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MEDIA COLUMNA
Sobrerrepresentación
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
El pueblo
peruano ha castigado al Congreso. No tendrá ningún poder. No habrá mayoría para
nada importante. Es una bendición.
¿Por qué
el pueblo peruano decidió sabiamente atomizar la representación parlamentaria
poniendo a diez bancadas en el Congreso? Porque se lo ha merecido. El Congreso
ha hecho méritos de sobra en este penoso quinquenio para fatigar la paciencia
de los peruanos hasta el punto del hartazgo. Y ahí está el resultado. Es todo.
Pasemos la página.
De lo que
hay que tomar nota ahora es de la sobrerepresentación que nuevamente han
producido las reglas electorales.
¿A qué me
refiero? Veamos los resultados del domingo. Tomemos el caso del primero de la
lista en la jornada, Acción Popular. Obtuvo 10.1% de los votos válidos y consigue
24 o 25 congresistas, cerca de la quinta parte del Congreso. ¿Es esa una
representación proporcional al número de votos obtenido? ¿Cómo es que el 10% de
los votos se convierte en el 20% del Congreso? No es una representación
proporcional. Es una sobrerrepresentación.
Esto
puede ocurrir porque el sistema que convierte votos en escaños está sesgado
para favorecer a los que obtienen más votos, incluso si son pocos. El propósito de este sesgo es
altruista en apariencia. Es darle al país alguna gobernabilidad -aunque sea
bajísima, precaria, volátil- por medio del sistema electoral. Este es el error.
No se
puede dar gobernabilidad al país sobrerrepresentando a los partidos en el
Congreso mientras se sabotea la gobernabilidad desde el sistema de gobierno con
un equilibrio de poderes fallido.
No habríamos
advertido la sobrerrepresentación, sin embargo, si no fuera porque los votos
blancos y viciados, que no se contabilizan, han sido más del doble de los que
obtuvo el primer partido en el Congreso. Y el ausentismo importante ha agravado
el fenómeno.
Pero de
todo esto, que es un secreto a voces, no se dice una palabra. No se informa con
claridad sobre la proporción de votos blancos y viciados sobre los votos
emitidos, ni sobre el porcentaje de ausentes respecto de la población electoral
total. Todos tienen miedo de deslegitimar la elección. Incluso los medios. Así
vivimos.
Esta no
es una argumentación destinada a restarle legalidad a la elección. A las
bancadas les toca lo que les corresponde según las reglas. Son las reglas las
que están falladas. La falta de legitimidad es del sistema electoral como tal.
Produce sobrerrepresentación para tratar inútilmente de compensar por el
espantoso déficit de gobernabilidad.
Es a
pesar de esa sobrerrepresentación que el pueblo peruano se las ha arreglado
para castigar al Congreso atomizándolo. No cabe duda de que sabe lo que hace.
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