domingo, 20 de noviembre de 2022

MEDIA COLUMNA miércoles 16 noviembre 2022. "El invitado de piedra".

 


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MEDIA COLUMNA  

El invitado de piedra

 

Jorge Morelli 

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El Ministerio de Trabajo ha creado un grupo de trabajo para reformar el Seguro Social (EsSalud). Esta decisión política sorprende por el carácter público-privado de la composición del grupo y por provenir justamente del ministerio autor de dos inciativas populistas nocivas, la que limita la tercerización y la que promueve la sindicalización.   

 

El grupo de trabajo para la reforma de EsSalud -al que Confiep ha dado la bienvenida- está conformado por trece apóstoles. Siete provienen del Estado -incluido su presidente, el ministro de Trabajo- y seis del sector privado, si se considera privado al Seguro Social. Como debería, puesto que sus dueños son los pensionistas y no el Estado.

 

Los siete del sector público pertenecen al Ministerio de Trabajo. Los seis restantes, los del sector “privado”, provienen de EsSalud. Dos representan a los empleadores (uno de la mediana y gran empresa y otro de la pequeña y la micro); otros dos representan a los trabajadores y pensionistas (obsérvese que los pensionistas, los verdaderos dueños, tienen así un representante de un total de trece); y, finalmente, dos representan a EsSalud.

 

El grupo de trabajo puede, además -esto es discrecional- invitar a representantes de otras instituciones públicas y privadas, y pedir asistencia técnica a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y la Organización Iberoamericana de la Seguridad Social (OISS). La secretaría técnica del grupo está, desde luego, a cargo del Ministerio de Trabajo.

 

La función del grupo de trabajo para la reforma del Seguro Social es elaborar un diagnóstico del estado situacional de EsSalud y proponer lineamientos para su reforma. El grupo se instala este 25 de noviembre y dispone de 60 días hábiles para producir su informe.

 

Reformar la Seguridad Social es una de las prioridades hoy no solo en el Perú, sino en el mundo. Sin duda, un equipo público-privado verdaderamente paritario podría hacer  un gran trabajo en ese objetivo. Pero los indicios apuntan a otra parte. No cabe duda de que el Estado prevalecerá en él. Es por eso mismo que , hasta los 90, el Seguro fue y vuelve a ser hoy el organismo híbrido -ni publico ni privado- que por décadas permitió su saqueo.

 

También en esta ocasión la participación privada -es decir, la que sería estrictamente tal- se limita a ser la de un invitado (de piedra), cuya presencia es prescindible.

 

Ese es la responsabilidad de la izquierda peruana. No importa de qué índole o magnitud sea la iniciativa de un proyecto ni de dónde de provenga, para el pensamiento de izquierda el protagonismo debe hallarse en manos del Estado. El sector privado es un intruso, un estorbo sospechoso, al que hay que vigilar. Es la empresa en el Perú, no el Estado, la que tiene un rol subsidiario en la economía.

 

 

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domingo, 13 de noviembre de 2022

MEDIA COLUMNA miercoles 9 noviembre 2022. "Ni vacancia ni disolución".

 

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Ni vacancia ni disolución

 

Jorge Morelli 

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Las marchas le han arrebatado limpiamente a la izquierda el monopolio de la calle,  que tuvo por 40 años.

 

Este es un logro tan fundamental en sí mismo que resulta un error atarlo al objetivo ya inútil de una tercera vacancia de la Presidencia.

 

Ho se se comprende por fin que sería un gravísimo error remover inconstitucionalmente al presidente mediante un golpe de la calle.

 

Pero es una sátira amarga que, habiendo vacado la Presidencia ya dos veces en los últimos cinco años, no se entienda que eso no ha servido para corregir ni uno solo de los males del país y que hayamos descendido cada vez un peldaño más en dirección a un peor estado de cosas.

 

Castillo está en el gobierno, no en el poder. Cerrón se las arregla para recuperar espacios cada vez que Castillo echa del gabinete a uno de sus hombres-cuota. Si de desestabilizar se tratara, la censura ministerial sistemática sería un objetivo político para el Congreso. Pero no basta desestabilizar por desestabilizar. La oposición debería haber entendido cinco años atrás que el pueblo no acepta una discusión bizantina cuando el hambre está en las puertas.  

 

Los tres movimientos políticos actuales: la izquierda, el liberalismo y la derecha -de partidos ya ni hablemos- comparten el mismo error; su absoluta incapacidad de autocrítica. Ninguno tiene nada que proponer. 

 

La izquierda empuja por enésima vez su revolución rancia, esta vez desde el gobierno, sin ser capaz de preguntarse siquiera por qué sus intentos desembocan una y otra vez en la misma pesadilla.

 

La derecha plantea un listado de lavandería inorgánico para volver al estado de cosas anterior a este desastre, como si eso fuera aceptable como programa. No hay vuelta atrás.

 

El liberalismo repite mecánicamente que el mercado resuelve sus fallas por sí mismo. Eato, ante el fracaso clamoroso de los organismos reguladores constitucionalmente empoderados para defender al ciudadano no solo ante la empresa privada sino ante el Estado. El modelo económico falló porque las reguladoras fallaron, ya sea por debilidad o complicidad con el mercantilismo público-privado. Contradiciendo la esencia misma del liberalismon, ninguno de los centros privados de pensamiento liberal dijo nada.  

                                    

Y ahora, como toda respuesta al intento de vacar por tercera vez la Presidencia, el gobierno amenaza al Congreso con disolverlo con el viejo truco de la “negación fáctica”.

 

En América Latina, en el Perú especialmente, el conflicto de poderes se ha exacerbado. Nadie escucha al otro y cada uno repite a gritos como un mantra su propia media verdad, su mentira. Ambos lados esgrimen su bala de plata en una guerra de trincheras en la que ya nada se mueve. Comienzan a sospechar que, como en toda guerra fría, no habrá un ganador sino dos perdedores.

 

Qué va a pasar, pregunta el ciudadano. No va a pasar nada. No habrá vacancia de la Presidencia ni disolución del Congreso.

 

Cada vez está más claro que la única salida de este entrampamiento es una tregua que permita una convivencia hasta que sea posible el salto cualitativo para escapar de la trampa de la democracia de baja gobernabilidad. 




 

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jueves, 3 de noviembre de 2022

MEDIA COLUMNA miércoles 2 noviembre 2022. "¡Voluntariamente!"

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¡Voluntariamente!

 

 

Jorge Morelli 

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Precisamente porque la invasión del tajo de Chalcobamba por la comunidad de Huancuire es hoy el más extremo de los conflictos mineros, es al mismo tiempo el caso emblemático a resolver en primer lugar.

 

Los comuneros de Huancuire han montado allí una operación minera informal de pequeña escala en busca de cobre. Eso no es una solución para el Perú, aunque lo sea para ellos. Lo que el Perú necesita ahí es una explotación de gran escala, que permita abastecer la enorme demanda mundial de cobre que vendrá en el siglo XXI, y que solo una gran empresa moderna -como la minera china de Las Bambas- puede realizar.

 

Pero está claro que el caso tendrá que ser negociado pacíficamente para que los comuneros abandonen Chalcobamba voluntariamente. Es imposible hoy pensar en el uso de la fuerza pública para echarlos. Ese camino supone  el peligro de pérdida de vidas humanas. Ningún gobierno tomará una decisión como esa, que generaría una interminable cadena de procesos penales. Este gobierno menos que ninguno. 


Los comuneros lo saben. Lo que argumentan es que las 1,900 hectáreas del tajo de Chalcobamba fueron efectivamente vendidas por la comunidad de Huancuire a la empresa minera en 2013 y 2017 en 220 millones de soles. Es decir, se pagó 12 soles por metro cuadrado.

 

¿Fue un acuerdo equitativo? ¿Lo han sido acaso las transacciones en que las empresas mineras han tenido que comprar hasta cinco veces la misma tierra -como me confesó una fuente- engañadas por quienes tienen la superficie, cuando estos tomaron conciencia del valor exponencialmente mayor de lo que había debajo de ellas? ¿Es esta una manera transparente de negociar? ¿Hasta cuándo va a continuar este mutuo engaño en el que unos compran por menos y otros no venden sino a medias? ¿Así se formaliza la propiedad de la tierra? Este es un problema político de primer orden y necesita una solución política de primer orden. No es un asunto policial ni un pleito judicial como lo fue en otro siglo.

 

Precisamente por ser un tema político, el Perú tiene la oportunidad de plasmar un nuevo modelo y sentar un precedente para resolver los conflictos mineros no solo peruanos sino globales. Un modelo que permita destrabar los recursos naturales hoy bloqueados en todo el planeta por quienes controlan la superficie sobre ellos, pero no permitirán sacarlos hasta que exista una solución que las partes encuentren equitativa.

 

Esa solución comienza por establecer objetivamente el valor de la tierra sobre los recursos. Eso no lo puede decidir quien tiene el control de la superficie, ni la empresa que tiene la concesión del recurso natural debajo, y menos el Estado. Eso solo puede determinarlo el mercado global, no el mercado local. Solo así ese valor podrá ser equitativo y aceptado por las partes. Cuando el precio de la superficie pueda variar día a día junto con el precio de bolsa del recurso natural debajo, allí no habrá ya ningún espacio para el conflicto.

 

Dotar a esas tierras de papeles que representen fehacientemente su valor para las bolsas mundiales es lo que hace falta y, por difícil que esto pueda parecer, ya no lo es hoy con la tecnología digital disponible.

 

Es lo que De Soto propone y lo que los comuneros de Huancuire le piden hoy explicar en la propia China al propietario de la mina de Las Bambas, el Estado chino. Suponer, en cambio, que De Soto se presta a legitimar los intereses de unos invasores ilegales de tierras de la empresa o, peor aun, que lo hace para su propio beneficio engañando a los comuneros, o que, a la inversa, es víctima de una trampa astuta de los invasores  que deberían ser desalojados por la fuerza pública, muestra una estrecha visión de túnel como toda respuesta a la principal de las trabas que mantienen al Perú atado a la miseria.    

  

 

 

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jueves, 27 de octubre de 2022

MEDIA COLUMNA miércoles 26 octubre 2022. "Puente o túnel"

 


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Puente o túnel, elige

 

 

Jorge Morelli 

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El Perú necesita un puente -o, en su defecto, habrá un túnel- que permita a los mineros informales del Perú -a todos los informales, en realidad, pero comenzando por los mineros- llegar a las bolsas de Nueva York, Toronto, Londres y Shanghai- con papeles que representen fehacientemente los activos que ellos controlan.

 

¿Por qué los mineros primero? Porque son el nudo gordiano de la mayor de todas las trabas del Perú: la que impide sacar los recursos naturales del subsuelo mediante un contrato equitativo con quienes controlan la tierra sobre esos recursos. Resuelta esa traba, en cambio, tal será el flujo de inversión al Perú que todas las demás trabas se resolverán también.

 

¿Por qué un puente? Porque es indispensable y no queda ya lamentablemente otro remedio que pasar por encima de la fallida formalización que el Estado peruano ha hecho durante años sin haber obtenido sino que un ínfimo grupo de mineros informales realizara la proeza de saltar todas las vallas y obstáculos que el Estado puso a su formalización. Deliberadamente o no, es  estéril especular ahora sobre por qué ocurrió y ocurre esto. El hecho es que el Estado no podrá -ni querrá- impedir que los mineros informales tiendan ese puente de una relación directa y permanente con el mercado financiero global para determinar el valor de la tierra sobre los recursos. No es el Estado, ni el comprador ni el vendedor, quien puede determinar eso de manera equitativa para todas las partes. Solo el mercado puede hacerlo. Y solo el mercado global. Este es un derecho de la persona que el Estado no podrá desconocer. La propia recaudación fiscal reconocerá rápidamente, en cambio, el inmenso valor agregado que se habra originado y los registros públicos tomarán diligentemente nota de ello si el Estado ha de recaudar los impuestos que equitativamente correspondan.

 

La gran minería, por su parte, verá largamente recompensada en el tiempo el alza que pudiera haber en sus compras de tierras en el mercado global, en lugar del mercado local. Porque no se verá obligada ya a comprar la misma tierra tres o cinco veces, como actualmente ocurre sin que exista seguridad jurídica para el comprador ni siquiera cuando la tierra ha sido efectivamente vendida y registrada. No basta la legalidad cuando no existe legitimidad ni siquiera en el uso de la fuerza pública.

 

¿Cómo es materialmente posible construir ese puente? Porque la tecnologia digital actual lo permite. Porque es posible reunir en un mismo espacio virtual y a diario a quienes manejan la tecnología digital de cadena de bloques (blockchain) y quienes tienen el control de la tierra sobre los recursos. Están ambos no solo en su derecho sino en la posibilidad técnica y material de hacerlo.

 

Si no hay un puente, además, habrá un túnel. Si no se allanan las partes involucradas a la construcción de ese gran puente virtual -invisible, pero económicamente muy real-, los mineros informales construirán su propio túnel bajo el suelo, por debajo de la mesa formal. Un túnel, sin embargo, de secretos peligros económicos que solo algunos podrán usar.

 

No puede continuar la enfermiza y fallida cultura del silencio, del acatamiento formal y la contestación infomal. Es hora de dejar eso atrás. Es lo que Hernando de Soto está proponiéndole al Perú.

 

 

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sábado, 22 de octubre de 2022

MEDIA COLUMNA miércoles 19 octubre 2022. "Sainete interminable"

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Sainete interminable

 

Jorge Morelli 

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Siguen en marcha los tres planes políticos en abierta competencia entre sí.

 

Como se sabe, el más peligroso es el del eje La Habana-Caracas-Evo-Cerrón. Se propone sacar a Castillo, a Boluarte y al presidente del Congreso de turno y capturar el poder.

 

El plan es inviable, sin embargo, porque le falta la pieza central: el control del Ejército. Al parecer, los últimos ascensos han sido correctos al parecer. No se escuchan quejas.

 

Afortunadamente, tanto la caviarada como la oposición parecen haber comprendido que no se puede sacar a Castillo fuera de la Constitución, la ley, la democracia y el Estado de Derecho. Porque el golpe de la calle le estaría sirviendo la mesa al eje La Habana-Caracas. De darse, la  salida de Castillo -por suspensión, destitución o vacancia- tendrá que ser impecablemente constitucional.

 

El plan caviar es el segundo y consiste en sacar a Castillo para poner a Boluarte en Palacio y mantenerla allí hasta el 2026 mientras la caviarada copa absolutamente todo el Estado. No para andarse en robos de pájaros fruteros por unos miles de soles, sino para encajarle al Perú elefantes blancos que no necesita por miles de millones de dólares: refinería de Talara, Gasoducto del Sur, Interoceanica. Es lo que la caviarada hace.

 

El tercer plan es el de la oposición. Procura sacar a Castillo y a Boluarte para poner en la Presidencia de la República al general José Williams -héroe de la Operación Chavín de Huántar y actual presidente del Congreso- para que este convoque a elecciones adelantadas, como manda la Constitución.

 

Hay un falla en el plan, sin embargo. Si la oposición se presta a sacar a Castillo antes que a Boluarte, le habrá servido la mesa a la caviarada tontamente. Para funcionar, el plan pasaría por sacar primero a Boluarte y solo después a Castillo. Porque el pueblo, harto de este sainete interminable, dificilmente apoyará otras dos vacancias sucesivas de parte de quienes protagonizaron ya otras dos.

 

La oposición tiene para sacar a Boluarte una ventana de oportunidad de unos tres meses. Es el plazo que tomará el debido proceso de la denuncia constitucional contra Castillo en el Congreso.

 

El andamiaje jurídico caviar que blindaría a Boluarte de la vacancia a como dé lugar, aunque tenga que judicializar la vida política del país entero, de hecho cerrará filas para defender a Boluarte desde hoy mismo, acusando de golpista a la oposición. Boluarte debería saber que el episodio central de la temporada es la batalla en torno a su cabeza.  

 

El enfrentamiento de la oposición con la caviarada no traerá nada bueno a la politica peruana. Ninguno de estos planes alambicados como jugada de laboratorio es una salida para el bloqueo en que estamos varados. Es demasiado pronto para saber cuál es la salida. Lo mejor por ahora es una tregua para recoger a los grandes proyectos heridos y enterrar a los políticos muertos.

 

 

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sábado, 15 de octubre de 2022

MEDIA COLUMNA miércoles 12 octubre 2022. "No más futuros truchos"

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No más futuros falsos

 

Jorge Morelli 

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Frente a la pandemia, la decisión política en todas partes fue generar deliberadamente déficit fiscal y endeudarse para pagarlo.


Endeudarse es traer valor al presente tomándolo prestado de un futuro imaginario. Pero si ese es un futuro falso, trucho, en el que nadie cree, no habrá inversión. Habrá inflación.

 

El océano monetario puesto en circulación en todo el planeta desde la pandemia nos ha regresado a la inflación.

 

Veamos el círculo completo: se emite dinero para salir del paso sin sacrificar el crecimiento. Luego, no hay forma de parar la inflación sin causar una recesión. Y dspúes hay que seguir emitiendo falso valor con cargo a un futuro en el que nadie cree. Es un círculo vicioso.

 

Esto ocurre hoy, y lo mismo ocurrió luego del colapso de la burbuja global de 2008.    

 

Hoy, el banco central de EEUU, la Fed, sube la tasa de interés para frenar la inflación. Esto hace del dólar un dudoso refugio artificial para el capital global y EEUU se convierte en la aspiradora de los capitales de todo el planeta.

 

Sobre esto, el presidente de la Fed, Jerome Powell, argumenta que su mandato es detener la inflación y que el efecto devastador del dólar caro en el resto del mundo es muy lamentable, pero no es su problema. Es la confesióm de que el problema le queda grande.

 

El asunto se le va de las manos al poder político en todas partes. No se  puede hacer frente a este círculo vicioso pensando dentro de la caja, hay que pensar fuera de ella.

 

La única verdadera solución es crear nuevos activos, un nuevo futuro, más allá y por encima de los pasivos de la deuda global.

 

Hace muchos años, Henando de Soto dijo que el problema del siglo XXI son los papeles sin bienes en los mercados financieros de las economías desarrolladas, y los bienes sin papeles en el resto del mundo emergente.

 

Obviamente, son las dos caras de la misma moneda. 


Evidentemente, la solución es dotar de papeles a los bienes de las economías emergentes y llevar esos nuevos papeles a los mercados financieros de las economías desarrolladas en Nueva York, Toronto, Londres y Shanghai.    

 

Solo asi se podrá desbloquear el millón de millones de dólares de recursos naturales trabados bajo la tierra en todo el planeta por falta de un acuerdo equitativo entre las empresas que tienen la concesión legal de los recursos debajo y quienes tienen de facto el control de la tierra sobre ellos y no permiten extraerlos.

 

Ni la empresa, ni quien controla la superficie, ni mucho menos el Estado pueden decidir cuál es ese arreglo equitativo. Solo el mercado puede decidir cuánto valen esas tierras sobre los recursos naturales en todas partes.

 

Pero no el mercado local, donde la tierra puede no valer nada cuando no hay sino un único comprador, sino el mercado global en las bolsas de Nueva York, Toronto, Londres o Shanghai. 


En suma, hay que dotar a esas tierras de papeles que se puedan negociar en esos mercados globales. En el mismo acto, eso dotará de bienes con valor real a los papeles de esos mercados y al futuro de un nuevo y verdadero valor en el que la gente pueda creer.

 

Ahora bien, tenemos la posibilidad de que este proceso de sanación de una economía global enferma pueda comenzar el Perú. Porque por fortuna el Perú produce oro propio y somos, con Chile, los primeros proveedores de cobre para la economía global del siglo XXI, autos eléctricos incluidos.

 

Pero esta nueva acumulación de capital necesita un nuevo refugio para el valor. Eso es lo que hizo Keynes en 1944 al fijar el dólar al oro: crear un verdadero refugio para el valor. Desgraciadamente, el dólar ya no es ese refugio -aunque hoy lo parezca engañosamente- desde que en 1971 Richard Nixon rompió el vínculo del dólar con el oro.

 

Podemos  olver a tener un Sol de oro, una moneda que nos permita ser de los primeros en la nueva acumulación de capital y tener verdadera expectiva sobre el futuro.

 

Esto podría comenzar con una medida audaz y simple: decretar la libre comercialización de oro en todo el territorio nacional.

 

Acabaría de inmediato con el contrabando del oro peruano a Bolivia y sería un salto a la formalización para miles de mineros artesanales que lo producen en el Perú.

 

Solo sería algo similar a lo que hicimos cuando, luego de años de falso control cambiarlo en el Perú, decretamos la libre comercialización del dolar en todo el territorio nacional. Fue el punto de partida de 30 años de prosperidad. 

 

 

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