sábado, 14 de diciembre de 2019

MEDIA COLUMNA (english version) miércoles 11 diciembre 2019



A crack in the left wing

Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com

State ownership of natural resources explains why the left seeks everywhere to capture the StateThere would be no Chavismo in Venezuela if oil did not belong to the Venezuelan government. 

Therefore, if natural resources were controlled by those who control the surface above 
-as proposed today by the leftist intellectuals in Ayacucho- it would no longer have any purpose to capture the State
Who wants to capture a State that does not own any natural resources? 

In other words, today's intellectuals at the peruvian university where Shining Path was born 
have made a spectacular turnthey have implicitly and finallly put aside the idea of capturing the State

On the other hand, however, the reactionary plan for Latin American of the “gauche caviar” in Lima aims to hand the State the monopoly of natural resources in order to capture it later on

It has not given up on doing so even through violence -as it has been the case once again in SantiagoQuito and Bogota- following instructions from its masters in Havana and Caracas profitting on the legitimate unrest of Latin American 
people over the slowdown in economic growth

Where does the gap between the radical and the “caviar” leftists come from, however? Go over the property question. The radical left demands ownership of natural resources for those who hold the land. The “gauche”, on the
other hand, would  retain all natural resources in the hands of the State. 
The gap today has become a crack

The contradiction stems from the fact that on one side are all those who have actual roots in the land -the Andean “comuneros” and the informal minerswho have a de facto control of the surface on top of the natural resources. On the otherthose who seek to keep the subsoil in the hands of the State -andif possiblealso the land itself in the limbo of an informality in a perpetual state of 
precarious possession where no property can exist-.

Unlike comuneros and miners who have a strong connection to the real economy, “gauche intellectuals live everywheredirectly or indirectly, connected only to the State and create constantly and massively every form of public employment, because that is its political constituency as well that will provide votes in the next election.

That is not the case of  intellectuals at the university of Huamanga, however, whose close connection and proximity to the real economy of the andean communities prevents them from drifting into a political no man´s land. This is why many radical leftists have come to understand that State ownership of natural resources is the enemy

If both leftists may be wrong, it is for very different reasons. Handing ownership of natural resources to the communities may be unfair to other communities with no resources beneath their land, and to other PeruviansIt is therefore a path of an uncertain outcomeBut it doesn't attack propertyOn the contraryit makes the idea its own

The “enemythereforeis not necessarily the radical left -even the anti-mining left- if property is what they are afterThe enemy is the Latin American “gauche -the useful fool of Havana and Caracas- who aims to capture the State in order to take on the natural resources and perpetuate itself in poweras it did in Cuba and in the 
unfortunate Venezuela

Wars are lost by fighting the wrong enemyYou need to know exactly who the enemy isT
he radical left may be a very tough adversarybut the absolute enemy is the other left, the "gauche", a political class with no roots in the real economy that makes its living from the State 
and aims to capture it to control the natural resources and remain indefinitely in power.

viernes, 13 de diciembre de 2019

MEDIA COLUMNA miércoles 11 diciembre 2019




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MEDIA COLUMNA
Grieta en
la izquierda

Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com

La propiedad estatal de los recursos naturales explica por qué la izquierda busca en todas partes la captura del Estado. No existiría el chavismo en Venezuela si el petróleo no fuera del Estado venezolano.

Por lo mismo, si los recursos naturales fueran de quien controla la superficie -como propone hoy, por ejemplo, la intelectualidad huamanguina- no tendría objeto alguno ya la captura del Estado. ¿Quién quiere capturar el Estado si no es dueño de los recursos naturales? En otras palabras, los intelectuales de hoy en la universidad donde nació Sendero Luminoso han hecho un giro espectacular:  han dejado de lado implícitamente idea de la captura del Estado.

El plan reaccionario de la caviarada latinoamericana, en cambio, pretende devolverle al Estado el monopolio sobre los recursos naturales para capturarlo luego. No ha renunciado a hacerlo incluso por la vía de la violencia, como acaba de demostrar una vez más en Santiago, Quito y Bogotá siguiendo las directivas de sus amos de La Habana y de Caracas, instrumentando el legítimo malestar del pueblo latinoamericano por la desaceleración del crecimiento.   

¿De dónde emana, sin embargo, la grieta entre la intelectualidad caviar y la huamanguina? Pasa por la cuestión de la propiedad. La izquierda intelectual está dividida entre quieren la propiedad de los recursos naturales para los que tienen la tierra, y quienes quieren mantener a toda costa esos recursos en poder del Estado para hacerse luego de él. Son posiciones inconciliables. La brecha hoy se ha convertido en una grieta. 

La contradicción nace de que en un lado se hallan quienes tienen raíces en la tierra -los comuneros andinos y los mineros informales- que controlan de facto la superficie sobre los recursos naturales. Y en el otro quienes pretenden mantener el subsuelo en manos del Estado y, de ser posible, también la tierra misma en el limbo de una informalidad en estado perpetuo de posesión precaria donde no pueda haber propiedad.

Esto se debe a que, a diferencia de los comuneros y mineros que viven de la economía real en la tierra, la caviarada intelectual vive en todas partes, directa o indirectamente, del Estado. Incluso cuando se trata de profesores o alumnos de una universidad nacional, que es la que paga las cuentas. Muy distinto es el caso de los intelectuales universitarios huamanguinos que, por su cercanía con la economía real de las comunidades, ha llegado a comprender que la propiedad estatal de los recursos es el enemigo.

Si ambas izquierdas se equivocan, es por razones muy distintas. Entregar la propiedad de los recursos naturales a las comunidades es un camino injusto e inequitativo con las demás comunidades que no tienen recursos bajo sus tierras y para con los demás peruanos que tienen igual derecho. Es, por lo tanto, un camino de resultado incierto. Pero no atenta contra la propiedad. Al contrario, hace suya la idea.

El enemigo, por lo tanto, no es necesariamente la izquierda radical -aun la antiminera- si lo que busca es propiedad. El enemigo es la izquierda caviar latinoamericana -tonta útil de La Habana y de Caracas- que pretende capturar el Estado para echar mano de los recursos naturales y perpetuarse en el poder, como lo hizo en Cuba y en la desdichada Venezuela.

Las guerras se pierden por luchar contra el enemigo equivocado. Hay que saber con exactitud quién es el enemigo. La izquierda radical puede ser un adversario muy duro, pero el enemigo absoluto es la otra izquierda, una clase dependiente del Estado desarraigada de la economía real y de toda propiedad.


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