domingo, 26 de junio de 2022

MEDIA COLUMNA miércoles 22 junio 2022 "Ya es suficiente, dijo China".

 

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Ya es suficiente, dijo China

 

 

Jorge Morelli

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El embajador de China en el Perú, Liang Yu, representa a la autoridad política de su país ante un Estado extranjero. No es un empresario ni un académico. Cuando habla, lo hace a nombre de su gobierno y del Estado chino. Es inimaginable que un funcionario diplomático de primer nivel se pronuncie públicamente sobre el país en el que representa a su gobierno sin tener instrucciones específicas de su cancillería. Por lo mismo, hay que escuchar en sus palabras muy cuidadosamente lo que Pekín dice. 

 

Es la primera vez que el embajador Liang se pronuncia sobre la saga interminable del Corredor Minero del Sur del Perú y las relaciones de la empresa china MMG Las Bambas, que produce el 2% del cobre del planeta, con las comunidades del Cusco y Apurímac que han tomado tierras o bloqueado la salida de la producción de la empresa china hasta obligarla a detener sus operaciones por más de 50 días.

 

El embajador Liang no ha podido ser más enfático. Ha dicho que hace falta una investigación para saber dónde está el dinero que MMG ha pagado -más de 2,500 millones de soles- por las tierras que las comunidades vendieron. Es innecesario que el diplomático ponga el dedo en la llaga especificando que de ese monto lo entregado a los comuneros -500 millones- sería apenas la quinta parte de lo que la empresa china ha pagado.

 

Precisó Liang que “cada comunero recibió más de un millón de soles” y, acto seguido, que "el Gobierno peruano debería prestar mayor atención y averiguar dónde fue a parar el dinero que les dio la mina a los comuneros y si estos tienen razón o no en sus nuevas demandas de pago por tierras". Afirmó que muchos comuneros “están viviendo en una condición precaria y creen que la empresa china no ha pagado". Insistió en que "hace falta un trabajo mayor del gobierno peruano, porque esas demandas de los comuneros tienen gran irregularidad".

 

Es muy excepcional que un diplomático extranjero se pronuncie en estos términos, tanto más si tiene razón.

                                                   

No obstante, el embajador Liang no se detuvo allí. Hubo, además, en su declaración un mensaje tácito. Pasando al lenguaje diplomático, dijo que China “tiene la voluntad de resolver el problema en coordinación con el Perú”. Añadió que no se ha puesto un plazo para la solución del conflicto y que China y el Perú van a mantener firme su voluntad de cooperación, “pero creo que se necesita una voluntad de ambas partes", reiteró. Consideró un buen inicio "el acuerdo preliminar para reanudar la producción (de Las Bambas) alcanzado entre el Gobierno, la empresa y los comuneros hace dos semanas”.

 

Esta última afirmación contiene un mensaje. Como se sabe, la gestión reciente para el reinicio de la operación de Las Bambas pertenece a la cartera actual de Energía y Minas, de la que hace poco fuera retirada la facción cerronista del partido de gobierno en lo que a todas luces es parte de una brecha creciente que se expresa también en la fractura de la bancada del oficialismo, hoy atomizada.   

 

Databa de tiempo ya el señalamiento de que la facción radical del partido de gobierno venía trabando deliberadamente el diálogo de las comunidades con la empresa y azuzando incluso a algunas comunidades a tomar las tierras. Esa es hasta hoy la estrategia perdedora de la dirigencia local más radicalizada.

 

Si la intención del embajador ha sido dar discreta señal de que China no respalda las maniobras de los aliados locales del eje La Habana-Caracas, Vladimir Cerrón y Evo Morales, es una gran noticia. Significa que China tiene la intención de hacer negocios limpios y sobre la mesa en materia de recursos naturales y no respalda a aventureros latinoamericanos que derrocan gobiernos para instalar títeres que les entreguen bajo la mesa el control de los recursos naturales para el siglo XXI.

 

China, dijo el embajador Liang, quiere trabajar con el Perú y evitar que el conflicto social ahuyente las inversiones chinas del país. En ese contexto, añadió que Las Bambas no está dispuesta a dar más dinero ya que, si cede a las nuevas demandas “se afectaría toda la imagen del Perú” y “no vendría ninguna inversión más".

 

Pero el futuro sigue abierto. Liang dijo que solo Las Bambas fue una inversión de US$ 10,000 millones y hace falta un esfuerzo de ambos gobiernos para que ampliemos nuestras inversiones a otras áreas, como la telecomunicación y la infraestructura, ya que el Perú tiene “una brecha de infraestructura por cerrar: necesita autopistas, ferrocarriles, aeropuertos, puertos", afirmó. Dijo también que su país mantendrá su crecimiento económico y aumentará la demanda de minerales para “implementar nueva infraestructura en nuestras ciudades. Más autopistas, más ferrocarriles, nuevas bases de transmisión de la señal 5G", señaló. “No solo cobre, todo tipo de metales que China demanda para la transmisión de electricidad en ultra alto voltaje, y necesitamos fabricar cables con esta tecnología y eso requiere cobre, litio, estaciones de carga de autos eléctricos e infraestructura de data center”. Todas estas construcciones implican una gran demanda de metales en China", añadió.

 

No se puede ni es necesario hablar más claro.

 

 

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martes, 21 de junio de 2022

MEDIA COLUMNA miércoles 15 junio 2022 "La democracia "real" de Wang JI"

 


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La democracia “real” de Wang Ji

 

 

Jorge Morelli

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Según Bloomberg, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Ji, ha declarado  que Pekín trabaja para promover la democracia “real”. China está dispuesta a promover en la comunidad mundial esta democracia basada “en las condiciones de cada una de las naciones”, dijo Wang Ji en comunicado oficial.
 
En alusión a la política exterior de Estados Unidos, que otorga prioridad absoluta a la instauración de la democracia en todos los continentes, sostuvo que “monopolizar” la definición de democracia para influir en otras naciones es una política “condenada al fracaso”. 


En realidad, el propio Departamento de Estado no aplica exactamente los mismos parámetros en todas partes. Exige por ejemplo a América Latina aproximadamente los mismos estándares que a Europa del Este, mientras en el Sudeste asiático o el Medio Oriente modera considerablemente esas exigencias por otras razones.

 

¿Qué significa, entonces, esta democracia “real” que propone el ministro de Relaciones Exteriores de China? Wang solo dijo que China debería “continuar haciendo contribuciones importantes a la gobernanza global” y que “la seguridad global no debe lograrse fortaleciendo a los militares”. Agregó que es necesario “salvaguardar el orden global con la ONU en su centro y con base en las leyes internacionales”. El lenguaje es oscuro, pero podemos especular que se refiere a alguna forma de tolerancia de los sistemas de gobierno “realmente” existentes.  

 

Giovanni Sartori elaboró un fascinante espectro de sistemas de partido que puede orientar la especulación. Existen seis tipos de sistema: los de partido único, como lo fue la Unión Soviética y lo es hoy China también; los de partido hegemónico, donde hay elecciones y gana siempre el mismo partido con trampa. Estos sistemas no caen dentro de la democracia. Tres sistemas califican: los de partido dominante, donde gana un mismo partido sin trampa, como Japón de la pos guerra por muchos años; el bipartidismo del Reino Unido y varias de sus ex colonias, y desde luego EEUU; y también el pluralismo moderado (no más de seis partidos) de Europa Occidental y parte de Europa Oriental.

 

Finalmente, está el pluralismo polarizado que, en el caso extremo, es también atomizado, como en la mayor parte de América Latina y el Perú. Esto plantea un problema a la definición de democracia. 

 

Como se ve, el espectro de Sartori incluye desde el autoritarismo hasta la demagogia populista del pluralismo atomizado. Reconocidos como democráticos son solo los tres mencionados partido dominante, bipartidismo y pluralismo moderado


¿Son democracias cabales, en cambio, aquellas donde las elecciones son groseramente manipuladas en las urnas o mediáticamente dominadas por la corrupción mercantilista, sometidas caso por caso a la vigilancia de organismos internacionales politizados? 

 

China, por su lado, se define a sí misma como una democracia “real” a pesar de no tener elecciones universales y secretas, porque entiende su la democracia como una meritocracia vigilada por el partido único. Con esto estima eludir la trampa del ciclo del autoritarismo en que ha recaido Rusia luego de su paso por la demagogia y el caos del pluralismo polarizado. 


También EEUU practica sus propias formas de tolerancia, sin embargo. cuando el autoritarismo es el de un miembro estratégico de la OTAN, como Turquía, o el de Arabia Saudita y los emires del Golfo a causa del peso aún dominante del crudo en la economía global.

 

Pero en el extremo del pluralismo polarizado y atomizado nos hallamos de lleno nosotros en casi toda America Latina. Hemos recaido en él solo para volver al autoritarismo y luego de uuevo a la demagogia. Y, sin embargo, allí estuvieron también la Alemania de la República de Weimar, que incubó el totalitarismo nazi; la Republica Italiana antes del fascismo; la Segunda República española antes de la Guerra Civil; incluso Francia hasta la Quinta Republica en 1958.

 

Más allá de las recaídas en el autoritarismo y la demagogia se halla entonces el salto cualiativo a la democracia cabal del pluralismo moderado que la mayoría de las naciones de Europa occidental han hecho con mayor o menor éxito. La transición requiere sin embargo, no solo de elecciones limpias, sino de equilibio de poderes, la pieza que hace posible la gobernabilidad. Esto es lo que falla entre nosotros. 

 

Lo que se puede decir de la democracia “real” de Wang Ji es que es una variante de la “realpolitik” que han practicado siempre las grandes potencias. Algo que, sin embargo, puede ser más tolerante que exigir un estándar que nadie cumple cabalmente. 

 

 

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jueves, 9 de junio de 2022

MEDIA COLUMNA miércoles 8 junio 2022 "Idolatría de Fidel"

 

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Idolatría de Fidel

 

 

Jorge Morelli

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Fidel Castro fue idolatrado por América Latina y lo es aún no por haber sido comunista sino a pesar de haberlo sido. Habría sido amado como un líder politico no importa qué bandera hubiera levantado, a causa de su energía animal y su fabulada narrativa para un pueblo hambriento de significado sobre su lugar en la historia.

Esa narrativa es una encubierta. Hay una premisa inconfesada tras de ella, una promesa mesiánica para el futuro que oculta un revivalismo del pasado. La falsa promesa es el comunismo. La reivindicación oculta, inconfesada, es la del viejo imperio español que Fidel llevaba en su sangre gallega y América Latina en su memoria.

No, Fidel no fue amado por ser comunista sino por ser antinorteamericano hasta los huesos. Su falsa narrativa se alimenta de la leyenda negra construida por los ideólogos masones probritánicos de la Independencia de América del Norte y del Sur contra la odiosa decadencia de la corona al final del imperio español. En España fue la generación crítica del 98, nacida de la vergüenza de la derrota el año de 1898, el del derrumbe final de lo que quedaba de la primera globalización de la historia moderna: la del gran imperio donde nunca se ponía el sol. La caída final de Filipinas y de Cuba.

Los latinoamericanos fuimos parte de la médula misma de aquel megaproyecto político de dimensiones planetarias. Es un hecho olvidado, por ejemplo, que la conquista de Asia fue montada desde la remota isla frenta a sus costas que hasta hoy lleva con orgullo el nombre del hijo de la dinastía Habsburgo, defensor de la fe y brazo derecho de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Sus símbolos, la tiara papal al lado de la corona española se hallan en las bóvedas de las inmensas catedrales construidas desde México y Guatemala hasta el Perú y Bolivia, y viven aun en el alma y la fe de sus pueblos.

Encubierto hasta hoy por la narrativa de la vergüenza y la leyenda negra, es legítimo el orgullo de un mundo más grande que el de dos docenas de naciones independientes que no encuentran el camino al siglo XXI porque viven mirando obsesivamente hacia el pasado de su identidad política quebrada.

América Latina fue parte del imperio español por 300 años, desde 1492 hasta 1810. Cuba lo fue durante 400 años, hasta 1898. Ninguna otra nación latinoamericana tiene más vívido su pasado en el presente. Y Cuba resiente que, desde su independencia, la orgullosa isla fuera sometida por los herederos anglosajones de la segunda globalización moderna -la del imperio británico- a un papel político incompatible con su dignidad y su historia, disminuida a un comercio vulgar a manos de quienes hicieron de la isla que fuera el centro de la conquista española un negocio ruin bajo un gobierno títere instalado para protegerlo. Eso fueron Fulgencio Batista en Cuba, Anastasio Somoza en Nicaragua, Rafael Leonidas Trujillo en Santo Domingo: “nuestros hijos de perra", como decía la famosa anécdota atribuida a Franklin Roosevelt. El fracaso de Estados Unidos en el "modelo" de Puerto Rico -hoy un estado de la Unión sin acceso siquiera a fondos públicos del Congreso para la reconstrucción post huracanes- es el símbolo del fallido intento norteamericano de devolverle una narrativa, un significado político a la historia de Cuba.

Es de este resentimiento por lo ocurrido en los 60 años entre 1898 y 1958 que Fidel alimentó durante otros 60 años su narrativa encubierta, su mega "fake news" de un futuro mítico para el pasado cubano. Pero el secreto inconfesado de Cuba es que el mito comunista nace del orgulloso pasado del imperio español y del resentimiento contra Estados Unidos por su derrumbe final,  y no de una oscura ideología sobre el materialismo histórico jamás comprendida por los pueblos latinoamericanos que Fidel convirtió en una narrativa politica sobre un futuro mítico que no llegaría jamás. 

 

 

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jueves, 2 de junio de 2022

MEDIA COLUMNA miércoles 1 junio 2022 "La oposición pierde"


 

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La oposición pierde 

 

 

Jorge Morelli

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La oposición no sabe lo que hace. Se equivoca respecto del asunto fundamental: cree que da lo mismo sacar a Castillo por las buenas o las malas. 

Sacarlo por las buenas, por así decir, es hacerlo dentro de la ley, la Constitución, la democracia y el Estado de Derecho. Esto puede parecer banal, pero no lo es. Son constitucionales la vacancia y la destitución. La vacancia puede ser “express”, porque abusivamente carece de debido proceso. Ha fracasado ya dos veces en este gobierno. La vehemencia y la precipitación quemaron esa bala inútilmente. La destitución, en cambio, tiene debido proceso señalado en la Constitución, y no toma en el Congreso menos de tres meses.

Todos sabemos que ambas opciones obedecen al plan de la oposición de poner al presidente del Congreso en la Presidencia de la República. Pero hay algo en que no repara. En dos meses, el 26 de julio, mucho antes de que haya concluido el debido proceso de una destitución, el Congreso tendrá un nuevo presidente. Y la oposición no sabe quién será.

Terminado el “turno” de Acción Popular, según el acuerdo existente, le toca el suyo a Alianza para el Progreso, de César Acuña. Es decir, si se respeta lo acordado, Acuña pondrá al próximo presidente del Congreso. Si el acuerdo se rompe, en cambio, nadie puede saber quién resultará elegido. La probabilidad es que sea una ruleta, porque las circunstancias hacen de esta elección del presidente del Congreso una elección indirecta del presidente de la República por los 130 miembros del Congreso. ¿Alquien puede pensar que tal cosa va va a parecer un acto legítimo a los ojos del pueblo peruano?

Hasta aquí la vía legal. Como se ve, es un camino en el que, dando palos ciegos, la oposición desemboca no sabe dónde. Es la negación de la política, el arte de lo posible.

En la otra mano, la oposición flirtea a diario con sacar a Castillo a la fuerza, ya sea por un golpe de la calle, un paro de transportistas o un asalto de reservistas a la casa de gobierno. Son todas opciones al margen de la ley, la Constitución, la democracia y el Estado de Derecho. 

Cualquiera de ellas colocaría automáticamente a la oposición -y a todo el proceso político- fuera de la ley, la Constitución, la democracia y el Estado de Derecho. Es un salto al vacío, al  hoyo negro donde la fuerza está autorizada a derribar a la fuerza.

La oposición no repara en lo grave de precipitar ese escenario. El pueblo que de buena fe votó por Castlllo, especialmente en el Sur, cree sinceramente que Castillo fracasa porque la oposición “no lo deja gobernar”. No ha madurado aun la conciencia de la responsabilidad del gobierno en el caos existente. Objetivamente, la inflación ni siquiera es de su entera responsabilidad, ya que en EEUU y Europa es similar. Esos peruanos concluirán fácilmente que, aun si el presidente fuera un inútil, es “nuestro inútil” y que la oposición le ha “robado al pueblo su Presidencia”.

Si se opta estúpidamente por la vía ilegal creyendo que da lo mismo –así piensan los que piensan poco- la narrativa será la misma que devolvió a Evo Morales al poder en Bolivia. Ir a un proceso electoral en ese escenario creyendo que está ganado de antemano es una estupidez. El ganador en ese escenario es Cerrón.

Es indispensable identificar correctamente al enemigo. Castillo es un personaje de segunda fila, un adversario, pero no es el enemigo. El enemigo absoluto es el eje La Habana-Caracas y sus aliados locales, Evo y Cerrón.

Castillo necesita hacer la misma transición que hicieron Víctor Paz Estenssoro en Bolivia o Alan García y hasta Ollanta Humala en el Perú al corregir el rumbo que inicialmente habían emprendido mal. No hay verguenza ni menoscabo en ello. Veremos si Castillo estará a la altura de la responsablidad que el pueblo le entregó.

Fuera de la ley y el Estado de Derecho y al margen de la Constitución y la democracia, en cambio, la oposición habrá perdido la guerra por luchar contra el enemigo equivocado. Le habrá entregado el poder al enemigo absoluto del Perú, el que busca vivir a costa suya como un parásito hasta consumirlo y extinguirlo sobre la faz de la tierra.  

 

 

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sábado, 28 de mayo de 2022

MEDIA COLUMNA miércoles 25 mayo 2022 "Cerrón ha perdido"

 

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Cerrón ha perdido

 

 

Jorge Morelli

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Vladimir Cerrón ya no puede amenazar a Castillo con la vacancia de la Presidencia de la República. Diez maestros de la bancada original del partido de gobierno renunciaron y se pasaron a formar otra, leal al presidente.

 

Acto seguido, Pedro Castillo sacó del gabinete a varios ministros, principalmente al brazo derecho del cerronismo pro cubano en el gobierno: el ex titular de Energía y Minas.

Cerrón ha perdido.

Existen indicios de que el ex ministro y sus funcionarios venían obstaculizando el diálogo con las comunidades de Las Bambas y la propia empresa minera. Esto, con el objetivo delirante de presionar a Castillo para que el gobierno decidiera la estatización de la gran empresa minera china MMG, concesionaria de la mina de cobre peruana que produce el 2% del cobre del planeta.

 

Fue demasiado.  

 

Golpeado ahora, el cerronismo retrocede a atrincherarse en el espacio que le queda anunciando que fiscalizará a la ministra entrante a la cartera y que ya no es camarada de Castillo sino su aliado. Dignidad arrastrada. 

 

La expectativa sobre la nueva gestión de Energía y Minas es que la mina retome finalmente la producción luego de su enésima paralización, y que esta vez sea de manera permanente.

 

Las relaciones con China son cruciales hoy para el Perú, ya que la exportación del cobre a esas costas es literalmente lo que mantiene a flote la economía. Esto es inmensamente más importante que la obsesión del cerronismo en alcanzarle servilmente a La Habana el control de los recursos naturales del Perú para que la castrismo rancio pueda seguir viviendo como un parásito del cobre del Perú luego de haber agotado el petróleo de Venezuela. 

 

El paso necesario del gobierno hoy es tomar la decisión política de expulsar a los servicios de inteligencia cubanos.

 

Pero el giro político personal de Castillo es lento y es posible que, aferrándose a los lugares comunes de la izquierda, se detenga ahora en este punto o se incline por emular en adelante si no ya a La Habana-Caracas y el "modelo Evo" boliviano, sí al “modelo mexicano” de López Obrador, afín de muchas maneras a la izquierda caviar.

 

Un segundo ensayo caviar sería otro craso error, como el que le abrió a Cerrón la puerta del Ministerio de Energía y Minas.

 

El paso de los días dirá ahora si Pedro Castillo es capaz de la decisión política de retomar la transición que necesita para salvar al Perú del colapso. 

  

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sábado, 21 de mayo de 2022

MEDIA COLUMNA miércoles 18 mayo 2022 "Cae la mentira"

 

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Cae la mentira  

 

 

Jorge Morelli

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Pedro Castillo tiene experiencia en las marchas y contramarchas de la negociación sindical, y la aplica en el día a día de su penosa gestión. Por eso un día “rechaza rotundamente” la asamblea constituyente, y otro dice que es “hora de debatirla”. Con eso aturde no solo al público sino al secretario general del partido de gobierno, Vladimir Cerrón, quien cree haber avanzado en su objetivo político inviable de una constituyente.

 

Castillo avanza dos pasos y retrocede uno, mientras va socavando imperceptiblemente la base del secretario general del partido, quien pierde poder infinitesimalmente a diario mientras sus úcaces cotidianos en  twitter se tornan cada día más autoritarios e irreales. La salida de diez congresistas de la bancada de Perú Libre para formar la del Bloque Magisterial leal a Castillo es un golpe político: le quita a Cerrón toda posibilidad de amenazar con la vacancia de la Presidencia.

 

Pero la lentitud del proceso es un juego extenuante que mina cada día la credibilidad del presidente. 

 

Es un hecho inamovible que la asamblea constituyente es ya un imposible dentro de la ley, la democracia y el Estado de Derecho. Para llevarla a cabo, el partido de gobierno tendría que imponerla por la fuerza desde la calle, pero -como diría el propio secretario general- no hay condiciones objetivas. El pueblo peruano está indignado con el gobierno a causa de la inflación, que ya ha conocido bien en el pasado. No va caer en la trampa de creer que la constituyente es agua mansa que apagará el incendio cuando todo saben que es echar gasolina al fuego.

 

La semana pasada ha habido, sin embargo, un avance fundamental para el debate de fondo de la constituyente, que el presidente pide. Se ha derrumbado el argumento central del partido de gobierno en pro de la supuesta solución constituyente. Este argumento no es nuevo. Consiste en la falsa construcción mental de que la Constitución de 1993 fue la “constitución de la dictadura”. Jamás lo fue. Hernando de Soto y Bernard Aronson, entonces secretario adjunto del Departamento de Estado para America Latina, han demostrado en entrevista conjunta con RPP que la idea primigenia de la Constitución de 1993 fue propuesta precisamente para retornar en el mínimo plazo a la democracia luego del autogolpe del 5 de abril. Ese fue el compromiso de Alberto Fujimori en persona ante la Asamblea de la OEA en Las Bahamas. El hecho histórico incontrovertible, firme como un roca, es entonces que antes d terminar el año 1992, ocho meses después del 5 de abril, se instalaba el nuevo Congreso y el Perú retornaba a la democracia.

 

Las grandes reformas que la Constitución de 1993 trajo hizo posibles trajeron 30 años de prosperidad en que el Perú fue la estrella de América Latina, Esas reformas fueron el fruto democrático de un debate entre representantes parlamentarios elegidos por el pueblo peruano en comicios supervisados al milímetro por la comunidad internacional representada por la OEA.

 

Nunca fue la Constitución de 1993 la “constitución de la dictadura”. Ese relato falso e interesado fue engendrado solo después por el antifujimorismo para poder sostener mentirosamente que la democracia no volvió al Perú sino hasta el año 2001, cuando el antifujimorismo llegó finalmente al gobierno.   

 

Hoy, es ese mismo relato falso el que ha venido esgrimiendo el partido de gobierno como pretexto para imponerle al Perú, por la vía de la fuerza, una asamblea constituyente que esta vez sí escribiría la constitución de la dictadura del partido del gobierno.

 

Este burdo plan cocinado desde La Habana y Caracas solo tiene el propósito de hacerse de los recursos naturales del Perú, que esas dictaduras necesitan para sobrevivir en su miseria. Lo que por desesperación no calcularon sus autores es que los peruanos sabemos porque atravesamos ese infierno hace 30 años años y salimos de él victoriosos con nuestro propio esfuerzo.

 

Nosotros estamos en esto a la vanguardia y no, como ellos, a la retaguardia de la historia. 


  

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