jueves, 25 de julio de 2019

MEDIA COLUMNA miércoles 24 julio 2019




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MEDIA COLUMNA 
Tacna y Arica


Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com


El tema pasa relativamente inadvertido en Lima, pero es de importancia fundamental para el Perú.

Se trata de la propiedad chilena y la soberanía peruana en el área de la franja fronteriza. Se plantea hoy a propósito de una posible gran inversión chilena en una propiedad privada en la ciudad Heroica, para la construcción de un megacentro comercial. El contexto incluye también la posible inversión extranjera en la Zona Franca de Tacna de hasta 15 millones de dólares en varias actividades productivas.

El asunto despierta el recelo de los tacneños, siempre vigilantes del patriotismo. Justificadamente, de otra parte, dados los hechos de la recordada “chilenización” que rodeó el regreso de Tacna a la Patria luego de la firma por Leguía del Tratado de Lima de 1929, hace ya 90 años.     

Al respecto, una iniciativa legislativa del congresista Jorge del Castillo ha propuesto interpretar el artículo de la Constitución que impide la propiedad foránea de tierras dentro de los 50 kilómetros de las fronteras del territorio nacional. El dictamen aprobado en la Comisión respectiva del Congreso interpreta la norma aclarando que la prohibición de la propiedad de tierras se refiere solo a las rurales, no a las urbanas. La ley haría posible la megainversión chilena en Tacna. No obstante, no puede descartarse que una acción de inconstitucionalidad detenga en seco.

 

Es distinto el caso de las eventuales inversiones chinas o españolas, chilenas o bolivianas en Zofratacna. Se habla aquí de 24 empresas interesadas y de 15 millones de dólares de inversión. Zofratacna propone saltar el problema permitiendo que las empresas se instalen bajo la figura de una cesión en uso por 30 años. La fórmula no pasa por la compra de predios, no se entrega propiedad. Esta ingeniosa salida no resuelve el problema, sin embargo. Por ejemplo, no serviría para permitir la inversión en la ciudad de Tacna.   


La madre del cordero está en la confusión entre soberanía y propiedad, causa de conflictos territoriales en todo el planeta. Cuando un Estado extranjero adquiere en propiedad privada un terreno en un Estado vecino no adquiere soberanía sobre ese pedazo de territorio extranjero. Nunca la propiedad privada puede comprometer la soberanía. Es el caso, del terreno del Chinchorro en Arica, cuya propiedad privada fue adquirida por el Estado peruano precisamente en el Tratado de 1929. Es el mismo caso de la propiedad privada sin soberanía concedida al Estado ecuatoriano en Tiwinza en virtud del Acuerdo de Paz de 1998.

Capitales peruanos bien podrían invertir en el Chinchorro en Arica para construir un centro comercial. Recíprocamente, el Perú bien podría permitir una propiedad privada sin soberanía del Estado chileno en Tacna. Con mayor razón la de una empresa privada. 

La propiedad privada en un Estado vecino puede servir como una herramienta. Tanto más si es un polo económico en cuya prosperidad ambas partes están activamente interesadas. Mejor aún si se trata de una de las nuevas zonas económicas especiales o parques industriales en cuyos accionariados participen empresas de ambos países.

Una paz duradera entre naciones es necesario coserla cuidadosamente con puntadas e hilo de ambos lados de una frontera.


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