa altísima.
Si la idea es permitir que las empresas
puedan diferir el reconocimiento (además del pago) de la obligación, mucho nos
tememos que el “IGV justo” creará complicaciones en el formato de la
declaración jurada del impuesto. Habrá que distinguir entre facturas pagadas y
no pagadas; reportar aquellas que no habían sido pagadas hasta el mes pasado,
pero que ya lo fueron; y seguramente justificar con lujo de detalles por qué
algunas facturas siguen impagas dos o tres meses después de haber sido
emitidas. La Sunat no lo va a hacer tan sencillo.
La segunda propuesta es subir impuestos. Más
específicamente, subir la tasa del impuesto a la renta que pagan las empresas
del 28% al 30% de sus utilidades. No hay una necesidad real de hacerlo porque,
al reducir la tasa hace dos años, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF)
aumentó simultáneamente la que se aplica a los dividendos que salen de esas
mismas utilidades. Mal puede decirse que estos cambios hayan afectado la
recaudación, pues el impuesto a la renta de personas jurídicas (incluyendo los
pagos de regularización) ha crecido más de 10% en lo que va del año.
Sin una perspectiva razonable de aumentar los
ingresos fiscales, con lo cual uno puede estar o no en desacuerdo, es mejor no
andar cambiando las tasas de los impuestos. Ya hay un camino trazado por el
MEF. Démosles estabilidad a las empresas para que puedan planificar sus
inversiones. Con el tiempo esas inversiones llegarán.
La tercera es una propuesta bastante riesgosa
para la caja fiscal. Consiste en adelantarles el canon a las comunidades donde
estén ubicados los futuros proyectos mineros. Con esa plata los gobiernos
locales podrían ejecutar obras que les den “legitimidad social” a los
proyectos. Pero ¿qué pasa si los proyectos nunca se materializan? Hay una serie
de razones, desde una caída en los precios de los minerales hasta
complicaciones imprevistas en la ingeniería, sin mencionar posibles exigencias
adicionales de la comunidad, que pueden ocasionar un retraso e inclusive la
cancelación de un proyecto. ¿Quién repone, en ese caso, el canon que ha
adelantado el Gobierno Central? ¿En qué momento puede este estar seguro de que
el proyecto avanza inexorablemente hacia su compleción?
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