miércoles, 13 de junio de 2018

ESTA NOCHE miércoles 6 junio 2018



MEDIA COLUMNA
¿De qué estabilidad
habla el gobierno?


Jorge Morelli


La renuncia del ministro de Economía, diga lo que diga el gobierno, es un baldazo de agua helada para la ciudadanía y la recuperación del crecimiento.

Las circunstancias hablan por sí solas. El paro de los camioneros, que iba a comenzar el martes, se suspendió porque el gobierno se echó -no hay otra forma de decirlo- al aceptar descontarles a los transportistas el 80% del ISC a los combustibles.

El Ministro, al parecer, ofrecía un descuento de 30%. Y esto en sí mismo ya era una claudicación ante la presión de un sector empoderado en una actividad que ocupa un espacio estratégico en la economía.

Estas son, pues, muy malas noticias. Significan que los sectores que se encuentran posicionados estratégicamente pueden imponerle a este gobierno sus demandas. Los demás se atienen a lo que puedan. Es la victoria de la fuerza, no de la ley y menos aun de la razón.

Esta decisión de hoy es un acto que a Martìn Vizcarra le va a costar en términos de imagen. La debilidad que ya venía mostrando en media docena de decisiones recientes en las que ha reculado visiblemente, queda confirmada con este nuevo retroceso. No se trata de si la decisión es correcta o no. Si el gobierno no estaba dispuesto a respaldar su decisión sobre los impuestos o no se hallaba en condiciones materiales de hacerlo, debió abstenerse de mover esa variable de tan masiva importancia en la relación, precaria, entre los peruanos y un Estado que no funciona.   

Ante esto, reafirmar los “ejes” que el Presidente anunció -inversión, descentralización y anticorrupción- en su mensaje inicial queda en el terreno declarativo de las intenciones vacías, sin respaldo de una decisión política.

"El cambio de la política económica no existe, hay una ratificación de la ya explicada el día de la asunción”, ha dicho Vizcarra. Pero a nadie se le escapa que la concesión hecha a los camioneros por miedo al paro no es un acto aislado, sino precisamente un cambio de política económica que en lo sucesivo puede reaparecer de manera sistemática. Los peruanos ya estamos prevenidos y en guardia contra eso.   

La declaración de que el horizonte del país se sustentará en "mayor inversión y mejor recaudación" y no en "modificar tasas impositivas", parece una frase de disculpa y un pedido vergonzoso de borrón y cuenta nueva. Y suena vacía la afirmación de que las recientes inversiones mineras se deban a la "confianza en la estabilidad política y económica del país".




domingo, 3 de junio de 2018

ESTA NOCHE sábado 2 junio 2018



ESTA NOCHE, donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.



MEDIA COLUMNA
No el más barato,
sino el de menor riesgo


Jorge Morelli
@jorgemorelli1 
jorgemorelli.blogspot.com


Hacer licitaciones anticorrupción es una lección que el Perú necesita aprender de la terrible tempestad que ha atravesado por causa del mercantilismo.

La primera lección es comprender que nada de esto hubiera pasado si el mercado latinoamericano no hubiera podido ser cerrado por los Estados para favorecer a las empresas constructoras del mercado más grande -el de Brasil- y sus socias subcontratadas para la obra pública en los demás páises, empezando por el nuestro.

En lo sucesivo veremos a las empresas globales participando en las licitaciones de obra pública en Latinoamérica. El colapso del “mecanismo” de la corrupción ha sido posible por una dolorosa pero necesaria cruzada de transparencia a la opinion pública y la prensa que ha demolido la argolla de poder.

En el Perú ya está germinando algo nuevo. Parece haber un progreso significativo en el modo -la palabra modelo se asoma- en que se está organizando la licitación de una parte fundamental de las obras para los Juegos Panamericanos, la que tiene que ver con las instalaciones no permanentes, cuyo presupuesto es masivo dentro del paquete total.

Mediante un convenio de gobierno a gobierno, primero, y el contrato luego de una entidad especializada se está logrando presentar los proyectos a ser licitados a las constructoras no solo peruanas sino de toda la region. El esfuerzo del Gremio de Infraestructura de la Cámara de Comercio de Lima para organizar esta presentación a la que han acudido empresas de muchos países ha sido crucial a estos efectos.

Hay un tema crucial en el que la Cámara de Comercio podría ayudar en lo sucesivo. Quizás la pregunta clave está en los criterios para elegir en una licitación entre los postores a ella. No debe ganar necesariamente el que hace la oferta más barata. Debe ganar quizás el que ofrece el menor riesgo. Si los riesgos son numerosos, las bases de cada licitación deben hacer espacio para sopesar cuidadosamente el peso relativo de esos riesgos en el caso particular. Pero la regla general en todos los casos es que los criterios necesitan debate público transparente.

Un punto de partida para esto es que el proceso esté vigilado de cerca por observadores no solo locales, públicos y privados, sino globales. Al reclutar imparcialidad por medio de entidades de prestigio y experiencia -avaladas por su gobierno- el nuevo modelo y la transparencia se vuelven un arma contra el mercantilismo y la corrupción.


miércoles, 30 de mayo de 2018

ESTA NOCHE miércoles 29 mayo 2018




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MEDIA COLUMNA

Jorge Morelli
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El gobierno proclama que ha transferido a las regiones cinco veces más dinero del que pidieron. El presidente Vizcarra precisa que, en la primera reunión que tuvieron las regiones con el gobierno, ellas pidieron 1,250 millones de soles y el gobierno les ha entregado 6,300.

El Presidente añade con orgullo que esta decisión se debe a la “mirada descentralista” de su gestión.

Esa "mirada", sin embargo, es producto de la ideología. No nace de una estimación seria de las probabilidades en la mente de un ingeniero, sino de una apuesta de fe política nacida de la desesperación.

Las regiones tienen un récord de ejecución del gasto similar al del gobierno central, que no suele alcanzar las tres cuartas partes de lo presupuestado. ¿Cómo puede el gobierno creer que las regiones van a ejecutar cinco veces más de la noche a la mañana?

Semejante suposición solo puede ser producto de una premisa ideológica: que el cuello de botella del desarrollo del país nace de la deliberada limitación de las partidas que el gobierno central transfiere al interior, cuyas potencialidades están maniatadas por una torpe decisión política fundada en intereses económicos.   

La experiencia histórica desmiente esa suposición, categóricamente. ¿Cómo cree el gobierno, si no, que se originó la mega corrupción en las regiones -recuérdese Ancash- cuando se transfirió a las regiones de un año a otro la enorme mayor parte del presupuesto durante el segundo gobierno de Alan García?

El motivo entonces fue el miedo y el motivo hoy sigue siendo el miedo. El temor en aquel entonces a que la economía se parara por el colapso de la burbuja global de 2008. El miedo, hoy, a que se responsabilice al gobierno de ser incapaz de destrabar lo que el gobierno anterior no pudo destrabar. Su “mirada” es tan corta de vista que no alcanza más allá del gobierno anterior.

El hecho es que una entidad -ya sea pública o privada- tiene una determinada capacidad de absorción y ejecución de inversión, y eso no se improvisa. Si se sobrepasa ese límite, habrá corrupción o malas inversiones o ambas.

De la “mirada descentralista” no va a salir lo que el gobierno espera. Desgraciadamente, la regionalización de Toledo y García es una descentralización fallida. Siempre lo fue. Este gobierno pareció proponerse al principio una reforma seria de la descentralización, que supone recuperar el equlibrio interno del poder Ejecutivo entre los tres niveles de gobierno: local, regional y nacional.

Esa idea, si acaso la hubo, quedó enterrada en la primera reunión con las regiones. La transferencia masiva a las regiones de recursos cinco veces mayores a los solicitados por ellas prueba que el gobierno tiró esa reforma al tacho y apuesta ahora por un milagro. A la luz de la experiencia, no es ya un acto de ingenuidad sino de negligencia.



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ESTA NOCHE sábado 26 mayo 2018


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MEDIA COLUMNA


Jorge Morelli
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Ya se ve lo que pasa con este gobierno. Carece de decisión política. No resuelve los problemas, los difiere, los posterga.

Con ello, le deja la iniciativa al Congreso. Y este es un rosario de desaciertos. Ha perdido contacto con la realidad y no hace falta siquiera enumerar sus últimos vistosos autogoles. El Parlamento se desprestigia cada día ante el pueblo.

Pero este estado de cosas no parece esta vez fruto de una estrategia de la oposición contra el gobierno y, por supuesto, menos aun a la inversa.

Lo que parece es que la nave está a la deriva. En la sala de máquinas el motor económico no arranca, todos están diagnosticando mal y remediando peor. Y no hay nadie en el puente de mando político que mire más allá. La marea lleva a la nave.

El gobierno cree que es su deber tomar distancia del anterior. Y no se da cuenta de que es más de lo mismo. No tiene de qué quejarse. Otro tanto fueron el humalismo, el segundo alanismo, el toledismo, el fujimorismo en sus primeros meses, el primer alanismo, el segundo belaundismo (y peor aun el primero), el segundo pradismo y los tres años de Bustamante y Rivero: setenta años de democracia de baja gobernabilidad.

La democracia de baja gobernabilidad es un desastre institucional, una tragedia permanente, incapaz de decisión política de largo plazo. No se sale de ella por el paso del tiempo. Requiere una reingeniería institucional que solo la decision política hace posible.  

Pero, desgraciadamente, nos empeñamos como una mula terca en insistir en el remedio fallido. Es lo que han hecho las tres constituciones vigentes a lo largo de todos esos años: las de 1933, 1979 y, apena decirlo, también la de 1993 en su capítulo político. Hay en las tres la misma falla en la arquitectura de la relación entre los poderes del Estado, que heredaron una de otra en el tiempo: no hay equilibrio de poderes.

No hay balance entre las atribuciones del poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Lo que hay es una jerarquía de poderes. Una jerarquía que se invierte cuando llega la crisis del sistema.

He aquí el ciclo. La democracia de baja gobernabilidad incuba la recaída en el autoritarismo. La “transición a la democracia”, luego, no termina nunca porque invierte de nuevo la jerarquía de poderes sin hallar el equilibrio. Y recomienza el ciclo.   

El equilibrio de poderes es el único remedio posible para la democracia de baja gobernabilidad. Lo propio de la mula, en cambio, es insistir en el diagnóstico errado y el remedio fallido.      

   

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miércoles, 23 de mayo de 2018

ESTA NOCHE miércoles 23 mayo 2018


ESTA NOCHE miércoles 23 mayo 2018

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MEDIA COLUMNA
El número mágico

Jorge Morelli
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El portal Zero Hedge es, sin la menor duda, un lugar esencial. Esta semana se planteaba la pregunta siguiente: cuál es el número mágico.

Tyler Durden, autor del artículo, no especula al respecto, da cuenta de la respuesta de Wall Street.

En una enorme encuesta a los mayores gestores de fondos, el Bank of America indagó sobre las preguntas más importantes para los inversionistas. La pregunta clave resultó ser: “¿qué nivel de rendimiento de los bonos del Tesoro de EE. UU. a 10 años le haría tomar la decisión de pasar de las acciones de bolsa a los bonos?”.

La pregunta se refiere, pues, al punto de inflexion en que los inversionistas más grandes deciden vender las acciones de Bolsa en su poder para adquirir bonos del Tesoro de Estados Unidos respaldados por el peso politico del Estado norteamericano.

Ese nivel, cualquiera que sea, es al que Michael Hartnett del Bank of America denomina el "número mágico". Estadísticamente, es el punto medio ponderado de las respuestas de 223 inversionistas encuestados que administran en conjunto la friolera de 643 mil millones de dólares.

En la encuesta de mayo, el número mágico fue de 3.6%. Había sido de 3,5% en abril. Es decir, el promedio de los encuestados piensa que cuando el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años llegue a ser de 3.6%, tendría lugar un trasvase masivo de capitales de la Bolsa de Nueva York a los bonos de Washington.

Pero todo indica que la inflexión no ocurre necesariamente en un punto, sino progresivamente dentro de una banda.

Hartnett ha comentado que "no debería ser una sorpresa si la reasignación comienza antes de que los rendimientos lleguen al 3.5%”. De hecho, el Bank of America habría observado que “los bancos, las acciones, el dólar, los mercados emergentes, y la curva de rendimientos” sugieren que el 3% viene siendo el "número mágico".

En la incertidumbre, los capitales buscaron el refugio de la palabra de quien gobierna. La de Donald Trump. Y por eso esta semana los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos cpmo un misol atravesaron el techo.  



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domingo, 20 de mayo de 2018

ESTA NOCHE sábado 19 mayo 2018



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MEDIA COLUMNA
Cerrar el forado


Jorge Morelli
@jorgemorelli1 
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Al ministro de Economía, David Tuesta, se le van acabando las ideas. La última, acerca de subir el Impuesto a la Renta y usarlo para cobrar el IGV, ya es una pieza más en el museo de ideas estrambóticas del MEF.

Desde luego, al premier Villanueva se le bajó la presión cuando la prensa le preguntó sobre esto y al presidente Vizcarra no le quedó más remedio que darle primeros auxilios.  “El tema que quería generar cierta confusión y zozobra ya lo ha aclarado el Premier”, dijo el Presidente.

El problema es que, al cumplir el gobierno dos meses mañana, es el ministro de Economía el único que está señalando el verdadero problema y proponiendo soluciones -algunas desesperadas, como la del impuesto-. Pero el problema no es el Impuesto a la Renta, el problema es el déficit fiscal.

Este ha crecido hasta más de 3.5% del PBI este año y se proyecta a 4.2% el próximo. Y el gobierno sigue pensando en volver a un déficit de 1% y el equilibrio fiscal para el 2021. Eso ya está fuera del espectro de la realidad. Pero el gobierno no habla ya del tema.

Ha hecho esfuerzos, pero no de la escala necesaria. Comenzó tratando de bajar el gasto público. Anunció medidas de austeridad que permitirían ahorrar dos mil millones de soles reduciendo el gasto corriente. Pero no destinó lo ahorrado a reducir el déficit sino a aumentar el gasto de inversión.

Esto significa que lo que primero le importa es el crecimiento del PBI a como dé lugar. El déficit no es su prioridad. Ese es el problema.

¿Cómo cree que se metió la Argentina en el trompo que esta semana ha llevado a su economía al borde del colapso? Al presidente Macri no le quedado otra salida que prometer una drástica reducción del déficit (primario) de 3.5 % a 2.8% del PBI.  Pero finalmente alguien ha tomado al toro por las astas en la Argentina.

Nosotros, en cambio, seguimos tomando el rábano por las hojas. El gobierno no ha atacado realmente el problema del gasto corriente.

En giro rápido, pasó presuroso al tema de los ingresos. Planteó reducir el forado de las exoneraciones tributarias de que gozan algunas regiones. Luego de sostener una reunión con los gobernadores regionales, sin embargo, de pronto  ya no se habla de eso.

Y ahora está atrapado en una áspera discusión sobre el impuesto a la Renta entre el Premier y el Ministro de Economía. Y cifra todas sus esperanzas en las facultades legislativas.

Que el déficit se haya generado por la caída de los ingresos no significa que la salida esté por ese mismo lado. Reducir el gasto corriente es la única verdadera salida a esto, lo mismo para una familia, una empresa o un país.  


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miércoles, 16 de mayo de 2018

ESTA NOCHE miércoles 16 mayo 2018



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El símbolo del águila

Jorge Morelli
@jorgemorelli1 
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Los bonos del Tesoro de su gobierno son la promesa de la solidez económica de Estados Unidos, la misma que a su vez es un espejo de la confianza de los inversionistas del mundo entero en la continuidad de la hegemonía estadounidense en la política global.

Ayer el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años superó la barrera del 3 % por segunda vez en pocos días, lo que no se veía desde 2014. Y el símbolo del águila norteamericana -el dólar- se mantenía ayer por encima de la barrera de los 90 puntos del índice del Wall Street Journal, lo que ocurre desde hace ya un mes. 

Mientras tanto, en cambio, el oro se desplomaba a los 1,292 dólares la onza, luego de cinco meses por encima de los 1,300. E incluso el símbolo del mercado virtual de las finanzas, el Dow Jones, perdía terreno nuevamente en su largo descenso desde que Donald Trump llegara al gobierno.

En otras palabras, el ganador de la jornada es la confianza mundial en el gobierno de EEUU. En Donald Trump, más exactamente. Es un hecho político más que económico.

Es el resultado de su política exterior ante Corea del Norte y ante Irán, por mucho que esta desagrade a vastas porciones de la opinión pública. Si a ello se agrega el resultado percibido de sus políticas económicas -el crecimiento de la economía con la rebaja de impuestos, sus negociaciones para “proteger” su economía con aranceles, su decisión de reconstruir la infraestructura venida a menos de su país-, la decisión política que transmiten ha devuelto al inversionista global a la convicción de que, digan lo que digan, Trump es el sheriff del pueblo global y ha venido a poner orden. “Su” orden, desde luego, pero un orden al fin y al cabo.

Pocos aun reparan en que todo esto supone gastos masivos que probablemente Trump asume como costos de su “defensa” (en el sentido más amplio de la palabra) ante el “enemigo absoluto” -como Irán o, hasta hace poco, Corea del Norte- y ante el “enemigo real”, el adversario, el rival en el tablero económico, China.

El problema es que estos gastos masivos se financian con deuda pública, la misma que ha alcanzado niveles nunca vistos, ni siquiera en situaciones extremas como las guerras mundiales o las que le siguieron, entre las cuales prevalece aun la de Viet Nam en la que Richard Nixon tuvo que romper en 1971 el acuerdo de Bretton Woods vigente desde 1946 y dejar flotar el dólar en el mercado global. Allí nació la economía virtual de hoy, la de las burbujas globales y su colapso posterior.

En las guerras nadie repara en gastos. Esta es la ética dominante hoy en la materia y quizás lo fue también durante el Imperio Romano, del que provienen el poder del águila y su imagen. Pero conviene no perder de vista que al cabo, hoy como hace dos mil años, el valor económico reposa en el poder político y detrás solo hay palabras.

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