domingo, 13 de mayo de 2018

ESTA NOCHE sábado 12 mayo 2018

Ú

ESTA NOCHE, donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.


MEDIA COLUMNA
Al gran pueblo argentino

Jorge Morelli
@jorgemorelli1 
jorgemorelli.blogspot.com


El peso argentino se ha desplomado esta semana a causa del peor temor atávico de los argentinos: el miedo al corralito. Es decir, a la decisión política del gobierno de secuestrar los dólares de la gente para impedir una corrida que deje al país sin reservas y con una moneda que no vale nada. Esto ya ocurrió en el pasado. La gente no lo puede olvidar.

Las reformas emprendidas desde hace dos años por el gobierno de Mauricio Macri para sanar a la Argentina de la perversa secuela del gobierno de Cristina Kirchner han cometido el error del gradualismo. Es una vieja polémica. Cuando el Perú se enfrentó a una situación aun peor en 1990, cortó por lo sano, de una sola vez, y el paciente se curó para siempre. En Buenos Aires, en cambio, las alzas de los servicios públicos del gobierno de Macri han sido de a pocos, al paciente lo han operado varias veces en lugar de una. Hasta que sobrevino desde fuera, desde la economía global, el golpe masivo del alza del dólar. El Perú la ha sobrellevado hasta ahora sin mayores dificultades. En la frágil economía argentina -y dada la adolorida experiencia de su pueblo-, el peso ha perdido su valor en una semana. Hoy la desconfianza del gobierno se ha apoderado nuevamente de los argentinos y corren peligro de recaer nuevamente en la misma enfermedad endémica, incurable. 

Permítaseme acá una digresión. Debo haber tenido unos ocho años cuando, caminando con mi padre, primer secretario de la embajada del Perú, por el malecón de la entonces Ciudad Trujillo, capital de la República Dominicana, hoy Santo Domingo, en la fresca brisa del atardecer del Caribe vimos venir a un hombre de figura alta que llevaba dos perros afganos. Mi padre me dijo, mira bien a esta persona. Al pasar a su lado, le saludó: buenas noches, General, dijo. Este respondió: buenas noches, Señor, buenas noches, niño. Era Juan Perón, asilado en Santo Domingo luego del derrocamiento de su gobierno, que siguió a la muerte de Eva Duarte. Con ella enfermó el pueblo argentino. De ella quedó rehén. Y recayó una y otra vez en la enfermedad debilitante.

Tenía yo unos trece años cuando mi padre fue secretario en Buenos Aires en pleno gobierno de Arturo Illía, un “buen hombre”, como el llamó una vez a un obrero que cavaba zanja en la Plaza de Mayo bajo 40 grados de temperatura. Hacía pocos años que había caído el primer gobierno peronista y el país había quedado secuestrado por la fascinación de Eva. El día que llegué era uno de esos hermosos inviernos soleados como solo puede haber en esa ciudad extraordinaria. Era la primera gran ciudad que había visto y quedé asombrado por la gracia y la espontánea franqueza y el humor cómplice de sus habitantes, tan distintos del hosco malestar que desde entonces incubarían uno tras otro los fallidos gobiernos que seguirían hasta que la feroz dictadura militar se hizo del poder. Cuando le tocó a mi padre volver como embajador, el pueblo argentino ya no era el mismo.

Nunca volvería a ser el mismo. Pero quienes conocimos a ese pueblo cincuenta años atrás, sabemos que tiene el talento y la fuerza para sobreponerse al duelo y la enfermedad para reecontrar el lugar que le corresponde en esta region del mundo. Por eso, como dice su himno: al gran pueblo argentino, salud.       




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miércoles, 9 de mayo de 2018

ESTA NOCHE miércoles 9 mayo 2018



ESTA NOCHE, donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.



¿Giro momentáneo
o cambio de tendencia?

Jorge Morelli
@jorgemorelli1 
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El alza sostenida del oro y del cobre, que ha salvado la economía peruana del desastre durante el ultimo año y medio, tiene lugar a partir del momento exacto en que Donald Trump asume la Presidencia de Estados Unidos, el 20 de enero de 2017.

Cuando Trump asumió, el precio del cobre estaba en 2.2 dólares y un año después llegaba a más de 3 dólares, donde se mantiene todavía. Y el oro, que estaba en 1,160 dólares la onza cuando Trump llegó, alcanzaba los 1,360 dólares un año después.

Pero el oro ha iniciado luego su descenso y el dólar se ha disparado, lo que da qué pensar y obliga a mirar dos veces para saber si se trata de un giro pasajero o si hay un cambio de tendencia. 

La llegada de Trump al gobierno coincide, en efecto, con el pico más alto del dólar (104 puntos en el índice del Wall Street Journal). Desde el día mismo en que Trump asumió, el dólar inició un largo y sostenido descenso que se ha prolongado durante casi año y medio y que hasta hace poco parecía estabilizarse alrededor de los 90 puntos del WSJ.

Pero desde mediados de abril el dólar ha vuelto a las andadas y hoy, martes 8 de mayo, ha atravesado como un misil la barrera de los 93 puntos del WSJ. Esto puede romper la tendencia vigente desde que Trump llegó al poder.

Trump nunca quiso un dólar fuerte. No lo quería porque abarataba las importaciones de China, lo que anulaba el efecto de su política de encarecer las importaciones con aranceles. No lo quería porque el dólar fuerte, además, impulsaba a la FED a elevar las tasas de interés encareciendo el crédito y anulando la recuperación de la economía.

Hasta hace poco, Trump podía decir que su política ha sido un éxito. Su llegada al poder significó que el Dow Jones Industrial pasara de 18 mil puntos a 26 mil puntos un año después (antes de bajar a 24 mil donde se encuentra) gracias a su reducción de impuestos. Y lo mismo los bonos del Tesoro americano, que pagaban menos de 1.5% antes de Trump y hoy pagan 3%, con los que Trump esparaba quizás equilibrar el déficit fiscal.

Pero todo este escenario se basa en el dólar débil. Y ahora el alza global del dólar se debe a la subida de las tasas de interés de la FED. Y esto va a continuar a razón de tres alzas más en lo que queda del año. Habrá que ver si este giro no trae por los suelos las políticas de Trump.

En lo que a nosotros toca, sin embargo, si el alza del dólar es señal de un cambio de tendencia, lamentablemente los precios de los minerales de que vive el Perú van a bajar.

Por desagradable que sea la noticia, es un escenario que el gobierno de Martín Vizcarra y el Congreso de Keiko Fujimori no pueden dejar de considerar.




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domingo, 6 de mayo de 2018

ESTA NOCHE sábado 5 mayo 2018




ESTA NOCHE, donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.



Fuga hacia adelante


@jorgemorelli1 
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Los ahorros por casi mil millones de soles (300 millones de dólares) del ajuste de cinturón que el gobierno ha decretado tienen la virtud de la austeridad, que nunca se debe menospreciar. Pero no son nada ante el tamaño del forado fiscal que tenemos.

El déficit es de 3.5% del PBI del Perú (la ley dice que no debe pasar de 1%). Los 300 millones de dólares de ahorro, por lo tanto, equivalen a 0.15% del PBI. Si llegan al doble de eso a lo largo del año, como el gobierno ofrece, el ahorro será del 0.3% del PBI, menos de la décima parte del déficit. Esta es la verdad.

En la otra mano, aumentar los ingresos con mayores impuestos es una apuesta arriesgada que tiene incluso objeciones teóricas. Y la eliminación de las exoneraciones regionals afecta enormes intereses creados que tienen repercusiones políticas. La primera vez que oí hablar de eso fue en 1980, y es por eso que no ha ocurrido hasta hoy ni siquiera con gobiernos más fuertes que este. 

Las "medidas fiscales (son) para dar certidumbre de que se camina inexorablemente hacia el equilibrio fiscal". El que habla no es el ministro de Economía del Perú, sino el de la Argentina. Han tenido que elevar las tasas de interés a 40% el jueves para detener el pánico. La devaluación del peso fue de casi 9% en un día, lo que disparará de nuevo la inflación. La credibilidad de la palabra del gobierno es hoy asunto de vida o muerte y Mauricio Macri se juega el todo por el todo al anunciar que reducirá el déficit fiscal de este año de 3,2% a 2,7% del PBI (un recorte de 3,200 millones de dólares). Ahora es crucial para la supervivencia del gobierno que el pueblo argentino crea que el país recuperará el equilibrio fiscal.

Acá no lo es todavía, pero lo será pronto.     

Solo que el Gobierno y el Congreso son cómplices en el autoengaño. Y no le dicen al pueblo la verdad. Fingen creerse la monserga de que volveremos al equilibrio fiscal con un déficit de 1% para el 2021.

Eso no lo cree ni el Ministerio de Economía. Sus cálculos dicen que el déficit no solo no va a disminuir, sino que el próximo año va a aumentar a más de 4% del PBI. No volveremos al equilibrio fiscal en 2021. Y ya sabemos cómo termina eso. Ya lo hemos vivido.     

No nos engañemos. Acá la única pregunta que tiene sentido es si esta fuga hacia adelante a que nos llevan el Gobierno y el Congreso puede tener salida a tiempo.




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miércoles, 2 de mayo de 2018

ESTA NOCHE miércoles 25 abril 2018




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MEDIA COLUMNA
Despojos de la batalla


Jorge Morelli
@jorgemorelli1 
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Hoy se presenta el presidente del Consejo de Ministros ante el Congreso. César Villanueva va sobre terreno seguro. La confianza de la mayoría parlamentaria al Gabinete está descontada.

El premier Villanueva debe exponer la política de su gestión. El presidente Martín Vizcarra ha adelantado que presentará medidas para generar crecimiento y trabajo para las que el gobierno -cuándo no- pedirá al Congreso facultades para legislar. Se trata, anticipa el Premier, de facultades puntuales -especiales, las llama- para la reconstrucción del Norte y otros temas económicos. Se da por descontado que estas facultades le serán otorgadas por la mayoría parlamentaria en “apoyo de la gobernabilidad” que le negó al gobierno anterior.

La cercanía con el gobierno actual no es para nada algo del agrado de la mayoría, pero no le queda mas remedio luego del aparatoso defenestramiento del gobierno anterior. En realidad la idea de que la impopularidad del gobierno contagia estuvo siempre en el primer plano de la conciencia de la oposición mayoritaria. ¿Qué es lo ha cambiado ahora? Nada. Solo que hoy es ya imposible explicarle a la opinión pública cuál podría ser la justificación de negarle la colaboración también a este gobierno.

De manera que en lo sucesivo la mayoría parlamentaria se agazapará a la espera de la oportunidad de tomar distancia. Por ahora rumia su malestar.  

No se sabe si por distracción o por diseño, sin embargo, el gobierno ha lanzado a la escena la reforma constitucional para retornar a la bicameralidad en el Congreso. El Premier dice que de la decisión depende tener "un país con institucionalidad débil o fuerte". O sea, de la decisión depende la gobernabilidad. 

Es una trapo rojo. La reforma del Congreso es la bestia negra de la mayoría parlamentaria. La iniciativa puede prosperar solo gracias a la confluencia de todas las demás bancadas. Lo que no es inviable hoy, ahora que la mayoría absoluta está quebrada.

Antes de eso, sin embargo, habrá otra batalla que dará la medida exacta de la nueva correlación de fuerzas en el Congreso, posterior a la quiebra de la mayoría absoluta: la elección de la tercera Mesa Directiva de este quinquenio.

¿Podría la mayoría parlamentaria seguir siéndolo si perdiera la Presidencia del Congreso?



domingo, 29 de abril de 2018

ESTA NOCHE sábado 28 abril 2018


 
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Nada está escrito en el ADN


Jorge Morelli
@jorgemorelli1 
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El gobierno de Martín Vizcarra ha decidido hacer pasar a Fuerza Popular la prueba ácida de la colaboración ofrecida. Enviará al Congreso un proyecto de reforma constitucional para que el Perú regrese a la bicameralidad.

El argumento es que un Congreso de dos cámaras es indispensable hoy para escapar de la trampa de la baja gobernabilidad. Pero el secreto está en saber exactamente por qué. Para explicarlo en sencillo hay que simplificarlo. El congresista Kenji Fujimori lo ha resumido en reiteradas oportunidades de esta manera: la cámara única fue funcional en los 90, cuando hacía falta cambiar rápidamente el marco legal de la lucha contra el terrorismo y para la reconstrucción de la economía. Hoy esos problemas ya no existen. Hoy, en cambio, lo que hace falta es seguridad jurídica para recuperar la gobernabilidad.

Hoy necesitamos continuidad de los marcos jurídicos fundamentales y es una urgencia de primera magnitud detener la actual sobreproducción legislativa. Hoy el cambio de los marcos legales es incesante. Se exonera sistemáticamente a todos los proyectos de la regla de la segunda votación. Peor aun, la prensa organiza ritualmente un festival del rating parlamentario en el que la medida de las cosas es el número de proyectos de ley que cada congresista presenta, cuando el mejor servicio al país hoy sería derogar leyes.
  
El argumento a favor de la bicameralidad se ha desviado a una discusión bizantina sobre la supuesta necesidad de una cámara más reflexiva y otra más política. Es un absurdo.

Lo quehace falta es algo más simple: hacer deliberadamente más reflexivo el proceso legislativo como tal, frenar la vorágine que está ahogando a la ciudadanía y creando a diario nuevas y más sofisticadas oportunidades para la corrupción.

Se trata, igualmente, de encapsular el debate politico dentro del Congreso, donde pertenece, para evitar que se traslade innecesariamente, como hoy ocurre, a la relación entre el Congreso y el Ejecutivo, creando un conflicto de poderes a cada paso.

Por años Fuerza Popular ha tenido la convicción errada de que la unicameralidad está escrita en su ADN. No lo está, nunca lo estuvo. Nada está escrito. Lo que caracteriza al fujimorismo, en todo caso, es entender la naturaleza de los problemas tal como se presentan para darles una respuesta a la medida de lo que la realidad demanda.

La bicameralidad no es una idea platónica, no tiene una virtud intrínseca a sí misma, como tampoco la unicameralidad. Se trata de que las instituciones políticas deben responder a lo que hace falta en el momento oportuno. Y hoy la seguridad jurídica, que es el cimiento de la gobernabilidad, es lo que urge para garantizar la vida, la libertad y la propiedad de los peruanos.

   

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miércoles, 25 de abril de 2018

ESTA NOCHE miércoles 25 abril 2018



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Vizcarra descubre la democracia
de baja gobernabilidad  


Jorge Morelli
@jorgemorelli1 
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Si la inversión privada no irrumpe masivamente en la escena, no habrá crecimiento.

La inversión pública no basta por sí misma para mover la economía. Es como tratar de arrancar un generador con una manivela. El arrancador de la inversión -la pública y la privada- es la gobernabilidad.

Esto ya lo ha comprendido con claridad el presidente Martín Vizcarra. Ha descubierto la baja gobernabilidad de nuestra democracia. Pero aun no ha visto exactamente dónde está la falla en la arquitectura de nuestra democracia que origina la baja gobernabilidad.

Nuestra democracia es de baja gobernabilidad por falta de equilibrio de poderes. Produce una gobernabilidad precaria, insuficiente para proveer la seguridad jurídica que la inversión necesita en la escala que hace falta. Por lo mismo, el Presidente ha comprendido también, acertadamente, que la gobernabilidad necesita de la bicameralidad.

Pero aun le hace falta ver el escenario completo. La bicameralidad es solo la parte relativa al Congreso de la fallida arquitectura institucional, uno de los tres poderes del Estado. La gobernabilidad requiere también de la reforma de los otros dos: el poder Judicial y el Ejecutivo.

Así parece avizorarlo el gobierno al convocar a las regiones a debatir la descentralización para restablecer el equilibrio interno del poder Ejecutivo.

No parece divisar aún, en cambio, el papel crucial en la batalla contra la corrupción de la reforma de la Justicia. Tampoco sabe qué hacer al respecto.

El secreto está en que no es posible reformar cada poder por separado. Lo que hace falta es restablecer el equilibrio entre los tres poderes del Estado, perdido en el Perú hace mucho tiempo. Es necesario rediseñar en la Constitución el sistema de las relaciones entre los tres poderes. Nada menos.

¿Parece una tarea imposible? No lo es. Francia lo consiguó en 1958 con el paso de la Cuarta a la Quinta República. Es lo que debemos hacer. Hasta que ese rediseño se aborde con decisión política unánime, la falla en la arquitectura institucional continuará allí y la nuestra seguirá siendo una democracia de baja gobernabilidad.



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domingo, 22 de abril de 2018

ESTA NOCHE sábado 21 abril 2018



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MEDIA COLUMNA
“O mecanismo”


Jorge Morelli
@jorgemorelli1 
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Aparece al final de la serie brasileña del mismo nombre, dibujado en la pared, explicado a medias. Vale la pena mirarlo con cuidado repetidas veces, sin embargo, porque contiene la clave de la historia reciente de la corrupción en Latinoamérica.

La primera de las cuatro estaciones del “mecanismo” se halla en el Estado, en el caso de Brasil en la empresa estatal de petróleo, un Estado dentro del Estado.

Comienza con el listado masivo de las concesiones y licitaciones públicas o semi publicas de las obras que el gobierno decide construir. En la narración televisiva el listado se hace llegar a la segunda estación del “mecanismo”: las Constructoras. El club de las Constructoras -trece en total en la teleserie brasileña- tiene un procedimiento sofisticado para asignar cada licitación a la empresa que la va a ganar. Todas las empresas del club participan de las licitaciones, pero con ofertas arregladas, más caras, de modo que la designada gana siempre.  

Las Constructoras subcontratan luego a la tercera estación: los Operadores. Personajes sórdidos o de cuello y corbata si hace falta, los Operadores son subcontratados en negro por las Constructoras para sus operaciones en negro: aceitar el proceso burocrático para que las obras no se traben. Una no opera en negro, estructura sus operaciones dentro de su contabilidad. Es el principio del fin.

Más fundamentalmente, sin embargo, los Operadores cumplen la función crucial del “mecanismo”, hacer llegar los fondos a la cuarta y última estación: los Partidos. Todos si es posible, sin preferencias, sin ideologías.

Eventualmente, uno llegará al poder en las siguientes elecciones y al control del Estado, primera estación del “mecanismo”. Elabora entonces el nuevo listado, cada vez más grande, cada vez más caro, de megaobras cada vez más innecesarias. Y el “mecanismo” vuelve a comenzar.

La teleserie brasileña declina cualquier parecido con la realidad. La ficción siempre exagera la realidad para simplificarla. Recuerdo un film italiano de los 70: “Ciudadano por encima de toda sospecha”. El público latinoamericano sabrá juzgar. Aun la ficción proporciona las herramientas conceptuales que faltaban para comenzar a entender.   

Por años el “mecanismo” pudo ser viable porque fue políticamente posible cerrar el mercado latinomericano solo para las empresas latinoamericanas -en una pirámide de subcontrataciones-, excluyendo a las extranjeras de la competencia. Un burdo caso de mercantilismo proteccionista que por su fragilidad intrínseca no iba a durar, un vistoso y grotesco carro alegórico de carnaval.

Al desmoronarse el tinglado, ahora veremos quizás a las empresas constructoras del resto del mundo participando en las licitaciones públicas latinoamericanas subcontratando a las locales que tienen el know how. La libre competencia en un mercado global abierto habría cerrado el paso a la corrupción desde un prinicipio.  

 


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