jueves, 21 de enero de 2021

MEDIA COLUMNA miércoles 20 enero 2021. "Destapando la olla II"

 



 

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Destapando la olla II

 

Jorge Morelli

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El temor al fujimorismo y a la izquierda –es decir, el antifujimorismo y el antiizquierdismo- son los dos motores de la estrategia electoral del oligopolio mediático, que pretende decidir por encima de los peruanos quién será el próximo presidente.

 

Los indicios abundan. Primero, las últimas dos encuestas publicadas –las de Ipsos y Datum, ambas pagadas por el oligopolio y publicadas en sus diarios, El Comercio y Perú 21- muestran a Keiko Sofía y a Verónica inmediatamente detrás del favorito del oligopolio. El oligopolio las promueve activamente para generar temor en el elector y  que, en una reacción química, éste concluya que debe votar por el mal menor.

 

La narrativa del mal menor apunta a cualquiera que tenga mínimas posibilidades de derrotar a ambas, a la que pase a segunda vuelta. El guión está escrito. Solo necesita un actor. No importa realmente quién desempeñe el papel. Así, si Forsyth cayera, por ejemplo, el oligopolio levantaría al Morado, a Urresti o a Salaverry para que cualquiera de ellos haga las veces de mal menor.

 

Esto explica por qué Cuarto Poder, el buque insignia del oligopolio mediático, inmediatamente después de la decisión de Keiko Sofía, procede a entrevistar a Jorge Nieto, segundo de Forsyth, para que éste diga que indultaría a Fujimori. Se trata de jalar votos del fujimorismo con la narrativa siguiente: “¿Forsyth indultaría al Chino? ¿Para qué entonces votar por ella?”.  

 

Se explica también por qué el Morado -que se siente relegado- juega la carta opuesta. Dice que el indulto de Alberto Fujimori es un insulto a los peruanos. Y Urresti, desde el mismo lado, sale a exigir que todos firmen un papel para no indultar al Chino trazando una pretendida divisoria que identifique a los “candidatos del fujimorismo” para activar contra ellos el motor del antifujimorismo. Y ambos incluyen entre los candidatos del fujimorismo a Forsyth, a ver si se cae.

 

Como se ve, la estrategia del oligopolio mediático es sofisticada, pero es complicada y sucia.

 

El antídoto contra ella es la transparencia: destapar la olla, exponer la narrativa a la luz pública, llevar al debate en todos los medios abiertamente la sórdida manipulación que pretende llevar a los peruanos a votar por el “mal menor”. Y la pieza central es llamar la atención sobre el hecho irrefutable de que, a las dos encuestadoras en que la opinión cree ciegamente, el oligopolio las tiene bajo contrato.

 

Solo entonces podrá comenzar de verdad la campaña electoral.   

 

 

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domingo, 17 de enero de 2021

MEDIA COLUMNA domingo 17 enero 2021. "Destapando la olla".

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Destapando la olla

 

Jorge Morelli

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El cuco de turno en esta elección es Verónica Mendoza. La estrategia es levantarla para espantar al electorado y definir una segunda vuelta entre ella y el elegido, donde este sea el mal menor.

 

Revisemos. Ya está claro que la estrategia de los financistas de esta operación ha relegado al Morado, a Urresti y a Salaverry, y parece haber elegido a Forsyth.  

 

Y ahora estamos ante la ofensiva de las dos hermanas. Luego de Datum la semana pasada, financiada por Peru21, hoy domingo publica su encuesta Ipsos, financiada por El Comercio. Los dos diarios y las dos encuestadoras trabajan para el mismo grupo mediático.

Escribo esto sin conocer el resultado de la encuesta de Ipsos, pero sospecho que el elegido probablemente obtendrá en ella hoy más puntos que en la de Datum, pocos días atrás. Esto está destinado a crear en la opinión publica la percepción de que el elegido sigue subiendo.

 

Este estofado en la olla de la cocina es más viejo que el hambre. Pero la estrategia es mcada vez más sofisticada. En apariencia, el elegido no las tendrá todas consigo. Está previsto que sea rebasado por el enemigo.

 

La receta es la siguiente, entonces, repasando: se elige al favorito, se posiciona cerca de él a quien inspira el mayor temor en el electorado, este sobrepasa al elegido creando la percepción momentánea de que la victoria del enemigo es inminente.

 

Una vez en la recta final, sin embargo, e inmediatamente antes de la primera vuelta, el elegido, que se halla segundo, comienza a acercarse rápidamente al enemigo en la punta.

 

Faltando metros para la meta, en la útima encuesta, el elegido le arrebata la punta y gana. O, mejor aun, pierde por puesta de nariz.

 

Pasan entonces a la segunda vuelta el enemigo y el elegido, pero convertido este ya en el mal menor universal.

 

Evidentemente, la segunda vuelta está escrita de antemano.

 

Para establecer si este escenario es verosímil, basta un pequeño análisis comparativo de las encuestas en la recta final de la primera vuelta en las últimas dos elecciones.

 

Es hora de destapar la olla. Este es el guión con que se lleva de la nariz al electorado. El resto es ruido.  

 

 

 

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jueves, 14 de enero de 2021

MEDIA COLUMNA miércoles 13 enero 2021. "Batalla en las redes"

 

 

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Batalla en las redes  

 

 

Jorge Morelli

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Twitter ha eliminado la cuenta de Donald Trump.

 

La mitad de EEUU votó por él. Tiene 88 millones de seguidores en su cuenta, que ha sido su principal medio de comunicación durante su Presidencia.

El argumento de Twitter es que el presidente de EEUU incita a la violencia. Esa es una  opinión, no un hecho.

 

¿Cuál es el justo medio en esta materia? Voltaire decía "estoy en desacuerdo con tu opinion, pero daria la vida por defender tu derecho a expresarla". Esa es la definición misma de la tolerancia, que la vieja Europa ha aprendido con dolorosa experiencia.

 

Así, el comisionado de la Unión Europea Thierry Breton ha escrito en columna para la publicación Politico que “el hecho de que un CEO (alto funcionario de empresa privada) pueda apagarle el altavoz al presidente de EEUU sin contrapesos ni equilibrios (checks and balances) causa perplejidad”. La propia Angela Merkel ha expresado su malestar. Ha calificado de “problemático” el cierre de la cuenta de Trump por la empresa. Su portavoz, Steffen Seibert, ha dicho que "es posible interferir en la libertad de expresión, pero según límites definidos por el legislador y no por la decisión de la dirección de una empresa".

Twitter ha cercenado el derecho de Trump a expresar su opinión. Ha censurado a Trump en base a una opinión, la suya. Que esta sea compartida por la mitad del electorado americano que no votó por Trump solo significa que Twitter ha tomado partido en una controversia política y no le preocupa la intolerancia en que ha incurrido.

 

La prueba ácida es cómo impacta esto en la opinión pública. El hecho inmediato es que las acciones de Twitter cayeron siete por ciento el lunes perdiendo 2,500 millones de dólares. Twitter se ha equivocado a juzgar por el rasero del inversionista que, evidentemente, piensa que para la empresa nada bueno saldrá de esto.

 

Pero el peor castigo ha sido la migración masiva de las cuentas de los seguidores de Trump a un competidor de Twitter en las redes: Parler. Y la reacción ha sido sacar a Parler de las redes.     

Esta es la marca del totalitarismo. El escenario de hoy es el prefigurado por George Orwell en 1984, la famosa novela escrita al final de la Segunda Guerra Mundial. Con 40 o 75 años de atraso, como se prefiera, finalmente el Gran Hermano esta aquí.

Solo que no es un Estado. El Gran Hermano es privado. Afortunadamente, su antídoto es la competencia. Pronto aparecerá otro.

 

 

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jueves, 7 de enero de 2021

MEDIA COLUMNA miércoles 6 enero 2021. "El síndrome de abstinencia"


 

 

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El síndrome

de abstinencia

 

 

Jorge Morelli

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Los motivos de la Sunat para obligar a los bancos a informar de las cuentas de los ciudadanos mayores de diez mil soles no son sino los del estatismo.

 

El Estado peruano ha gastado en 2020 más que nunca antes en su historia e incrementado hasta una escala nunca antes vista su interferencia en la vida de los ciudadanos. Les ha impedido trabajar y aun así tiene el peor saldo en pérdida de vidas sumado al peor resultado económico.


La angurria fiscal de hoy se debe a que ve llegar el síndrome de abstinencia.

 

La adicción a la droga del gasto tiene su pretexto en un déficit fiscal que ha pasado del 3% a 10 % del PBI. Y ante el hecho de que no hay modo ya de financiarlo con endeudamiento. La deuda, que era de 27 mil millones de dólares y no debía pasar de 30 mil, alcanza ya los 39 mil millones de dólares.

 

Desde luego, lo que debería hacer el gobierno es reducir el gasto estatal. Pero de ninguna manera piensa siquiera en esa posibilidad. No ve otra salida que aumentar los ingresos como sea. Como no puede aumentar los impuestos apunta a la recaudación de cualquier manera. Y tiene como pretexto la evasión tributaria.

 

Por supuesto que hay evasión y que se debe ajustar las clavijas a los evasores. Solo que este es el peor momento para intentarlo. Porque el 80% de los evasores es informal y el Estado no los va a encontrar siquiera. Y va entonces a apretarle el cuello a las empresas formales, las únicas a las que alcanza, justo cuando estas tienen que comenzar a devolver en un año la deuda que el Estado les avaló con los bancos.

 

Empresas y bancos están jadeando. Se les debería dar a ambos no un año sino diez para devolver los préstamos. Para eso tenemos Estado. Ese es su trabajo. Pero esto no se le pasa por la cabeza al gobierno.

 

Si había un juego de suma cero entre economía y salud, que todos los países resolvieron mejor o peor a su modo, ¿cómo es posible que el Estado peruano obtuviera el peor resultado en ambas cosas? 

 

Es que lo que quiere, lo único en que piensa, es en gastar más para calmar su adicción. Necesita un largo tratamiento de desintoxicación y no lo puede admitir. Es forzosa una intervención.

 

Por eso el gobierno no se atreve a explicar con claridad a los peruanos siquiera la gravedad de la situación de sus cuentas fiscales. Porque el pueblo le pedirá explicaciones por lo que ha hecho. Y no puede responder esa pregunta sin desnudar su adicción y su miseria.  

 

 

 

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jueves, 31 de diciembre de 2020

MEDIA COLUMNA miércoles 30 diciembre 2020. "Ajena a la realidad que pretendía regular".

 

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Ajena a la realidad

que pretendía regular

 

 

Jorge Morelli

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El Congreso aprobó finalmente la ley que ocupará el lugar de la derogada ley de Promoción Agraria. Y, como era de suponer, produjo un parto de los montes. El Congreso no ha resuelto nada, lo que ha producido no ha contentado a nadie. 

 

No está claro hasta el momento si, como han anunciado, los azuzadores retoman el bloqueo de carreteras a partir de la fecha. Está claro, en cambio, que en horas de la tarde un pronunciamiento firmado por casi todos los gremios empresariales –SNI, CONFIEP, ADEX, las cámaras de Comercio de Ica, La Libertad, Piura y Arequipa, Perucámaras, la Sociedad Nacional de Pesquería, AMCHAM y la Asociación Automotriz del Perú-, señaló que el Congreso “quiere imponer una remuneración a través de una ley”.

 

Los gremios denuncian que esto es inconstitucional, porque “significa una regulación de precios y viola el derechos de libre contratación y negociación directa entre trabajadores y empleadores”.      

 

Recuerda con razón, además, que “el Congreso no ignora que la sobreregulación laboral ha significado que de los 17 millones de trabajadores que componen la PEA, solo 5 millones acceden a algún derecho laboral y 12 millones trabajan en la informalidad, es decir precariamente, sin protección de salud, sin reglas de higiene y seguridad, sin protección por ceses arbitrario, sin vacaciones y CTS y con salarios muy lejos del marcado laboral formal”.

 

Concluye correctamente que “la legislación laboral, aunque persigue fines dignos, está muy lejos de la realidad que pretende regular”.  

 

Claramente, es una toma de posición de la que los gremios no van a retroceder.

 

El Congreso ha fracasado en resolver el problema que creó al derogar la ley anterior. Y, por declaraciones de la víspera del ministro del sector agrario –cuyo nombre actual es difícil de recordar-, sabemos que el Ejecutivo procuraba al parecer dejar en manos de trabajadores y empresarios la negociación de alguna forma de equilibrio entre ambas.

 

Esto es precisamente lo que el Congreso, en su orgía demagógica, ha fracasado en hallar. Sin embargo, el gobierno propone para esa negociación buscar el apoyo de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos y de la OIT.

 

Negociar libremente es a lo que las partes tienen derecho constitucional. Es la única forma de resolver el conflicto creado por el Congreso y el Ejecutivo sin causar más daño. Pero hay una salvedad. Las partes no necesitan la mediación de la OIT y mucho menos de la Coordinadora de DDHH, que son organismos políticamente parcializados. Deben tener la libertad de buscar igualmente sus propios árbitros, privados o públicos, y empoderarlos para alcanzar una solución.

 

El Estado como tal -Legislativo y Ejecutivo- ha fracasado en hallar una solución equilibrada a la realidad que pretendía regular. Hoy las partes no deben tolerar la imposición de ningún arbitraje. Deben encontrar el equilibrio por sí mismas.   

 

 

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domingo, 27 de diciembre de 2020

MEDIA COLUMNA domingo 27 diciembre 2020 "El desmadre del agro lo resolverá el mercado"

 

 

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El desmadre del agro

lo resolverá el mercado

 

 

Jorge Morelli

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En las empresas grandes de la agroindustria de exportación el 95% de los trabajadores son obreros agrícolas formales.

 

Es en las medianas y pequeñas empresas donde el 50 % de los trabajadores es informal.

 

Si las empresas grandes son capaces de absorber el incremento de costos laborales e impuestos que presumiblemente traería la ley que se aprobará sabe Dios cuándo,

lo probable es que al menos la mitad de las medianas y pequeñas empresas no podrán hacerlo y quebrarán.

 

Eso significa que lo probable es también que las empresas grandes comprarán las tierras a las medianas y pequeñas que salen del negocio y habrá, en consecuencia, en la agricultura moderna del Perú una nueva tendencia a la concentración de la propiedad de la tierra en un número menor de manos.

 

A esto décadas atrás se lo denominó con el término peyorativo de latifundio.

 

Visto así, un poco fría y cínicamente, este es, como decía el presidente Prado, uno de esos problemas que no tienen solución o que se arreglan solos. O, más bien, un problema que, al no tener solución legal, no le queda más remedio que arreglarse solo.

 

En lo inmediato, toda la industria agroexportadora del Perú gira en el vacío legal. La ley anterior fue derogada por el Congreso en una orgía demagógica. Y, por supuesto, este Congreso –que parece una asamblea universitaria- ha sido incapaz de producir un nuevo marco legal para la industria principal del agro. Y no sabemos qué hará si llega a hacerlo.

 

De modo que la agroindustria exportadora del Perú ha pasado de una semimodernidada a una situación en la que por el momento lo único que puede hacer son acuerdos privados en cada empresa, entre sus trabajadores y sus empresarios, ya sea para seguir con el régimen anterior hasta nuevo aviso o improvisar un esquema transitorio hasta que exista una ley.

 

Pero hoy es un mercado que debe funcionar sin ley. Más libre no puede ser un mercado sobre la faz de la tierra.

 

No importa qué es lo que se proponía la izquierda violentista con su brutalidad, eso es lo que ha conseguido en lo inmediato. Y, como se ve ya, en un plazo relativamente corto conseguirá también una nueva concentración de la propiedad de la tierra en un número menor de manos.  

 

La buena noticia es para los trabajadores ya que, si las grandes empresas concentran la propiedad de la tierra, los trabajadores de la agroindutria, ahora sí, serán todos formales.

 

 

 

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