domingo, 19 de enero de 2020

MEDIA COLUMNA domingo 19 enero 2020


 

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MEDIA COLUMNA
Cuatro pelos no
hacen una cabellera


Jorge Morelli
@jorgemorelli1


Robert McNamara fue secretario de Defensa de John Kennedy y de Lyndon Johnson entre 1961 y 1968, y luego presidente del Banco Mundial hasta 1981. Una sentencia suya sobre la guerra y la política decía que el problema es que en ambas siempre se tiene que decidir con menos de la mitad de la información que hace falta para decidir bien.

Eso es exactamente lo que ocurre en las elecciones en general, y especialmente en estas. No es inteligencia o criterio lo que falta a los electores. Es información, data para comenzar. Lo que le alcanzan son detalles sórdidos para descalificar personas. La información permanece oculta. La escamotean la mayor parte de las veces con pases de mago de feria.

La opinión pública es mantenida la mayor parte del tiempo en la oscuridad o en la confusión. No necesariamente de manera deliberada o intencional, sin embargo. Los propios medios son víctimas también de decisiones tomadas con menos información de la que haría falta para decidir bien.

El problema se origina en un estado de aceleración desmedida, una adicción a la adrenalina y la velocidad, un estado de agitación perpetua que se extravía en los detalles de la coyuntura y pierde de vista la cronología. La secuencia de los hechos en el tiempo es la que los coloca dentro de un proceso. Entender el proceso es lo fundamental para que la data sea información, conocimiento y luego, decisión acertada.

Caso contrario, el diagnóstico errado conduce al remedio equivocado y al eterno retorno al punto de partida. Indiferentes al bosque, perdidos en los detalles del árbol, algunes creen destilar sus secretos royendo las raíces más amargas, despreciando el autoengaño infantil del fruto, la rama y el tronco. Uno creería que levantan las alfombras para mirarlas por el revés, ya que la urdimbre y la trama de los nudos revelarían los trucos secretos que maliciosamente oculta el astuto tejedor. 

Así, la falta de perspectiva en el espacio y en el tiempo lleva a la precipitación de darse por satisfechos con cuatro hechos aislados, creyendo que de ellos se puede extraer alguna conclusión. Con cuatro pelos la gente se peina una cabellera.

Decidir en política como en la guerra nunca es fácil, pero más que una cuestión de inteligencia, es una de criterio ante la confiabilidad de la información. Hasta la más humilde de las personas tiene el sentido común más que suficiente para decidir bien. Los peores extravíos son los de quienes con cuatro datos locos creen saber. 
 

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