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MEDIA COLUMNA
Flor de un día
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
El Congreso votó en la presentación del gabinete por
aprobar la gestión del Ejecutivo durante el período de disolución
parlamentaria. Lo hizo con 89 votos. ¿Debió votar por separado la confianza al
gabinete? Es una pregunta retórica. El resultado habría sido el mismo.
Nunca falta quien se precipita a concluir que, por
haber obtenido 89 votos, el gobierno se ha agenciado una mayoría parlamentaria.
Es demasiado pronto para opinar sobre esto, diría un sabio político chino.
Los 89 votos no significan que el gobierno tenga una
mayoría parlamentaria. Esa mayoría del jueves no es automática ni incondicional
no importa cuál sea el tema en debate. Claramente, parece más bien flor de un
día.
Algunos congresistas que han aprobado (y dejado pasar
por alto la votación de la confianza) dicen haberlo hecho porque es mala idea “cambiar
de caballo en mitad del río”. Es Otto
Guibovich quien lo dice, de cuya palabra, personalmente no dudo.
Ciertamente es un río revuelto en una crisis global sin
precedentes. Ese es, entonces el argumento de la gobernabilidad. Uno de fuerza,
mucho mayor que la mezquina pequeñez de creer que todos los que aprobaron votan
a favor de la gestión de un gabinete lleno de limitaciones por temor al
gobierno o por complacer servilmente al poder.
Pero el hecho es que estamos, una vez más, en el escenario
en que desemboca siempre, sin remedio, nuestra democracia de baja
gobernabilidad.
Buena noticia sería a este respecto que la clase
política hubiera votado a favor por haber entendido por fin –por experiencia
propia, digamos- que, a falta de equilibrio de poderes, la gobernabilidad del
país depende, en efecto, de la mayoría parlamentaria.
Pero, aunque fuera cierto, tampoco sería una solución
permanente, sino solo un arreglo meramente provisional, inestable, precario,
porque depende de la buena voluntad de la oposición parlamentaria, un hecho
puramente emocional que puede cambiar veleidosamente de dirección en cualquier
momento y por cualquier incidente menor.
No pocos confunden el consenso en la coyuntura con el equilibrio
de poderes. Este es cosa muy diferente: un diseño institucional balanceado de
relaciones entre los poderes del Estado, que garantiza la gobernabilidad incluso
y especialmente cuando el gobierno no tiene mayoría parlamentaria. No es lo que
ha ocurrido el jueves.
Comentario aparte merece la decisión de la bancada de
Fuerza Popular. Votó unánimemente contra el gobierno. Quince votos cuyo mensaje
no se sabe qué significa salvo que una vez más la gobernabilidad no es su problema.
La mayoría parlamentaria que una vez fue, de haberse votado la confianza el
jueves, habría vuelto a censurar un gabinete .
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