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MEDIA COLUMNA
Ya es suficiente, dijo China
Jorge Morelli
jorgemorelli.blogspot.com
@jorgemorelli1
El embajador de China en el
Perú, Liang Yu, representa a la autoridad política de su país ante un Estado
extranjero. No es un empresario ni un académico. Cuando habla, lo hace a nombre
de su gobierno y del Estado chino. Es inimaginable que un funcionario
diplomático de primer nivel se pronuncie públicamente sobre el país en el que
representa a su gobierno sin tener instrucciones específicas de su cancillería.
Por lo mismo, hay que escuchar en sus palabras muy cuidadosamente lo que Pekín dice.
Es la primera vez que el
embajador Liang se pronuncia sobre la saga interminable del Corredor Minero del
Sur del Perú y las relaciones de la empresa china MMG Las Bambas, que produce
el 2% del cobre del planeta, con las comunidades del Cusco y Apurímac que han tomado
tierras o bloqueado la salida de la producción de la empresa china hasta obligarla
a detener sus operaciones por más de 50 días.
El embajador Liang no ha podido
ser más enfático. Ha dicho que hace falta una investigación para saber dónde
está el dinero que MMG ha pagado -más de 2,500 millones de soles- por las
tierras que las comunidades vendieron. Es innecesario que el diplomático ponga
el dedo en la llaga especificando que de ese monto lo entregado a los comuneros
-500 millones- sería apenas la quinta parte de lo que la empresa china ha
pagado.
Precisó Liang que “cada comunero recibió más
de un millón de soles” y, acto seguido,
que "el Gobierno peruano debería prestar mayor atención y averiguar dónde
fue a parar el dinero que les dio la mina a los comuneros y si estos tienen
razón o no en sus nuevas demandas de pago por tierras". Afirmó que muchos comuneros “están viviendo en una condición precaria y creen
que la empresa china no ha pagado". Insistió en
que "hace falta un trabajo mayor del gobierno peruano, porque esas demandas de los comuneros tienen gran
irregularidad".
Es muy
excepcional que un diplomático extranjero se pronuncie en estos términos, tanto
más si tiene razón.
No
obstante, el embajador Liang no se detuvo allí. Hubo, además, en su declaración
un mensaje tácito. Pasando al lenguaje diplomático, dijo que China “tiene la
voluntad de resolver el problema en coordinación con el Perú”. Añadió que no se
ha puesto un plazo para la solución del conflicto y que China y
el Perú van a mantener firme su voluntad de cooperación, “pero creo que se
necesita una voluntad de ambas partes", reiteró. Consideró un buen inicio
"el acuerdo preliminar para reanudar la producción (de Las
Bambas) alcanzado entre el Gobierno, la empresa y los comuneros
hace dos semanas”.
Esta última
afirmación contiene un mensaje. Como se sabe, la gestión reciente para el reinicio
de la operación de Las Bambas pertenece a la cartera actual de Energía y Minas,
de la que hace poco fuera retirada la facción cerronista del partido de
gobierno en lo que a todas luces es parte de una brecha creciente que se
expresa también en la fractura de la bancada del oficialismo, hoy atomizada.
Databa
de tiempo ya el señalamiento de que la facción radical del partido de gobierno
venía trabando deliberadamente el diálogo de las comunidades con la empresa y
azuzando incluso a algunas comunidades a tomar las tierras. Esa es hasta hoy la
estrategia perdedora de la dirigencia local más radicalizada.
Si la
intención del embajador ha sido dar discreta señal de que China no respalda las
maniobras de los aliados locales del eje La Habana-Caracas, Vladimir Cerrón y
Evo Morales, es una gran noticia. Significa que China tiene la intención de
hacer negocios limpios y sobre la mesa en materia de recursos naturales y no
respalda a aventureros latinoamericanos que derrocan gobiernos para instalar
títeres que les entreguen bajo la mesa el control de los recursos naturales para
el siglo XXI.
China, dijo el embajador Liang, quiere trabajar con el Perú y
evitar que el conflicto social ahuyente las
inversiones chinas
del país. En ese contexto, añadió que Las Bambas no está dispuesta a dar más
dinero ya que, si cede a las nuevas demandas “se afectaría toda la imagen del
Perú” y “no vendría ninguna inversión más".
Pero el futuro sigue abierto.
Liang dijo que solo Las Bambas fue una inversión de US$ 10,000 millones y hace falta un
esfuerzo de ambos gobiernos para que ampliemos nuestras inversiones a otras
áreas, como la telecomunicación y la infraestructura, ya que el Perú tiene “una
brecha de infraestructura por cerrar: necesita autopistas, ferrocarriles,
aeropuertos, puertos", afirmó. Dijo también que su país mantendrá su
crecimiento económico y aumentará la demanda de minerales para “implementar nueva infraestructura en nuestras ciudades. Más
autopistas, más ferrocarriles, nuevas bases de transmisión de la señal
5G", señaló. “No solo cobre, todo tipo de metales que China demanda
para la transmisión de electricidad en ultra alto voltaje, y necesitamos
fabricar cables con esta tecnología y eso requiere cobre, litio, estaciones de
carga de autos eléctricos e infraestructura de data center”. Todas estas construcciones
implican una gran demanda de metales en China", añadió.
No se puede
ni es necesario hablar más claro.
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