miércoles, 30 de marzo de 2022

MEDIA COLUMNA miércoles 30 marzo 2022 "La oposición ya no sabe para quién trabaja".

 


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MEDIA COLUMNA

La oposición ya no 

sabe para quién trabaja

 

 

Jorge Morelli

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Luego del fracaso de su segundo intento de vacar la Presidencia en los primeros ocho meses de este quinquenio, todo indica que la oposición no va a cejar en su terca determinación e irá ahora por la destitución del presidente.     

 

Como ya es público, la vacancia por causal de “incapacidad moral permanente” es una barbarie que carece de debido proceso y consiste en lo que se le antoje a la mayoría de turno en el Congreso. La vacancia por destitución, en cambio, es una figura constitucional que tiene un debido proceso e involucra a la subcomisión de Acusaciones, a la Comisión Permanente y al Pleno del Congreso. El proceso se sigue  rigurosamente con plazos cerrados y plazos abiertos que pueden modificar su duración. No obstante, los conocedores estiman improbable que el proceso entero tome menos de tres meses y piensan que, eventualmente, puede llevar cuatro o cinco.

 

Para entonces ya habrá un nuevo presidente del Congreso.

 

De prosperar la destitución, asume el primer vicepresidente hasta el final del período. Salvo, claro, que la oposición decida vacar nuevamente la Presidencia para que, como manda la Constitución, asuma el presidente del Congreso y convoque de inmediato a elecciones.

 

Ese, precisamente, parece haber sido desde el principio el plan de la oposición, ya que, desde su punto de vista, cambiar al presidente actual por su vicepresidenta es solo más de lo mismo.

 

Pero en cuatro meses más habrá un nuevo presidente del Congreso o estará por haberlo. La nueva Mesa Directiva del Congreso se elige todos los años el 26 de julio, llueva o truene.

 

Una destitución en proceso convertirá la elección de la Mesa Directiva del Congreso en una feria: la virtual elección de un potencial presidente de la República sin el pueblo, solo entre congresistas. Un espectáculo grotesco.

 

La oposición no sabe para quién trabaja si insiste en su plan descabellado.

 

Es hora de que reinvente toda su estrategia.   

 

   

 

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miércoles, 23 de marzo de 2022

MEDIA COLUMNA miércoles 23 marzo 2022 "El TC debe defender al Perú ante la Corte IDH"


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Que el TC defienda al 

Perú ante la Corte IDH


 

Jorge Morelli

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La defensa del Estado peruano ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso del indulto humanitario concedido hace más de cuatro años a Alberto Fujimori sufre un vicio de origen a raíz de declaraciones en las que han tomado posición tanto el presidente Castillo, como el premier y el ministro de Justicia. Las más altas autoridades del Ejecutivo han adelantado opinión. 


Se halla en tela de juicio también, por lo tanto, la imparcialidad de quienes defiendan al Estado ante la Corte.

 

Por lo mismo, quien debe defender al Estado peruano ante la Corte IDH es el Tribunal Constitucional, que emitió la sentencia que devuelve la libertad a Fujimori. Esa sería una contienda digna de verse en lugar de otra farsa judicial. Allí la comunidad internacional tendría al fin los elementos de juicio necesarios para formarse una opinión independiente.  

 

Por eso el presidente haría bien en abstenerse de opinar en lo sucesivo sobre el proceso, para no generar, además, un segundo conflicto de poderes del Ejecutivo ahora con el Tribunal Constitucional.

 

Políticamente, Castillo debería evitar, además, tomar el lado equivocado en esta contienda. Es un error que va a pasarle factura. Esta es una controversia que tiene ya dos décadas, en la que Castillo es en buena cuenta un recién llegado. A juzgar por lo innecesario de sus declaraciones, es forzoso concluir que conoce mal de qué lado se encuentra el pueblo peruano. En más de una mitad, y cada vez más, el pueblo ha estado y en lo que viene estará cada vez más del lado del más débil.

 

En efecto, con el paso de los días, el intervencionismo grosero de la Comisión IDH y su atropello sistemático de la soberanía del Perú quedarán claros e incomodarán cada vez más a los peruanos, que no pasarán por alto la manipulacion política disfrazada de justicia. La Comisión generará el efecto contrario del que busca. Solo hay que esperar. En el corazón del pueblo peruano crece hoy el recuerdo de Alberto Fujimori y la conciencia de su obra: encontró un pais humillado y de rodillas y lo puso de pie para llevarlo a la victoria sobre el terrorismo y sembró una cosecha prosperidad que ha durado 30 años.

 

Lo gue uno hace con lo que tiene es lo que cuenta. Dante Allighieri decía que el proceso de la vida de cada hombre es su destino. Alberto Fujimori escribe hoy sus memorias. Su primer tomo está ya al alcance de todos, incluso los más humildes. Pienso que lo que primero importa hoy al ex presidente es que su legado perdure, porque es así como su libertad prevalecerá sobre el oscurantismo y la mentira.

 

 

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sábado, 19 de marzo de 2022

MEDIA COLUMNA miércoles 16 marzo 2022 "Los crespos hechos"


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Los crespos hechos

 

 

Jorge Morelli

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Dos hechos son importantes en el mensaje de Castillo.

 

El primero es que el gobierno anuncia que enmarca su acción en la economía social de mercado, la libre iniciativa privada y el compromiso con la inversión nacional y extranjera. Es un giro inesperado. También llamó a la lucha contra el oligopolio del mercantilismo. Es importante, porque la falla en estos 30 años no es de la Constitución ni del modelo económico, sino de las reguladoras. El oligopolio público-privado -el caso de la energía es escandaloso- no es resultado de la Constitución ni del modelo, sino de la defección de las reguladoras.

 

El segundo es que el presidente parece confirmar la transición que muchos mandatarios ha hecho  honrosamente antes que él. No es “humalización”, que alude a corrupción. La patria -dijo Castillo- está por encima de las diferencias ideológicas. Es un paso grande para él. Lo importante es que ahora puede haber un puente entre el gobierno y la oposición.

 

Hay que reparar también en el mensaje de la víspera del secretario general del partido de gobierno sobre la necesidad de ganar las próximas presidenciales con mayoría parlamentaria propia. Daba pie a dos lecturas que diferían diametralmente. Pensando mal -como es mandatorio en política-, la lectura obligada era que en su mensaje Castillo anunciaría un adelanto de elecciones para, una vez supuestamente en el poder que hoy no tiene, relanzar el plan que el partido mantiene semi oculto. La segunda lectura era que Cerrón finalmente había comprendido su derrota. Había perdido. Aferrándose a su idea fija, sin embargo, acariciaba la fantasía de una mayoría parlamentaria propia en las elecciones de 2026. Luego del discurso, parecía claro que Castillo se apartaría de su mentor y amigo. Es de suponer que este ya sabía lo que venía y renunciaba con tristeza a sus sueños y a su protegido -a quien llevó al gobierno, pero no al poder-. Luego de haber abandonado la torpe idea de la constituyente, como había anticipado públicamente, Castillo iniciaba su transición.

 

Desde luego, el discurso de Pedro Castillo no satisfizo a la oposición. No podía hacerlo. Esta no le cree y tiene todo el derecho de sospechar de sus intenciones. Hace bien. Ese es su papel. Deslucido tal vez, pero necesario.

 

Diría luego que Castillo no debió adelantarse a los temas involucrados en la moción de vacancia; que su presencia ha sido una estratagema para ganar protagonismo ante el debate de la segunda moción para su vacancia; que solo ha repetido lo que incontables veces ha dicho; que hace anuncios “gaseosos” sin contenido “concreto” y otros lugares comunes de rigor.

 

La oposición, en verdad, se comportó en el hemiciclo a la altura de las circunstancias, aunque es difícil decir si esto se debió a su buena educación o al asombro de no escuchar el esperado adelanto de elecciones anhelado por Cerrón, que hoy se queda con los crespos hechos.        




 

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domingo, 13 de marzo de 2022

MEDIA COLUMNA dom 13 marzo 2022. "La boca del cocodrilo"

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La boca del cocodrilo


Jorge Morelli


Petroperú sostiene que el alza brutal de precios, de entre 5% y 13%, en las gasolinas y el diesel vehicular se debe al alza internacional por la crisis de Ucrania.

                    Sin embargo, el hecho es que luego de subir                                        hasta los US$ 130 por barril, el petróleo ha                                          bajado a US$ 109 el barril.


Todo indica, más bien, que el alza de precios se debe a otras razones. Desde 2016, el alza constante de los precios de los combustibles ha servido -se especula- para financiar el gasto monstruoso en la construcción de la Refinería de Talara, un elefante blanco que le ha costado al Perú más de 5 mil millones de dólares. Hoy, la clasificadora de riesgo Fitch Ratings ha calificado a la baja recientemente a Petroperú bajando a la empresa estatal de BBB a BBB-, último nivel compatible con el grado de inversión.


La norma vigente ordena que exista un precio de referencia para los combustibles, a cargo del regulador Osinergmin. La idea es que el precio de venta final al consumidor no se aleje mucho del precio internacional. 

 


Como puede verse del gráfico respecto del Diesel 2 (D2 Perú), el precio final de venta (en color naranja) que fija el oligopolio de Petroperú y Repsol siguió solo hasta agosto de 2016 el precio internacional del petróleo de Texas (WTI) (en color azul), que es el que el regulador usa como base para el precio de referencia.


A partir de enero de 2017, el precio del combustible que pagan todos los transportistas -y el público en general en los pasajes-, comenzó a subir muy por encima del precio de referencia. La diferencia entre el precio de referencia que debimos pagar y lo que los peruanos efectivamente pagaron hasta el enero de 2021 se ve en la distancia que separa la línea naranja, que no cesa de subir, de la línea que era el precio internacional entonces (en color azul).


Esa brecha equivalía en enero de 2021 a unos 5,414 millones de soles solo en diésel. Es lo que el Estado le sacó del bolsillo a usted, que tiene su carrito o a usted que paga diariamente uno o más pasajes de ómnibus para llegar a su trabajo y de vuelta a casa. Es un dinero que el Estado no tenía derecho a quitarnos y que nos debe a todos los peruanos que usamos un transporte todos los días, y a los transportistas que nos prestan ese servicio.


El organismo regulador declaró hace un año sobre esa situación que cumplía con publicar los precios de referencia, pero que las empresas productoras fijaban los precios finales, lo que estaba más allá de su control. El regulador, en suma, estaba pintado en la pared. Y no informó de esa situación al público. 

Como puede verse, esta situación abusiva, que viene de hace cinco años, fue impuesta por el oligopolio de las dos petroleras que dominan el mercado -Petroperu y Repsol, que fijan los precios finales-, y ya era un escándalo mucho antes de la coyuntura de hoy.

Más de un año después, y luego del impacto en los precios de la pandemia y la crisis ucraniana, que ha disparado los precios de los combustibles, nadie sabe con claridad en qué medida el alza incesante que el oligopolio ha impuesto a los peruanos en el último año refleja lo ocurrido con los precios internacionales o si , por el contrario, los precios finales han ido  mucho más allá por encima de los precios internacionales, tal como venía ocurriendo desde 2016.

 

jueves, 10 de marzo de 2022

MEDIA COLUMNA miércoles 9 marzo 2022 "Solo nos queda la calle´ dijo la oposición"



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“Solo nos queda la

calle”, dijo la oposición

 

Jorge Morelli

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Aparentemente, el entorno de Pedro Castillo tortura al mandatario con el fantasma de la “humalización”. A saber, que sería para él una verguenza y un deshonor repetir la “hoja de ruta” de Ollanta Humala que, en esa versión interesada, es una especie de traición a los ideales de izquierda para abrazar el culto satánico del neoliberalismo.

 

Esa acusación, sin embargo, no es sino una mala lectura de los hechos de la historia política latinoamericana, en la que son muchos los casos en que esa transición ha estado llena del mérito de gobernantes que a mucho honra y con sacrificio hicieron ese camino por el bien de sus pueblos. Humala no es sino uno más -y ciertamente no el paradigma- de la larga lista de mandatarios que, en el trance de colisión de su ideología con la realidad, tuvieron la valentía y la honradez de dejarla de lado para elegir lo que mejor convenía al país que se le había encomendado gobernar. Los nombres de ilustres presidentes que llegaron al poder con un programa de izquierda radical pero tuvieron la lucidez de deshacer en una segunda oportunidad los errores monumentales cometidos en la primera incluyen, por ejemplo, al presidente boliviano Víctor Paz Estenssoro, quien en su segundo gobierno deshizo los males causados en el primero. Nada menos que al propio Alan García el pueblo peruano le concedió generosamente la oportunidad de hacer lo mismo, y lo hizo.

 

Y están también aquellos otros que, sin necesidad de ensayar el error, no bien conocieron las circunstancias reales en que les había tocado en suerte gobernar, moderaron o incluso desecharon su programa inicial y comprendieron por la sola fuerza de la lucidez que los hechos obligaban a esa transición en el curso de semanas o meses, y lo hicieron sin traicionar sus convicciones primeras. Destaca en el Perú entre todos ellos especialmente el nombre de Alberto Fujimori.

 

En ese mismo camino ha llegado para Pedro Castillo la hora de tomar la decisión política de su vida. La misma que tomaron los estadistas que en su hora crucial se negaron a ser una triste anécdota más en la historia de su país, que es la de quienes nunca aprendieron a gobernar por no querer negociar incluso si el pueblo le entregó un poder dividido entre el gobierno y la opósición. Negociar no es un deshonor, es un mandato y un deber cuando el pueblo vota así.

 

Por lo mismo, ha llegado también la hora de que la oposición comprenda lo que le toca en este momento. Luego de renunciar democráticamente a los llamados de algunos que en la primera hora hablaban de tocar las puertas de los cuarteles, la oposición  ha empleado un año entero en agudizar el conflicto de poderes para intentar la vacancia de la Presidencia sin haber alcanzado antes los votos del Congreso. Sin comprender ahora que ese camino ya es practicamente inviable, insiste en lo mismo. Algunos, sin embargo,  llevados por el desencanto,  van más alla y lanzan un grito de batalla que cae ya fuera de la democracia, la ley y el Estado de Derecho: “solo nos queda la calle”.

 

Pies bien, la calle tuvo su oportunidad una vez más en la última de las marchas que meritoriamente han contenido a lo largo de este año los avances de los sectores extremistas en el gobierno. Deben continuar pero no en el objetivo de conseguir la vacancia por la vía de los hechos consumados del golpe de masas, prolegómeno de la guerra civil a la que nos dirigimos ciegamente por ese camino. Hoy, las últimas marchas convocadas tanto para forzar la vacancia como para cerrar el Congreso han sido un fiasco. Sí, un fiasco - digámoslo con todas sus letras-. 


Es hora ya de entender que no habrá vacancia, ni golpe de la calle, ni disolución, ni constituyente, porque el pueblo peruano no quiere ninguna de esas cosas. Y que lo que queda, además de mantener la presión para detener al extremismo, es que Pedro Castillo comprenda que no hay deshonor ni vergüenza en la decisión política más importante de su vida, que es la de renuciar a la asamblea constituyente -como ya lo hecho al rechazarla rotundamente- para dar luego los pasos que hagan posible alguna gobernabilidad aunque sea provisional que permita sacar al Perú de la parálisis en que se encuentra.

 

Para gobernar hay que tener como estandarte la gran sentencia de Bismarck: “la política es el arte de lo posible”.

 

 

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jueves, 3 de marzo de 2022

MEDIA COLUMNA miércoles 2 marzo 2022 "La Batalla de Majes"

 

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La batalla de Majes

 

Jorge Morelli

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En medio del oscuro panorama del páis, se ha ganado una gran batalla por Arequipa.

 


La llamada Adenda 13 ha sido aprobada por el Gobierno Regional de Arequipa, se ha derrotado al enemigo en la batalla por el gran proyecto Majes Siguas con sus 38,500 hectáreas que son la promesa de la agroindustria de exportación de Arequipa.

 

Pero el sabotaje sistemático al proyecto llevado a cabo por los rojos no va a parar acá.

  

Todo comenzó cuando el Cusco logró quitarle a Arequipa gran parte del agua para Majes, lo que se tuvo que compensar invirtiendo en entubar el agua que llegaría hasta Majes para evitar la evaporación de los canales abiertos. Esa inversión adicional requirió una adenda al contrato. Esa es la Adenda 13 aprobada hoy.

 

Pero la guerra va a continuar. Los rojos ya intentan que el Consejo Regional reconsidere la votación que aprobó la Adenda. Si vuelven a perder esta escaramuza, como es probable, tratarán de traer a Majes a las huestes que asolaron el valle del Tambo para detener el proyecto Tía María.

 

En efecto, el objetivo es paralizar el proyecto Majes por otra década si fuera necesario hasta que el Gobierno Regional de Arequipa dé su brazo a torcer y venda las tierras de la gran irrigación en unidades de cinco hectáreas. La narrativa política es que eso es lo que los pequeños agricultores necesita. Es una narrativa falsa. 


La prueba es que el hermano mayor de Majes Siguas, el proyecto Majes I, fue arruinado precisamente por esa misma mala decisión. No hay rentabilidad posible en ocho mil parcelas de cinco hectáreas cada una en el nuevo Majes. No puede haber un manejo racional del agua. No hay economía de escala.  

 

Una agroindustria de escala requiere que las parcelas sean como mínimo de cien hectáreas cada una. En 38,500 hectareas, habría menos de 40 empresas agroindustriales modernas. Pero la narrativa demagógica de los rojos dice al pueblo de Arequipa que las gran empresa de Lima o los chilenos se preparan para despojarlos.

 

Es posibles, según se debate, separar un 20% del total de las 38,500 hectáreas para venderlas en unidades de cinco hectáreas. En tal caso, unas ocho mil hectáreas albergarían 1,600 parcelas. Así, es impracticable el manejo racional del agua. Eso fue lo que arruinó el viejo Majes I.

 

Pero es posible debatir de manera civilizada cuál sería el combo óptimo -seguramente hay más de una- que aloje al mismo iempo las necesidades técnicas y las prioridads ”políticas” y evitar así la colisión social frontal que es lo que los rojos buscan. A eso conduce polarizar el tema entre extremos cuando la solución puede estar en proponer y debatir los varios puntos intermedios posibles para una solución equitativa y  rentable al mismo tiempo.

 

Hace falta que esos 1,600 agricultores arequipeños en las ocho mil hectáreas puedan disponer de las herramientas legales formales para asociarse, por ejemplo, en 40 empresas formales que manejen 200 hectáreas cada una. Empresas modernas que puedan emitir acciones y cotizar en bolsa para levantar capital y acceder a los mercados de capital y al crédito formal local e internacional.

 

Preparar los dispositivos legales para hacer eso posible, por ejemplo, es la labor que realizará la comisión especial llamada “Capital Peru” que el Congreso acaba de crear siguiendo los lineamientos que Hernando de Soto viene proponiendo para la propiedad de la tierra, precisamente para casos como el de Majes-Siguas.

 

Esta es la manera de desactivar el cocter molotov que los rojos preparan. Está en juego acá no una narrativa política cualquiera, sino la historia de Arequipa.

 

 

  

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