lunes, 26 de agosto de 2019

MEDIA COLUMNA domingo 25 agosto 2019




Donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.


MEDIA COLUMNA
Silencio en el
centro del diálogo

Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com


¿El Plan del Congreso es vacar la Presidencia en julio de 2020? En el último año del quinquenio la Constitución prohibe disolver el Congreso y en julio de 2020, entonces, desaparece la espada de Damocles sobre el Legislativo y el gobierno queda a su merced. Martín Vizcarra está obligado a suponer que para entonces su popularidad puede no ser la de hoy y que el Congreso puede vacar la Presidencia por segunda vez en el quinquenio. Para terminar así, el Presidente prefiere tirarse por la borda y llevarse al Congreso consigo. Lo hizo Alberto Fujimori en el 2001. Por eso plantea adelantar las elecciones.

Martín Vizcarra ha colocado el tema en el centro del diálogo que se avecina con el presidente del Congreso, porque el adelanto no le resulta negociable. A lo sumo puede dejar de lado el referéndum que propuso si el Congreso se compromete a aprobar el adelanto de elecciones vía reforma constitucional en dos legislaturas. Vizcarra ha dicho ya en entrevista que espera una propuesta del Congreso. Esta es, evidentemente, la propuesta que espera. 

Asi las cosas, el diálogo con el presidente del Congreso no hará daño alguno, pero hay que preguntarse realistamente qué es lo que se puede esperar de él. Pedro Olaechea no puede comprometer a la bancada de Fuerza Popular, menos al Congreso entero, a aprobar el adelanto de elecciones por decisión propia. Puede trasladar la propuesta, pero ¿es esta aceptable para la oposición? El compromiso implica renunciar a la vacancia y, para aceptarlo, la oposición necesitaría un incentivo seductor, una propuesta que no pueda rechazar. El peligro es el de un arreglo bajo la mesa entre gobierno y oposición a espaldas de los peruanos, una repartija en la que -otro gobierno y otro Congreso mediante, de solo un año- queden todos -congresistas y mandatario actuales- habilitados para postular en el 2021. A la ciudadanía le interesa tener la seguridad de que esto no estará en la agenda del diálogo.

Lo que necesita haber en la agenda, en cambio -y corre el riesgo de no estar-, son los otros diálogos del gobierno con las regiones del Sur. Salta a la vista que ninguna de las partes en ellos -ni los mineros, ni los pobladores, ni el gobierno- tienen una propuesta que no sea una lista de lavandería de reclamos cuya solución en el mejor de los casos no impedirá que el conflicto rebrote. No hay hasta la fecha un tercero empoderado que pueda avanzar una propuesta que las partes hagan suya. En estas circunstancias, lo mejor que el gobierno puede hacer por el país y en su propio beneficio es despolitizar el diálogo saliendo de él para permitir que las regiones debatan sobre la propiedad de la tierra encima de los recursos naturales y no sobre una supuesta soberanía de las regiones sobre ellas, que la presencia del gobierno central despierta.

Tanto más si, hasta el momento, el diálogo entablado por el Presidente con las autoridades regionales no ha hecho sino sembrar dudas sobre lo que el gobierno se propone respecto de lo que el propio Olaechea ha llamado en entrevista un peligroso “juego político internacional” financiado desde el exterior para especular con los precios de los recursos naturales del Perú.

El presidente del Congreso debe colocar este asunto en el centro mismo del diálogo con el mandatario, antes y por encima incluso del tema del adelanto electoral, que no es sino la expresión más exterior y superficial del silencio que crece como un cáncer en el centro del diálogo con los pueblos del Perú.


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jueves, 22 de agosto de 2019

MEDIA COLUMNA miércoles 21 agosto 2019





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MEDIA COLUMNA
Véndeme Groenlandia

Jorge Morelli
@jorgemorelli1
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Donald Trump ha ofrecido a Dinamarca comprarle Groenlandia.

Según el Wall Street Journal, Harry Truman le ofreció a Dinamarca pagarle cien millones de dólares en oro por Groenlandia en 1946. Hoy el precio equivalente, según calculo de Market Watch, sería de 1,300 millones de dólares (obviamente, porque una onza de oro vale hoy alrededor de 1,500 dolares). Pero Dinamarca no vende.

Lo primero que llama la atención es que el patrón oro acordado en 1946 en Bretton Woods por consejo de Keynes se fijó al dólar –fue un patrón dólar, al cambio de 35 dolares por onza- y no al “bancor”, la moneda mundial que Keynes soñaba. Keynes aceptó porque EEUU se comprometió a sostener el patrón oro. Y al cabo no respetó su palabra.

La onza de  oro pasó a 70 dólares en 1971 cuando Nixon quebró el patrón oro y dejó flotar el dólar en el mercado por consejo de Milton Fríedman. Supuestamente, la palabra del Presidente bastaría como respaldo del dólar ya sin vículo con el oro.

El resultado es que la onza de oro vale hoy 20 veces más que en 1946. En realidad, es el dólar el que vale 20 veces menos. Y, cuando colapsan las burbujas globales, la devaluada palabra del presidente de EEUU sigue siendo el último refugio, pese a que vale 20 veces menos.

¿Por qué Groenlandia? Porque hay tierras raras, el insumo para fabricar desde celulares hasta tecnología militar para el siglo XXI, y sobre cuya producción China tiene un virtual monopolio global. De manera que acceder a esas tierras raras es estratégicamente vital para EE.UU. 

¿Por qué es difícil comprar Groenlandia, sin embargo? Porque hay involucradas cuestiones de soberanía, y no solo de propiedad. Existiendo soberanía, danesa en este caso, no puede formarse un precio de mercado para Groenlandia.

Esto es exactamente lo mismo que ocurre con la superficie sobre los recursos naturales del planeta. Hay 150 billones de dólares en el mundo y 800 mil millones de dólares en el Perú bloqueados por una deliberada e interesada confusión entre propiedad y soberanía. Entre ellos el oro, que no se devalúa como el dólar y como la palabra empeñada.

Pero la propiedad no puede consolidarse allí donde se la confunde con una soberanía.

La solución es simple. Son dos planos distintos que pueden superponerse sin problemas. El Estado peruano, por ejemplo, es propietario privado de un terreno bajo soberanía chilena -el Chinchorro en Arica-, como el Estado ecuatoriano es propietario privado del kilómetro cuadrado de Tiwinza bajo soberanía peruana. Y todos en paz. Siguiendo el mismo principio, EEUU podria ofrecer comprar Groenlandia manteniéndola bajo soberania de Dinamarca (aunque le resultara complicado manejarse con la legislación danesa ya que, según la ley estadounidense, el propietario del suelo es dueño del subsuelo).

En cuanto a nosotros, la confusión deliberada e interesada entre soberanía y propiedad ha originado el bloqueo de los recursos naturales. 

En algunas comunidades el precio de la propiedad de la tierra es uno y el del "posicionamiento en la comunidad" –la sombra de una especie de soberanía comunal- es otro, que proviene del régimen constitucional de la propiedad comunal de la tierra. Pero es un caso sui generis, único en su especie.

Existe la soberanía del Estado nacional, como la nuestra sobre Tiwinza o la de Dinamarca sobre Groenlandia. Lo que no existe, en cambio, es una soberanía regional que los gobiernos regionales reclaman como propia para impedir darle un valor de mercado a la propiedad de la tierra que se halla sobre los recursos naturales.     


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martes, 20 de agosto de 2019

MEDIA COLUMNA lunes 19 agosto 2019




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Diálogos sobre el diálogo

Jorge Morelli
@jorgemorelli1
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La clase política y la prensa limeñas debaten si es constitucional o no el adelanto de elecciones, la disolución del Congreso o la vacancia de la Presidencia. Es una discusión bizantina.

Mientras tanto, en Moquegua continúan el bloqueo del puente Tumilaca sobre la carretera binacional y la paralización del proyecto minero Quellaveco, y el gobierno envía a media docena de ministros a “dialogar” con el gobernador regional, Cuevas, que encabeza el paro con el pretexto de que la empresa no ha contratado localmente al 80% de sus trabajadores.

En el otro extremo del país, una turba supuestamente motivada por el mismo pretexto de la indispensable necesidad de la contratación de mano de obra local, incendia y saquea las instalaciones de la empresa china CNPC, la cuarta del mundo en petróleo y gas.   

Y el portal Ojo Público reporta que las vías de acceso a la ciudad de Puno están bloqueadas por un nuevo paro “en solidaridad” con el gobernador regional Aduviri, sentenciado a seis años y prófugo.

Tía María ya está paralizado mientras la ministra a cargo continúa en el “diálogo” y cándidamente anuncia “avances”; Las Bambas pende de la cuerda floja del dialogo y Conga duerme definitivamente. En tanto, para redondear la ofensiva, la Federación Minera anuncia una “huelga nacional” para el 10 de setiembre. 

Pero nada de esto interrumpe a la prensa y la clase política en su versallesco diálogo sobre la necesidad del diálogo mientras el enemigo golpea la puerta. Decían los griegos que los dioses confunden a los que quieren perder.

No obstante, el presidente del Congreso, Pedro Olaechea, ha tenido el acierto de señalar por primera vez en boca de un poder del Estado que la turbulencia del Sur obedece a un “juego politico internacional” financiado por George Soros. No es la verdad completa. No se trata únicamente de una oscura maniobra financiera para especular con el precio del cobre, sino de una real conspiración geopolítica contra el Perú y sus recursos naturales, que se instrumenta a través de Bolivia y proviene de La Habana, de Caracas y del Foro de Sao Paulo.

Dada nuestra democracia de baja gobernabilidad, el Estado peruano no está en condiciones de hacer caer sobre los responsables “el peso de la ley”, como pide el presiente del Congreso. Hace ya mucho que pasamos ese punto de no retorno.

Hoy no queda sino ir hacia adelante y decir que en el diálogo para la solución del conflicto ninguna de las partes tiene siquiera una propuesta. Este es también un diálogo sobre el diálogo.

Hasta hoy, la única respuesta justa y equitativa y a la altura de la complejidad del problema es la que apunta a dar valor de mercado a las tierras de la superficie bajo las cuales se hallan los recursos naturales del subsuelo. Por complejo que esto sea técnicamente, tome el tiempo que tome, es la única verdadero contenido posible del diálogo. Hasta que el Estado lo haga suyo no cesará la agitación y la grita en torno a la periferia del problema sin llegar jamás al fondo de él.


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Diálogo sobre el diálogo

Jorge Morelli
@jorgemorelli1
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La clase política y la prensa limeñas debaten si es constitucional o no el adelanto de elecciones, la disolución del Congreso o la vacancia de la Presidencia. Es una discusión bizantina.

Mientras tanto, en Moquegua continúan el bloqueo del puente Tumilaca sobre la carretera binacional y la paralización del proyecto minero Quellaveco, y el gobierno envía a media docena de ministros a “dialogar” con el gobernador regional, Cuevas, que encabeza el paro con el pretexto de que la empresa no ha contratado localmente al 80% de sus trabajadores.

En el otro extremo del país, una turba supuestamente motivada por el mismo pretexto de la indispensable necesidad de la contratación de mano de obra local, incendia y saquea las instalaciones de la empresa china CNPC, la cuarta del mundo en petróleo y gas.   

Y el portal Ojo Público reporta que las vías de acceso a la ciudad de Puno están bloqueadas por un nuevo paro “en solidaridad” con el gobernador regional Aduviri, sentenciado a seis años y prófugo.

Tía María ya está paralizado mientras la ministra a cargo continúa en el “diálogo” y cándidamente anuncia “avances”; Las Bambas pende de la cuerda floja del dialogo y Conga duerme definitivamente. En tanto, para redondear la ofensiva, la Federación Minera anuncia una “huelga nacional” para el 10 de setiembre. 

Pero nada de esto interrumpe a la prensa y la clase política en su versallesco diálogo sobre la necesidad del diálogo mientras el enemigo golpea la puerta. Decían los griegos que los dioses confunden a los que quieren perder.

No obstante, el presidente del Congreso, Pedro Olaechea, ha tenido el acierto de señalar por primera vez en boca de un poder del Estado que la turbulencia del Sur obedece a un “juego politico internacional” financiado por George Soros. No es la verdad completa. No se trata únicamente de una oscura maniobra financiera para especular con el precio del cobre, sino de una real conspiración geopolítica contra el Perú y sus recursos naturales, que se instrumenta a través de Bolivia y proviene de La Habana, de Caracas y del Foro de Sao Paulo.

Dada nuestra democracia de baja gobernabilidad, el Estado peruano no está en condiciones de hacer caer sobre los responsables “el peso de la ley”, como pide el presiente del Congreso. Hace ya mucho que pasamos ese punto de no retorno.

Hoy no queda sino ir hacia adelante y decir que en el diálogo para la solución del conflicto ninguna de las partes tiene siquiera una propuesta. Este es también un diálogo sobre el diálogo.

Hasta hoy, la única respuesta justa y equitativa y a la altura de la complejidad del problema es la que apunta a dar valor de mercado a las tierras de la superficie bajo las cuales se hallan los recursos naturales del subsuelo. Por complejo que esto sea técnicamente, tome el tiempo que tome, es la única verdadero contenido posible del diálogo. Hasta que el Estado lo haga suyo no cesará la agitación y la grita en torno a la periferia del problema sin llegar jamás al fondo de él.


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lunes, 19 de agosto de 2019

MEDIA COLUMNA domingo 18 agosto 2019





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Propiedad mata galán


Jorge Morelli
@jorgemorelli1
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Los dirigentes del conflicto en el Sur reivindican un supuesto derecho de soberanía de los gobiernos regionales a las tierras que se hallan sobre los recursos naturales.

No tienen ningún interés, en cambio, en defender el derecho de propiedad de los peruanos que ocupan esa tierra. Quieren la tierra para sí, no para los pequeños empresarios agricultores, pastores o mineros que la trabajan con sus familias.

Quieren la renta de la tierra, que le extraen a los que la trabajan, tal como lo hacían los antiguos hacendados y terratenientes o los encomenderos de la Corona antes de ellos.   

Este es el talón de Aquiles de esa dirigencia encaramada en los gobiernos regionales. 

“Billetera mata galán”, reza el digho popular. El legítimo derecho que millones de peruanos que trabajan en la tierra tienen a la propiedad de esa tierra matará irremediablemente el inflamado discurso del galán político de turno vendedor de falsas promesas.

Todo lo que hace falta es que quienes controlan la tierra de la superficie sobre los recursos naturales tomen conciencia. Esa es una conciencia de clase sojuzgada, sometida por el estamento político que disputa el control de la tierra para y medrar política y económicamente so pretexto de su supuesto derecho a apropiarse de la renta, del canon, de las regalías de la explotación de los recursoso debajo de ella.    

En este sentido, no puede haber nada más auténticamente revolucionario que la propuesta de Hernando de Soto para resolver el conflicto entre los derechos del suelo y los del subsuelo –en Conga, en Las Bambas, en Tía María o en Quellaveco-.

Esa propuesta amenaza directamente el corazón del engaño político de la seudo soberanía política de la autonomía regional, que parasita a los verdaderos s¿¿dueños de las tierras encima de los recursos naturales.

La propuesta que De Soto ha hecho al Perú para destrabar 800 mil millones de dólares de recursos naturales bloqueados bajo la superficie apela, en cambio, a quienes tienen el control de la superficie, se apoya en su legítimo derecho, desnuda el falso regionalismo, expone su carácter objetivamente reaccionario y deja a su discurso político sin oxígeno.



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jueves, 15 de agosto de 2019

MEDIA COLUMNA miércoles 14 agosto 2019





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Quitarles el oxígeno  

Jorge Morelli
@jorgemorelli1
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Hasta hace poco era necesario darle a Martín Vizcarra el beneficio de la duda.

Luego de saber, en cambio, que nunca tuvo en mente permitir la inversión de Tía María y que –siguiendo el “posicionamiento permanente”, pensamiento guía de su asesor argentino- no pensaba apartarse ni un milímetro de lo que dijeran los gobernadores del Sur, solo queda una conclusión posible. Aún si actuaran de buena fe, el presidente de la República y los gobernadores del Sur están siendo utilizados para un proyecto geopolítico que viene de fuera del Perú, y que apunta al control de los recursos naturales del Sur para el siglo XXI: el cobre, el litio y el agua.

Para arribar a esa conclusión solo faltaba una pieza: el vínculo firme entre el gobierno y la movilización del Sur organizada para detener en seco toda la inversión minera en el Perú. Los audios publicados son la pieza que faltaba.

Pero hay claros indicios también de que parte central de esa pieza sería el asesor argentino del Presidente. Una columna publicada esta semana por el embajador peruano Eduardo Ponce en el portal Lampadia ha revelado hechos sobre la identidad de este personaje cuyo perfil se ha ocultado por largo tiempo.  
   
Maximiliano Aguiar es desde tiempo atrás asesor del presidente Vizcarra. Lo era al parecer también del presidente ecuatoriano Rafael Correa. Dice el ex embajador del Perú en Ecuador: “Dados los vínculos peronistas del consultor, me propuse verificar el dicho con amigos de vieja data e indiscutible prestigio profesional en un país en el que he servido casi diez años de mi vida diplomática. Ambos confirmaron la información y precisaron datos”. “Aguiar –continúa el diplomático peruano- trabajó varios años para el deplorable gobierno de Correa, vociferante epígono del chavismo, activista del ALBA y aliado de Putin (ambos padrinos de Julian Assange). Rafael Correa tiene orden judicial de prisión preventiva y una alerta de Interpol suspendida por cuestiones procesales. El vínculo operativo de Aguiar era Fernando Alvarado Espinel, secretario nacional de Comunicación (y Rasputín) de Correa. Alvarado está asilado en Caracas por su complicidad en los latrocinios del vicepresidente Jorge Glas Espinel, (su primo), presidente del Fondo de Solidaridad y Sociedad de la Información y todopoderoso ministro coordinador de Sectores Estratégicos. Después del mandato de Correa, Glas asumió la presidencia de Alianza País, el partido con mayoría parlamentaria que postuló y apoyó a Lenin Moreno. Por las abrumadoras evidencias existentes, Moreno tuvo que denunciar a su antecesor convirtiéndolo en su enemigo acérrimo. Los primos Glas y Alvarado fueron los más conspicuos cómplices de Correa en el manejo de la corrupción Lava Jato/Odebrecht. Glas purga seis años de prisión en la cárcel de Latacunga mientras Alvarado disfruta del paraíso chavista de Maduro. Aguiar era el instrumento de ambos en la política contra los medios y la libertad de prensa. No sorprendería -añade el embajador Ponce- que Aguiar ayude en la campaña reeleccionista de Evo Morales, tan cercano al corazón del presidente Vizcarra y a la bilis radical de los gobernadores del Sur, que no ocultan el separatismo que promueven. Tanto Morales como el kirchnerismo lideran las encuestas en Bolivia y Argentina para las elecciones del 20 y 27 del próximo octubre (…) Se dice que la inteligencia castrista ha penetrado los mecanismos migratorios y electorales de Bolivia al extremo de premunir a sus agentes de pasaportes del país vecino para filtrarlos al Perú. Si la información ha llegado a oídos de diplomáticos retirados, sería imposible que la inteligencia peruana no esté enterada de tan grave ocurrencia”. Hasta este instante no hay un rectificación o respuesta conocida a la columna de este valioso diplomático peruano que negoció en Brasilia el inicio del Acuerdo de Paz con el hermano Ecuador.  

Por si no bastara con los casos emblemáticos de Conga, Las Bambas y Tía María, sin embargo, la movilización de Moquegua contra el proyecto minero Quellaveco confirma que no se trata de hechos aislados que involucren a esta o aquella empresas mineras, sino de una estrategia fríamente ejecutada para la captura del poder en el Sur y en el Perú.

Ese plan utiliza como pretexto la reivindicación de la tierra y para ello confunde sistemática y deliberadamente el tema de la propiedad de la tierra con el de la soberanía sobre la tierra, disfrazada de autonomía regional. La cuestión crucial de la propiedad de la superficie sobre los recursos naturales solo puede resolverse por medio del mercado y no por acción del Estado. 

Como hace 200 años, habrá una batalla final por la libertad en el Sur del Perú contra el último intento de exportar el castrismo a Sudamérica hoy desde La Habana y Caracas, desde el Foro de Sao Paulo y Buenos Aires. La coyuntura política local no es sino su expresión. Revelar el engaño es el paso siguiente. El modo de desactivar la ofensiva geopolítica contra el Perú  es quitarle el oxígeno. 

  

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martes, 13 de agosto de 2019

MEDIA COLUMNA lunes 12 agosto 2019




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“Posicionamiento permanente”

Jorge Morelli
@jorgemorelli1
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El viejo truco ya lo conocía Aristóteles y le llamó demagogia. “Gobierno de la turba” lo rebautizó Polibio un siglo después. Hoy se llama "posicionamiento permanente".
Nosotros no llamamos a las cosas por su nombre.
 
Basta averiguar lo que el pueblo reclama y venderle un villano que genera un héroe que lo derrota. Y buscar, luego,  chivos expiatorios que desfilen uno tras otro a la guillotina hasta que nadie se sienta seguro. Con esto se consigue generar el Terror, el estado de ánimo colectivo que permite la captura del poder con la aprobación del pueblo.

Esto se hacía en Latinoamérica tradicionalmente mediante el golpe de Estado militar en un solo acto, en un solo día. El contenido ideológico es lo de menos. Lo mismo en el golpe fascista que en la revolución comunista. Pero hoy el golpe no tradicional necesita legitimidad, impostada mediante el "posicionamiento permanente", y apariencia de legalidad, que otorga el Congreso.

La legalidad se operativiza con la vacancia de la Presidencia o la renuncia del mandatario, cocinada en ambos casos por una mayoria parlamentaria. El Congreso formaliza la captura del poder, y modifica luego la Constitución para perpetuarse en el poder a través de la reelección permanente, como Chávez, como Evo--. 

Una mayoria parlamentaria se consigue con una “asamblea constituyente" paralela al poder "constituido" del Congreso. Así se ha hecho en Venezuela y copiado luego. Pero ese expediente ya es demasiado conocido. Hoy la legitimación se consigue con el "posicionamiento permanente" en la opinión publica a través de las redes y las encuestas, y la “legalidad” en la forma de la consulta al pueblo por el referéndum. 

Hace falta una narrativa, eso sí, un relato que se repita masivamente en las redes y los medios hasta que quede fijado en las mentes. La corrupción es una narrativa perfecta. Aunque se encarcele a todos, no puede ser erradicada. Su poder como relato no se extingue nunca. El “posicionamiento permanente” en las redes se perfecciona luego mediante el “monopolio de la virtud”: el control indirecto de los medios de comunicación por la publicidad estatal, mientras se limita paralelamente el acceso a los medios de recursos privados para el financiamiento de campañas políticas.

La propuesta de un referénduma sobre el adelanto de las elecciones y la reelección presidencial ha confirmado para muchos que un escenario como este se incuba hoy en el Perú. Pero el gobierno no es el cerebro de esta operación. Viene de fuera, de La Habana y de Caracas, y la veremos en acción en pantalla gigante en las elecciones de Bolivia y de Argentina el próximo octubre.

Ya tiene usted boleto de primera fila.


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domingo, 11 de agosto de 2019

MEDIA COLUMNA domingo 11 agosto 2019





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La grieta en la alianza


Jorge Morelli
@jorgemorelli1
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El retroceso del gobierno al suspender la licencia de construcción de Tía María lo ha despojado de autoridad. Pero su decisión -si cabe llamarla así- no debería sorprender a nadie.

El cimiento político del gobierno de Martín Vizcarra es una alianza con los gobiernos regionales contra el Congreso. La licencia de Tía María reveló de pronto una grieta en esa alianza. De la nada apareció el díscolo gobernador regional de Arequipa exigiendo su anulación. Y el gobierno tuvo que suspenderla. Retrocedió para que la alianza política sobreviera. 

¿Quiénes conforman este mosaico regional? No tiene un rostro, sino dos. La faz radical es la del gobernador de Junín, Vladimir Cerrón, y el ex gobernador de Cajamarca Goyo Santos. Tienen un partido inscrito para las eleciones. A ese carro podrían subirse los gobernadores radicales del Sur -el de Arequipa y el de Puno, Cáceres Llica y Aduviri-, ambos sin inscripción electoral. La cuestión de quién sería el candidato es harina de otro costal.

El rostro moderado en el mosaico regional es el de la cusqueña Verónika y el norteño Yehude Simon, en eterna pugna con su archienemigo, Marco Arana. Ambos tienen representación en el Congreso y también partido inscrito. Aquí no hay unidad posible.

¿Con cuál de las dos facciones de la izquierda es la alianza del gobierno? Con la de los gobernadores radicales en ejercicio. No con la otra, atrapada en el Congreso bajo asedio.

Pero la coyuntura del conflicto en el Sur reclama una solución y, sin embargo, ninguna de las partes en el diálogo -ni el gobierno, ni la empresa, ni las regiones en el mosaico- tiene una propuesta para el diálogo. Son los actos los que hablan, la arbitrariedad y la violencia.

El gobernador de Arequipa anula un contrato de servidumbre sobre 49 hectáreas “de propiedad del gobierno regional”, porque la empresa “no tiene permiso para usar la superficie” que se halla sobre el recursoso natural. No pueden negociar un nuevo contrato, justo y equitativo, porque nadie sabe cuál es el valor de esa superficie. Este es el núcleo del problema. No es político, sino económico.

El conflicto necesita ser desactivado en su origen económico, que es el de la propiedad, y no en el ámbito de sus consecuencias políticas en la descentralización y la autonomía de las regiones. Sin ofender, al rábano hay que tomarlo por la raíz, no por las hojas.  

Pactar una alianza política y electoral con el radicalismo antisistema, en cambio, es un imposible material para este y cualquier otro gobierno. Su propia gravedad empuja al radicalismo hacia el antisistema. Ningún gobierno puede manejar eso. La alianza política electoral del gobierno con las regiones tiene pues una grieta que no se puede reparar y tampoco se puede ya disimular. El penoso retroceso en la licencia de Tía María no ha hecho sino ponerla en evidencia.       

Lo mejor que el gobierno puede hacer ahora por el país y en su propio beneficio es despolitizar el diálogo sobre Tía María, salir de él y dejar lugar a un tercero capaz de ofrecer una propuesta y encaminarlo hacia una política pública que la Ley de Minería pueda recoger.

  
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